Vuelve el decano del golf

A los que, como yo, lleváis cierto tiempo en esto de los videojuegos, la palabra "Links" os será muy familiar. Habiendo sido uno de los primeros títulos en saber capturar la esencia del golf -el por qué resulta tan interesante y atrayente jugar a golf en un ordenador es algo que llevo preguntándome desde los tiempos de Zanny Golf-, este decano de los simuladores deportivos resucita de la mano de Microsoft Games Studios con un puñado de mejoras gráficas y alguna novedad interesante.

Lo cierto es que el equipo de programación de Links 2003 se ha tomado la cosa bastante en serio, y pese a todos los flecos que ha dejado sin pulir Microsoft, ha logrado elevar el listón de la saga como no se conseguía desde que Acess Software lanzara Links LS en 1996. Básicamente, las mejoras consisten en un nuevo sistema de golpear la bola (el "swing en tiempo real"), modelos en 3D para los jugadores, y las consabidas y ya casi obligatorias opciones online multijugador.

La primera pregunta que asalta la mente del aficionado cuando en el estuche del juego lee "Links 2003 le proporciona una experiencia de golf tan asombrosamente real y llena de detalles que sentirá como si se estuviera paseando con los palos en la mano" es "¿de verdad de la buena?", y luego quizá "¿es posible que sea mejor que Tiger Woods PGA Tour 2002?"; la respuesta, en ambos casos, es "no", aunque se trata de un "no" con algunos matices importantes, como veremos más adelante.

Los mejores campos del mundo

Pero antes de entrar en materia, repasemos qué es lo que ofrece al golfista de salón este Links 2003.

Para empezar, seis detallados campos de juego que simulan los más variados entornos naturales: Cabo del Sol (México), GLENEAGLES (Escocia), The Tribute en Otsego Club (Estados Unidos), el Cambrian Ridge del Robert Trent Jones Golf Trail (Estados Unidos), los acantilados de Kauri (Nueva Zelanda), y el ficticio aunque logrado Sketeton Coast (costa Africana).

Además, incluye el Arnold Palmer Course Designer 1.5 (APCD), con el que crear nuestros propios campos, y una herramienta llamada Links Course Converter, que permite importar los campos de Links 2001 y Links Championship Edition. Un aviso: APCD no es un programa apto para todos los públicos. Requiere paciencia para dominarlo y constancia para conseguir resultados decentes. Por lo demás, quizá sea el mejor diseñador de campos de golf del mundo.

En segundo lugar, como ya he mencionado, en Links 2003 los jugadores ya no son imágenes de vídeo recortadas y planas, sino que son modelos completamente tridimensionales y, todo hay que decirlo, muy bien animados. Es posible crear un jugador de cero, escogiendo cosas tan banales como modelo básico, camiseta y pantalón, o características tan determinantes como si va a ser diestro o zurdo, el nivel de juego y la posición del Tee, y el tipo de swing, aunque tampoco se entra en detalles muy técnicos y la interfaz de usuario ayuda bastante guiándonos a lo largo de todo el proceso.

Si por un casual sentimos cómo la pereza nos invade, siempre podemos optar por escoger alguno de los jugadores reales que vienen predefinidos, entre los que se cuentan Jasper Parnevik, David Toms, Annika Sorenstam y, por supuesto, Sergio García.

Gráficos

Todo está congelado: el agua no se mueve, las ramas de los árboles no se agitan, la hierba no se mece a merced del viento… Los únicos elementos vivos en Links 2003 son el jugador y la bola (cuando no la golpeo yo, claro está). Mencionar aquí que los tiempos de carga y renderizado tampoco son como para tirar cohetes.

Por lo demás, la impresión de los campos es absolutamente realista, de un realismo fotográfico al que contribuye el paso de las texturas de 256x256 a las de 512x512, y al uso del blending para suavizar las transiciones. Cada green usa más de 500 puntos de datos obtenidos por GPS para ofrecer una precisión al centímetro, y la iluminación dinámica y sombras ayudan a hacer que el juego luzca una estupenda apariencia. La impresión final es la de estar jugando en un cuadro de algún pintor hiperrealista, lo cual, si te paras demasiado a pensarlo, suena un tanto escalofriante.

Uno de los principales inconvenientes relacionados con el apartado gráfico son los numerosos problemas que da el juego con las tarjetas y controladores gráficos. Estos problemas acaban resultando demasiado numerosos como para no achacarlos a un defectuoso control de calidad o quizá a las prisas por cumplir con las fechas de lanzamiento, y más teniendo en cuenta que otros juegos teóricamente más exigentes que éste, que ni tan solo llevan el marchamo de Microsoft, funcionan a la perfección bajo Windows sin necesidad de descargar nuevos drivers o de desactivar opciones en el mismo juego.

Mi experiencia en este apartado ha sido nefasta, sufriendo numerosos problemas de compatibilidad, de renderizado y de cuelgues en la máquina; puedo asegurar y aseguro que dichos fallos no son achacables a la propia máquina, puesto que con cualquier otro juego, hasta la fecha, se me ha comportado de forma impecable.

Sonido

El audio resulta correcto y suficiente en la mayoría de las ocasiones, con algunas melodías de buen gusto y efectos sonoros bien realizados, aunque algo escasos y soseras para mi gusto. Los comentarios del jugador cuando da un golpe especialmente bueno o malo son poco variados y a la larga repetitivos, no existen los comentarios de los contendientes, y el caddy es un ente anodino, pues permanece mudo todo el tiempo.

En cuanto a los efectos de sonido (los aplausos y vítores del público, el susurro del mar en los acantilados, el trinar de los pájaros, etc.), intentan paliar la impresión de estatismo de los paisajes, pero lo cierto es que apenas sí lo consiguen. Definitivamente el audio es un apartado que, aunque no resulta del todo malo y su relevancia es relativa en el desarrollo del juego, podría haberse cuidado un poco más.

Jugabilidad

Como hemos visto ya, son muchos los argumentos con los que Links 2003 pretende convencernos de su valía, y en esta misma línea se encuentra el nuevo swing en tiempo real, cuya mecánica es bien sencilla a la par que efectiva.

Quien haya jugado al PGA de Sierra conoce desde hace ya 4 años las bondades de un golpe que se controla exclusivamente mediante el movimiento del ratón, y que por tanto no requiere de la pulsación de teclas o botones. El golpe en tiempo real se ejecuta, así, de forma natural, moviendo hacia atrás el ratón para arquear el palo, y llevándolo hacia delante para efectuar el golpe; del recorrido y velocidad del ratón, en la vertical, depende la dirección y potencia del impacto.

Contrariamente a lo que se pudiera sospechar, el sistema resulta muy natural e intuitivo, y el juego responde con inmediatez y precisión a las órdenes del ratón. Resulta incomprensible, sin embargo, que no se haya incluido una opción para cambiar el eje del movimiento, ya que algunos usuarios pueden encontrar más cómodo o conveniente la horizontal que la vertical. Algo que cuesta tan poco de implementar no debería haber pasado por alto a los de Redmond.

El swing en tiempo real no es el único método para golpear la bola a disposición del usuario; en efecto, tenemos un modo fácil (quizá excesivamente fácil) y el método "tradicional" para los que prefieran la comodidad de lo ya conocido. La única ventaja -a parte de las obvias- que tienen los modos más convencionales es que con ellos es posible disfrutar del seguimiento de la bola por la cámara, mientras que con el swing en tiempo real habremos de esperar a la repetición para ver cómo se ha desarrollado el golpe, dónde ha caído, y cómo ha botado y rodado la bola exactamente.

El por qué de esta limitación es para mí un auténtico misterio. Además, como Links 2003 registra en todo momento las estadísticas de cada jugador y golpe, mezclar los diferentes modos de juego da una imagen un tanto distorsionada del nivel de los jugadores. Por ejemplo, usando el modo fácil es posible embocar desde un búnker en el extremo más alejado de un green (pongamos, a 15 o 20 metros del hoyo) con relativa facilidad, mientras que hacerlo con el swing en tiempo real resulta ciertamente complicado; no obstante, el récord que hayamos fijado en el modo fácil será el mismo que deberemos superar con el swing manual, lo cual resulta algo injusto. No hubiera costado mucho crear bases de datos separadas para cada una de las modalidades de golpe.

Por último, y para facilitar nuestro trabajo en el green, el juego incluye un dispositivo de análisis tridimensional y un asistente para el putt que nos ayudarán a detectar cualquier imperfección o desnivel en el terreno. A pesar de todo, la bola sigue quedándose a 5 centímetros del hoyo con relativa frecuencia, lo que (bajo mi punto de vista) en un juego de ordenador resulta a la par algo tonto y frustrante. Pero todo sea por el realismo.

Las opciones multijugador son las habituales, nada nuevo bajo el sol ya que permiten crear partidas y torneos completos en Internet. No obstante, son una característica muy bienvenida que posibilita los enfrentamientos con competidores de carne y hueso. Los "piques" online están a la orden del día, y Microsoft Games, que lo sabe muy bien, no ha querido privarnos de ese aliciente. Por otra parte, desde Internet también pueden descargarse nuevos campos creados por los propios usuarios usando el APCD. Pero quizá lo más llamativo de este apartado es la opción que permite coordinar torneos mediante el correo electrónico.

Estrategia y Trucos

Presta mucha atención a las explicaciones que se te presentarán antes de abordar un nuevo hoyo, y estudia a la vez la configuración del campo atentamente antes de golpear la bola. Ubica la geografía de los bunkers de arena y las zonas de agua y bosques, e intenta dejar siempre centrada la bola en la calle. Al principio no te preocupes de escoger el palo correcto: el caddy lo hará por ti, y generalmente acertará, aunque sus elecciones son siempre un tanto conservadoras; cuando creas que haya llegado el momento de arriesgar, dirígete a la bolsa y ¡sé creativo!

A la hora de abordar un golpe largo, no olvides comprobar la dirección e intensidad del viento. Los golpes cortos, sobre todo dentro del green, requerirán de un examen exhaustivo de las irregularidades del terreno, para lo cual el juego pone a nuestra disposición un efectivo asistente. Los golpes más difíciles, sin embargo, son los de alcance medio, sobre todo los que se producen al borde del green, ya que no podremos usar el putter y nos veremos obligados a seleccionar un hierro, mucho más potente, para dejar la bola lo más cercana al agujero.

Comparándolo con…

La verdad es que, habiendo pasado dos años desde la última edición de Links, uno casi esperaría que Microsoft hubiese logrado superar con creces al ya achacoso Links 2001, pero por desgracia las mejoras no son las suficientes como para decir que estamos ante el mejor simulador de golf de la historia.

La física del movimiento de la bola, que responde teniendo en cuenta todos los factores que hayan intervenido en el golpe -inclinación, terreno, velocidad del golpe, ángulo del swing, palo seleccionado o velocidad del aire-, es tan precisa como siempre, siendo de lo mejor que ofrece el juego al que no sabe si optar por EA (Tiger Woodws), Sierra (PGA Championship Golf) o Microsoft.

Links 2003 no traiciona su herencia, y ofrece el mejor motor físico de cuantos circulan en el mercado, siendo además su principal argumento de venta. Además, antes y después de cada golpe se nos presentarán varios tipos de análisis y estadísticas que no sólo son muy fáciles de entender, sino que además nos ayudarán a ir comprendiendo (y aprendiendo) muchos de los secretos del golf profesional.

Lo que está bien

Teniendo en cuenta todo lo anteriormente comentado, ¿qué impresión me queda de este Links 2003?

Cierto es que estamos ante la mejor revisión de Links hasta la fecha, pero teniendo en cuenta que es la última de ellas, eso es algo perfectamente normal. Si, más adecuadamente, lo comparamos con sus competidores, Links sale perdiendo en casi todo menos en lo que respecta a la simulación pura y dura, apartado en el que no tiene rival a su altura. Ello no quiere decir que el juego carezca de atractivo en el resto de sus aspectos, al contrario, como todo buen juego de golf tiene un atractivo especial que nos hace volver a él una y otra vez.

Se ha implementado exquisitamente el swing en tiempo real, y esa es una de las principales razones por las que jugar a Links 2003, excepto quizá dentro del green, sea una experiencia agradable y hasta cierto punto adictiva. La curva de aprendizaje ha sido muy bien calibrada, y los didácticos informes y estadísticas contribuyen a acercarnos un poco más a este algo elitista deporte.

Lo que no está tan bien

Efectivamente, amigos míos, Links 2003 no está traducido al español. Microsoft Corporation ha traducido la carátula del estuche, el texto de las serigrafías en los CD, y el manual de rigor, pero nada más. Ninguno de los textos de ayuda e información del juego está traducido, ni siquiera los típicos readme.txt y otros archivos de texto de soporte.

Eso ya es suficientemente grave como para penalizar, pero lo peor es que ni los tutoriales, ni las voces que ofrecen explicaciones y consejos sobre la mejor manera de afrontar los hoyos, ni los comentarios de los jugadores (ni tan siquiera los del propio Sergio García) han sido debidamente adaptados, con lo que el juego pierde, objetivamente, muchos de los atractivos que habíamos elogiado anteriormente. Resulta, además, relativamente engañoso el hecho de traducir los textos de la carátula y no avisar explícitamente en ella de que el juego viene, en realidad, íntegramente en inglés.

Lo cierto, a fin de cuentas, es que Microsoft ha estado realmente mal al no traducir el juego, y aunque ya sabemos que Links 2003 no va a ser un plato del gusto de todos (sólo los jugadores más maduros y sosegados estarán en disposición de sacarle todo su jugo), eso no puede ni debe servir de excusa.

Manual

¿Qué más decir? 44 páginas bien confeccionadas y a todo color que incluyen un glosario sobre los términos golfísticos usados en el juego; esa es toda la ayuda que el jugador va a tener en su idioma. Debería resultar suficiente, porque incluso sin su auxilio no cuesta demasiado hacerse con las riendas de este juego; además, Microsoft Games Studios ha incluido una estupenda guía de aprendizaje interactiva gracias a la que se puede practicar, de forma tutelada, la mecánica del swing y de las diferentes modalidades de golpe. Lástima que también esté en inglés.