LEGO Batman 3: Más Allá de Gotham

“HOLY SPACE ROCKETSHIPS, Batman!!”

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Hay quienes los siguen viendo como tonterías para niños, como juegos de dificultad escasa, ínfima y mecánicas adecuadas a mini-gamers que están empezando pero no para jugones que se han ganado los galones. Bueno, en este mundo hay diversidad de pensamiento, pero lo cierto es que está muy claro que el tratamiento LEGO que han recibido conocidas sagas y personajes desde aquel estupendo e inesperado ‘sleeper’ que fue el primer LEGO Star Wars allá por 2005 –nadie daba un duro por él, y su fidelidad a los films cerró no pocas bocas-, ha conseguido crear una serie propia con personalidad y millones de fans, como tienen Assassin’s Creed, Call of Duty o Need For Speed. Aparte no debe confundir el hecho de presentar esa trabajada estética infantil en base a las piezas LEGO, ya que sus títulos figuran entre las más fieles adaptaciones de series como Star Wars, El Señor de los Anillos o el que nos ocupa en este caso: El Universo de la editorial DC no al completo, pero casi en términos de videojuego.

Para todo fan de Batman, el retraso del capítulo conclusivo Arkham Knight de Rocksteady hasta junio de 2015 ha sido un jarrazo de agua más fría que el del ya olvidado Ice Bucket Challenge. Pero a modo de cierta compensación, Warner nos trae estas navidades la tercera entrega de la que podemos considerar como su saga más importante, puesto que LEGO Batman 2 trajo no pocas innovaciones a una fórmula que estaba agotándose tras Harry Potter y Piratas del Caribe. De acuerdo, las mecánicas base se mantienen igual, pero se nos abrió Gotham, desde la mansión Wayne hasta Arkham Asylum; las escenas estaban dobladas con voces y no efectos sonoros solamente, y el reparto pasó de incluir a Batman y Robin a muchos héroes DC como Superman, Flash o Wonder Woman.

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Pero Gotham se le ha quedado pequeña a una tercera parte que mira de reojo al soberbio Marvel Superhéroes para intentar superarlo en materia de escala y personajes. Tan pequeña que nos vamos al Espacio en una historia que tarda en arrancar, ya que las primeras horas están dedicadas a reunir a la Liga de la Justicia y detener una invasión de Joker, Lex Luthor y compañía a la Atalaya que la Justice League tiene orbitando la Tierra. Y una vez que lo hacemos, cuando ya tenemos a los personajes con la mayoría de habilidades desbloqueadas, es cuando la verdadera trama comienza. Y de ella solo diremos que Brainiac, un villano del universo de Superman, viene a la Tierra con la intención de quedársela como si fuera un coleccionista, y para ello ha reunido los poderes de los anillos de los Lantern Corps.

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La campaña de Beyond Gotham nos lleva por 15 niveles divididos en unos tres actos cada uno que, sin pararnos demasiado a coleccionar ni a revisitarlos después, nos llevará entre 8-10 horas terminar sin mucha dificultad, con unos 45-50 minutos por cada fase y los guardados manuales/checkpoints espaciados. Tampoco la historia es precisamente lo mejor, pero su forma de estar narrada sí es buena, con dosis de humor constante en cada una de las escenas de video que encantará al público base infantil al que este juego va dirigido mayoritariamente –aunque los más mayores que también sean fan de LEGO se lo van a pasar igual de bien, con instantes de humor descacharrantes como la Liga cambiando trajes con sus enemigos y Joker todo el rato diciendo ‘Soy Batman!’ por el fondo de la pantalla. Como decimos tarda en arrancar, pero cuando se reúne la Liga de la Justicia por primera vez el juego gana más, aunque Batman se queda en un plano secundario ya que constantemente estaremos saltando de un miembro a otro, desde Cyborg a Flash, desde Wonder Woman a Plastic Man o hasta los villanos como Solomon Grundy o Joker.

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El problema que vemos es que esta vez, sin seguir la tónica sandbox impuesta desde LEGO Batman 2, no tenemos un entorno propiamente abierto como era Gotham City o la Nueva York de Marvel Superheroes. La trama de Más Allá de Gotham nos lleva al espacio, pero no a recorrerlo de una punta a otra con libertad como No Man's Sky plantea por ejemplo, sino a través de una serie de Hubs que lo conectan. Tenemos la Hall of Justice en la Tierra, la Atalaya de la Liga en el espacio, y la Batcueva. Cada uno de ellos tiene varias estancias y niveles que recorrer, algunos propios y otros que los comparten, como la sala de Trofeos, aunque la Batcueva es la que presenta a veces el diseño más atractivo, con guiños como un batmóvil que podemos romper y reconstruir para que adopte otro aspecto, estando todos los del caballero oscuro representados, desde el recordado de los films de Tim Burton hasta incluso el que conduciremos en Batman: Arkham Knight –pero no los podemos llevar a dar una vuelta. Para algunos esto será un paso atrás, ya que la libertad de otros LEGO se sacrifica aquí, a cambio de darnos distintos entornos más pequeños que interconectan todo para dar la sensación de una aventura que se mueve entre la Tierra y planetas lejanos, ya que viajamos entre portales dimensionales en forma de túneles que camuflan los tiempos de carga.

Y hablando de planetas, una vez que empezamos a desbloquear entornos que poder escoger en algunos de los tres hubs para visitar, se nos da la posibilidad de explorar las superficies de otros mundos como la Luna, cambiando ligeramente el juego de cámaras, por si queremos más escenarios y desbloquearlo todo. Pero el que se lleva la palma, y publicitado considerablemente, es el basado en el Batman de los 60, de lo mejor del juego y una pena que sea tan corto. Las primeras horas del modo Historia están destinadas a hacernos con todos los trajes y habilidades necesarios para ir progresando.

Y de nuevo la colaboración es requisito, ya que por ejemplo Batman puede abrir un panel encerrado en cristal que Robin pirateará, o el detective Marciano fundir un objeto que Linterna Verde arrastrará. Hay personajes que comparten habilidades –Batman y el Detective pueden fundir el metal y encontrar cosas escondidas-, pero desviar rayos es algo que Wonder Woman hace con sus brazaletes, y a la hora de destrozarlo todo nada mejor que llevar a Killer Croc, Solomon Grundy o Cyborg con su traje especial para sentirnos igual que cuando éramos Hulk o Abominación en Marvel Superhéroes.

La jugabilidad en LEGO Batman 3 sigue siendo continuista y deudora de la sub-saga superheroica y de la serie LEGO en sí, por lo que los fans estarán como en casa una vez cojan el mando. Tenemos eso sí nuevos trajes para algunos héroes –Superman o el detective Marciano no cambian de traje, más bien de aspecto- para los nuevos tipos de puzles que Traveller’s Tales ha planteado, como el traje tóxico de Robin para recoger piezas LEGO de un color determinado, meterlas en una máquina que necesita una cantidad específica, y crear una maquina lanzacohetes para romper una pared. O puzles ya presentes en LEGO Batman 2 como el mirar a través de superficies y reordenar tuberías de agua al mas puro estilo hackeo de maquinas de Bioshock.

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Resolverlos no nos planteará apenas dificultad, más allá de combinar a los personajes, salvo algunos que nos plantearán algún que otro quebradero hasta dar con la tecla. Pero sí es cierto que a veces, en los momentos de más acción, pueden romper el ritmo del combate, que de nuevo vuelve a ser muy permisivo, y el avance nos irá soltando un puzle tras otro de escasa dificultad, aunque hay algunos ciertamente imaginativos, como pilotar un vehículo lunar para buscarle el traje espacial al murciélago que le permite volar, aunque por cortos períodos de tiempo. Trajes como este, o el de Robin de iluminar espacios oscuros están limitados, pero siempre habrá una estación cercana para recargarlos. A veces piratearemos sistemas con Robin que nos llevarán a unos entornos al más puro estilo del film Tron en los que nos plantearán algunos de los mejores momentos de plataformas que el juego exhibe, aumentando su complejidad con escenarios cambiantes y música techno.

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De nuevo la espectacularidad en los enfrentamientos con los Jefes Finales es considerable, y ya desde el primero asistimos a momentos muy logrados que requieren de dar con la clave mientras sobrevivimos a sus embestidas. Y para aliviar un poco el desarrollo se nos brinda momentos de conducir/pilotar vehículos. Quizás no tan a menudo como deberíamos, ya que suponen un cambio de mecánica jugable muy agradecido, pero las veces que lo hagamos nos sorprenderá estar por ejemplo en mitad de una gran batalla de naves espaciales al más puro estilo Resogun con la música de Danny Elfman de fondo.

Como vemos la cosa no cambia, sino que ofrece pequeñas novedades y un desarrollo que mantiene sus bases –tal y como hacen los mencionados Call of Duty o Assassin’s Creed por ejemplo. Su modo Cooperativo vuelve a ser de lo mejor, ya que la IA aliada del juego sigue dependiendo en demasía de lo que hagamos y no nos ayuda, particularmente en los combates. Y nada mejor que agarrar otro mando y echarse un coop con otro fan DC. Porque si para alguien está hecho este juego, es sobre todo para los fans de los comics. De hecho, en los hubs como la Atalaya se nos permite no solo personalizar personajes y crear nuestras propis combinaciones, sino también modificar vehículos.

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Nada menos que 150 personajes para desbloquear –algunos vía DLC, como los packs de El Caballero Oscuro basado en los films de Nolan o Man of Steel de Zack Snyder- en un plantel gigantesco en el que se lleva la palma Adam West, el Batman 60s original, que de hecho es un elemento de los coleccionables que hemos de rescatar en cada nivel del modo Historia y en cada escenario del modo Libre, ya sea en los hubs o planetas/niveles extra que desbloqueamos. Y es que coger a Superman vestido de Clark Kent, darle al botón de cambio, verlo surgir de una cabina con el traje y la S roja en el pecho, alzar el vuelo y escuchar el mítico tema de John Williams sigue siendo una gozada. Eso sí, la ausencia del Coop online sigue siendo inexplicable y le resta puntos a la diversión Multijugador, limitándolo a un modo Local.

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A nivel grafico se nota el salto Next Gen de la serie LEGO Batman, ya que cada escenario denota calidad en cuanto a nivel de texturizado y efectos visuales –nada más empezar ya tenemos efectos lens flare de fuentes de luz sobre la cámara-, con momentos como Batman escaneando una parte del nivel con su traje sensor y visualizándolo como si le aplicáramos un filtro de comic. Lo mejor es sin duda las animaciones de cada personaje, totalmente distintas –Robin se pone a bailar, Flash a hacer abdominales-, que le aportan un dinamismo a cada uno que choca con su concepción de hechos por piezas. El sistema de iluminación es de lo mejor, con instantes como Robin y su traje de luz recreando sombras y descubriendo partes ocultas. Todo está ‘legolizado’, pero con un despliegue de imaginación como siempre genial, y en algunos planetas alienígenas, espectacular.

En el apartado de audio tenemos otra producción cuidada, con el juego doblado íntegramente al castellano. Es una pena que la voz de Claudio Serrano, el Batman de los últimos films, no repita como lo hacía en la LEGO Película, pero no por ello deja de ser un doblaje de calidad. Y si optamos por la V.O., un soberbio Troy Baker –The Last of Us, Bioshock Infinite- se lleva la palma pasándoselo de escándalo con Batman y ell Joker, a quién también puso voz en Batman Arkham Origins. La BSO vuelve a usar la magistral y definitoria partitura que Danny Elfman creó para el primer Batman de Tim Burton, a la par que coge temas de Shirley Walker de las Animated Series, y cuando llevamos a Superman o Wonder Woman suena John Williams o la canción de la serie de Linda Carter. Pero entrar en la batcueva, encontrar el set del Batman 60s y que ese tema de voces agudas cantando “Nanananananana, BATMAAAAAN!” es lo mejor del conjunto. El único pero estriba en la repetición de varios temas de Elfman.