Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name
- PlataformaPS58.3PCPS4XBOXBS
- GéneroAventura, Acción
- DesarrolladorRyu Ga Gotoku Studio
- Lanzamiento08/11/2023
- TextoEspañol
- VocesInglés, Japonés
- EditorSEGA
Review
Análisis de Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name, el pasado siempre vuelve
Analizamos Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name, la nueva entrega de la franquicia que vuelve al sistema de combate tradicional.
El pasado siempre vuelve. En el caso de Kazuma Kiryu, el legendario Dragón de Dojima, vive lidiando permanentemente con los fantasmas de su pasado. Si pensábamos que Yakuza 6: The Song of Life sería su despedida a la saga, el tiempo nos ha devuelto al protagonista a primera línea de actualidad. No solo logra reunir los focos sobre él, sino que forma una parte fundamental del camino que se está labrando Ichiban Kasuga como el nuevo rostro de la franquicia. Ese capítulo lo descubriremos en Infinite Wealth; mientras tanto, Ryu Ga Gotoku Studio nos permite conocer qué fue del cuarto patriarca del Clan Tojo en los vacíos argumentales entre la sexta y séptima entrega en adelante.
Mi nombre es Joryu
Para comprender la situación argumental de Kiryu es altamente recomendable haber jugado a Yakuza: 6 The Song of Life. Pese a que se nos introduce en la conclusión de ese juego en los primeros compases, haber conectado emocionalmente con esa recta final anima a que sepas con exactitud la situación del mundo en todos los frentes. Sobre el papel actúa como un Like a Dragon 6.5 y 7.5. El grueso del argumento de Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name ocurre en paralelo a las andanzas de Ichiban, aunque son escasos los momentos donde se señala.
Sabemos de sobra la perspectiva que el equipo ha tenido con este trabajo. Es un juego bastante más pequeño que una entrega base de la franquicia, que sirve como puente de conexión al climax que están preparando en Like a Dragon: Infinite Wealth. Pese a sus dimensiones, logra ofrecer un paquete de experiencias importante. Rebosa contenido y lo demuestra desde el primer momento. Sobre esto hablaremos largo y tendiendo más adelante. Donde sí se notan sus dimensiones es en el plano argumental.
Gira demasiado sobre algunas ideas para extender durante algunas horas la trama. Es una línea argumental que en cualquier otra entrega hubiera durado 2 o 3 capítulos, mientras que aquí se extiende hasta las 5. Los giros argumentales importantes se vienen venir desde el momento en el que se preparan, y es que si has jugado a Yakuza: Like a Dragon ya sabes cuál va a ser la conclusión. Aquí la gracia es descubrir el desarrollo, que aporta desde la posición como seguidor de la saga, pero como ente individual se queda atrás (incluido su antagonista).
Por otro lado, hay elementos que mantienen el listón de calidad. Los personajes, por ejemplo, son marca de la casa y construyen eventos cuyo desenlace nos sigue atrapando frente a la pantalla. Hanawa, quien toma el mando de las operaciones de los Daidoji (el grupo encubierto con el que trabaja Kiryu), baila entre la línea del bien y del mal; un yakuza moderno de traje y corbata que piensa que el fin no justifica los medios… hasta que se entrometen en su camino. También debemos destacar a Akame, una joven que toma protagonismo de las actividades secundarias por Sotenbori y que se perfila como uno de los rostros femeninos mejor dibujados por Ryu Ga Gotoku Studios, con permiso de Mikiko en The Kaito Files, contenido adicional de Lost Judgment.
La Red de Akame y la nueva forma de abrazar el contenido secundario
Aunque visitaremos brevemente Yokohama, Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name plantea sus contenidos en dos distritos: Sotenbori y el Castillo. El primero no necesita ninguna introducción. Desde hace muchas entregas es el barrio de Osaka por el que Kiryu (ahora con nombre en clave Joryu) ha vivido experiencias de todo tipo, desde liderar el club de hostess Four Shine hasta patear a maleantes directos de cabeza al rio que lo atraviesa. El segundo, en cambio, es inédito y ocurre en un barco de mercancías que opera de manera clandestina. Es una especie de república independiente en pleno Pacífico en el que los yenes mandan.
La KamuroGo de la subsaga Judgment y la agenda de completismo habitual es intercambiada por la presencia de la Red de Akame. En ella se nos indican todas las tareas secundarias por hacer en los dos distritos, ver qué desafíos hemos completado e invertir puntos logrados para obtener recompensas que impulsan nuestro inventario. Precisamente esa es una de las claves del sistema: a medida que finalizamos contenidos, obtenemos puntos que sirven para comprar objetos en su tienda exclusiva y mejorar las habilidades de Joryu. Eso sí, en este último punto necesitaremos también dinero.
El ejercicio de reinvención del estudio con un distrito tan reducido como Sotenbori es digno de admiración. Han convertido un mapa tradicionalmente de apoyo en uno en el que en cada esquina aguarda algo por hacer. La Red de Akame, además de reunir las subhistorias clásicas, propone el denominado Mapa de Apoyo. Por todo el distrito se encuentran pequeñas tareas que completar para reunir puntos y amasar suculentos montantes de yenes. Van desde devolverle una pelota a un niño hasta completar desafíos específicos en el minijuego del billar, entre muchas otras. Es un auténtico agujero de horas. Estás inmerso en un tornado de contenidos que siempre te ofrece una recompensa directa en cuestión de minutos. Las tareas han llegado para quedarse.
Lo decíamos con anterioridad e insistimos: rebosa contenido. Hay un montón de actividades a completar y minijuegos por los que perderse. Da gusto ver un juego que ronda las 14 horas centrándote en la trama triplica su duración si buscas disfrutar de todo lo que tiene por ofrecer. Saca a relucir algunas de las mejores actividades de la franquicia y las ejecuta de manera excelente. Las carreras en el Pocket Circuit son las más diversas y complejas de la saga; el club de hostess se actualiza con imágenes reales de las personalidades que dan charla a Joryu; y el Coliseo es un ente por sí mismo que absorbe las mecánicas del modo Clan y las plasma en batallas a cara de perro. Y a todas ellas se les debe añadir viejos rostros que siguen frescos como el primer día: Karaoke, Billar, Dardos, Blackjack, Shogi, Mahjong, las recreativas de SEGA con Daytona USA 2 reconvertido en Sega Racing Classic 2, varios títulos plenamente jugables en el emulador integrado de Master System… hay tantas experiencias reunidas que lo convierten en una de las entregas más diversas de los últimos años. Nuestra aventura ha durado 20 horas parándonos a explorar estos contenidos. También debemos recordar la demo especial de Like a Dragon: Infinite Wealth que incluye y que se desbloquea una vez terminas la aventura.
El mejor Coliseo de la saga
Debemos hacer hincapié en el Coliseo, la actividad secundaria que más protagonismo reúne en esta ocasión. No han sido pocas las veces que lo hemos visto a lo largo de su trayectoria, pero aquí el aprendizaje en los últimos años aporta de manera positiva a su estructura. El Castillo ofrece una reinterpretación de las arenas de combate que, como decíamos, suma algunas de las mecánicas del modo Clan. También ocupa el espacio de metajuego en Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name. Además de completar las arenas, debemos reunir a los mejores luchadores en actividades relacionadas para poder combatir junto a ellos (o con ellos) en las vertientes correspondientes.
Encontramos cuatro modos: Torneo (sucesiones de uno contra uno), Pelea Infernal (uno frente a un grupo de enemigos en combate desigual), Evento especial (peleas que surgen durante la aventura como bonificación) y Equipo del Infierno (Clan Joryu contra grupos de enemigos). Lo que nos parece un punto muy importante es que hay flexibilidad para combatir con otros rostros. En vez de a Joryu, puedes seleccionar a un integrante de tu clan para que se lance al espectáculo con su propio set de movimientos, rasgos y demás. Por ejemplo, si un ninja se une al clan y lo elegimos para un combate, lanzaremos shurikens y evadiremos cuál hombre enmascarado. Y se puede con todos los que se unan. Es tremendo.
Aunque los combates son espectaculares (y divididos según dificultad, que irás aumentando conforme escales en los rangos), también tenemos que tener en cuenta la autoestima de quienes nos rodean. En el Castillo encontraremos la zona de descanso de los luchadores, un chiringuito a todo trapo donde compañeros y combatientes que buscan sumarse a nosotros se reúnen para tomarse un trago. Si uno cae en combate, tendremos que animarle allí con nuestra presencia o descorchando un champán caro: la mejor receta para quienes se juegan la vida.
Hablando de los puños, debemos destacar los estilos de combate de Joryu. El estilo Yakuza es un mix de los movimientos clásicos del personaje. Lento, pero contundente; perfecto para los uno contra uno. Sin embargo, donde la lucha brilla con luz propia es en el estilo Agente. Cuando lo usamos nos convertimos es una suerte de James Bond con un punto más alto de fantasía. A lo largo de la aventura vamos desbloqueando gadgets que ofrecen oportunidades nunca vistas en la franquicia. Mantener el botón triángulo nos permite llamar a una oleada de drones autónomos, mientras que hacer lo propio con el botón cuadrado lanza un pitillo explosivo que lanza por los aires a quienes están en su radio de acción. También se encuentra presente la araña, los hilos de envuelven a los enemigos y que tantas imágenes promocionales han protagonizado, aunque nuestro favorito es la serpiente: los zapatos cuentan con propulsores para embestir a quienes se encuentran frente a nosotros con la fuerza de un ariete.
Sólido en todos los sentidos
Las sensaciones al jugar a Like a Dragon: The Man Who Erased His Name son muy buenas, sobre todo tras venir de Like a Dragon: Ishin. La reinvención del spin-off vino de la mano del debut de la marca bajo Unreal Engine 4. Como decíamos en nuestro análisis, este traslado tuvo ciertos problemas a nivel técnico; en nuestra opinión, el semblante del juego era inferior de la de cualquier entrega en base a la actual versión del Dragon Engine.
Lo cierto es que esta entrega se ve fantástica. El Dragon Engine recibe un pequeño impulso en iluminación, texturas y modelados. Todo ello a 60 fps sólidos en la versión de PlayStation 5, a la que hemos tenido acceso para la realización de este análisis. También debemos añadir que, como parte de la inversión de SEGA en las últimas entregas, todos los textos se encuentran localizados al español.
Conclusión
Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name es pequeño, pero matón. El puente entre las dos últimas entregas numeradas conduce a una entrega relevante de cara a los fans. Es cierto que la historia da demasiadas vueltas temas que se podrían solucionar con mucho menos relleno, y el antagonista es flojo respecto a lo que estamos acostumbrados. Más allá de eso encontramos un juego que ha aprendido mucho de su trayectoria, que ofrece un montón de contenido y marca la mejor versión de algunas vertientes, como el Coliseo. Merece la pena volver a vestirnos como el Dragón de Dojima.
Lo mejor
- Repleto de contenido: los fans echarán muchas horas.
- El estilo de combate Agente, los gadgets le sientan muy bien.
- La Red de Akame y la diversificación de las tareas secundarias.
- La mayoría de personajes de apoyo. RGGS sigue trazando excelentes rostros.
- El Coliseo, el mejor de la saga.
Lo peor
- La historia tiene bastantes partes de relleno.
- El antagonista es un poco flojo.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.