Análisis de Little Nightmares 3. Un buen juego de la saga que por fin añade cooperativo, aunque es muy continuista

Cuando los créditos han salido en pantalla hemos pensado, “¿ya se ha acabado?" Teníamos ganas de más, nos hemos quedado con la sensación de que la pesadilla podía haberse extendido un poquito aunque sea, no queríamos despertar del sueño tan pronto. Y eso que valoramos que haya juegos más cortos, porque hoy en día todos los títulos parecen tener que alargarse durante horas y horas. Little Nightmares 3 se nos ha pasado volando. 5 horitas, eso sí, sin conseguir todos los coleccionables escondidos en este universo grotesco y de casquería.

Tarsier Studios, los creadores de Little Nightmares y Little Nightmares 2, fueron adquiridos por Embracer Group. Después, se anunció que Supermassive Games, el estudio detrás de Until Dawn, sería el encargado de desarrollar la tercera entrega. Y vamos a ser sinceros: el juego es tan continuista que nadie se dará cuenta de que se ha producido un cambio de estudio. Eso en parte es positivo, porque mantiene la calidad de las entregas anteriores, y negativo, puesto que no innova ni arriesga en casi ninguna de sus mecánicas.

No entraremos en el debate sobre el papel de la innovación en las secuelas, pero sí diremos que Little Nightmares 3 repite todas las fórmulas de los anteriores, lo que da ciertas señales de agotamiento. Quizá había expectativas de que hubiera algún giro de tuerca, algún cambio jugable más profundo, que redefiniera ciertas mecánicas clásicas. Sí que hay alguna sorpresa que no desvelaremos, pero esas mecánicas solo se usan en secciones concretas y para fines específicos. La novedad más reseñable es que por fin se añade cooperativo online (no hay local, pero viene con pase amigo) para hasta dos jugadores.

Alone, Low y su aventura de pesadilla

Esta nueva entrega focaliza su atención en dos críos, el pequeño Low y la niña Alone. En la línea de la saga, el diseño narrativo no se ha apoyado en diálogos, sino en una forma de contar historias que se nutre de las imágenes, a veces de forma sutil y siempre de manera muy visual. La estética, que mezcla elementos surrealistas y grotescos, presenta también diseños que podríamos calificar como “monos”, que se plasman sobre todo en el dúo protagonista y en algunos personajes secundarios. Los enemigos, en cambio, siempre lucen monstruosos y terroríficos.

No, Little Nightmares 3 no es un juego de sustos, pero su diseño visual es malrollero a más no poder. Tiene escenas bastante crudas de vísceras, momentos que para los más sensibles tal vez puedan resultar desagradables. Pero es, en resumidas cuentas, una estética de pesadilla tan característica como resultona. El mal sueño que desdibuja la realidad, que se vive bajo la perspectiva de dos niños.

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Si has jugado a Little Nightmares y Little Nightmares 2 sabrás que el juego se desarrolla, principalmente, en desplazamiento lateral. Ya sea en solitario o en cooperativo, la idea es recorrer las distintas habitaciones, encontrar llaves o resolver algunos puzles, que ya adelantamos no son excesivamente complejos. También hay secciones más plataformeras incluso combates, así como un sigilo muy sencillo (puedes agacharte y lanzar botellas para despistar al enemigo).

En esta entrega, la colaboración entre Low y Alone es crucial. El niño porta un arco y la niña una llave inglesa, que utilizan para avanzar. Por ejemplo, hay interruptores que solo se pueden pulsar con una flecha, mientras que ciertas paredes solo se pueden destruir usando la llave inglesa. No es raro que uno de los personajes tenga que actuar para abrir un camino alternativo a su amigo. En caso de jugarlo en multijugador siempre es un poco más divertido, porque puedes comunicarte para decidir lo que hacer; en el modo para un jugador el segundo niño lo maneja la IA. Cuenta con un botón para llamar su atención cuando creemos que puede actuar.

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Pequeñas imprecisiones de control

Se dan momentos muy concretos en los que debemos combatir, también contra algún jefe final —son muy pocos y en la mayoría de casos se despliegan a modo de set pieces de persecuciones—. La verdad es que el manejo del arco nos ha parecido un poco impreciso, ya que dispone de apuntado automático, pero tienes que situarte en el lugar concreto y disparar en el instante adecuado para que apunte en la dirección correcta.

Las plataformas son bastante sencillas y no presentan un gran desafío, aunque la física de los protagonistas es un poco pesada y los saltos no siempre son tan milimétricos como podrían ser, lo que resulta en caídas inesperadas.

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La dinámica es muy de ensayo y error. Si te matan, reapareces cerca y lo vuelves a intentar hasta que lo consigues. Es fácil sucumbir al principio durante las persecuciones, pero enseguida aprendes las posiciones correctas, los mecanismos que has de activar y las zonas por donde van a intentar matarte.

Little Nightmares 3 es, en definitiva, una experiencia que entra muy bien, que sigue las mismas directrices que los anteriores videojuegos, pero sin dar un paso adelante en ninguno de los apartados (más allá de la incorporación del cooperativo). Corta pero intensa, deja un sabor agridulce porque notas que falta algo entre medias, que podía dar un poco más de sí. Pero al mismo tiempo, se nota que es un buen videojuego.

Análisis de la versión de PS5. Código proporcionado por Bandai Namco.

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