Link el tirador

Llevamos tiempo viendo como diversos fabricantes comercializan accesorios para envolver al mando de la consola de Nintendo con las formas más variopintas. Desde raquetas de tenis a guitarras de rock, pasando por toda suerte de accesorios, están disponibles para darle un toque más especial al controlador de Wii. Ahora, la propia Nintendo comercializa Zapper, un recubrimiento a modo de arma, que no ofrece más función que la de los mencionados accesorios. Acompañando el pack se incluye este Link's Crossbow Training, a modo de jugoso reclamos para que los incondicionales de la serie deseen hacerse con él de forma inmediata. No esperábamos ver al rubio protagonista embarcarse en un título de estas características, aunque el resultado es parcialmente satisfactorio. El planteamiento resulta enormemente sencillo y se basa en competir en diversos tipos de pruebas de puntería durante nueve niveles, divididos en tres fases cada uno. En función de la puntuación obtenida se nos valorará con medallas y pasaremos al siguiente nivel o deberemos volver a intentar aquel que no hayamos conseguido superar.

Al abrir el pack encontramos el Zapper y el juego en una caja independiente, acompañados de un manual de instrucciones para el accesorio. La pistola o ballesta, a consideración del jugador, es una carcasa de plástico de tacto suave y color blanco mate, que aloja en su parte superior el Wiimote y en la trasera el nunchuck. Dispone de un compartimento para enrollar el cable y que no quede colgando, lo que consigue de forma satisfactoria. La forma de empuñarlo es más semejante a una ballesta que a una pistola, quedando la mano que maneja el stick del nunchuck tomando la parte baja del Zapper, con un dedo separado de los demás para poder acceder al botón Z. La otra se sitúa justo bajo el cuerpo central, accediendo a un gatillo que sustituye al habitual botón B. Desde esta posición, el acceso a los pulsadores superiores del Wiimote es bastante incómoda, y se adopta una pose similar a la que necesaria para utilizar el Nintendo Scope de Super Nintendo. Tras una media hora de juego, la postura comienza a cansar, básicamente por la falta de costumbre. El gatillo tampoco hace gala de un tacto demasiado cómodo, siendo bastante duro y su retroceso nada amortiguado.

Gráficamente, la similitud con Twilight Princess es evidente por el uso del mismo motor, aunque en ningún momento se busca una gran espectacularidad en pantalla. Los escenarios son de extensión limitada, y la mecánica, totalmente sobre railes en la mayoría de las fases, no nos permite salirnos de lo establecido. Así, hay pruebas donde podemos mover a Link por una determinada área, pero son una minoría y además se limita nuestra libertad de movimiento con paredes, muros y demás recursos arquitectónicos. En los momentos en los que no se nos ofrezca esta posibilidad deberemos esperar estáticos o desplazarnos mediante algún medio sobre el que no tendremos control directo, como en una canoa o a lomos de la yeuga Epona. Por otro lado, el repertorio de modelos no es excesivamente grande, aunque destaca la presencia de dos enemigos de final de fase bastante interesantes por su comportamiento y habilidades. Las animaciones son fluidas y calcadas a las existentes en la anterior aventura del personaje, cumpliendo sin problemas en este sentido.

Si hablamos del repertorio musical, las melodías también cumplen los cánones de la serie, con temas de corte similar a los del mencionado Twilight Princess. La variedad no aquí el punto fuerte, aunque rara vez echaremos en falta un mayor número de canciones ya que estaremos preocupados de acertar en los distintos blancos de la pantalla. Lo que si que llega a irritar es el sonido de la ballesta, que para nada se asemeja al real, quedando en un sintético eco que se repite una y otra vez. Se podría haber trabajado un poco más el ofrecer varios zumbidos distintos, ya que es, con diferencia, lo que más vamos a escuchar durante el juego. Tras unas cuantas fases consigue hacerse bastante repetitivo, por lo que lo mejor acaba siendo el prestarle la menor atención posible y concentrarnos en la posición del puntero.

Jugabilidad

El entrenamiento con ballesta tiene tres modos, a saber, individual, multijugador y entrenamiento. El primero nos propone pasar por todas las fases en rigurosa secuencia, intentando obtener las medallas que nos desplazarnos al siguiente nivel. Los nueve bloques de fases incluidos son totalmente incoherentes entre sí, careciendo de una trama que los una o algún indicativo de por qué estamos derribando enemigos. Solo unas cortas instrucciones antes de comenzar, que nos indican los controles a utilizar, sirven para introducirnos en la acción. Ya metidos en faena, existen varios formatos para las pruebas, que van desde derribar blancos móviles a realizar un recorrido automático por un escenario. Por último, están las fases en las que podemos controlar a Link libremente, normalmente la última de cada nivel. En este caso, deambularemos por una zona cerrada obteniendo el máximo de puntos mientras acabamos con nuestros enemigos Independientemente de sus objetivos, todas se rigen por un temporizador que marcará el fin de las mismas. A modo de recompensa, si hemos cumplido el objetivo antes de que éste finalice, recibiremos un bonus de puntuación. Además, podremos aprovechar los segundos extra para obtener puntos adicionales disparando a los objetos que vayamos encontrando, como jarrones o espantapájaros.

Eventualmente, y sin saber por qué, llegaremos a luchar contra enemigos especiales con los que la mecánica variará ligeramente y supondrán un interesante reto para el usuario. Con todo, Crossbos Training no nos durará más de hora y media si somos algo hábiles, aunque siempre existe la posibilidad de querer volver a por más para superar nuestras puntuaciones. De esto se nutre el multijugador, que desgraciadamente no soporta la presencia de más de un mando, y que hace que debamos turnarnos con los otros jugadores. Este tipo de juego competitivo alarga algo más la duración pero ahí acaban sus retos. No existen más opciones que repetir los niveles ya visitados, tanto si jugamos solos como acompañados, para mejorar los marcadores personales. Por último, el entorno de práctica nos permite afrontar los niveles sin optar a una clasificación, con tal de aprender las secuencias de aparición de los blancos, los movimientos de los enemigos o simplemente mejorar nuestra puntería.

 Durante el juego podremos acceder a un sistema de disparo automático, derrotando a ciertos enemigo marcados de verde. Con esta opción activa, podremos disparar ráfagas de proyectiles, dejando el gatillo presionado. En contraposición, el disparo normal nos obligará a pulsarlo por cada flecha que queramos soltar. Además, dejarlo presionado durante varios segundos cargará una flecha explosiva, capaz de acabar con varios enemigos al mismo tiempo. Desde la perspectiva del jugador el Zapper no resulta una ayuda especialmente útil, y hasta obstaculiza la movilidad en contadas ocasiones. En las fases donde controlamos también la cámara, tener que mover el brazo lateralmente para desplazarla y luego intentar apuntar al sitio correcto en pantalla es una mecánica incómoda y nada ágil. Prueba de ello son los niveles donde manejamos a Link en tercera persona y debemos adentrarnos en fortificaciones enemigas. Aquí, conseguir girar una esquina se convertirá en una tarea incómoda y lenta que hará que nos veamos golpeados por los enemigos casi con total seguridad.  Ni siquiera la precisión de apuntado es significativamente mejor, aunque calibrar el mando es casi una opción obligatoria. Como conclusión final se obtiene un resultado poco satisfactorio del nuevo accesorio, que aporta bastante poco al sistema de control de Wii.