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Metal Gear Solid Snake Eater 3D

Metal Gear Solid Snake Eater 3D

Instinto de reptil

Fue uno de los exclusivos más fuertes de la marca PlayStation y ahora Nintendo 3DS recoge esta adaptación revisada, con nuevas perspectivas, IA reconstruida, efecto estereoscópico y algún desequilibrio gráfico. MGS 3 Snake Eater sigue siendo de los mejores capítulos, la supervivencia y la infiltración bajo una misma piel de escamas. El imprescindible hecho portátil.

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Este Análisis responde a la versión de 3DS de Metal Gear Solid 3: Snake Eater. Para información más detallada del juego original, es recomendable consultar su Análisis.

Snake Eater supuso en 2005 un sonoro filón para la marca Metal Gear Solid, tanto, que no son pocos los que lo valoramos como la mejor entrega de todas junto al primer título de la primera PlayStation. Hideo Kojima arriesgó y ganó, llevó la madurez del videojuego un paso más allá y fue capaz de regalar a la segunda consola de Sony una exclusiva aún hoy trascendente y una de las obras maestras de la pasada generación. Infiltración más supervivencia salvaje, una idea muy bien implementada en una saga que todavía no había empezado a caer en la repetitividad y que ya se reinventó con este episodio tan identificable, primero de la línea cronológica Metal Gear. La selva, una trama vibrante y un apartado técnico que explotaba la tecnología de la época dieron pie a un juego redondo e inspirado, juego que por fin está listo para adaptarse al terreno de las consolas portátiles y que en 3DS ha incorporado varios cambios y, lógicamente, recortes para poder caber en las prestaciones de la máquina.

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No ha sido para nada insustancial el enorme retraso que MGS3 3D ha acabado sufriendo, tanto en Japón como en el resto del mundo. Anunciado desde el E3 de 2010 como uno de los nombres fuertes que acompañarían al lanzamiento de la máquina o a sus primeras semanas de vida en marzo y abril del 2011, este remasterizado con retoques ha acabado yéndose casi un año más tarde, en un clarísimo esfuerzo de Konami y Kojima Productions por lograr un port digno y a la altura del juego que traslada, con fuerte implicación del propio Hideo Kojima en las labores de programación y testeo. Al aclamado director le gusta Nintendo 3DS, y quería que uno de sus títulos estrella aterrizara en ésta de la mejor manera posible, que finalmente no ha acabado siendo la idealizada por cualquier acérrimo a Snake Eater, que sigue siendo preferible jugarlo en sobremesa.

Una pantalla reducida y un esquema de controles no del todo satisfactorio si no se tiene el Botón Deslizante Pro (segundo stick de 3DS) son los principales hándicaps de esta versión tridimensional que, eso sí, está íntegramente trasladada aun teniendo en cuenta las limitaciones de una videoconsola tan pequeña y portátil como es Nintendo 3DS. Jugar a este titulazo en cualquier lado es una suerte que la tecnología actual por fin permite, pero si su experiencia se va a vivir en casa, siguen siendo preferibles las versiones de PlayStation 2 y el remasterizado HD de Xbox 360 y PlayStation 3, innegablemente la mejor forma de adentrarse en una completa edición de Snake Eater de todas.

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Serpiente en el bolsillo

Uno de los temores que empezaron desde que se mostró por primera vez esta reedición portátil de un juego tan grande y vistoso en su época como MGS3 fue si en 3DS mantendría el nivel técnico, con una jungla seccionada en pequeñas áreas pero rica en detalles, vegetación, vida animal, distancia de dibujado y texturas naturales de todo tipo y colores. En este sentido no se puede criticar ni un solo aspecto a Konami, la selva de Snake Eater 3D sigue siendo tan nutrida y vasta como la del título original, con un añadido esencial: efecto tridimensional profundo. En esta entrega, si Snake se arrastra agazapado en la hierba ésta sobresale de la pantalla junto a sus botas, si en una cinemática la cámara se detiene en las aspas de un helicóptero, éstas muestran relieve sobre la propia pantalla de 3DS. Es una experiencia contemplar todo el juego en 3D, se aprecia de principio a fin de la longeva aventura el esfuerzo de sus desarrolladores por dotar a un título tan cinematográfico de espectacularidad gracias al efecto estereoscópico, muy agudizado en este cartucho.

A cambio, en esta versión de Metal Gear Solid 3 hay una molestia importante en lo visual, consecuencia de la baja resolución de la pantalla de 3DS. Las texturas empleadas para elementos de la selva virgen como las piedras, el musgo, el barro o los troncos de los árboles no están tan suavizadas como en las versiones de sobremesa, incluida la original de PS2, y pesa mucho la incapacidad de la máquina para mostrar una amplia paleta de colores. Hay cierto pixelado en cuanto acercamos la vista a una superficie, incongruencias de tonalidad, lo que estropea un apartado gráfico sencillamente espectacular, variado y colorido. Las animaciones de personajes y animales y el framerate también sufren las limitaciones que impone 3DS para recibir ports de juegos medianamente actuales. Snake Eater 3D luce bastante bien, pero el motor gráfico trabaja por debajo de su entrega original. Eso sí, con dos imágenes simultáneas, una para cada ojo y logrando un efecto de profundidad y relieve cuidado en cada parte -menos en el apuntado en primera persona, que curiosamente desaparece-, lo que se aprecia especialmente en cinemáticas que incluso han cambiado ligeramente el plano o ángulo para exponer mejor el 3D. Un disparo a pantalla en una de sus numerosas cinemáticas hará que creamos que las balas sobresalen.

Tacto y camuflaje

La gran novedad de esta recuperación reside en el uso que obliga a hacer al jugador de la pantalla táctil, reservada aquí para todos los comandos de organización y equipamiento como los cambios de camuflaje, la alimentación, los inventarios de armas y utensilios o el mapa y el radar de detección enemiga con la característica cuenta atrás. Usaremos de forma constante el panel táctil ya que en esta edición se ha buscado que el manejo sea completamente intuitivo y organizado, amortizando el nuevo cuadro de botones que puede ofrecer la pantalla y permitiendo perfecta visibilidad dual de mapa y gameplay en todo momento. Es cómodo y satisfactorio desplegar el arsenal de Snake en la parte inferior de la consola, tener un acceso directo a objetos comestibles y de curación para mantenerlo con vida o tener siempre presentes los segundos que quedan hasta que el enemigo deje de perseguirnos, tiñendo de rojo o amarillo la pantalla inferior para recrear perfectamente la tensión de estos momentos en que vamos a ser descubiertos.

No obstante, para muchos será algo pesado el tener que alimentar a Snake de forma periódica -no en exceso- y cambiar de traje en relación a la superficie en la que nos estemos camuflando en cada momento. El control táctil de estas operaciones no las agiliza para nada, y pese a que funciona de maravilla y está bien planteado y pensado, soltar los dedos del control estándar para indagar en los menús táctiles no es un paso tan natural y fluido. Eso sí, para el radar, el porcentaje de sigilo y el mapa no hay mejor ubicación que esta pantalla inferior exclusiva de las últimas consolas portátiles de Nintendo. Los inventarios están también muy bien organizados y con tamaño idóneo, de tal forma que podamos desplegarlos con facilidad o solo equipar y desequipar con un toque con el dedo.

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Otro añadido determinante reside en el uso de las cámaras de 3DS, que ahora permiten al jugador sacar fotos de cualquier cosa para importar su color o textura al juego e implementarlas sobre el ropaje de Snake para que esté en sintonía con el ambiente y el porcentaje de camuflaje deje sus mejores cifras. Esto en los primeros pasos puede parecer insustancial pero a medida que llegamos a las últimas partes del juego o el modo Difícil y la dificultad se intensifica, buscar la mejor capa de colores para cada parte y material de los escenarios pasa a ser indispensable. El pasar desapercibido es tan importante en este juego y enriquece tanto la experiencia que Konami ha reforzado la IA para que los enemigos ahora nos detecten antes, sean más sensibles al ruido y las variaciones de color o se muevan con mayor astucia. No hay un salto cualitativo sobre el juego original, pero el jugador que venga de aquél sí que percibirá cierta exigencia superior.

En consecuencia de esto, otra novedad importante que funciona de maravilla en MGS3D recae en las nuevas posturas y movimientos del protagonista, capaz ahora de caminar en cuclillas y disparar desde una vista en primera persona, estupenda para lograr disparos precisos como los aturdidores con balas-somnífero. La nueva posición agachada de Snake fluye perfectamente entre otros movimientos del personaje, como colgarse de salientes o extenderse en el suelo del todo. Es muy útil para avanzar en determinados entornos, siendo más rápida que el arrastre completo pero no tan expuesta como el caminado erguido. El combate cuerpo a cuerpo también ha ganado combinaciones. Además, otra vista en tercera persona desde el hombro ayuda bastante a las partes de infiltración y escondite tras coberturas, donde en 3DS se saca un magnífico partido a todo este elenco de nuevas formas de ponernos en la piel de Snake.

Con o sin segundo stick

Es un manejo radicalmente distinto, y crea otro de esos ejemplos que demuestran que un segundo joystick es esencial en títulos de este corte. Metal Gear Solid 3: Snake Eater para 3DS es totalmente practicable teniendo el Botón Deslizante Pro o no, con la consola tal cual, pero el apuntado cambia por completo de una y otra forma, dejando los botones A, B, X e Y para las cámaras si no se posee el polémico periférico añadido. El apuntado de forma digital es más lento e impreciso, crea frustración en los momentos más tensos y rápidos, y cuesta un poco apuntarse dejando la sensación de solución a la desesperada. Es recomendable, por tanto, disfrutar de este juego con el accesorio negro, algo que también ocurría por ejemplo con Resident Evil: Revelations, pero aquí esa preferencia se ha incrementado.
 

Lo mismo pero distinto

Un juego tan brillante y estructurado como Snake Eater poco podía fallar en un sistema portátil capaz de recogerlo de forma bastante íntegra. Su narrativa intensa, la jugabilidad variada y organizada por áreas y misiones que resolver cronológicamente, la inmersiva propuesta jugable que es el título de principio a fin o la emotividad que consigue en casi todos los diálogos lo hacen desde ya una de las mayores aventuras que se podrán vivir en 3DS y una reedición imprescindible para quienes no jugaran en su día al original y no dispongan de plataformas HD para descubrirlo hoy junto a Sons of Liberty y Peace Walker. Snake Eater no ha envejecido nada mal pese a sus siete años de vigencia, es un título divertidísimo y desafiante, muy bien conservado y restaurado gracias a las innovaciones que incorpora.

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Ya hacía mención antes a estos cambios dentro del propio juego que esta versión portátil incorpora, pero tenemos que incidir sobre ellos porque lo cierto es que MGS 3 Snake Eater no ha sido llevado a 3DS de forma absoluta y automática, sino que Kojima Productions ha aprovechado para llenar de detalles y más guiños el juego, creando incluso nuevos Easter Eggs humorísticos como que Snake se encuentre con el dinosaurio Yoshi -de Super Mario Bros- en mitad de la selva, mirar a través de sus ojos en cinemáticas, o que se nos pregunte qué Metal Gear Solid preferimos al principio de la partida. Además, no faltan importantes cambios en el esquema de cámaras empleado en momentos irrepetibles. Hay vídeos que no son idénticos y sacan mayor partido del 3D, con transformaciones leves pero que se agradecen. También hay partes de infiltración y tensión en que veremos las situaciones desde una perspectiva más cercana a la original, lo que facilita la visibilidad en una pantalla como ésta y enfatiza el 3D, aunque crea con ello momentos ligeramente distintos donde, por ejemplo, no tendremos una visión tan general del entorno.

Incluso el diseño de algunas áreas se ha retocado muy suavemente, algo imperceptible a menos que se comparen directamente el juego original con esta nueva edición. La posición de los soldados enemigos está cambiada a veces, para desafiar incluso a quien recuerde a la perfección el título original. Se crean con esto algunos sobresaltos importantes, que en 3D llevan un enfatizado visual inesperado. Los momentos en que Snake repta entre arbustos o se agazapa en rocas y ríos parecen más cercanos ahora, con los elementos ambientales saliendo de la pantalla a medida que movemos la cámara y se generan algunos zooms prerrenderizados. Los subtítulos también se han agrandado para hacerse legibles en una portátil, aunque no sobresalen en exceso de la imagen como si ocurría, por ejemplo, en The Legend of Zelda: Ocarina of Time 3D. La música y los FX, por supuesto, siguen funcionando al mismo insuperable nivel, con las melodías de Harry Gregson-Williams redondeando un apartado sonoro impecable que comienza con el magnífico doblaje, eso sí, en versión original anglosajona.

8.4

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.