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Mechstermination Force

Mechstermination Force

Una de "robores"

Mechstermination Force, análisis: acción al más puro estilo Contra

Una oleada de colosos de metal amenaza la tierra en la última locura indie. Analizamos lo último en Run`n Gun

Desde que existen videojuegos con un botón de salto y otro de disparo, todo Run´n Gun que se precie debe esforzarse por obligarnos a chocar contra un muro en forma de final boss cada vez que terminamos un nivel. Basta echar una ojeada a las tres primeras entregas de la saga Metal Slug para comprobar el extremo hasta el que sus diseñadores se esforzaron cada vez más en las refriegas contra enormes bicharracos, imponentes moles contra las que la derrota parecía garantizada. Enormes gigantes de metal contra un simple personaje humano pixelado, por mucho que éste recordase a Schwarzenegger, Van Damme o Stallone. Era cuestión de tiempo que nos llegase una propuesta que, dejando de lado los niveles de desplazamiento horizontal de los clásicos Contra, Cyber Lip o Gunstar Heroes, hiciese de los enfrentamientos contra colosos su razón de ser. Es cierto que Cuphead iba ya de algo así, pero es un videojuego donde respiran otras influencias que lo impregnan casi todo. Furi hizo algo parecido con el shoot´em up, pero lo que aún esperábamos era más bien una auténtica recreativa de los noventa en la que personajes arcadianos, por así decirlo, se enfrentasen a un enorme festín de jefes finales. Eso es exactamente lo que propone una de las sorpresas del año en la escena independiente para la híbrida de Nintendo: Mechstermination Force.

Un ejercicio de profundización

Conocemos a Hörberg Productions por las dos entregas de Gunman Clive, títulos en los que se pueden rastrear algunas de las situaciones que hemos visto en este Mechstermination Force. Plataformas circulares giratorias, énfasis en los enfrentamientos con enemigos poderosos y un estilo artístico muy peculiar parecen señas de identidad de la casa. Lo cierto es que se aprecian ideas comunes aquí y allá, pero también da la sensación de que hay un salto de calidad en este arcade en muchos aspectos clave. Todo eso teniendo en cuenta que estamos ante un juego sin muchas más pretensiones que las de divertir durante unas cuantas horas, para dejar aplicarse después a los más dedicados en lo de siempre: batir sus récords contra el cronómetro una vez superada la campaña principal.

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Mechstermination Force comienza con un par de enfrentamientos tutoriales que nos enseñan lo que estos personajes pueden hacer. Es algo muy sencillo: en principio, pueden saltar y disparar. Después, que del primer Contra hace mucho, irán aprendiendo habilidades que tampoco ganarían ningún premio a la originalidad, como unos guantes para escalar superficies metálicas o un doble salto imprescindible en los últimos enfrentamientos. Ya está, no hay más: es un juego enormemente escueto si nos centramos en las mecánicas de los personajes. También lo es si ponemos el foco en las mejoras que podremos ir comprando de cuando en cuando: armas para facilitarnos la tarea (más que nada porque permiten a cada jugador cierta personalización en su aproximación a los niveles) y mejoras de salud absolutamente imprescindibles para liquidar a los robots más avanzados. Sin duda se ha pretendido que el juego sea minimalista también en este aspecto.

Minimalismo, colores chillones y boss rush.

Si hay algo que destaca de este Mechstermination Force es precisamente cómo su apuesta por la escasez de medios ha terminado dando forma a un título bastante redondo que dejará satisfechos a los más fanáticos del arcade. A nivel argumental es un videojuego que raya con lo autoparódico, contándonos una especie de homenaje a las películas de la saga Pacific Rim en un mundo que parece salido de una vieja recreativa con un certero toque cell shaded, con una música que acompaña sin más. También aquí se ha apostado por la austeridad, así que cuantificando todo lo que sucede en este juego pronto llegaremos a una conclusión: de lo único que anda sobrado es de ganas de divertir desde el minuto uno. La buena noticia: lo consigue. La mala: podría hacerlo mejor.

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Pasada la primera oleada de tres mechas gigantes a exterminar, tenemos ya a la vista prácticamente todo lo que se nos ofrece. Mechstermination Force se muestra entonces como un juego complicado (no en vano es un arcade a la antigua), pero se las apaña muy bien a lo largo de la campaña para no resultar imposible, gracias a un equilibrio que nos ha parecido muy acertado. Cada combate contra un robot gigante nos obliga a una fase de conocimiento de sus debilidades, que nos permitirá después el ataque a las mismas para llegar al momento de la mechsterminación. Las viejas recreativas nos aplastaban con una dificultad excesiva en casi todo momento, pero este arcade de 2019 consigue que siempre nos quedemos con esa sensación de a la próxima va la vencida hasta que llega el momento de la victoria. Aun así, aún tratándose de un arcade muy bien llevado a cabo y con muchos aspectos pulidos con mucho detalle, hay algunas aristas que empañan una parte de la experiencia. Es muy divertido el tiempo que invertimos en averiguar cómo destruir los núcleos de los robots, pero en ese proceso se producen momentos de caos en los que perdemos de vista a nuestro minúsculo personaje (un ejemplo indefendible lo tenemos cuando el robot-ciempiés se convierte en una especie de noria). También tenemos que poner algún reparo a unos saltos con los que cualquiera que haya jugado mucho a los Metal Slug tendrá una relación de amor-odio: aunque su velocidad recuerda mucho a la de esos mitos, en muchas ocasiones su timing nos dejará vendidos o no nos ofrecerán la precisión que se nos exige. Algo similar sucede a los agarres a las paredes de metal, que nos jugarán alguna trastada cada cierto tiempo.

Un arcade de los de siempre

Mechstermination Force no es un arcade perfecto, pero quien ha jugado muchos sabe que pocos lo son realmente. Sus pequeñas imperfecciones en saltos, hitboxes y demás no son más que las miserias habituales en desarrollos de este tamaño, incluso en los que se nos presentan pulidos al extremo. Son detalles que empañan un poco la experiencia, y cualquiera que se tome en serio estos juegos los notará en su momento, pero no se llevan por delante un diseño muy acertado de los niveles. Cada coloso es un pequeño mundo en sí mismo, tocando entre todos varias vertientes de la historia del arcade (saltos más o menos complejos, disparos con precisión de twin stick shooter, momentos de bullet hell). Sorprende esta variedad dentro de la idea común, con momentos de mucho ingenio, por lo que en el cómputo general esta frescura termina destacando más que lo negativo, sobre todo gracias a ese sentido tan bien medido de la dificultad del que hace gala la campaña. Tanto es así, que no tiene demasiado sentido dar una estimación de la duración de este juego, en el que la vieja máxima de que la dificultad es algo subjetivo se aplica desde que pulsamos el botón Start. Lo que sí es seguro que serán muy pocos jugadores los que se vean superados por sus niveles como sucede en muchas otras propuestas recientes que hacen del arcade algo aplastante porque sí. De hecho, es posible que los jugadores más hardcore agradezcan en esta ocasión… un modo difícil. Llegue o no esta opción en un futuro, este Mechstermination Force es un Run´n Gun sólido con el que cualquiera va a pasar un muy buen rato, a un precio mucho más que atractivo para lo que ofrece.

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Conclusión

Mechstermination Force fusiona a los colosos de Fumito Ueda con las viejas recreativas en una propuesta disfrutable tanto por los fanáticos del arcade como por quienes no disfrutan siendo aplastados sin piedad. No competirá en las categorías de mejor juego independiente del año, pero quienes busquen pasar un buen rato con cierta exigencia y no se cansen de recordar a los viejos Run´n Gun tienen aquí una de las mejores propuestas del momento. Solamente algunas imperfecciones en saltos y agarres lo separan del camino de lo excelente, pero hay suficiente ingenio en sus niveles como para intentarlo hasta que todo sale bien.

Lo mejor

  • Vistoso pese a su humildad
  • Los niveles son muy variados e ingeniosos
  • Dificultad en su justa medida para un amplio abanico de jugadores

Lo peor

  • Agarres y saltos juegan malas pasadas
  • Hay momentos de caos en los que perderemos de vista a nuestro personaje
  • En cooperativo, esos momentos de descontrol pueden dar al traste con el intento
7.7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.