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LittleBigPlanet Karting

LittleBigPlanet Karting

LittleBigPlanet Karting

La imaginación y las posibilidades sin límites de Sackboy se mezclan con el trepidante sub-género de las carretas de karts. LittleBigPlanet Karting nos propone no solo correr en solitario o junto a varios amigos, sino construir la pista de nuestros sueños. Caballeros de trapo, ¡arranquen sus motores!

Dentro del género de los arcades de velocidad existe un sub-género que en varias generaciones transcurridas desde su debut no solo no ha perdido un ápice de popularidad, sino que cada vez más sagas de otros géneros han adaptado sus universos y metidos sus personajes dentro de pequeños coches. Hablamos de los karts, que desde que en 1992 el primerísimo Mario Kart estableciera y popularizará las bases, han metido entre sus cuatro ruedas a personajes de sagas plataformeras como Crash Bandicoot en el soberbio Crash Team Racing, personajes de SEGA, de films como Toy Story o franquicias como los Looney Toons. Hasta Nathan Drake o el mismísimo Dios de la Guerra Kratos se han encajonado en las pequeñas dimensiones de estos mini-vehículos. A diferencia de los títulos con coches de dimensiones normales, el componente desenfadado que un kart ofrece siempre es de agradecer cuando solamente queremos correr y algo más, ya que una buena selección de armas para fastidiar al contrario prolonga esa diversión. Y si estamos entre amigos, algo que antaño potenciaba la novedosa Pantalla Partida de esas que en una tele de tubo de 13’’ no se veía apenas el circuito, la propuesta siempre gana enteros.

Quitando la celebérrima saga de Nintendo, lo cierto es que apenas hemos visto karts en esta generación. PlayStation 3 recibió un título en 2010 de la mano de United Front Games, ModNation Racers, en el que la tradicional base de carreras de karts se entremezcló con un editor tan potente y vasto como el de la saga LittleBigPlanet para que literalmente construyésemos el circuito de nuestros sueños. Tras la buena acogida crítica dispensada a la propuesta, UFG han sido los escogidos por Sony para el Spin Off de la saga de Media Molecule que LBP Karting representa. Un Spin Off que casi podemos llamarlo extensión, ya que prácticamente todos los elementos del universo particular de los Sackboys está presente en el nuevo exclusivo de PS3. Desde el estilo visual y sonoro, arrancados del código base de LBP 1 y 2, hasta el multijugador, el editor o elementos como la interfaz, LBP Karting solamente se diferencia de las entregas tradicionales de la serie en que en vez de andando vamos en coche, porque hasta saltaremos por plataformas usando el garfio al estilo Simon Belmont/Indiana Jones para columpiarnos sobre abismales simas o peligrosos obstáculos.

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Acaparadores
Siempre es agradable el detalle de tener un modo Historia en un juego de Karts y que este no sea una simple sucesión de torneos y carreras Offline-Online . Y LBPK lo tiene: Comenzando por una Intro en escena de video real con actores,  doblada, dirigida y musicada  con el aire característico de la saga que pronto deriva en una escena ya con el motor del juego que nos introduce de forma somera en la historia, y en la que de nuevo la animación, los gestos y las expresiones de Sackboy pasando por una variedad de emociones –el gesto de ponerse peleón es hilarante- despiertan esa ternura que MM nos acostumbra a ofrecer en sus LBP de plataformas. El argumento es bien sencillo, siendo los malos unos entes motorizados denominados Acaparadores, los cuales quieren sencillamente acaparar todos los elementos, materiales, pegatinas, trajes del Mundo Artesano de nuestros simpáticos muñequitos de trapo. Todo lo que existe sobre la superficie de este para construir el suyo propio. Pero, al estilo de la saga Mortal Kombat, el destino de nuestro mundo de parches y costuras contra el de los Acaparadores se decidirá en un campo de batalla fijado de antemano en el que ganar lo es todo y perder no es una opción: una pista de carreras. De esta forma iremos atravesando varios mundos en los que competiremos primero a bordo del kart que le hemos tomado prestado al Acaparador que se ha despanzurrado y bien contra un árbol, y después en coches como uno hecho de globos, otro que haría las delicias de un pirata o Jack Skellington y que está hecho de huesos y calaveras, una lata abierta, una extravaganza de polichinela o un deportivo con el que fardar.

El primero será una prueba dividido en varios desafíos a los que la Reina nos someterá para ver si valemos para la contienda, y en el que la imaginación y el mimo puesto en cada detalle visual ya comienza a desplegarse en algunos como el circuito del Santuario de la Serpiente –genial tema estilo Morriconne. A partir de aquí, iremos completando cada uno de los 71 circuitos entre principales y secundarios que existen, siempre dentro de los tres primeros puestos, para que se nos abra el siguiente y otros alternativos. Y he aquí donde encontramos el primer elemento que no termina de encajar con la política de un juego de karts. En caso de que queramos comenzar desde el inicio jugando contra o junto a uno o varios amigos –tenemos cooperativo local a pantalla partida y competitivo online para 8-, tendremos que ir pasando por todo el modo Historia primero para ir desbloqueando las versiones Versus Online de las pistas y poder competir así en línea. No hay un modo Offline y un modo Online diferenciados, sino que todo está dentro del modo Historia, por lo que entrar a competir online o local requiere de entrar en el modo Historia, buscar la versión Vs de la pista que queremos y acceder. Y, a diferencia de ModNation Racers, no tenemos una estructura de campeonato online ni de subida de nivel, sino meros cuadros de estadísticas y una vez terminada la carrera, vuelta a la caja de cartón inicial o a votar por la pista que queremos recorrer a continuación. El regresar a la capsula de cartón es una constante cada vez que terminemos una carrera, lo que interrumpe el fluir tradicional que un modo Historia debería tener.

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Junto a las carreras tradicionales tendremos algunos recintos de batalla en los que la mecánica será ganar a base de obtener más puntos mediante los enemigos que vayamos eliminando. En ellos, el manejo del kart se deviene fundamental, por lo que tendremos que haber aprendido a conducirlo bien para poder sobrevivir en unas batallas que a algunos se les harán pesadas, sobre todo en los recintos tan estrechos como el primero que nos toca (aunque por lo general se irán agrandando), ya que girar con rapidez y en 180º constantemente para atacar/protegernos de los enemigos es fundamental. Aunque si contra lo que disparamos es una IA humana en una partida online contra otros siete corredores, la diversión gana muchísimos enteros, convirtiendo una lucha en pos de puntos en una pura vendetta personal gracias al marcador de impacto que nos informa de quién nos ha matado. Carreras y Batallas se alternarán con pruebas y minijuegos que buscan otorgar variedad, como peleas contra Final Bosses, plataformas, trasladar huevos de dinosarios o disputar carreras bajo una vista cenital estilo Micromachines. En los modos multijugador encontramos algunas tan divertidas como correr divididos en grupos, lo que dispara la rivalidad. Una variedad agradecida, pero que queda demasiado en un segundo plano ante las carreras, protagonistas de la función.

“La Logística de la Balística”
Vamos a hablar de un elemento importante: el manejo del kart. Desde el mismo inicio se nos ofrece si queremos acelerar al estilo clásico con X o usar los gatillos habituales en esta Gen. Pudiendo usar al mismo tiempo stick y cruceta, el tutorial nos enseñará a derrapar, esencial para arañar segundos en las curvas y obtener un pequeño impulso. Mientras aceleramos debemos mantener pulsado X y el kart comenzará a derrapar, con el stick dirigiremos al mismo tiempo la dirección del vehículo, procurando mantenerlo más o menos derecho para cuando soltemos X. Si mantenemos el derrape hasta que las ruedas echen fuego, obtendremos un pequeño impulso de velocidad extra. En LBP Karting es sencillo aprender a derrapar, y podremos mantenerlo incluso constantemente si queremos, aunque las sinuosidades de muchos trazados no lo aconsejan. El kart tiene un peso determinado que aunque hace que se agarre al asfalto, en ocasiones parece demasiado pesado para este estilo de juego, por lo que la sensación de baja velocidad en comparación a otros títulos de este sub-género es inevitable. El acostumbrarnos a su manejo como señalábamos antes será imprescindible. También podemos optar por usar el sensor de movimiento Move, aunque solamente si antes compramos  el periférico Move Racing Wheel para usarlo con él, siendo un manejo que requiere de bastante más práctica y se nos antoja mucho menos preciso que el manejo tradicional de la dirección.

Y si importante es cogerle el truco al volante, más aún será dominar el gatillo. Como buen juego de karts, las armas son parte importante de cara a vencer a nuestros rivales usando el noble arte de hacer cuantas más trampas mejor. UFG ha creado un catálogo que van desde una especie de táser eléctrico que nos rodea y que si entra en contacto con otro coche lo revienta en pedazos, hasta una que dispara tres explosivos, otra que deja un pringue verde en la pista que retrasa a quién lo toca, la habitual caja explosiva con la que sembraremos alguno de los puntos clave del trazado para fastidiar más aún o un misil con su propio marcador. Pero también existen otras capaces de ponernos en los primeros puestos de un solo toque, como un arma que transforma el vehículo en un puño gigante destructor a reacción, u otra que hace un Flash Forward hacia delante para que avancemos puestos en un santiamén. Las armas aparecerán con un código de color que cambiará de forma aleatoria, por lo que no sabremos que cogemos hasta que veamos el icono en la parte inferior derecha. Estas pueden dispararse tanto de forma ofensiva hacia un rival como usarlas en nuestro propio provecho defensivo. Cuando cojamos una y veamos de repente el icono de escudo tras el vehículo, esto significará que los rivales nos han disparado directamente a nosotros.

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Este será el momento en que tendremos que disparar nuestra arma apuntando hacia atrás para interceptar el disparo enemigo. A pesar de que es efectivo, por desgracia este movimiento sustituye al Escudo que podíamos ir rellenando y subiendo de nivel en ModNation Racers, y que nos protegía de hasta varios impactos. Y es que la IA enemiga del juego cuando participamos solos se vuelve realmente desafiante cuanto más avancemos. Obviamente, el estar en los primeros puestos en un juego de coches con armas implica que tendremos que soportar que todos los de atrás vayan a por nosotros. El problema es que es habitual el defendernos de un ataque y que nos vengan dos más, por lo que explotaremos hagamos lo que hagamos y apareceremos inmediatamente en el mismo punto en que nos volatilizamos, pero ya con todos los enemigos adelantándonos. El usar las armas se deviene en una elección estratégica, ya que su dispersión por los trazados obliga a que escojamos entre reventar al que está en el primer puesto ante nosotros o pensar con calma y reservarla para lo que se avecina detrás. Este es uno de los puntos más delicados, ya que unos lo encontrarán desafiante -que lo es- y otros realmente frustrante -que también lo es cuando vas primero y en dos segundos estás el 8º en la última vuelta tras una carrera perfecta, siendo el truco el dejar mucha distancia con respecto al segundo. La animación más divertida se obtiene con los botones superiores, ya que cuando estemos a la altura de un kart rival, podemos soltarle un guantazo de esos que resuena que, si bien no implica el echarlo fuera de la carrera, sí que nos hace sonreir cuando lo hacemos a un rival humano.

Lanudito
Personalización, la palabra mágica de LittleBigPlanet. Personalización o el americanismo Customización habrá de sobra en este Karting. Comenzando por nuestra cápsula de cartón, como siempre decorada como más nos guste, continuamos con nuestro Sackboy, que saltará del Kart al desplegar la interfaz Pop-It. Como siempre, cuantos más regalos cojamos durante los niveles, mejor puntuación tengamos y más mundos completemos, las opciones y elementos se ampliarán. Nuestro muñequito de trapo puede ser personalizado desde los ojos a los pies, cambiando el patrón de su piel, la expresión de su mirada, y vistiéndolo con trajes que van desde el cosplay de unicornio de cartón, hasta de mexicano con su poncho, sombrero y bigotazos, pasando por pelo afro, gárgola de piedra, otros personajes como Sebastian o Sofie, el extravagante y veneciano Señora Sol, o el elegante caballero británico Stratfor, con bigote y pluma en su sombrero. El propio juego nos informa de que todos los trajes que hayamos comprado para los LBP anteriores e incluso el de vita estarán disponibles para karting y viceversa. Y la novedad es que aparte de Sackboy, nuestro kart podrá ser personalizado a un nivel de detalle incluso superior.  Podemos escoger entre un coche que es literalmente una caja de cartón, uno hecho con una concha de mar y cocos por ruedas, otro que parece literalmente un Troncomóvil, un kart hecho solamente de globos de payaso, una ruina maya, etc. Una vez escogido, toca trabajar la suspensión. Podemos dejarle la que trae de serie, pero eso sería muy aburrido, así que le colocamos mejor una de Camión Monstruo con ruedas enormes, o afinar su diseño a un Dragster de enormes ruedas traseras y pequeñitas delanteras, convertir la suspensión en la Oruga de un tanque, o directamente saltar al futuro y transformarlo en un aerodeslizador que levita sobre el suelo. Si nos gustan las ruedas por defecto de modelo de kart, se las cambiamos por unas de esponja, válvulas de tubería de color rojo Valve, ruedas de trapo o subwofers de audio. Asientos, volantes, incluso los propios sonidos del motor al acelerar y frenar o la bocina del claxon, todo es personalizable con una variedad que no hace más que crecer.

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¿Y los circuitos? ¿Qué ocurre con la esencia de este LittleBigPlanet Karting? Abandonando el modo Historia podremos saltar a nuestra luna particular y dar rienda suelta a una imaginación en la que el límite no existe. Como en anteriores entregas, las bases son sencillas de aprender, pero las posibilidades tan vastas que es fácil sentirnos desbordados al principio (y a continuación también). Empezamos eligiendo un tema, que servirá para el fondo de la pantalla y el terreno base. Desde jardines a desiertos, desde cañones americanos al atardecer hasta la sabana africana con tentáculos (si, tentáculos); desde el espacio más bien setentero hasta el Laboratorio de Victoria. A partir de ahí saltaremos al lienzo virtual, abriremos la interfaz y escogeremos si queremos crear una pista cerrada o una arena de combate (a escoger entre varias formas geométricas). Creamos una pista, escogemos el punto de inicio, la que será la salida, y saltará una brocha gigante que haremos avanzar con R2 y retroceder con L2, controlando con el stick derecho el grado de inclinación –ideal para crear pequeñas rampas o descomunales saltos. Pulsando X podremos autocompletar un diseño base en óvalo, pero esto está muy visto, así que mejor movemos la brocha a un lado y a otro, arriba y abajo, creando el trazado de nuestros sueños, desde el festival de curvas de Suzuka al ocho clásico de la Nascar. Una vez terminemos (tenemos un indicador que muestra cuánto terreno vamos cubriendo), volveremos de nuevo al modo planeador, en el que pulsando la cruceta abajo entraremos en el kart para probar la sinuosidad que hemos esculpido.

Llegados a este punto, el diseño básico puede ser ampliado con ramanes, repavimentado si queremos otro trazado, podemos desplazarlo horizontal o verticalmente –esto último creará una elevación en la pista según las zonas que elijamos tramo a tramo. Podemos cambiar la superficie de la carretera por asfalto, pizarra, un diseño de tatami de artes marciales, cartón, tela vaquera; podemos colocar puentes, alterar las vallas, quitarlas. Podemos editar el terreno sobre el que la pista se asienta esculpiéndolo o deformándolo, creando simas profundas o picos escarpados como si el circuito estuviese sobre montañas. Los objetos y pinturas que hayamos ido recolectando en el modo Historia se pueden usar para decorar, o podemos crear nuestros propios objetos. La imaginación es el límite en la creación de nuestro circuito. Para orientarnos un poco contamos con una serie de 57 video-tutoriales doblados al español que nos guiarán en el proceso de crear no solo circuitos de carrera, sino como las herramientas de edición mostraron en la comunidad de LittleBigPlanet 2, lo que el manejar elementos como el terreno, la cámara, la IA y las físicas nos permita crear. Los usuarios de LBP Karting podrán compartir sus creaciones, describirlas, puntuar y comentar otras, todo dentro de la Comunidad del juego, que aunque ahora esté poco poblada, a buen seguro que la imaginación del personal no tardará en brindarnos ejemplos destacables.

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Mundo Artesano
Visualmente, LBP Karting entra por los ojos como todo buen juego de los Sackboys. La propia naturaleza del juego nos lleva a recorrer trazados de toda índole, desde un templo lleno de fuego y serpientes, hasta una discoteca espacial, un trazado de estilo zombies o la genial cocina vista en un planeta de estética retro-futurista de los años 50. A pesar de esta variedad, nos encontramos con una oferta no uniforme, recorriendo algunos escenarios realmente geniales y preciosistas, y otros faltos de imaginación y de diseño más bien pobre. La física del coche está condicionada por el peso de este, aunque se comporta de manera adecuada junto a las otras físicas de los elementos que vemos en pantalla. Y el estilo visual que define la serie se reproduce palmo a palmo, tanto en la colorimetría como en las texturas –por debajo de LittleBigPlanet 2- el diseño y todos los elementos en estos. Como siempre, la animación de Sackboy es perfecta en cuanto a reflejar por gestos sus estados de ánimo, algo que comprobamos en las escenas de video, que aunque no son precisamente lo mejor del modo Historia, cumplen con su cometido de narrar y nos permite ver a nuestro héroe dentro de su kart haciendo todo tipo de muecas. La gran cantidad de pequeños detalles se apodera de los vehículos del juego, con una variedad visual ya comentada anteriormente que parece no terminar nunca a cada coche nuevo que desbloqueamos.

Y en cuanto al aspecto sonoro, LBP Karting emplea una gran cantidad de efectos de sonido –con el característico Pop de cuando recogemos las esferas intacto- y voces distorsionadas para los personajes y los diálogos de estos, excepto para Sackboy, que siempre habla a través de sus gestos. La música vuelve a convertirse en un fascinante tapiz en el que estilos musicales diferenciados se dan la mano para ofrecer variedad a cada escenario. Podemos escuchar desde ese tema de jazz que suena durante el primer tutorial, o el soberbio tema estilo Ennio Morricone que suena durante el circuito del santuario de la serpiente, a otros de puro estilo playero, con toques orquestales para los momentos de la Reina o Chill-Out/New Age para otros instantes. Siguiendo el ejemplo de entregas anteriores, Karting cuenta con un narrador impecablemente doblado al castellano que nos guiará desde los inicios hasta los video-tutoriales del modo Editor, aunque por muy perfecto que lo haga, siempre será imposible el igualar ese particular tono, la personalidad y la cadencia del siempre genial Stephen Fry en V.O.

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7.6

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.