Tal vez, en los tiempos en los que el Pentium 100 era lo último, este juego podría pasar desapercibido entre los demás títulos. Pero ahora, habiendo llegado ya a los 750 MHz, este juego no hace más que destacar por lo malo que es.
El objetivo del juego es mantener el tipo por enrevesados circuitos llenos de obstáculos, montados en unos bólidos enormemente veloces que lo único que harán será ponernos las cosas aún más difíciles. Es el clásico arcade de carreras de coches "locos". Recuerda mucho a Big Red Racing.
Tampoco me ha gustado el efecto de niebla de otro de los circuitos que se desarrolla en la alta montaña, sobre nieve, ya que es un efecto muy exagerado y, prácticamente, no ves el camino. En este circuito hay un tramo en el que bajas por unas pistas de esquiar con sus esquiadores y sus banderines para hacer "slaloms". Pese a que sí puedes atropellar a los esquiadores, los fanáticos de Carmageddon no se sentirán nada atraídos ya que lo único que se consigue atropellando tanto a un esquiador como a una oveja o vaca es un fuerte empujón que no provoca nada.
Otro curioso efecto de otro circuito es el "looping", que la verdad es que te divierte las primeras 5 veces pero después te resulta monótono y aburrido, como todo el juego en general.
El bólido que llevéis se va dañando a lo largo de la carrera. Los efectos de los golpes que hacen que se vaya destrozando el coche son, como no, paupérrimos: explosiones sin espectacularidad, impactos sin gracia, pérdida de neumáticos sin que afecte lo más mínimo a la conducción del coche... un auténtico desastre.
Del apartado de sonido la verdad es que no se puede hablar mucho ya que es prácticamente inexistente. Durante todo el juego estaremos escuchando los temas (en formato CD-AUDIO) que incluye el CD del juego, que la verdad es que no están mal de calidad, pero la cantidad falla, dándonos, tan sólo, 5 canciones para escuchar.
Los modos de juego son los habituales:
El turbo se recargará cada vez que pasemos por los "check points" del circuito.
Una vez dentro de la carrera puedes optar por jugar con retrovisor, con mapa y/o con salpicadero. Ninguna de estas opciones es realmente útil para el manejo del bólido.
En todo momento tendremos una flecha en la parte superior de la pantalla que nos indica la dirección a la que debemos ir para no perdernos por los grandes circuitos, donde, en algunos de ellos, tenemos atajos que, mal utilizados, pueden llegar a volvernos locos y dejarnos tirados sin la menor idea de hacia donde se debe ir. En esos momentos la flecha nos ayuda bastante. También, en la esquina inferior izquierda tendremos, en todo momento, un esquema de nuestro coche que nos indicará el grado de destrucción en el que se encuentra (muy parecido a Carmageddon). La verdad es que he tenido el coche con 2 ruedas y totalmente quemado y destruido y no he llegado a apreciar ninguna dificultad añadida en la conducción del vehículo ya que la velocidad, capacidad de giro y la potencia que alcanza el bólido es casi la misma; sólo lo noté en la estabilidad ya que tenía el coche inclinado hacia un lado debido a la pérdida de 2 de las 4 ruedas.
El juego soporta volante, teclado, ratón y joysticks normales o con tecnología Force Feedback.
También me recuerda al POD por la velocidad de juego y por el manejo de los coches.
En todos los casos Mad Race no supera a ninguno de estos juegos.
El juego corría perfectamente, sin ningún tipo de problema y sin diferencias apreciables en cualquiera de los equipos comentados.
3.5
Malo
La idea era buena pero se ha llevado a cabo de forma desastrosa. No te lo compres, está mal terminado.