Little Big Adventure: Twinsen's Quest
Review
Análisis de Little Big Adventure Twinsen’s Quest: Remake de un clásico de culto de los 90
El original fue todo un impacto visual en un momento en el que el 3D estaba dando sus primeros grandes pasos.
La saga Little Big Adventure es uno de esos nombres de culto del pasado que aglomera una enorme legión de seguidores, con dos títulos muy queridos y reverenciados dentro del sector. Tras participar en la creación del seminal antepasado del survival horror Alone in The Dark, un grupo de trabajadores descontentos abandonó la desarrolladora del dicho título, Infogrames, y fundó la mítica creadora de videojuegos Adeline Software. Al frente de la misma se encontraba Frédérick Raynal, quien precisamente había desertado de Infogrames ante el nulo interés que sus superiores en la misma mostraron por la idea que acabaría germinando en Little Big Adventure de 1994, primer juego de Adeline. Varias son las razones de que tan especial título terminara por alcanzar el estatus de juego de culto.
En una época donde los catálogos de Pc y consolas estaban radical y totalmente diferenciados, a diferencia de lo que ocurre hoy en día, y pese a que Little Big Adventure sería publicado en la primera Playstation en 1997, aquel rompedor videojuego se erigió como estandarte del Pc en un campo con escasos exponentes en el mismo, las aventuras de acción. De hecho, venía a ser una suerte de respuesta a los Zelda de Nintendo, añadiendo a la mezcla varios elementos de uno de los géneros estrella del PC, la aventura gráfica. En la época de desembarco de las todavía incipientes 3 dimensiones en los videojuegos, la combinación de personajes y ciertos elementos creados con polígonos mezclados con fondos prerrenderizados resultaba espectacular, como también los eran las increíbles y numerosas escenas cinemáticas que eran posibles gracias a otro de los grandes adelantos de la época, el CD ROM. Para rematar, el juego ofrecía un desarrollo abierto inusual para la época, con multitud de secretos y varias misiones secundarias, cuando todavía faltaba mucho para que se definiera el concepto de mundo abierto en el videojuego.
El juego mezclaba personajes entrañables con una trama que trataba temas complejos como la tiranía y los sistemas totalitarios, y ofrecía una historia de fantasía que en una época donde los medios para crear videojuegos eran los que eran, realmente transmitía la sensación de estar viviendo una aventura épica, una pequeña gran aventura. Raro es encontrar a un jugador de PC de los 90 que no tenga a Little Big Adventure en un pedestal. En 1997 se publicaría la continuación del título, Little Big Adventure 2 o Twinsen’s Odyssey como también fue conocida, un glorioso más y mejor en toda regla que abrazaba plenamente las tres dimensiones, y en 2015 se publicaron remasters de los dos juegos. Sin llegar a las cotas de la tercera aventura del señor Freeman, el rumoreado Little Big Adventure 3 ha sido uno de los títulos más fervientemente deseados por un amplio número de seguidores del mundillo, y pese a que en varios momentos parecía que los rumores se iban a convertir en algo tangible, nunca se llegaron a materializar.
En 2021 un nuevo estudio formado por 3 antiguos veteranos de Adeline, el artista gráfico Didier Chanfray, mano derecha de Raynal, el músico Philippe Vachey y el programador Sebastien Vianney adquirieron la licencia de la saga, en primera instancia con idea de realizar esa deseada tercera entrega, optando finalmente por facturar un remake del primer Little Big Adventure de 1994. Y tras todos estos avatares, aquí estamos para analizar dicho título, Little Big Adventure – Twinsen’s Quest desarrollado por el equipo 2.21 y distribuído por Microids, disponible para PC en Steam y para Nintendo Switch y Playstation 5.
Pequeña Gran aventura
La trama del juego nos transporta al planeta Twinsun, que como su nombre bien indica cuenta con dos soles y donde viven en paz y armonía cuatro razas. Dicha paz será quebrantada con la ascensión al poder del tirano Dr. FunFrock, quien tras descubrir los misterios de la clonación y el teletransporte decide instaurar un régimen totalitario en el planeta y gobernarlo con puño de hierro. Nuestro protagonista será Twinsen, perteneciente a la raza de los colines, quien tras un incidente con el régimen totalitario se convertirá en fugitivo y deberá emprender el rescate de su hermana, presa del mismo. Durante su epopeya, descubrirá el mágico legado de su familia, y conocerá una misteriosa y antigua profecía que parece ser la única opción de traer de vuelta la libertad a su mundo. Como hemos dicho, una trama interesante que toca temas complejos, aunque narrada de manera un tanto ingenua y carente de mucha profundidad, un tanto anclada en el pasado como muchos elementos de un remake que busca con demasiado ahínco convencer a los más nostálgicos.
Se han cambiado algunos elementos de la trama con respecto al original, como por ejemplo el hecho de que la secuestrada en esta ocasión es la hermana del protagonista y no su compañera Zoe, quien tiene un papel algo más activo en esta ocasión en lugar de limitarse a ser la típica dama en apuros. También se le han añadido algunos elementos, pero básicamente la historia narrada es la misma de 1994. Si bien resulta interesante y toca temas candentes, a la narrativa le falta fuerza, y detalles como manejar a un protagonista que aborda al resto de los personajes con la misma frase de manera invariante hasta que cumple un determinado objeto no ayuda mucho. En el 94, los medios eran los que eran, y la narrativa ingenua casaba con el espíritu del juego y para los tiempos que corrían funcionaba de maravilla, pero hoy en día no resulta tan efectiva.
Por fortuna el título cuenta con una correcta localización de todos sus textos al castellano. La duración de la aventura no es demasiado extensa, entre las 8-12 horas en función de lo que exploremos y lo que nos perdamos. Y es que en eso también se nota que estamos ante un título de los 90, en este caso para bien, ya que en ningún momento nos lleva de la mano, y habrá varios momentos donde no sabremos dónde ir y habrá que investigar para descubrir el siguiente paso a dar. De hecho, las primeras horas probablemente resulten desconcertantes para quien no esté acostumbrado a los títulos de entonces, ya que no hay tutoriales ni seremos guiados por el juego como es menester en los títulos de hoy en día. Si combinamos todo ello con la libertad de exploración que ofrece el juego, con numerosos parajes a visitar en todo momento a lo largo del mundo donde transcurre el juego, tenemos un juego donde perdernos y dar muchas vueltas en una experiencia propia de otra época, la cual la verdad se echa de menos.
Aventura Isométrica
El título es un juego de aventuras en perspectiva isométrica, que como se ha comentado, salvando las distancias, es una suerte de Zelda “PCero”. El objetivo es avanzar por los escenarios, cumpliendo tareas sencillas como encontrar un determinado objeto, resolver sencillos puzles, hablar con los personajes que encontremos y combatir enemigos en los escenarios a visitar.
A nivel jugable nos encontramos un gran cambio en el esquema de control, el cual elimina los cuatro comportamientos que Twinsen podía adoptar en el original. Lo cierto es que pese a ser engorroso, entonces tenía cierto sentido, pero con la cantidad de botones que tienen los pads de hoy en día no resulta muy práctico tener que cambiar de comportamiento pulsando un botón si queremos correr, luchar o ser sigilosos, provocando situaciones caóticas en el intento. Es más, todo vestigio de sigilo se ha eliminado, y lo que se ha añadido es una voltereta a modo de esquiva. El problema es que pese a que el control ha mejorado respecto al original, se sigue sintiendo muy tosco, hasta el punto que dar un simple salto entre dos puntos en las escasas secciones de plataformas resulta toda una odisea. El combate usando una bola mágica que arrojamos contra los enemigos tampoco se siente fluído ni satisfactorio, y no funciona demasiado bien, en cierta medida resulta menos placentero que el del original.
Moverse en perspectiva isométrica, con pantallas con scroll en esta ocasión, funciona sin mayor problema, pero en cuanto tratamos de realizar acciones complejas como saltar o combatir, la experiencia se vuelve desagradable, el esquema de control general es demasiado áspero y rudimentario, y no está bien pulido, y pese a haber sido retocado respecto al original la sensación es que no se ha avanzado demasiado, y lo que era una experiencia tolerable e innovadora en los 90, hoy en día no termina de resultar satisfactoria. No ayuda a ello los numerosos bugs y pequeñas imperfecciones que presenta el título, de carácter menor pero que refuerzan la sensación de estar ante un producto demasiado árido, que quizá necesitaba algo más de trabajo y alguna que otra idea que mejorara la experiencia.
Como hemos comentado, la sensación que transmite el título es la de querer contentar al quien jugó el original de 1994, y se ha quedado demasiado anclado en tratar de hacer justicia a la nostalgia. El hecho de haber sido un desarrollo que ha dado varios bandazos, siendo un juego nuevo primero, un remaster después y un remake en última instancia, parece que no ha ayudado demasiado a que los desarrolladores publicaran un producto redondo, dando además la sensación de que un par de meses más en el horno le habrían venido bien al título. La sensación general es que estamos ante un título que gustará a la legión de seguidores del clásico de 1994, pero que difícilmente calará entre el nuevo público que se acerque a la saga por primera vez.
El lavado de cara visual del juego ha sido profundo, pero también nos ha dejado sensaciones contradictorias. Por un lado, lo cierto es que luce bien en pantalla, el nuevo enfoque visual más colorido y amable es atractivo, pero también se aprecia falta de detalle en varios acabados. Si bien el remake gráfico es total, le falta un mejor remate final, mostrando dejadez o falta de tiempo en varios elementos. Los bugs visuales puntuales aquí y allí afean aún más el apartado gráfico. Las escenas cinemáticas, uno de los puntales del original, aquí se quedan muy por detrás de lo que se puede ver hoy en día, con unas escenas de baja resolución que carecen del impacto de las que disfrutamos en el 94, siendo un elemento anecdótico del remake sin mucho que aportar. La banda sonora, regrabada por el compositor original, sí que nos ha gustado mucho. Varios personajes cuentan con voces, correctas y meramente cumplidoras con su papel.
Conclusión
Little Big Adventure – Twinsen’s Quest es la puesta al día de un clásico de los 90, un remake de un juego de culto entre multitud de jugadores de PC (y de la primera Playstation en menor medida). El juego ha recibido un completo lavado de cara visual, y se ha tratado de mejorar los controles, pero la experiencia general se siente demasiado tosca y árida para los estándares de hoy en día. La sensación general del título es que pretende rendir un sentido tributo a la nostalgia, quedándose demasiado anclado en el pasado y buscando con demasiado empeño satisfacer a quien disfrutó del original de 1994, resultando complicado que llegue en igual medida a los neófitos en la saga. Estamos ante una suerte de aventura a los Zelda en perspectiva isométrica, que ofrece mucha libertad de acción y que en ningún momento lleva de la mano al jugador, característica muy de los 90 que en este caso sí que nos convence. Desgraciadamente, tanto el combate como los saltos no funcionan bien, todo es demasiado tosco y poco satisfactorio, e incluso la narrativa se ha quedado demasiado anclada en el pasado. Con la ingente oferta de títulos disponible hoy en día, resulta complicado recomendar este Twinsen’s Quest a quien no disfrutara del original, ya que dejando fuera el factor nostalgia, o el hecho de querer disfrutar de una aventura como las de antes donde no se nos lleve de la mano en todo momento, pocas razones se nos ocurren para recomendarlo.
Lo mejor
- Una aventura como las de antes, que no lleva de la mano al jugador y le invita a explorar, investigar y descubrir por sus propios medios cómo avanzar en el juego.
- Tiene un toque entrañable y mágico que le da un aire especial
Lo peor
- La experiencia jugable general se siente demasiado tosca y anclada en el pasado. El combate no resulta satisfactorio y no funciona demasiado bien, y hasta el salto más sencillo resulta engorroso.
- Multitud de bugs e imperfecciones que afean la sensación que transmite
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