Análisis Metroid Prime Federation Force

Se dice que cuando un periodista fue a entrevistar al escritor Yukio Mishima a su casa (una villa de estilo palladiano decorada profusamente con antigüedades españolas) sabiendo del nacionalismo del autor preguntó qué había de japonés en la vivienda.  Este respondió que lo que no se ve: los detalles, la distribución de los elementos, el gusto.

Algo parecido, si bien más evidente, pasa con Metroid Prime Federation Force. No manejamos a Samus (si bien está omnipresente a lo largo de la trama) y nos encontramos con una historia partida en misiones autoconclusivas, de 10-20 minutos de duración, inédita en la saga. Pero sin embargo, desde el diseño de los menús, planetas, personajes, ambientación musical, efectos de sonido… todo podía ser solo Metroid (o algo que buscase clonar la esencia de la saga de Nintendo).

Y es que este título ha sido un largo deseo de sus creadores, Next Level games. No en vano, ya hace dos años salieron a la luz diseños conceptuales de la propuesta para un juego de esta franquicia por parte del estudio, también para Nintendo 3DS y que mostraba en sus bocetos un estilo gráfico no muy alejado al del producto en nuestras manos. Correspondían a una demo creada antes de descartar aquel proyecto en favor de Luigi’s Mansion.

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Pero el que la sigue la consigue, y a pesar de un accidentado anuncio que despertó las iras de los fans al mostrar un cambio radical en la saga tras años de espera por un nuevo título, finalmente ha llegado a puerto.

El juego nos pone en el papel de un recluta más de la Federación Espacial, destinado en un cuerpo especial para garantizar la paz en la galaxia y destinado a un pequeño sistema de tres planetas en el que se cuece algo serio. Cada uno de los tres planetas, Excelcion, Bion y Talvania son radicalmente distintos, lo que permite ambientaciones y enemigos propios.

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El primero de los planetas, completamente cubierto en hielo, es una antigua base de entrenamiento de la federación y actualmente un planeta salvaje dominado por las criaturas capaces de vivir e sus condiciones ambientales.

Bion por su parte es desértico y fue refugio de una civilización ya extinta, mismo destino del mecanizado Talvania, habitado en su día por una raza devota de la tecnología ya actualmente por las creaciones robóticas de aquellos. Además de nosotros, por la zona se encuentra la “legendaria” cazarecompensas Samus, cuyos informes y necesidades marcarán nuestros desafíos durante buena parte de la historia.

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Misiones variadas

Independientemente del planeta, cada misión es única y sigue planteamientos diferentes a las demás. Unas nos piden explorar zonas resolviendo pequeños puzles, otras proteger puntos estratégicos de un ataque enemigo, otras invadir un lugar. Pero entre ellas, no ha dos iguales.

Entre las tareas que nos encomiende la Federación deberemos hacer cosas tan dispares como acabar con un escarabajo gigante y blindado, que avanza sin parar a un edificio antes de que lo alcance; infiltrarnos desarmados a una base pirata y usar el sigilo para cumplir nuestro objetivo; destruir una nave enemiga cargando una catapulta mientras nos bombardean, proteger un ordenador mientras transmite información antes que lo destruyan; y hasta huir contrareloj de una base plagada de piratas y metroides mientras contemplamos como los segundos aniquilan a los primeros, entre muchas cosas más.

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Mención aparte merecen los jefes, los cuales al estilo propio de Metroid o Zelda basan su dificultad en aprender sus rutinas y descubrir el punto y momento débil que atacar. Algunos de ellos proporcionan batallas épicas.

Si bien en diversos momentos el juego abre varias misiones a la vez dándonos la posibilidad de elegir, no es posible progresar hasta o completar todas las disponibles. De esta forma, aquellas en que nos atasquemos más tiempo se quedan para el final de esa tanda mientras acometemos las que nos resulten más fáciles. Y es que el juego, tanto en solitario como con amigos o desconocidos, tiene una dificultad ligeramente elevada, que a la usanza de los juegos de los 90 compensa lo relativamente corto de las misiones disponibles.

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Y es que la duración de las misiones puede variar mucho dependiendo tanto del reto a superar como de lo que decidamos explorar el entorno y lo que conozcamos la zona. Por suerte estas son altamente rejugables, y de hecho el juego incentiva que volamos a disfrutar de ellas con un sistema de logros y medallas. 

Estas se consiguen al alcanzar ciertas puntuaciones, las cuales requieren necesariamente para obtener las 3 por nivel superar el reto en menos de un tiempo preestablecido, y superar uno o dos logros (acabar con x enemigos, transportar un elemento a la base con nosotros…). Algunas suponen un elevado reto que puede alargar enormemente la vida útil del juego, y conseguirlas permitirá mostrar nuestra experiencia a otros jugadores online.

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Mejoras de nuestro personaje

Dentro de los niveles, aparte de cumplir nuestra misión, podemos desviarnos y buscar en rincones o lugares escondidos para obtener mejoras para nuestros mekas (nuestro traje robotizado de cabeza y brazos gigantes). Estas se pueden instalar antes de cada misión y sus efectos va desde aumentar nuestra potencia de tiro a resucitarnos si caemos derrotados.

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Su uso es algo anecdótico al principio pero según avancemos estas mejoras se irán haciendo más necesarias, por lo que merece la pena hacer el esfuerzo de buscar las mejores. Por desgracia, si caemos derrotados existe el riesgo de que se rompan, así que merece la pea extremar las precauciones, especialmente si usamos las fénix, las que nos reviven al quedarnos sin vida.

Durante las sesiones online, estas mejoras se reparten entre los participantes de forma que cada uno elige por orden de puntuación de entre todas las que se hayan hallado, independientemente del jugado que la encontrase.

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Online/offline

Es importante destacar el trabajo hecho por parte de Next Level games para mantener la experiencia del juego fiel a la saga Metroid. Cuando juguemos en solitario sentiremos en muchos momentos esa sensación de soledad que caracteriza la saga, mientras exploramos parajes antes habitados y hoy desiertos. A pesar de no contar con un escáner como Samus, distintos dispositivos colocados a lo largo y ancho de los escenarios nos permitirán profundizar en la historia y darnos una motivación más para explorar.

Obviamente esto cambia por completo al jugar online, pues la soledad queda reemplazada por la necesidad de coordinarse con un equipo y ser lo más eficientes posibles. El juego, por tanto, a pesar de contener las mismas misiones en ambos modos, transforma su jugabilidad dependiendo de la forma en que lo juguemos.

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De hecho, se puede decir que el juego pierde en multijugador, si no vamos con un equipo donde todo el mundo tiene claro lo que tiene que hacer. Puede pasar que un jugador vaya por libre y lastre a los demás, entorpeciendo la experiencia. Por suerte, se puede establecer una lista negra, pero si jugamos con gente aleatoria es inevitable dar con alguno, y la comunicación por mensajes no alcanza a coordinar al equipo tan bien como sería deseable.

El juego no muestra niveles que no hayamos superado antes, de todas formas, impidiendo que un novato participe en una misión de niveles avanzados. En general tenderemos a superar las misiones por nosotros mismos en solitario y luego entrar a rejugar en red las más divertidas, más que centrar la experiencia de juego en el modo online.

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El juego promueve en cierta forma que las funciones en el equipo se repartan a través de la pantalla de selección de armamento, en la cual la capacidad de carga de cada jugador está limitada y dependiendo de si uno se hace con misiles, escudos o botiquines, permite dividir las funciones. Los botiquines, los podemos disparar para nuestro uso o ayudar a nuestros aliados, mientras los escudos protegen a todos los mekas que permanezcan juntos .

En caso de que alguien caiga, de todas formas, puede ser revivido si nos acercamos a él o ella y efectuamos una reparación de emergencia, pero durante un tiempo estaremos indefensos al enemigo por lo que conviene elegir con cabeza si ayudar o no.

Es indudable que la división de la historia en misiones autoconclusivas tiene mucho que ver con la visión del juego como una experiencia online cooperativa. Hasta cuatro jugadores pueden unirse simultáneamente a una misión. Podemos unirnos a cualquier partida creada en ese momento, tanto por nuestros amigos como por cualquiera. Las primeras aparecerán destacadas en lo alto del listado, pero si solo somos dos o tres en el grupo podremos esperar a que se nos unan desconocidos para completar el equipo.

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Como es común en los juegos de Nintendo, el juego evita el chat de voz real que se sustituye por una relativamente completa lista de mensajes que podemos mostrar en cualquier momento. Sorprendentemente se han tomado la molestia de doblar a todos los idiomas, y siempre se reproducen en el idioma del país del jugador, si bien aparecen transcritos al idioma del jugador en pantalla.

Aparte de que el diseño de misiones está bien adaptado para ambos tipos de juego, en caso de que echásemos de menos algo más de potencia de fuego, al iniciar una partida en solitario se nos permite usar una mejora de nuestro Meka que multiplica por dos nuestro ataque y reduce a la mitad el daño recibido. Podemos además incorporar, tanto en solitario como en multijugador, si no alcanzamos los cuatro jugadores, drones de combate que dispararán a los enemigos en nuestra cercanía.

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Buen control, pero combate mejorable

Los controles por defecto nos proponen apuntar con el giroscopio de la Nintendo 3DS. Con el botón deslizante moveremos a nuestro personaje, mientras que la cámara se mueve con el mencionado giroscopio mientras mantengamos pulsado R.

En caso de fijar la mira con L en un enemigo, R pasará a permitirnos seleccionar el punto de dicho enemigo donde queremos disparar, mecánica importante por cuanto diversos enemigos solo pueden ser atacados en puntos concretos si queremos derrotarlos. A dispara, y si lo mantenemos pulsado carga un disparo más poderoso. Y por su parte permite utilizar el arma especial, mientras usemos los controles por defecto.

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Por desgracia cuando nos encontremos con enemigos (y casi siempre será en emboscadas) no contamos con ninguna forma de cubrirnos o protegernos salvo usando objetos, por lo que no nos quedará más remedio que movernos de un lado a otro y saltar para evitar sus disparos. Por suerte la mecánica de salto más planeo nos permitirá cambiar de dirección y evitar obstáculos con cierta facilidad, pero cualquier cobertura que tomemos nos impedirá atacar.

La inteligencia artificial de los enemigos tampoco es muy allá, y aunque sí hacen un esfuerzo por evitar nuestros disparos, se centrarán en disparar desde donde se encuentren o correr hacia nosotros, sin planificar estrategias de grupo. Pero en general el foco (si bien depende de la misión) está más puesto en la exploración o en la consecución de una meta que en el combate en sí, por lo que estos combates cumplen más la función de estorbos que otra cosa. Destaca de todas formas la variedad de enemigos, algunos exclusivos de cada planeta y con distintas formas de eliminarlos.

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Como es normal en un juego que usa los giroscopios, el efecto 3D solo puede disfrutarse convenientemente en las escenas de corte o si contamos con una New Nintendo 3DS y su 3D estable, lo cual es una pena porque desluce el disfrute de los excelentes gráficos del juego.

Para prevenir esto, y en caso de usar una New Nintendo 3DS o el botón deslizante plus, podemos seleccionar un segundo sistema de control que sustituye el giroscopio por el stick derecho para apuntar y los botones de disparo y arma secundaria a R y ZR, y salto y fijar mira a L y ZL, respectivamente.

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Notables gráficos

Es precisamente el apartado visual uno de los más destacables del juego. Con algunos de los mejores efectos de explosiones, climáticos y de iluminación de la consola y unos entornos que mezclan espacios cerrados con zonas más abiertas detalladas y sin defectos, estamos ante un juego que compite en este aspecto cara a cara con los máximos exponentes gráficos de la consola. Y además todo se mueve de forma fluida incluso con el 3D activado y cuando se concentran gran cantidad de enemigos en pantalla.

Empaña ligeramente este esfuerzo uno de los aspectos más criticados del juego desde su presentación, el estilo cabezón de nuestros mekas, que si bien cumple la función de permitirnos reconocer con facilidad a cierta distancia en la pequeña pantalla de la 3DS a nuestros aliados, no acaba de encajar en el estilo realista y metroidiano del resto del juego.

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También en algunas escenas de corte que nos muestran planos cercanos de los piratas espaciales se nota una cierta simpleza poligonal, probablemente por la razón mencionada antes de permitir al juego mover gran cantidad de enemigos de forma fluida.

Gran trabajo en general también el realizado en el apartado sonoro, con unos efectos de sonido que nos remiten inmediatamente otros títulos de la fraquicia y ayudan enormemente a la inmersión y una música que se activa de forma dinámica dependiendo de las circunstancias y añade épica o tensión a determinados momentos.

La mayor pega este apartado es el uso de una única melodía, aunque muy metroidiana, durante los menús y explicaciones de las distintas misiones.

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El juego llega completamente traducido al castellano, incluidas las voces de los mensajes del multijugador, en una traducción de buena calidad y sin fallos aparentes. Además incluye de forma gratuita el minijuego multijugador online Blast Ball. También es compatible con las figuras Amiibo para desbloquear nuevos diseños para los Mekas.