Build to Life

Nintendo DS recibió el año pasado uno de sus mejores juegos, si bien pasó desapercibido al no contar con un nombre conocido. Era un título pulido y que además ofrecía ideas nuevas, aplicándoselas a una base que lleva funcionando desde los albores del ocio electrónico. Se llamaba Drawn to Life y bajo una mezcla de plataformas y RPG conseguía innovar, sacando provecho de la zona táctil permitiéndonos dibujar cosas concretas para seguir avanzando por los escenarios, e incluso crear al propio héroe de la aventura haciendo uso de un ‘pincel' mágico, nada menos que el stylus.

Los creadores de aquella pequeña joya eran un grupo casi amateur en el desarrollo de juegos para consola, estando más habituados a la creación de títulos para teléfonos móviles. Por tanto el mérito era doble, lo que hizo que el anuncio del próximo juego de 5TH Cell supusiese una fantástica noticia, sobretodo considerando que volverían a repetir con Nintendo DS y, además, tratarían de innovar en la medida de lo posible en una nueva mezcla, esta vez más utilizada, aunque de forma radicalmente distinta.

Lock's Quest es el resultado de su capacidad creativa, un título aún mejor que su primer producto, un híbrido entre RPG y juego de estrategia o de creación, que nos lleva a un desolado continente donde un grupo de monstruos, los Clockers, están poniendo en jaque a la humanidad. En este mundo, los constructores son una orden social y no un simple trabajo, y justo esto es lo que quiere ser el protagonista de la aventura, Lock, que se cruza con estos villanos por error y a partir de cierto momento decide combatirlos para recuperar algo que le han arrebatado.

Jugabilidad
Lock's Quest es en esencia un RPG, lo que significa que nos movemos por varias ciudades, hablando con personajes, subiendo de nivel, aprendiendo habilidades, etcétera. Más allá de lo básico, encontramos un juego único que presenta características que nunca se habían implementado así en un título del género, como la posibilidad de construir o crear objetos para salir airosos de las situaciones.

Todo esto se realiza en las batallas, o más bien como antesala a éstos. Justo antes de iniciarse un combate, se habilita el modo de 'construir': mediante un sencillo interfaz, debemos fortificar un terreno para que los enemigos tarden más en llegar a su objetivo, bien sea con muros, puertas u otro tipo de elementos, o incluyendo varias armas para atacar a los rivales.

Podemos elegir cualquier zona del terreno, aprovecharnos de algunos pocos muros del mapeado o simplemente crear el fuerte desde cero. Pero obviamente no todo es tan ‘libre', sino que tenemos unos puntos de energía que se agotan al ir creando cosas, por lo que habrá que pensar bien qué crear y qué no. Por ejemplo, si realizamos una puerta que conecta varios muros podemos pasar a través de ella, pero los enemigos no serán capaces de ello. Esta puerta cuesta varios puntos de energía, por lo que en algunas ocasiones será más aconsejable simplemente dejar un hueco y pasar a través de él.

A medida que se avanza en el juego pueden ir desbloqueándose nuevos tipos de material, cada vez más resistente, así como también nuevas ‘armas'. En este último grupo se encuentran las piezas más importantes y sin duda las que son clave para superar las batallas: desde algunas que paralizan a los enemigos, otras que retardan su avance o simplemente cañones que les disparan. Para disponer de este tipo de armamento debemos conseguir primero todas las piezas que lo forman y luego construirlo mediante el modo de edición.

Las fases de construcción se realizan justo antes de entrar en batalla y hay un tiempo límite para ello. Pasado el límite, se entra a las propias batallas. Aquí prima la estrategia, pues en base a lo que hayamos construido tendremos que acabar con los numerosos enemigos del escenario. En estos momentos controlamos a Lock por una zona abierta, y nuestra misión es ir arreglando lo que destrocen los Clockers.

Así, si atacan a una pared y hacen un pequeño agujero, tendremos que ir y utilizar varios puntos mágicos para restaurar su energía. Esto es aplicable a todos los elementos creados, desde murallas hasta armas. Todo esto se realiza para salvaguardar a los diferentes objetivos que nos encomiendan al principio de la misión y que van desde cubrir a varios soldados, hasta defender un núcleo de energía.

Hay que añadir que, pese a todo, los combates no son pasivos ni se limitan únicamente a ir restaurando la energía de los edificios. Lock es capaz de atacar en tiempo real a sus enemigos, acercándose a ellos y golpeándoles, bien sea de forma básica o realizando combos una vez los haya aprendido gracias a un sistema que nos reta a pulsar varios números del menor al mayor.

Puede que explicado suene difícil, pero el cómo está presentado en pantalla de forma rápida, fácil y accesible es lo que convierte Lock's Quest en un juego tan bien acabado. La mezcla de RPG y estrategia se da de forma radicalmente opuesta a lo que suele hacerse, con combates por rejilla de forma similar a Final Fantasy Tactics. Y esto no implica dificultad añadida, puesto que el sistema es fácil de asimilar y dominar.

La dificultad es otro punto a favor, ofreciendo una curva perfecta para que al principio todo sea sencillo y poco a poco se complique, no hasta el punto de ser tedioso pero si desafiante. Los combates multitudinarios se componen de varias fases, por lo que duran mucho más que cinco simples minutos, haciendo que las partidas cortas no sean lo más apropiado para el juego.

Técnicamente presenta un acabado más que correcto, con gráficos 2D bien definidos y detallados, fondos simples pero funcionales y como máxima un diseño artístico bastante personal y trabajado. La música tampoco desmerece, con temas bien compuestos y unos efectos sonoros más que potables. El juego, obviamente, llega en completo castellano como ya pasó con el fantástico Drawn to Life.