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Mario Sports Mix

Mario Sports Mix

Popurrí deportivo

Echaba en falta el catálogo de Wii algún título que abogase por el deporte de calle, por la esencia puramente 3vs3 en la que sólo importa ganar y no cómo se alcance la gloria. Empleando la base de anteriores adaptaciones del fontanero, Square Enix se pone manos a la obra para desarrollar un divertido paseo por distintas disciplinas deportivas en las que prima la diversión por encima de cualquier otro aspecto. Entretenido, visualmente colorista y alegre, la enésima papeleta de Mario y compañía se centra en el plano multijugador -local y online- para garantizar innumerables horas de juego. Una buena apuesta para ir calentando los motores de 2011.

A la mascota de Nintendo le quedan pocas facetas en las que aparecer. A nivel deportivo ha estado prácticamente en toda disciplina que cuente con cierta perspectiva mundial, o con un prestigio que supere las barreras nacionales de determinados países. Del beisbol al tenis, con una breve parada en el campo del golf sin menospreciar el fútbol o el baloncesto, para decidir pasar una época sabática en la que apenas se ha dejado ver como protagonista de spin-offs que no centren su atención en el rol o en las plataformas, géneros bastantes afines al fontanero y al peculiar universo que representa desde hace más de veinte años. Celebrado su aniversario recientemente, Nintendo no se cansa de demostrar que todo campo es válido para que el héroe por antonomasia de dos -o más- generaciones demuestre sus virtudes. Es decir: buen humor, deportividad, sencillez y humildad.

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Nintendo se ha pasado media vida tratando de potenciar el catálogo de su consola de sobremesa a base de producciones de alto standing, aunque no se ha olvidado de dejar algo de espacio para cubrir las necesidades de los jugadores que buscan experiencias multijugador que satisfagan las exigencias de un grupo de amigos que encienden la consola con el único objetivo de pasar un buen rato frente a ella. Poco o nada importa la calidad gráfica, el apartado sonoro o incluso las modalidades de juego. En estas producciones sólo prima la diversión, un factor íntimamente ligado con Wii desde que fuese anunciada la consola junto a su revolucionario sistema de control. Recordar que su catálogo se divide en dos áreas claramente diferenciadas sólo sirve, hoy por hoy, para recalcar que en esta industria a veces conviene soltar lastre y dedicar el tiempo a pulir al máximo la jugabilidad.

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Se diría que Square Enix ha captado a las mil maravillas esta forma de entender el negocio, e incluso que la ha mimetizado hasta un punto de no-retorno. Nintendo buscaba devolver a su mascota al lugar que le pertenece por méritos propios dentro del género del deporte arcade, y para ello se puso sobre la mesa un proyecto surgido de la premisa de Wii Sports o de cualquier otro título destinado a cumplir las necesidades de ‘toda la familia'. Mario Sports Mix nace con la perspectiva de ofrecer nuevos formatos de juego camuflados bajo una mecánica asequible, claramente creada con la intención de ofrecer a cualquier jugador, sea o no experimentado, la posibilidad de exprimir todo el jugo sin necesidad de emplear innumerables horas para dominar el sistema de juego. Deporte por el deporte, única y exclusivamente para divertir a cualquier que decida probar suerte.

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Sumidos en el deporte
Aunque el proceso de desarrollo ha sido trabajo de Square Enix, la esencia de Mario Sports Mix bien podría ser la de cualquier otro título que el fontanero haya protagonizado bajo el sello de la compañía afincada en Kyoto. Tanto por la presentación como por el esquema de juego, la base sobre que se asienta el proyecto recuerda a la vista y vivida en Mario Tenis o en cualquier otra de las disciplinas que han llegado al mercado como única oferta para el jugador. La gran diferencia entre el formato tradicional (entiéndase como tal el aparecido en Mario Strikers) y el actual se centra básicamente en los matices arcade y, muy especialmente, en el concepto multijugador, para el que ha sido claramente diseñado.

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Son cuatro las disciplinas que se ofertan como punto de partido, protagonistas indiscutibles del título a la vez que única opción de disfrute. Voleibol, Balón Prisionero, Baloncesto y Hockey sobre Hielo se dan de la mano junto a una selección de escenarios y personajes que fácilmente se entiende como un homenaje a anteriores capítulos de la serie deportiva. Todos son héroes (Toad Mario, Wario, Peach, Diddy, Bowser Jr, Daisy, Donkey, Yoshi, Waluigi, Luigi, Bowser), aunque para alcanzar la gloria primero han de batirse en duelos exclusivamente ceñidos al plano deportivo (con una pizca de picardía, como suele ser habitual en ellos) en los que no importa cómo se juegue o de qué manera se compita, sino única y exclusivamente obtener la victoria para pasar al siguiente round.

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La excusa que sirve como contexto para la celebración de un torneo tan peculiar como éste encuentra sus raíces en la aparición de un extraño meteorito que deja tras de sí cuatro fragmentos decorados con un fino cristal transparente. La familia de los Toad desvela el hallazgo una tarde cualquier ante la sorpresa de Mario, que rápidamente decide organizar un torneo para emplear estos cuatro objetos a modo de torneo. Con una llamada reúne a toda la tropa de personajes que han significado algo en su vida, sea de forma positiva o negativa, y sin más tiempo que perder comienza a jugar y a pasar un rato entretenido en alguna de las cuatro competiciones que se han habilitado. 'Para no ser injustos', comentaba un Toad durante la presentación, 'estableceremos deportes en los que no hayas probado ser el mejor de la galaxia, algo que aparentemente tienes dominado'.

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Estas cuatro disciplinas, aunque distintas en apariencia, se rigen bajo una mecánica similar, basada en la participación de cuatro o seis jugadores en total, distribuidos por equipos de forma ecuánime, 2vs2 o 3vs3. Se permiten golpes, roces, empujones, trampas: todo vale para obtener la victoria, inclusive el lanzamiento indiscriminado de caparazones, la obtención de monedas (que posteriormente servirá para sobornar al árbitro y conseguir unos puntillos de más en cada canasta o nuevo acierto en campo rival) o incluso la competencia desleal. Esto es, la utilización de un mismo personaje que se desdobla en dos equipos que compiten al unísono.

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Cada personaje cuenta a su vez con unos atributos personales, con mayor o menor afinidad en función de las necesidades del usuario que se encuentra al otro lado de la pantalla. Mario es el clásico todoterreno, ideal para defender, aconsejable para atacar, aunque un poco lento en las transiciones de campo. Toad es el más rápido, pero su corta envergadura apenas le permite ser un rival para los mastodontes de la pista, léase el caso de Bowser. Yoshi, por otro lado, sin duda uno de los jugadores más destacados de la temporada, combina en justa medida una buena dosis de agilidad con la tan ansiada regularidad, requisito imprescindible para que un deportista triunfe en el panorama actual. A la fiesta se suman las apariciones -secretas a priori- de las figuras emblemáticas de Square (Cactilion incluido) y Enix (con el encantador Slime por bandera).

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Cuatro deportes, una forma de juego
Cada disciplina toma como referencia las normas a las que están sujetas en la realidad, omitiendo unas, respetando otras, siempre ante la perspectiva de que sea el jugador el que domine absolutamente todos los aspectos de la partida. Pongamos el ejemplo del baloncesto, probablemente el más asequible de todos. Se permite realizar tapones ilegales, empujones, campo atrás, no existen sacas de banda… No obstante, el objetivo sigue estableciéndose en anotar cuantas más canastas sea mejor durante los partidos. El usuario es quien decide si prefiere anotarlas de forma espectacular (realizando un mate demoledor, rompiendo a la defensa rival) o elegantemente, con más efectividad que espectáculo. En la práctica, las sensaciones que transmite jugar a basket son muy similares a las experimentadas en los partidos de hockey sobre hielo, siendo esta última más exigente en cuanto al ritmo de juego.

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Voleibol y Balón Prisionero, pese a la distancia entre perspectivas de juego, ofrecen mayor variedad de situaciones y un estilo de juego menos estructurado. Todas las disciplinas ofrecen unas sensaciones de juego similares, basadas en un concepto arcade sencillo, básico, que todo jugador podrá dominar en cuestión de horas. Existen fintas y movimientos especiales -cuyo uso en niveles de dificultad ascendentes es esencial- que contribuyen a complementar el abanico de posibilidades de cada jugador durante los partidos, así como una barra de energía que, al rellenarse, permite ejecutar un movimiento especial con el que sumar un nuevo punto a nuestro marcador con la mitad de problemas. Asimismo, Square Enix habilita distintos objetos secundarios para fomentar la competitividad, tal es el caso de las conchas o de las cáscaras de plátanos con las que tomamos algo de ventaja sobre el rival.

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La idea es ofrecer variedad al margen de las posibilidades de cada disciplina. El sistema de juego se basa, como decimos, en realizar correctamente los tres o cuatro movimientos básicos de cada estilo deportivo, por lo que una vez dominado la victoria o derrota depende en gran medida de nuestra propia soltura para aprovechar las oportunidades que ofrece la colección de objetos secundarios que aparecen por el escenario de cuando en cuando. Las monedas que se despliegan en sobre el campo de juego sirven como apoyo para sumar un par de puntos extra, esenciales para garantizar una cómoda victoria sobre el rival. Concepto éste que, por cierto, resulta más simple de lo que parece, en tanto la Inteligencia Artificial de nuestros contrincantes es prácticamente nula. Este hecho viene a ilustrar la perspectiva multijugador que se le otorga a esta producción, virtud o defecto según se mire.

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De los tres torneos a los que se puede acceder en cada disciplina -Champiñón, Estrella y Flor-, sólo el último transmite la sensación de competir a gran escala ante adversarios que lo dan todo sobre el campo para evitar ser derrotados. A medida que obtenemos la victoria en las distintas disciplinas, el nivel de exigencia de la CPU aumenta, aunque pocas veces nos veremos contra las cuerdas. No es Mario Sports Mix un título recomendable por la recreación que se realiza del deporte arcade (como sí lo era NBA Jam, sirva como ejemplo), sino más bien debido al frenesí que se experimenta con son varios los jugadores ‘humanos' los que controlan la acción en todo momento.

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La ausencia de exigencia no se palia con el nivel ‘brutal' de dificultad (que como mucho equivale al ‘difícil' de un juego deportivo mediamente complejo), pero sí con la presencia de una infraestructura que habilita el juego online entre un total de cuatro usuarios. Aplaudimos esta decisión, que incomprensiblemente no sirve como ejemplo a otras compañías del sector, ya que sin ella se perdería gran parte de la esencia del título. Los cuatro minijuegos que forman parte del menú principal, cuya presencia es meramente anecdótica, subrayan esta faceta de un título que parecer estar destinado a un público eminentemente infantil o de corta edad. Para toda la familia o para jugadores que sólo buscan pasar un rato entretenido frente a la consola sin traumas ni dolores de cabeza: lo mismo que Mario Kart, pero sin el mismo nivel de exigencia.

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De hecho, esta falta de exigencia, combinada con la escasez de disciplinas deportivas, así como de cualquier modalidad que complemente las expuestas a lo largo de este análisis, se plantea como una de las principales taras con las que carga Mario Sports Mix. A nivel técnico, aspecto que ha quedado relegado a un segundo plano, el título cumple con una selección interesante de escenarios (aunque apenas hay una docena), como también con un diseño correcto de personajes. Falta el carisma que se le presupone a una producción de Nintendo, elemento éste que se trata de transmitir a través de las alegres melodías de samba y lounge, así como del constante clamor del público que figura en las gradas. El planteamiento es el adecuado en este sentido: nada que destacar, ni tampoco que lamentar. Sencillamente aceptable.

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7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.