Mario Party: Island Tour
Mario Party: Island Tour
Mario Party, la saga de minijuegos más añeja de la casa Nintendo se expande en Nintendo 3DS con Island Tour, una recopilación de retos enfocados al juego portátil. ¿Conseguirá replicar la fórmula de juego en el salón de casa?
El afán de Nintendo por renovar cada una de sus licencias en cada consola nueva que pone el mercado salpica Mario Party, la decana de los party game en la casa dirigida por Satoru Iwata que ahora se estrena en Nintendo 3DS con el sobrenombre de Island Tour. Único en su especie prácticamente por la falta de competidores en el catálogo de la portátil, este juego llega al mercado para intentar dotar a la consola de una opción apropiada en las fiestas con amigos, una hazaña nada sencilla teniendo en cuenta que estamos ante un género que siempre ha alcanzado su clímax de diversion en consolas de sobremesa.
Comencemos por el modo tradicional, el "Modo Fiesta", que presenta siete tableros (algunos bloqueados), cada uno con su propia temática, reglas de juego y tiempo estimado de duración (dato conveniente para jugar en una portátil). Entrados en materia y tras seleccionar uno de los personajes disponibles (contamos con ocho: Mario, Luigi, Peach, Daisy, Wario, Waluigi, Yoshi, Boo, Toad y uno oculto que no desvelamos), arrojamos los dados y vamos enfrentándonos a una sucesión de minijuegos con un enfoque tradicional (todos contra todos) para conseguir estrellas. Aquí la "salsa" de la saga se mantiene sin demasiados cambios: estrellas que se roban, casillas sorpresas que invierten posiciones, perdedores que pasan a ser ganadores en dos tiradas, etc.
En los minijuegos, ingrediente estrella de los Mario Party, es donde se encuentra toda la artillería. Island Tour los divide en cuatro categorías: Batalla, Jefes, Puzles y Extras. En total, suman más de 80 retos para completar estorbando al personal y superando nuestros records de tiempo, que quedan guardados en la "Colección". Las particularidades de Nintendo 3DS hacen que algunos minijuegos salgan ganando sobre otras versiones, pero sin derrochar demasiada originalidad. El título utiliza el micrófono, la pantalla táctil, el giroscopio y hasta la carta genérica de Realidad Aumentada. No resulta descabellado pensar que Mario Party Island Tour sea una de las entregas de la saga donde la interacción alcanza su mayor cota por aquello de que se sirve a la vez de todo lo que ofrece la 3DS (recordemos, no obstante, que aspectos como el micrófono ya habían aparecido con anterioridad en la licencia).
Cuando llevas años desarrollando a entregas de una licencia como ésta, conseguir ese impacto innovador sobre el rostro del jugador es cada vez más complicado, y esa fatiga se deja notar ligeramente en esta entrega para 3DS. Incluso así, no falta la diversión, y algunos de los minijuegos son particularmente atractivos por el uso que le dan a la consola. Gritar al micrófono para imitar la voz de Bowser y ser valorado por un panel de jueces a lo "Tú sí que vales" tiene su gracia. Lo mismo sucede con "Tumba al Goomba", donde usando la carta de Realidad Aumentada podemos llenar la mesa de casa de cabezones a los que disparar. En estos dos casos, son minijuegos calificados como "extras", por lo que se quedan en un atractivo aperitivo que nos deja con ganas de más.
Pero la base dura de minijuegos de Mario Party: Tour Island es tradicional con todo lo que ello conlleva: mecánicas previamente vistas (esquiva, golpea, corre, pulsa botones en el momento exacto, etc.). Solo aquellos que hacen uso de el giroscopio y de la pantalla táctil destacan sobre el resto, y tampoco demasiado. No son pocos, tampoco son repeitivos, pero la sensación que dejan en nuestra memoria es de haber jugado a algo parecido antes. Incluso así, la faceta multijugador, de la que hablaremos más adelante, tiene sus momentos divertidos. Además de los tableros, contamos con el "Modo Libre" el "Contrareloj" (ideal para partidas de 15 mins) y el "Ascenso en Globo".
Para tratar de simular esa experiencia de juego de salón que tantos buenos ratos ha dado con las anteriores entregas de la saga, Island Tour se sirve del "Modo Descarga", que permite compatir con tres jugadores más usando un solo cartucho del juego. Cuatro consolas y una sola copia son necesarias para que este modo de juego multijugador en red local tome forma, todo un detalle por parte de Nintendo para respetar la esencia de la saga de minijuegos. Aunque las partidas multijugador resultan divertidas teniendo en cuenta la escala de la portátil, no consiguen ese mismo efecto local del sofá. Parece que trasladar tal cual la acción al entorno más intimista que es la pantalla superior de la portátil no es fácil. Eso sí, el resultado ni mucho menos malo, más bien se queda en estándar.
Lo que nunca deja de sorprender, sobre todo teniendo en cuenta la trayectoria de la serie, es la ausencia de cualquier opción de juego a través de Internet: toda partida multijugador queda relegada al modo local. Nintendo sigue fortaleciendo los nexos entre los jugadores en el cara a cara, algo que en este particular caso se podía haber invertido ofreciendo algún modo online para varios jugadores. Ni siquiera se ha apostado por incluir rankings de jugadores que midan y comparen los mejores tiempos en los minijuegos, dato que sí se puede consultar en local. Sí que se ha incorporado el habitual Street Pass, que conecta "en diferido" con los fantasmas de otros jugadores con quienes nos crucemos para enfrentarnos a ellos en minijuegos, y ganar Puntos Mario Party,
Muy interesante resulta el añadido de la Torre de Bowser, modo especial muy enfocado al juego en solitario donde controlamos a un personaje para escalar plantas en territorio enemigo. En el camino (son 30 pisos) nos toparemos con los clones, que lucharán contra nosotros en minijuegos comandados por Bowser. El personaje que seleccionemos estará acompañado en todo momento por un Toad que podrá ofrecer extras y ayudas si fallamos demasiado. A pesar de que no deja de ser una sucesión de minijuegos tradicional, el enfoque dado tiene matices que la hacen atractiva. Uno de ellos son los combates contra los jefes, que aparecen al final de las rondas y que presentan mecánicas que bien podrían ser utilizadas en un Mario de plataformas. Nintendo EAD, autores de los juegos tradicionales del fontanero, debería tenerlos en cuenta.
Hacíamos mención antes a los extras desbloqueables en este Mario Party, contenidos que están presentes en la "Colección", donde encontramos la habitual tienda para comprar contenidos a cambio de Puntos Mario Party. Los extras se dividen en Burbujas de Personaje, que incluyen héroes y sonidos, y en Recuerdos, que son piezas sonoras con la banda sonora del título. La cantidad de extras no es tan copiosa como en anteriores entregas (de hecho, se quedan cortos), pues apenas superan la veintena. Tampoco son necesarios demasiados Puntos Mario Party para completar la colección. Unas pocas partidas con los colegas y varias rondas a la Torre de Bowser son suficientes para desbloquear todos los personajes y las melodías. En este sentido, un poco de más material no hubiera estado de más.
En lo visual, el esfuerzo de Nintendo ha trasladado los esquemas habituales de la serie a la portátil sin notar recortes en la escala. Ni mucho menos es un titán en el catálogo de la consola, pero sí un ejemplo eficiente en uso de recursos sin descuidar el apartado técnico. El diseño de los minijuegos actualiza además las fórmulas con los últimos lanzamientos de Nintendo, pues bebe de juegos como Super Mario 3D World y algún toque de los Galaxy a menor escala. Lo destacable es que no se ha descuidado el apartado visual a pesar de que es vox poppuli que en este género lo que verdaderamente da salsa es la jugabilidad, que también acompaña como decíamos.
Correcto
No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.