Marvel vs Capcom 3: Fate of Two Worlds
Lucha de titanes
El retorno de una de las franquicias más aclamadas del género de lucha vuelve con más fuerza que nunca. Marvel vs Capcom 3, o lo que es lo mismo, un enfrentamiento de enormes dimensiones para Playstation 3 y Xbox 360. El destino de dos mundos, y de la tierra, está en sus manos. Desgranamos lo último de Capcom en el género de la lucha bidimensional.
La apuesta de Capcom para este 2011 en el género de la lucha es Marvel vs Capcom 3. La compañía japonesa ha revivido este subgénero Street Fighter IV mediante. Le siguió en 2010 la revisión Super del mismo, juego que triunfa en la escena competitiva, y el relevo lo toma en el presente curso la secuela del crossover más exitoso de todos los tiempos. Lo que parecía improbable hace algún tiempo -los acuerdos entre Marvel y la desarrolladora de videojuegos terminaron- es ya una realidad. Personajes de peso que vuelven a encontrarse en la lucha que protagonizan dos mundos con un solo objetivo: ganar.
Marvel vs Capcom 3 es un movimiento que supone un éxito comercial -a priori- para Capcom. Es algo de lo que no se escondió la compañía, explicando que ese motivo -la base de jugadores y usuarios que esperaban con brazos abiertos una secuela de este crossover- los había llevado a negociar de nuevo el acuerdo con el gigante del mundo de los cómics. El movimiento también tiene su qué para Marvel, que ha potenciado una serie de personajes que también están pegando fuerte en las viñetas. Por eso encontramos a un Deadpool cada vez más protagonista, la novedad de Thor en el juego que coincide el retorno de los vengadores no hace mucho y, a cambio, se echa en falta otros personajes que están hoy en día en un segundo plano en el tema de las publicaciones.
A cambio de un movimiento con fines comerciales claros, algo lógico y que no escapa de la naturaleza de todo videojuego: producto que se hace para vender, llega un crossover que seguramente no revoluciona el sub-género en cuestión pero tremendamente cuidado en todos sus aspectos. Es una manera de renovar el éxito de hace una década con Marvel vs Capcom 2. Y el camino sigue las directrices de Street Fighter IV, retorno del rey de la lucha que supo aunar la sensación de clásico atemporal con las nuevas tecnologías. Eso pasa con la tercera entrega de Marvel vs Capcom, quinta si tenemos en cuenta X-Men vs Street Fighter y Marvel Super Heroes, dos juegos que siempre se han considerado precursores de la franquicia en cuestión.
Ante esto es necesario remarcar que el juego para Playstation 3 y Xbox 360 es un crossover que no renuncia a ninguno de los elementos que se le presuponen a este tipo de juegos de lucha. Si la mecánica de dichos juegos no encaja, difícilmente encajará este Marvel vs Capcom 3. Si en cambio nunca se ha hecho un feo a los crossover o incluso es un estilo de lucha que gusta, este Fate of Two Worlds es desde ya un imprescindible. Matizado esto, cabe decir que es uno de los grandes del género en la presente generación de consolas, y que incluso los más reacios con la fórmula deberían echarle un ojo. Capcom ha trabajado para abrirlo a todo el mundo, expertos y novatos, y lo cierto es que el movimiento realizado puede servir para convencer al público en general gracias al tipo de controles y mecánicas que se ofrecen. Es fácil de controlar y de entender, no tanto de dominar.
Marvel vs Capcom 3 es el primer gran lanzamiento del año en el género de lucha, que tendría que recibir también durante 2011 a Mortal Kombat. Un plantel de personajes más que interesante y variado, diversión ante todo y el aprovechamiento de la explosión on-line que se ha presenciado en la presente generación de consolas. Con elementos más de Tatsunoko vs Capcom que de la misma franquicia, pero con la frescura que se podría atribuir al primer crossover de todos, Fate of Two Worlds llega para consolidar al género, a las 2D en general y a Capcom en particular. Al menos en lo que lucha se refiere, naturalmente.
Dante, Arthur, Amaterasu, Haggar, Viewtiful Joe o Spencer son personajes de gran renombre, tremendamente distintos entre ellos y debutantes todos desde la banda de Capcom. Hay más, pero estos protagonistas en sus franquicias demuestran que la elección -y escabechina por otro lado- para la plantilla se ha hecho con acierto. Algo que se nota cuando vamos intercambiando impresiones con cada uno de ellos. Lo mismo pasa en el otro lado. Deadpool, Modok, Thor, Fénix o Taskmaster tampoco es quedan atrás en cuánto a posibilidades y, sobre todo, diferencias palpables con el arcade stick entre manos. Es su momento, su hora. Y la aprovechan a la perfección. Aunque se tenga que admitir que por el camino nos hayamos quedado, de momento, sin personajes importantes como Megaman, Strider Hiryu, Cíclope, Cable o Venom. Naturalmente la valoración subjetiva sobre quién sobra y quién no depende de cada uno, y aunque no puede haber queja por los nuevos y los que se mantienen -el plantel es pintoresco, variado y acertado- si se lamentarán, seguro, algunas ausencias de las mencionadas. U otras.
De entre los 36 luchadores hay personajes y equipo para cada tipo de jugador. Es cierto que todos acaban ofreciendo una resolución en los combos similar, algo que tiene que ver más con la mecánica de juego en sí que con ellos mismos, pero las técnicas que ofrecen permiten que podamos encontrarnos a gusto con ciertos personajes y viceversa. Luchadores ofensivos totalmente que viven de hacer combos más o menos complejos y no dejar respirar al rival -Fénix por ejemplo- junto a otros grandes zoneadores para mantener las distancias (Arthur, Deadpool) o guerreros de mucho poder y ejecuciones más simples como Hulk o Sentinel. Podríamos seguir con otros más veloces y pequeños como Amaterasu, o con enemigos con ciertas particularidades como la de poder volar o teletransportarse que cambian la perspectiva de una batalla. Ahí radica la grandeza del plantel: en su variedad. Todos pueden adaptarse a una manera de luchar a priori, y a pesar de estos encasillamientos leves, tienen dentro de sí combos profundos con los que plantar cara.
Porque uno de los puntos más criticables de Marvel vs Capcom 2 se encontraba en el equilibrio de personajes, algo que es imposible valorar hoy en día con la nueva entrega pero un factor que ya muestra pinceladas sobre como se ha resuelto. La diferencia de vida entre luchadores -alguna como Fénix no llega a 500 puntos y otros están a 1250- se debe a la cantidad de herramientas que tiene cada uno de ellos. Lo cierto es que la sensación es que el juego vuelve a estar lejos de un equilibrio deseado, con personajes poderosos que con poca cosa pueden cambiar el signo de un combate u otros que pueden abusar con sus herramientas. Cabe destacar, eso sí, que a cambio todo el plantel de luchadores es capaz, con combos más o menos sencillos, liquidar más de la mitad de la barra de un enemigo. Todos tienen herramientas y posibilidades, pero el equilibrio -ya lo dijo Capcom- no está presente en el juego como algunos desearían.
Uno de los añadidos más destacados es el X-Factor, un movimiento limitado a una vez por combate. Al activarlo, durante un tiempo somos más fuertes y rápidos, además de recuperar la barra roja que tenemos. Cuántos menos personajes tengamos en el equipo en el momento de activar el X-factor, más duradero y letal es. Ideal para remontadas, aunque también sirve para cancelar un hyper y poder continuar un combo totalmente devastador. A nivel defensivo también hay novedades. Podemos hacer counters para frenar un ataque aéreo por ejemplo, y se introduce el concepto advant guard, que nos permite bloquear y separarnos unos metros de un rival cuando nos esté presionando de mala manera.
Por todo esto comentamos al inicio que el estilo de juego es de crossover, y que puede haber gente a la que no le acabe de enganchar. Es primordial aprender a usar las asistencias (antes de empezar se elige entre tres tipos de ataque de cada personaje cuando haga el assist) para seguir haciendo combos y conocer los comandos ideales de cada personaje para los ataques aéreos y sus posibilidades. Y aunque es simple de usar, el juego es exigente a la hora de dominarse. Encontrar la estrategia de personajes y assists ideal (si llamamos a un personaje que hace un assist vertical por ejemplo cuando atacamos desde el suelo no tocará a nuestro enemigo), saber usar el X-Factor y defenderse de un combo rival que podría acabar con todo un personaje nuestro de un porrazo es tan necesario como poco sencillo de naturalizar.
Si algo no se puede negar a Capcom, eso es la eficacia del online y su estructura. De nuevo la compañía ha hecho un sistema eficaz que permite jugar a partidas sin problemas de caídas, lag o desconexiones que afecten a la experiencia. Se demostró con Street Fighter IV y en esta ocasión no se es menos. Es de agradecer el funcionamiento correcto en este sentido, ya que los juegos de lucha sufren cualquier pequeño retraso más que en otros productos. Y sin ir más lejos, hay juegos que por tener un mal online -King of Fighters XII entre otros errores- acabaron en el baúl de los recuerdos.
Precisamente es en el offline donde vamos a encontrar menos cosas interesantes. La política de Capcom es clara en este sentido, aunque se echan en falta algunas posibilidades más. El modo historia se basa en una serie de combates contra equipos de tres personajes hasta llegar al jefe final: Galactus. Es el combate más interesante de todos, ya que el enemigo tiene grandes dimensiones, envía clones de otros personajes y sus golpes nos destrozan en un santiamén. Al acabar con él nos saltarán un par de viñetas del personaje que lo haya eliminado a modo de final. El estilo es divertido, ya que es en formato cómic, pero tiene poco contenido. Además, si queremos ver el final de los tres luchadores debemos acabar con Galactus dándole un golpe definitivo con cada uno. Aunque luchemos con tres personajes, resumiendo, solo se ve un final.
Lo que acompaña al modo historia son las misiones. Del mismo estilo que los desafíos de Super Street fighter IV, en esta ocasión tenemos diez combinaciones para cada uno de los personajes que debemos hacer con éxito. Hay combos interesantes que son pistas para lo que luego podemos usar en combate, y hay otros que nos harán sufrir. Comparando directamente, queda claro que la dificultad de ejecución de algunos de ellos no tiene nada que envidiar, al contrario, a otros juegos con misiones como Street Fighter IV y la revisión Super. Junto a ello se le añade un versus para jugar con otro jugador (no se puede hacer versus con la CPU)... y se acabó la oferta de modos offline.
Eso sí, el juego llega con contenido extra. Artes, modelados en 3D, melodías o la licencia. En ella podemos elegir título e iconos que vamos desbloqueando a medida que descubrimos nuevas cosas del juego, lo terminamos con personajes diversos y sumamos puntos cada vez que jugamos. En la licencia se puede ver todo tipo de estadísticas que van desde el uso de los personajes que le damos hasta los equipos que usamos, nuestras habilidades favoritas o un completo folio con victorias y derrotas de cada modo de juego, porcentajes y demás elementos que el juego va almacenando sobre nuestros avances.
El modelado de los personajes es un ejemplo de ello, de la misma manera que las animaciones son también un gran punto a favor: en movimiento gana muchísimos enteros. Están perfectamente diseñados con el estilo un tanto oscuro y maduro que se le ha querido dar al juego como contrapunto al colorido Marvel vs Capcom 2. El estilo le sienta de mil maravillas, y también sabe combinarse con todo tipo de luces y colores que aparecen cuando hacemos ataques especiales. El toque desenfadado del juego no se pierde por el trazado de los personajes, ya que la hipérbole de sus combos, sus movimientos o también los escenarios ayudan a crear un ambiente distendido y lleno de fantasía.
Seguramente los escenarios son de lo más destacado. Hay vida propia detrás del plano donde luchan los personajes. Algunos como Metro City, el primer nivel de Ghost and Goblins o la ciudad de Spiderman están llenos de movimiento y vida. Zonas que se destruyen por la lava como le pasaba a Arthur en su juego original, todo tipo de elementos que se mueven como pasa en la ciudad citada anteriormente o los personajes que hacen sus cosas en segundo plano hacen que los escenarios en términos generales sean de una gran factura. A veces incluso nos despistaremos con movimientos y efectos que pensaremos que son ataques de nuestros rivales. El problema principal es la escasez de ellos, ya que solo hay disponibles nueve.
A nivel de sonido se ha mejorado la banda sonora de Marvel vs Capcom 2, pero sigue sin ser uno de los puntos fuertes del juego. Hay algunas melodías buenas y que encajan con el ritmo de juego, mientras que otras parecen estar fuera de la propuesta jugable en sí. Algo que ya pasaba en la entrega anterior pero que no es tan habitual en esta. Lo cierto es que no se puede prestar tampoco mucha atención con la velocidad que nos exige el juego. Lo mejor, en este sentido, se encuentra en la posibilidad de elegir el idioma de cada uno de los personajes, ya sea en inglés o en japonés. Otros elementos como los efectos, explosiones e impactos sí tienen un mejor acabado en general. El juego llega traducido al castellano en lo que menús se refiere.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.