Money, money, money!!!

¿Quién no ha sentido el poder del dinero fluyendo por sus manos? ¿Quién no ha sufrido al ver su ficha descansando junto a un hotel de una de las calles más caras de su ciudad? ¿Quién no ha construido casas, edificado hoteles, o controlado los servicios públicos? Quien no haya hecho esto, no ha jugado nunca al Monopoly.

Como también ocurre con otros géneros en el mundo del videojuego, no hay ningún sistema que se precie que no haya tenido su propia versión del conocido juego de mesa. El PC ha tenido varias, siendo ésta que nos trae Infogrames la última en aterrizar en nuestros discos duros.

Corría el año 1902 cuando una mujer, Elizabeth Maggie, patentó un juego de mesa en el que se ponían de manifiesto todos los horrores de una economía capitalista. El juego terminó siendo un entretenimiento divertido, y su éxito hizo que saliesen multitud de variantes que modificaron la idea inicial de criticar al capitalismo. Una de las versiones más conocidas fue la de Charles Darrow, un ingeniero en paro, que en 1934 patentó su propia versión del juego, ya con reglas muy parecidas a las actuales. Darrow intentó vender su patente a la empresa Parker Brothers, que la compró con algunas reticencias por la difícil situación económica en la que se encontraba la empresa tras el crack de 1929. Finalmente, Parker se arriesgó, vendió el juego y… se hizo de oro.

Los franceses de Infogrames nos presentan aquí la última versión de este conocido juego. Ya son unas cuantas las versiones aparecidas para PC, sobre todo en los últimos años. ¿Merecerá la pena esta versión del juego?

Audio y vídeo

Los gráficos no son nada del otro mundo. El tablero está fielmente reproducido, aunque todos aquellos que hemos jugado al Monopoly sabemos que dibujar un tablero de este tipo no es nada difícil. Las fichas de los jugadores están más trabajadas. Son las típicas fichas del juego, con forma de perro, plancha, carretilla, o dedal entre otros, con una textura plateada, y continuamente animados. Estas animaciones al principio pueden hacer gracia, pero cuando llevas varias partidas jugadas terminan cansando, ya que la ficha no podrá moverse hasta que termine de realizar la animación que esté haciendo.

El juego tiene muy poca variedad gráfica. A diferencia de otras versiones en las que hay algunas animaciones y vídeos, en este programa las únicas pantallas que veremos serán la de los menús de inicio y la del tablero. Incluso cuando hacemos uso de las opciones de estadísticas, la pantalla no cambia: el tablero sigue viéndose en pequeñito junto con los datos consultados.

La resolución no puede modificarse. El programa detecta la mejor resolución acorde con la potencia de cada equipo, pero luego es imposible modificarla manualmente. El problema es que en algunas resoluciones (estoy hablando de 800x600), las letras de los títulos de propiedad aparecen algo difuminados y no muy claros. También hay algún problemilla menor con el tablero, como alguna línea que no se dibuja bien, aunque esto ya es de menor importancia.

El sonido está mejor tratado. Una voz en off hace las funciones de narrador, y es quien va guiando entre las opciones del juego. Cada ficha tiene su propia voz, aunque en ocasiones es difícil identificar algunas voces con su correspondiente figura. Por ejemplo, yo no pensaría en una voz femenina para designar al acorazado, cosa que hace el juego.

Las voces de los jugadores están completamente en castellano, y además, han sido grabadas por profesionales del doblaje. Su calidad es alta, aunque en ocasiones puedan parecer muy cargantes mientras se juega.

Durante el juego se puede seleccionar una música de entre 4 posibilidades. Las músicas son todas bastante tranquilas, ideales para un juego de este estilo que no necesitan de explosiones o disparos láser entre otros sonidos estridentes. El problema es que durante el juego la música no cambia en ningún momento, y puede llegar a cansar. Además, aunque el juego permite jugar sin música, una vez que has elegido una canción no puedes eliminarla o cambiarla por otra durante la partida.

Guión

Bueno… ¿Hay alguien que no sepa todavía jugar al Monopoly? Por si hay algún despistado (o algún marciano recién llegado a este planeta) pasaré a comentar brevemente el funcionamiento del mismo.

En un tablero cuadrangular hay 40 casillas, con calles, estaciones de tren, y otras casillas con funciones especiales, como la de "salida", la "cárcel", el "párking gratuito", o las "suerte" y "caja de comunidad". Las calles están agrupadas por colores. Cada color alberga dos o tres calles. El primer jugador que caiga en una calle tendrá derecho a comprarla, y los que caigan después tendrán que pagar al jugador dueño de la calle una cantidad en concepto de alquiler. Si se tiene el grupo de calles del mismo color se podrán edificar casas, y luego un hotel, multiplicándose el precio del alquiler hasta que los jugadores se vean muy mal para pagar. Y ese es el objetivo del juego: arruinar a tus contrincantes para quedarte con sus posesiones. Y si arruinas a todos, ganas la partida.

Así es a grandes trazos la mecánica del juego. La cosa se complica más, por supuesto, con las tarjetas de "suerte" o "caja de comunidad", donde tendrás que sacar una tarjeta al azar y donde te puedes encontrar con ingresos o con gastos, o con las casillas especiales, donde te pueden meter en la cárcel, pagar impuestos, o ir directamente a otra casilla.

Dicho así, el juego sería muy aburrido. Por eso está totalmente permitido hacer intercambios entre los jugadores. Y esa es la clave del juego: intercambiar títulos de propiedad de las calles para poder conseguir agruparlas por su color, para obtener el monopolio de esas propiedades. Por supuesto, aquí juegan un papel muy importante tus dotes como negociador, ya que hacer un paso en falso y aceptar un trato que sea negativo para ti (o cuando menos, no tan positivo como para el contrario) podría desnivelar el juego peligrosamente hacia tu rival.

Jugabilidad

El desarrollo del juego del Monopoly es idéntico al de cualquier Monopoly de tablero que podemos ver en las tiendas. Hay bastantes opciones de configuración en cuanto a las reglas, permitiéndose en muchos casos las llamadas "reglas especiales" a gusto del jugador. Así, es perfectamente posible modificar el dinero inicial, el dinero que se cobra en la casilla de salida, el cobrar o no al caer en el párking gratuito, o el modificar el número de casas y hoteles existentes en el juego.

También se puede modificar el tablero, eligiendo jugar en ciudades de diferentes países en vez de jugar con el tablero español. El idioma del juego seguirá siendo el castellano, pero en vez de pasar por el Paseo de la Castellana podremos ver Trafalgar Square o Vermont Aveniu. El único problema es que las voces estarán totalmente cambiadas: mientras escuchamos los diálogos de las fichas en castellano y al narrador con una voz que ya hemos identificado, los nombres de las calles nos las "cantará" una voz totalmente distinta, en ocasiones hasta con una calidad de sonido diferente, algo que no da muy buena impresión.

En cada ciudad se utilizará la moneda propia del país. O al menos la moneda antigua. Es perfectamente posible jugar al Monopoly en marcos alemanes o francos franceses, pero también lo es jugar en euros. Eso sí, cuidadín con el redondeo, que a pesar de lo que te diga el juego 200 euros no son 20.000 pesetas...

También se echa de menos más tableros de otras ciudades españolas. Tan solo Madrid ha sido trasladado al juego como tablero español del Monopoly. ¿Y los usuarios de Barcelona? Esto se podría haber solucionado con un simple editor de nombres de calles, algo de lo que carece por completo este programa.

El funcionamiento de los trueques de calles y acuerdos con otros jugadores es muy sencillo e intuitivo. Eliges la calle que quieres, ofreces tu calle (o el dinero) y a esperar a que el otro jugador te conteste. Estas transacciones se realizan en tiempo real, cambiando la pantalla por otra donde aparecen los cambios y junto con un pequeño recuadro donde vemos el tablero y el desarrollo de la acción. El problema es que en ocasiones el ordenador decide no mover sin antes realizar un acuerdo con otro jugador, y en ese momento no tenemos más remedio que esperar a que el otro jugador termine de aceptar o rechazar la oferta para poder seguir viendo el juego. Si tenemos en cuenta que el ordenador suele realizar 2-3 ofertas de forma escalonada, podemos adivinar que el tiempo de espera para seguir viendo la acción puede llegar hasta a un minuto. No es mucho, pero probad a estar un minuto al azar cada cierto tiempo sin poder hacer nada durante cualquier juego.

La inteligencia artificial del ordenador es bastante mala. Cada jugador manejado por el ordenador tiene 3 niveles de dificultad para elegir, aunque ese nivel no indica la dificultad de tratar con él, sino más bien su grado de testarudez. En el nivel más bajo, el ordenador podrá aceptar propuestas nuestras siempre y cuando nosotros salgamos perdiendo levemente, pero no mucho como para no arriesgarnos. Pero en el nivel más alto ya le puedes ofrecer tu alma al ordenador que siempre se va a negar a tus ofertas. Lo curioso es que este grado de tozudez lo tienen también entre ellos: ver una partida de un jugador humano y el resto manejados por el ordenador en el nivel más alto es ver cómo el ordenador realiza muchas ofertas a sus rivales y cómo éstos rechazan todas esas ofertas por sistema.

Existe la posibilidad de jugar por Internet, pero en todas las pruebas que he hecho ha sido imposible obtener un listado de jugadores on-line que se puede realizar a través del propio programa. Si se conoce la dirección IP del jugador que actúa como host, también es posible conectarse de forma directa. Y aparte de esto, también se pueden jugar varios jugadores humanos en un mismo ordenador, aunque en este caso siempre nos quedará la duda de si será mejor jugar con un tablero tradicional que frente a la pantalla de nuestros ordenadores.

Estrategia y trucos

Si juegas contra el ordenador, no vendas una calle en la que el ordenador tenga posibilidad de hacer casas. Ojo: no me estoy refiriendo a una calle donde el ordenador vaya a edificar las casas, sino a una calle donde el ordenador "pueda" construirlas. En especial mantén un ojo en los títulos de propiedad que no han sido todavía comprados. Es frustrante que hayas vendido un título en el que quedaba una calle por vender, que caiga el ordenador en esa casilla, que compre ese título, y que por eso pueda levantar edificios.

Si caes de primeras en la cárcel, no esperes a sacar un número doble para salir: paga directamente. Al principio de la partida es vital que consigas cuantas más calles mejor, y caer en la cárcel supone que tus contrarios se harán con las calles de la ciudad mientras tú estás holgazaneando entre barrotes.

Echa de vez en cuando un ojo a las posesiones de cada jugador. El ordenador suele hacer tratados "masivos", es decir, del tipo de "estas 8 calles por estas 6 distintas", por lo que cada cierto tiempo la estrategia del juego puede cambiar.

Si decides arriesgarte a cambiar un título por otro haciendo posible que cada jugador pueda construir casas, constrúyelas tú más rápido que tu rival. Cuanto antes caiga tu rival en uno de tus hoteles más posibilidades de éxito tendrás en el juego.

Comparándolo con...

Desde luego, con otros juegos de Monopoly, algunos Monopolys "estándar", y otros Monopolys "temáticos". En líneas generales, este Monopoly New Edition es más simple, menos adornado y espectacular, pero también más limpio, más sencillo, y recoge mejor la esencia del juego de tablero.

Lo que está bien

Lo que no está tan bien

Manual

Pobre también, como el aspecto general del juego. Un librillo de 14 páginas con algunas fotos en blanco y negro. En esas 14 páginas se incluye el manual en 3 idiomas, correspondiendo al castellano la triste cifra de 4 páginas. En el mismo manual se nos comenta la existencia de otro más amplio dentro del CD en formato PDF.

El manual del CD mejora ligeramente con respecto al manual impreso, pero sigue siendo bastante sencillo. El número de páginas se amplía hasta 20, aunque se eliminan todas las imágenes referentes al juego. Ambos manuales tienen una traducción al castellano totalmente correcta.

Requisitos del sistema

Pentium II 333 Mhz., 32 Mb. RAM (64 Mb. para Windows XP), 140 Mb. de disco duro, CD-ROM 4x, tarjeta gráfica 8 Mb. compatible con Windows, tarjeta de sonido compatible con Windows, DirectX 8.1

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