Rivales Eternos

Mario y Donkey Kong han vivido numerosas aventuras, hasta tal punto que muchas veces se puede llegar a olvidar la rivalidad que mantienen ambos personajes, la rivalidad que lo empezó todo y que ahora reviven en Game Boy Advance.

Corría el año 1981 cuando veía la luz la recreativa de Donkey Kong. Con un sencillo planteamiento, el jugador debía salvar a la princesa de las garras del gran simio que se encontraba en lo alto de la pantalla, controlando a un recién nacido Mario. La joven estrella debería subir varios niveles hasta alcanzar la cima del escenario, donde derrotaría al gran Donkey Kong y salvaría a la princesa.

Desde aquel momento, han sido numerosas las aventuras protagonizadas por ambos personajes, tanto por separado (las sagas Mario Bros. o Donkey Kong Country, por poner algunos ejemplos) como juntos (en juegos como Mario Kart o Smash Bros.), hasta el punto de que tanto el fontanero como el simio eran ya caras habituales en el mundo de los videojuegos, dejando atrás sus rencillas iniciales.

Hace unos diez años, Nintendo quiso revivir aquel enfrentamiento que suponía el origen de varios de sus personajes más carismáticos. Así, haría su aparición en Game Boy el juego Donkey Kong, que recuperaba la esencia del arcade original gracias a sus mundos llenos de puzzles, muy diferentes a las plataformas a las que tenían acostumbrados a los seguidores ambos personajes.

A pesar de los años transcurridos, el enfrentamiento entre ambos personajes sigue candente, y ahora regresan a Game Boy Advance con este Mario vs Donkey Kong. Un título que sigue la tendencia de las disputas entre el fontanero y el simio gigante, presentando mundos llenos de puzzles en los que Mario debe detener a Donkey Kong antes de que se le acabe el tiempo.

Por unos mini-Mario

Donkey Kong está plácidamente en su casa viendo la televisión, cuando le llama la atención un anuncio de un juguete, los mini-Mario, unas maravillosas criaturas que emulan al famoso fontanero hasta tal punto que hasta dicen 'mamma mia'.

El gran simio no duda en salir a la calle rumbo a la juguetería más cercana para hacerse con uno de los pequeños Marios, pero para su desilusión, se han acabado todas las existencias.

Por tanto, en pleno enfado, opta por la vía rápida, ir directamente a la fábrica para hacerse con todos los mini-Mario que se encontraban allí acumulados. Con su saco cargado, Donkey Kong se escapa a toda velocidad, pero tras él irá el carismático fontanero, que intentará recuperar todas sus versiones reducidas de manos del ¿malvado? simio.

48 fases llenas de puzzles

Siguiendo la estela de los enfrentamientos entre Mario y Donkey Kong, esta nueva entrega para Game Boy Advance presenta la misma esencia y la misma idea principal: la mezcla de plataformas y puzzles.

Aquellos que hayan disfrutado de Donkey Kong en Game Boy, reconocerán fácilmente el estilo de juego del que hace gala esta nueva entrega que, a pesar de todo, es del todo novedosa y presenta elementos más que suficientes para definirla como algo totalmente distinto a pesar de presentar el mismo envase.

El juego está estructurado en 6 mundos con 8 fases cada mundo. De esas 8 fases, 6 siguen lo que podríamos llamar el esquema básico, el más repetido en el juego que ya es heredado del anterior Donkey Kong. La penúltima fase estará protagonizada por los mini-Mario rescatados en las anteriores, que Mario deberá guiar hasta el baúl para ponerlos a buen recaudo. Y para terminar cada mundo, un inevitable enfrentamiento contra Donkey Kong.

Las 6 fases del esquema 'básico' están divididas, a su vez, en dos sub-fases. En la primera, el objetivo es conseguir la llave y abrir con ella la puerta. Así, se accede a la segunda sub-fase, donde el deber de Mario será conseguir rescatar al mini-Mario de rigor.

En todas y cada una de esas fases, el jugador deberá hacer gala de sus habilidades para poder cumplir con los objetivos necesarios para avanzar, ya que todos los objetos se encuentran estratégicamente situados para que haya que descubrir los pasos concretos a seguir con el fin de poder terminar la fase.

Objetos variados

En Mario vs Donkey Kong, habrá numerosos elementos en cada escenario que darán al jugador las ayudas necesarias o deberá hacer uso de ellos para poder cumplir con su obligación.

Los principales objetos son, como es evidente, la llave y el mini-Mario. La llave, que abre la puerta de acceso al segundo mini-nivel, no puede ser abandonada en cualquier punto del escenario, ya que en algo más de diez segundos desaparece y vuelve a su lugar original, por lo que Mario deberá tener cuidado de no perderla o de asegurarse de actuar con rapidez antes de que desaparezca.

Los mini-Mario, por su parte, tienen un mecanismo bastante más simple, ya que con sólo cogerlos, se acaba el nivel. Pero claro, la cuestión es dar llegado hasta ellos en plenas condiciones.

Otros objetos importantes son los interruptores de colores que se encuentran esparcidos por todo el escenario. Al pulsar uno de esos interruptores, las plataformas de su color aparecen, y desaparecen las de algunos de los demás colores. Es una rutina sencilla, pero algo complicada de explicar. Simplemente, es un añadido al factor puzzle del juego, ya que habrá que jugar con los interruptores para poder cumplir los objetivos del nivel.

También destacan por su relativa importancia los paquetes. Hay tres paquetes de distintos colores entre los 2 niveles de cada fase. Si Mario recoge los tres, al acabar la fase tendrá lugar un pequeño minijuego en el que se podrán conseguir vidas extra que están ocultas dentro de las cajas, y será la fortuna la que decida qué caja le tocará en suerte al fontanero. Estos minijuegos son variados, aunque la mayor parte de las veces se repite el mismo.

Además, otros objetos como trampolines, cubos de basura, barriles, lianas o cuadros de ayuda (con información extra o detalles de ayuda sobre el juego) también forman parte del conjunto del escenario.

Los cubos de basura, junto con el martillo (un clásico de esta pequeña saga), constituyen las principales armas de Mario contra la fauna que se encontrará en su camino. Además, en algunos escenarios, contará con la ayuda de frutas y otros elementos propios del escenario a la hora de acabar con las amenazas que le acechan.

Criaturas varias

No todo son objetos inanimados, también habrá seres vivos que poblarán los niveles. Es decir, enemigos en gran parte y algún amigo de vez en cuando.

Aparte de los molestos insectos y otros enemigos bastante pesados que le darán más de un quebradero de cabeza a Mario, existen criaturas de las que podrá aprovecharse en su beneficio.

Es el caso de una especie de mapache de la que Mario podrá colgarse de la cola para cruzar los clásicos acantilados, o una especie de rinoceronte sobre el que podrá montarse para cruzar zonas de pinchos de otro modo mortales.

A pesar de su aparente amabilidad, estas criaturas siguen siendo peligrosas, y un mal control a la hora de acercarse a ellas puede suponer la muerte del fontanero protagonista, al igual que un acercamiento inadecuado a las demás criaturas que vagan por los escenarios.

Donkey Kong

Muchos de los principales momentos cumbre del juego se dan en los enemigos finales, o mejor dicho, en 'el' enemigo final, que siempre será Donkey Kong. El simio intentará acabar con el fontanero al final de cada una de las seis fases, haciendo uso de las características especiales de cada una de ellas.

El enfrentamiento tiene lugar a varios intentos. Mario tendrá un número determinado de vidas y Donkey Kong otro tanto, y el primero que acabe con las vidas del otro, se alzará con la victoria. Del mismo modo que hace Donkey, Mario también podrá hacer uso de algunos elementos específicos de los escenarios de cada fase.

Jugabilidad

¿Y cómo se controla a Mario en esta nueva incursión? Pues de un modo verdaderamente sencillo: un botón de salto y otro para acción.

El botón de salto presentará diversas posibilidades, como la de realizar un triple salto según las direcciones de la cruceta marcadas. Además, con las lianas, trapecios, trampolines y otros elementos del escenario, las habilidades de salto irán cambiando y adecuándose a cada situación concreta.

El botón de acción presenta una utilidad más simple, ya que se reduce a levantar objetos y lanzar dichos objetos cuando se vuelve a pulsar el botón.

Se trata de una jugabilidad directa y sencilla, apta para todos los públicos, cuya principal y prácticamente única pega es la dificultad de control al realizar algunos saltos ajustados, que provocará que en más de una ocasión Mario acabe en los pinchos.

Apartado técnico

Las reacciones que provoca este aspecto básico del juego son bastante dispares. Tras saber que es un juego tremendamente divertido, adictivo y sencillo de controlar, con una buena jugabilidad, toca echarle un vistazo a los apartados gráfico y sonoro.

Cierto es que gráficamente, no se explota la potencia que es capaz de desplegar Game Boy Advance, pero aún así luce muy bien, con colores vivos y buenos diseños de fondos y personajes, a pesar de que en general los escenarios pecan de cierta sencillez.

Destacan sobremanera la escenas de introducción, de una calidad muy elevada, que son una auténtica delicia visual para la pequeña portátil de Nintendo.

El sonido está en un nivel bastante más alto, con unas melodías bien producidas y que entretienen, sin llegar a hacerse aburridas ni repetitivas en ningún momento, Además, son dignos de mención los efectos sonoros, destacando los comentarios y voces de Mario a lo largo del título.

En resumen, a pesar de no ser de los mejores juegos visualmente, si que se encuentra en un buen nivel, aunque a uno le queda pena de que no se haya explotado un pelín más el motor de la consola para poder disfrutar de un título todavía más espectacular.

Ampliar