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Midnight Club: Los Angeles

Midnight Club: Los Angeles

La otra cara de la gran ciudad

La serie Midnight Club se estrena en la alta definición. La ciudad de Los Angeles será el escenario de esta nueva entrega, una representación espectacular que nos oferta un gran número de modos de juego y retos. Eso sí, las cosas no serán en absoluto fáciles.

Algo más de tres años después de su última aparición, Midnight Club se estrena en la actual generación de consolas. Un regreso muy esperado, ya que todas las entregas anteriores destacaron por su atractiva propuesta, títulos de conducción muy cuidados y perfectamente adaptados a las máquinas que los acogían. El espíritu de la serie no se ha visto atenuado ni un ápice, y esta cuarta entrega, que lleva el subtítulo de Los Angeles, mantiene todas la señas de identidad al mismo tiempo que nos ofrece un juego de conducción muy digno y satisfactorio, aún pese a contar con algún que otro defecto.

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Como el propio nombre indica, todo está ambientado en la ciudad de Los Ángeles. Un mapa complejo, de grandes dimensiones, con grandes avenidas, callejones, autopistas e incluso vías de tren, que servirá de escenario para las más intensas competiciones a velocidad de infarto. Lo cierto es que la ciudad es una auténtica maravilla técnica, no sólo por su tamaño, sino por la cantidad de detalle que tiene, todas sus misiones, y lo que es más, que consiga hacer las veces de mundo central del juego, alrededor del cual gira todo lo que hagamos. Nada más iniciar la partida, estaremos allí, y nunca más saldremos, accediendo a todo desde el menú de pausa.

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Nuestro objetivo en el mundo suburbano de Midnight Club será llegar a convertirnos en el rey de las carreras callejeras. Empezaremos siendo el típico Don Nadie que tiene mucho camino por recorrer ante sí, y empieza a trabajar arduamente para lograr hacerse un hueco entre los nombres más importantes de la ciudad. La tarea no será, precisamente, sencilla, ya que la ciudad está llena de gente con ansias de competir, y campeones en prácticamente todas las configuraciones de vehículos posibles. Los retos nos llegarán de forma constante, y tendremos en todo momento un buen número de misiones entre las que elegir.

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Hay una gran variedad de tipos de carrera. Por ejemplo, nos topamos con carreras para llegar de un punto a otro con total libertad para elegir el camino (los atajos serán esenciales); competiciones con puntos de control, a pasar por ellos en orden o no, en los que habrá que ceñirse al trazado ya definido (aquí habrá que tener mucho cuidado de no equivocarnos de camino, ya que nos puede costar la carrera); torneos al mejor de tres o al mejor de cinco, en el que habrá que ganar dos o tres carreras para poder vencer; contrarrelojes; y carreras en autopista. La variedad es muy satisfactoria y el carácter abierto del título nos pone en bandeja un buen número de posibilidades.

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Además, la oferta se ve complementada por diferentes torneos por puntos, carreras en las que se pueden apostar cantidades indecentes de dinero o incluso vehículos, misiones en las que debemos llevar un coche (intacto, a poder ser) a donde nos indican en el tiempo determinado, y venganzas en las que deberemos destruir el vehículo del contrario. Como complemento a estos modos más organizados, recibiremos llamadas telefónicas de gente que querrá desafiarnos, o paseando por la ciudad, podemos dar luces (o viceversa) a un vehículo para retarle a una carrera. Las posibilidades son casi ilimitadas, y constantemente recibiremos nuevas misiones en nuestro GPS, por lo que podremos decidir cómo queremos avivar nuestra leyenda.

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Obviamente, no todo será tan sencillo, ya que correr a velocidades tan elevadas por la ciudad no deja de ser delito, y la policía estará allí para perseguirnos si se da el caso. El radar nos indicará dónde se encuentran los agentes de la ley en todo momento, y lo ideal será evitarles, ya que sino se lanzarán a nuestra captura en una intensa persecución de la que es posible escapar, pero será muy difícil llegar a conseguirlo. Nuestro castigo será una buena multa (acorde al tiempo de persecución) y una visita a la comisaría, algo que nos puede dejar a bastante distancia del sitio al que queríamos llegar, debiendo volver a recorrer media ciudad.

Junto a la comisaría, el lugar que más visitaremos será el taller, en donde podremos modificar los coches a nuestro antojo. Al ir ganando respeto en las carreras (según la posición en la que acabemos, el medidor de respeto irá aumentando), conseguiremos nuevos elementos y añadidos para el vehículo. Desde luego, no seremos nadie hasta ponerle a nuestro coche, al menos, un nitroso. La personalización posible es bastante elevada, pudiendo cambiar prácticamente cada pieza del vehículo, tanto interior (amortiguadores, motor, frenos, neumáticos…) como exterior (lunas, parachoques, matrículas, focos…), modificar la pintura, o incluso dotar a nuestro coche de habilidades especiales, como por ejemplo el rugido para atontar a los rivales. También será posible ver otros coches y adquirirlos, siempre y cuando esté disponible y tengamos el dinero.

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De por sí, Midnight Club Los Angeles ya ofrece una experiencia abierta y llena de posibilidades, en la que es posible perderse durante horas, participando en un torneo aquí y una carrera allá. Pero esa sensación se potencia, y mucho, gracias al excelente modo online (para hasta 16 jugadores, con interconexión o a través de Internet). Sin abandonar la ciudad, con sólo pulsar Start, entraremos en el menú y desde allí, un nuevo abanico de opciones para elegir. Podemos vagar por la ciudad con otros usuarios, dándoles luces para retarles; o bien, acceder a las clásicas partidas igualadas y de jugador, para disputar una carrera o enfrentarnos en una batalla. Los modos de carrera son los mismos que en la ciudad offline, que comentamos antes; las novedades están en la batalla.

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Básicamente, nos toparemos con distintas variantes del modo Capturar la Bandera: todos contra todos, por equipos con bases, por equipos neutral, todos contra todos neutral (esta neutralidad se basa en que las banderas estarán en el mapa, no en posesión inicial de los equipos), a distancia (una única bandera, recibiendo puntos al tenerla)… La curiosidad es que estos enfrentamientos tendrán un curioso sabor a títulos como Mario Kart, al poder llevar hasta dos objetos para causar efectos a los rivales. En total serán diez, desde escudos hasta hacerse invisibles, pasando por nitros, congeladores, agresiones… Son de todo tipo, y aunque al principio desentonan bastante debido al estilo del juego, pronto se olvida ese hecho y se disfruta de un modo muy divertido y, prácticamente, único en las máquinas de alta definición.

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Ya para terminar de comentar lo que ofrece esta entrega de Midnight Club, tenemos distintas opciones offline, como el modo arcade, para practicar libremente y con la posibilidad de crear nosotros mismos las carreras con un interesante editor dinámico (conduciremos el coche por la ciudad, indicando dónde queremos poner puntos de control, salidas, metas…). Online, podremos subir nuestro vehículo para que los demás lo puntúen, y lo mismo con los suyos; se podrán vender los perfiles de los coches, cargar fotografías, editar carreras… una completa comunidad online en la que no podían faltar las tablas de récords.

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Jugabilidad
La conducción de Midnight Club es muy satisfactoria. Tendremos la sensación de ser capaces de controlar nuestro vehículo en todo momento, y no nos desesperaremos ante ningún tipo de imprecisión, ni podremos achacar nuestra derrota a que el mando no ha respondido como nosotros queríamos. Fluido, sin grandes complejidades y muy satisfactorio, la obra de Rockstar es uno de los títulos de conducción más satisfactorios de este año, con una apuesta arcade que le sienta como un guante.

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No cabe duda de que la oferta de Midnight Club es muy completa y atractiva, y que encierra un gran número de horas de juego. Sobre todo, porque no será nada fácil llegar a alzarnos con la victoria, en ninguna competición. Una vez superados los tutoriales, la dificultad aumentará de forma considerable en las siguientes pruebas, en las que nuestros rivales nos pondrán las cosas extremadamente complejas. Llegar a alzarnos con la victoria es algo que, en ocasiones, puede llegar a parecernos imposible, exigiendo una precisión exagerada y la perfección en los tramos finales de la carrera.

Sí, en los tramos finales; si tenemos un aparatoso accidente en la primera mitad, la máquina será benevolente y nos permitirá recuperar terreno, pudiendo acabar disputando el primer puesto; pero abrir hueco estando en primer lugar es muy difícil, y el más pequeño despiste nos puede costar la derrota en los últimos compases de la carrera. Lo primero que viene a la mente es pensar que el problema radica en el coche de baja calidad que tenemos, y que podremos ponerle remedio adquiriendo uno más potente, o bien mejorando sus características. Pero cuando llegamos a la carretera, descubrimos que los rivales han hecho lo mismo.

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De este modo, nos vemos obligados a ganar sin ayudas, independientemente del vehículo que llevemos; para esto, será muy importante conocernos bien los recorridos de la ciudad, para saber dónde se encuentran los mejores atajos para cada momento. No se trata de una cuestión de técnica ni habilidad, ya que la máquina se adapta y deja constancia de su superioridad con facilidad. Es por eso que tendremos que dedicarle bastantes horas al título, tanto para perfeccionar nuestro estilo como para conocer bien el terreno por el que nos movemos. Además, tendremos un buen número de vehículos a nuestra disposición, que podremos intentar conseguir buscando el que mejor se adapte a nuestras características.

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Tendremos catorce coches de potencia, dieciséis tuneados, nueve exóticos y cuatro de lujo, además de tres motos. Cada uno de ellos tendrá sus propias características, alcanzando velocidades máximas muy diferentes. Obviamente, su categoría será bastante significativa en lo que respecta a su precio: un Golf GTI nos valdrá 3.000 dólares, un Chevrolet puede costarnos 50 o 60.000 dólares, pero ya un Mercedes SL65 se nos va a los 187.000 dólares, y el más caro de la familia, el Saleen S7, nos exigirá un desembolso de 580.000 dólares. Todos ellos están perfectamente representados, y será un placer ir experimentando entre ellos.

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Un elemento curioso del juego es la posibilidad de ir a rebufo de nuestros rivales. De este modo se recargará un medidor que, una vez al máximo, nos permitirá utilizar un turbo que nos facilitará el adelantar a nuestros rivales. Pero ellos también podrán hacer lo mismo, por lo que se acabará convirtiendo en una batalla estratégica por intentar evitar que utilicen nuestro rebufo para ganarnos en la última curva. Posiblemente, este sea uno de los puntos que dificultan todavía más el juego.

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Apartado técnico
Poco se le puede reprochar a Midnight Club en lo que a su aspecto visual se refiere. La ciudad es enorme y está muy detallada, cuidada y trabajada. Edificios perfectamente construidos, todo tipo de mobiliario urbano (bancos, estaciones de autobús…), árboles, pasos elevados, subterráneos, atajos a través de centros comerciales, caminos secretos… Las dimensiones de la ciudad son, como ya hemos dicho, gigantescas, y pese a todo, podemos movernos por ella sin ningún tipo de problema visual. Hay un muy ligero popping, pero pasa bastante desapercibido al ir a alta velocidad. La ciudad cambia completamente según la hora del día y el clima que tengamos.

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El nivel de detalle nos lleva a reconocer hasta las tiendas y lugares por los que pasaremos, incluso a alta velocidad: anuncios de iPod, tiendas de GameStop, Pizza Hut… Las animaciones de los personajes, que se limitan a las escenas de vídeo, están muy bien realizadas y son bastante creíbles, mientras que la respuesta de los vehículos es excelente. Los accidentes que tengamos irán pasando factura a nuestro coche, cuyos desperfectos se irán haciendo cada vez más patentes, pudiendo provocarnos un grave accidente de sobrepasar sus límites. Eso sí, será posible repararlo sin problemas, antes de las carreras, en las gasolineras o en el taller.

El espectáculo visual del título se ve potenciado por la cámara de Acción, que nos ofrece en todo momento el mejor ángulo posible que explote la situación representada en pantalla. Por ejemplo, al usar los nitros, se pondrá a un lateral, y en los accidentes se ralentizará la imagen y se nos ofrecerá las mejores tomas posibles del caos que hemos provocado (o del que hayamos sido víctimas). Todo ello acompañado de una excelente banda sonora, con pistas muy pegadizas y de todo tipo, y unos efectos trabajados y bastante realistas.

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Si bien es muy satisfactorio ver cómo la ciudad de Los Angeles tiene esas dimensiones tan importantes y podemos movernos por ella sin sufrir ningún tipo de problemas, también es inmejorable el modo en el que transcurre el modo online, fluido y veloz, sin problemas de lag de ningún tipo. Siempre y cuando se tenga la línea libre, pero aún con ella saturada, los tirones del juego son mínimos, y tan sólo se representan en que los coches que tengamos cerca aparezcan algo más lejos de lo que parecía en un primer momento. 

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8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.