Tras unos años como título gratuito, el Ghosts and Goblins español llega a las consolas en una versión extendida y revisada. Te contamos nuestro veredicto tras completar a fondo la aventura por la Castilla de Don Ramiro en la versión para Xbox One
Junto con la cuidada artesanía de sus gráficos, el otro elemento visual que llama la atención en Maldita Castilla es la variedad de los enemigos. Posiblemente su número (más de sesenta contando jefes) sea superior al que se estilaba en no pocas recreativas a las que este juego rinde tributo, lo que es muy de agradecer. Sobre todo porque sus diseños mantienen un nivel medio bastante alto, apareciendo bichejos nuevos incluso en los últimos niveles del recorrido. Hay que lamentar, eso sí, la presencia de algunos algo menos inspirados, pero ni de lejos logran empañar el alto nivel general del bestiario de este juego. En cuanto al sonido, con una banda sonora obra de Gryzor87, músico especializado en chiptune y compañero inseparable de los proyectos de Locomalito, hay que decir que también cumple su objetivo. Y no de forma solvente, sino más bien con contundencia. Emulando el chip Ym2203, presente en muchas recreativas, Maldita Castilla cuenta con unos temas chiptune de mucha fuerza, con un nivel medio realmente alto y momentos de sobresaliente como el tema del primer nivel. Un verdadero trabajo de arqueología musical.
Dicho esto, es preciso tener en cuenta que perderemos vidas. Muchas vidas. Aunque no tiene los picos de dificultad de algunos juegos añejos que nos atosigaban con la simple acumulación de enemigos, Maldita Castilla es exigente, con momentos que pueden llegar a mosquear bastante. Los primeros niveles nos permiten sacar pecho y los superaremos fácilmente, pero desde el tercero las cosas se van a complicar, llegando a las cotas que cabría esperar de un juego así. No en vano, pretende homenajear a uno de los juegos más difíciles de la historia según casi todos los rankings sobre el asunto, luego cualquier otra cosa habría sido más que censurable. Pero esta dificultad elevada está en sintonía con la mejor virtud que ofrece el juego: su diseño de niveles.
Con esta idea de ir mejorando, llegamos a un punto que hoy se mira con lupa en el mundo del videojuego: la duración. En este asunto, Maldita Castilla se comporta como en casi todos: exactamente igual que hace décadas. Contamos con tres vidas y, en esto sí hay una concesión, créditos infinitos. Es cierto que tal cosa podría destruir un juego arcade por completo, pero el objetivo, la finalidad real del juego, sigue siendo un desafío realmente hardcore que no todos completarán. Si utilizamos con despreocupación esos créditos infinitos, un paseo por todo el mapeado de Maldita Castilla se completa en un par de horas; tres a lo sumo, si es que nos atrancamos con algún boss o nivel concreto. Por fortuna, el verdadero objetivo del juego va mucho mas allá, y medir su duración por esas dos o tres horas sería un error de campeonato. En el momento en que utilizamos más de cuatro créditos, el juego nos informa de que hemos vendido nuestra alma, lo cual nos dirige de manera directa al final “malo”. Además de éste, la aventura cuenta con varias conclusiones diferentes, así como con contenido oculto según consigamos encontrar las cinco Lágrimas de Moura, ocultas por el mapeado. Completar el juego encontrando las lágrimas y usando esos cuatro créditos convierte la experiencia en un desafío a la altura de verdaderos colosos del pad, y requerirá paciencia, nervios de acero y una importante cantidad de intentos que se traducen en horas de juego. Mucho cuidado, por tanto, con cifrar la duración como escasa. Sencillamente, no puede cuantificarse por los criterios actuales.
8
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.