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Kirby y el Pincel Arcoíris

Kirby y el Pincel Arcoíris

  • PlataformaWiiU7.6
  • GéneroPlataformas
  • DesarrolladorNintendo
  • Lanzamiento08/05/2015
  • TextoEspañol

Kirby y el Pincel Arcoíris

Retomando el espíritu de El Pincel Celestial, volvemos a dibujar el camino de Kirby stylus en mano, aunque esta vez en un entorno visual de plastilina que entra por los ojos.

Drawn to Smile

Dibujos infantiles en Super Mario World 2: Yoshi’s Island; universos de hilo en Kirby’s Epic Yarn; lana para crearlo todo en Yoshi’s Woolly World… Que Nintendo es una compañía que puede aportar ejemplos de hacer arte con códigos de unos y ceros es algo indiscutible. Y antes de ver a ese Yoshi de lana que tanto deseamos, y para aliviar el ritmo ligero de lanzamientos en Wii U, la gran N se saca de la manga con este Kirby y el Pincel Arcoíris uno de esos juegos que es como Captain Toad o Mario Vs Donkey Tipping Stars: 100% made in Nintendo. Como el citado Toad, el Pincel Arcoíris ha tardado más tiempo del habitual en llegar. Pero todo acaba llegando, y ya tenemos en nuestras manos la última aventura de la querida bolita rosada un año después de manejarlo en 3DS con el divertido Triple Deluxe. ¿Queréis que os lo definamos con una sola palabra? Sonrisas.

Espera, ¿sonrisas? ¿Por qué sonrisas? Bueno, quizás porque están los videojuegos y por otro lado los videojuegos 100% Nintendo, esos que te hacen sonreir porque lo que estás viendo en pantalla es tan bonito, tan inocente y de cuento de hadas –podríamos decir cuco y mono también, que eso sí que os hará reir-  que parece que viene de otra realidad en la que los FPS bélicos, las aventuras de acción de asesinos y los survival de muertos vivientes con toneladas de sangre y drama no existen. Y es que Kirby siempre ha sido así: Un personaje hecho para caer bien y quedarte prendado de él. El Pincel Arcoíris es especial además por dos elementos que lo diferencian claramente de lo que hay en el mercado. El primero es su fabuloso aspecto visual como si Hal Laboratory moldease los escenarios de plastilina en tiempo real, y el segundo es su particular control, el punto más divisorio de la propuesta. Pero no nos adelantemos. Empecemos a contar la historia por el inicio:

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Drawn to Jump

Como en Triple Deluxe, en Captain Toad y tantos otros, la historia es un mero punto de partida para desplegar todo el potencial en el apartado jugable. Básicamente ayudamos al hada Eline (que se transforma en pincel) a derrotar a su amiga Claycia, artista que adora la plastilina pero que ha robado todos los colores de Dream Land. Eline nos da la habilidad de pintar y transformar el mundo a nuestro alrededor, convirtiéndose en el centro de una jugabilidad indirecta sobre el personaje. A grandes rasgos estamos ante un plataformas 2D con puzles, exploración y combates. Pero a diferencia de las anteriores entregas, toma su base jugable de El Pincel del Poder –aunque se nota que simplificando la fórmula restando interacción aquí y allá con respecto a este-, uno de esos primeros juegos de DS hechos para mostrar el potencial táctil de la portátil, y de repente la pantalla del GamePad y el stylus se convierten en nuestra forma de manejar a Kirby e ir superando los obstáculos, trazando en la pantalla táctil cuerdas de arcoíris para hacerlo avanzar.

Trazando una línea dibujaremos una cuerda arcoíris de vivos colores, de la forma que sea, sobre la que Kirby marchará. La dirección en la que la hayamos trazado indicará dónde se moverá el personaje, si de arriba hacia abajo, o de derecha a izquierda. Y si incluimos giros en plan los looping de Sonic, Kirby avanzará más rápido. El crear cuerdas es lo esencial en todo el juego, no solo para que avance, sino para guiarlo hacia dónde queremos, para que salte obstáculos, esquive enemigos, etc. Si no jugamos al anterior Pincel del Poder, o si hace demasiado que lo jugamos, los primeros minutos con el Pincel Arcoíris serán algo confusos, caóticos cuando debamos o queramos hacer una acción en específico, pero tras ese tiempo de pánico le cogeremos enseguida el truco, y estaremos trazando cuerdas y moviéndolos con rapidez. Habrá quien sea fan del Pincel del Poder y no le ponga pegas, habrá quien le parezca una forma alternativa y original, y habrá quién eche de menos una jugabilidad más clásica con un control directo sobre el personaje.

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Como decimos, este es el punto más divisorio. A veces frustra, porque no es un control cómodo para momentos en los que llevar a cabo acciones muy rápidas que exigen saltar, atacar y cambiar de dirección de forma seguida, algo que nos tiene dibujando a veces de forma mecánica en una demostración de reflejos y agilidad mental. Y otras perdiendo precisamente por no haber sido más ágiles –algo que sí seríamos controlando directamente a Kiby-, pero es que esta es la gracia del juego, manejarlo indirectamente. Quien no le guste el concepto mejor que ni lo empiece. Pero a quien le atraiga o ya jugase el Pincel del Poder, no tendrá mayores problemas en aceptar una mecánica que no es la mejor para según qué situaciones, pero que en otras parece perfecta merced al conseguido y variado diseño de niveles, que no solo nos tiene saltando y rodando, sino también resolviendo pruebas de habilidad, escapando de peligros a toda velocidad y resolviendo distintos puzles para avanzar y/o encontrar los tesoros, ya tengamos que manejar a dos Kirbys simultáneos o mover una pesada bola de acero. Por lo general la curva de dificultad es amable –de hecho si nos atascamos mucho nos ofrecerán saltar al siguiente nivel- y tampoco plantea mucho desafío, pero en ocasiones nos hemos encontrado con picos desmedidos de dificultad exagerada que afectan al equilibrio del juego.

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Drawn to Fight

La acción y el combate cuentan con elementos propios. Para empezar, pulsando directamente sobre Kirby servirá para que lo carguemos para golpear al rival –si entramos en contacto con él simplemente girando perderemos vida; si lo mantenemos pulsado tras haber acumulado 100 estrellas, la bolita entrará en un estado berserker y se hará más grande unos instantes, rompiendo y golpeando con fuerza todo lo que se mueva. Para romper elementos solo hay que cargar al personaje y enfocarlo en la dirección que sea. Pero cuidado, que las cuerdas solo se mantienen unos segundos y luego desaparecen, por lo que tenemos que ser rápidos dibujando si estamos ascendiendo o saltando. Para protegernos de peligros como balas de cañón, agua o pinchos, pintamos sobre nosotros como si creásemos un escudo. Cuando buceemos, como la bolita tiende a flotar, las cuerdas que limiten su ascenso será la única manera de poder guiarlo.

Como en Epic Mickey, el contador del pincel es limitado, y si dibujamos mucho y seguido lo gastaremos, quedándonos sin ‘pintura’ cuando más lo necesitemos. El medidor del pincel irá rellenándose mientras no se use –más rápido si estamos quietos en el suelo, más lento si estamos saltando por el aire. En algunas zonas nos encontraremos con partes del escenario que están en gris, no pudiendo dibujar en ellas y teniendo que usar las físicas del juego para alcanzar los secretos; en otras rebotadores, cañones y tesoros bien inalcanzables nos pondrán a prueba para ver la pericia que tenemos creando cuerdas. Y para los que estén pensando en las cosas que Kirby podía hacer en Epic Yarn, sí, hay hasta tres transformaciones especiales del personaje –que no disfraces-. En Tanque, en Cohete o en Submarino, son instantes en los que la acción explota y se vuelve más arcade –os hartaréis de golpear la pantalla con el stylus siendo tanques-, en ocasiones con un scroll automático de pantalla/sobre raíles 2D. Podemos criticar que no están cohesionadas con el resto de las mecánicas como sí estaban las de Epic Yarn, que son momentos aparte, pero que la verdad es que cumplen su objetivo de aportar variedad al desarrollo y divierten viendo como por ejemplo el Kirby-tanque cambia en plan Transformer a la hora de disparar todos sus cañones a la vez.

Hablando de extensión, tenemos varios niveles temáticamente diferenciados divididos en 4 fases, tres normales y una dedicada al Jefe Final. A diferencia de la entrega de DS este Pincel es para la sobremesa, por lo que no os esperéis fases cortas estilo portátil, sino bastante largas en comparación, aunque el modo Historia puede hacerse breve ya que en 6 horas más o menos podemos terminarlo si no vamos a complicarnos mucho la vida en cada fase. Al igual que en Triple Deluxe o el citado Toad, el pasarse el modo Historia no supone conseguir el 100%, ya que este Pincel del Arcoíris oculta cinco tesoros por cada nivel, algunos exigiendo superar una complicada prueba de habilidad antes, además de miles de estrellas de oro que coger para que nos otorguen la medalla de Oro en la clasificación. Fuera parte tenemos el Modo Desafíos, con 48 habitaciones divididas cada una en 4 desafíos de 15 segundos cada uno para hallar los 4 tesoros por cada habitación y obtener la medalla de oro.

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Drawn to Friends

Cierto es que más allá de completarlo todo no hay un motivo de rejugabilidad, ya que la sorpresa de descubrir cada fase se pierde, pero si queremos tener todos sus coleccionables, la duración útil del juego aumenta. Los tesoros del modo Historia nos darán figuras que podremos contemplar en una sala especial de forma 3D para admirarlas. También hay un modo Jukebox para escuchar la fabulosa BSO –ese kirby con cascos bailando- e incluso páginas de un diario animado que encontrar y juntar. Y si necesitamos ayuda, nada mejor que empezar a enchufar wiimotes y rodearnos de tres amigos para que nos echen una mano en el multijugador local, manejando a tres Waddle Dees y añadiendo un nuevo elemento de peligro en las fases que hace que el contar con aliados tenga sentido más allá de facilitarnos el avance simplemente.

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Hace poco analizamos el estupendo Affordable Space Adventures y su inusual y divertido multijugador cooperativo. El Pincel Arcoíris incluye otro multi similar en cuanto a diversión y a 4 usuarios para colaborar en el que los Waddle Dees tienen que ayudar defendiendo a Kirby, echándole una mano cogiéndolo incluso en peso y actuando con controles de un plataformas tradicional, con un botón de saltar y otro de atacar. Divertido y agradecido, al igual que Affordable es un elemento que potencia la rejugabilidad de los niveles y cuenta con sus propias reglas, ya que no es lo mismo jugarlos nosotros solos que con un par de amigos al lado.

Drawn to Watch

Visualmente estamos no solo ante otra demostración de arte virtual, sino ante uno de los títulos del año en cuanto a acabado visual y dirección artística, ya que este kirby es eso: Una obra de arte. Desde la conseguida intro de animación hasta el final, el despliegue de Hal Laboratory es tan imaginativo y cautivador como el logrado en Epic Yarn. Cada nivel es diferente, cada escenario no repite cosas del anterior, cada elemento tiene su diseño en plastilina. Una preciosidad colorida y encantadora que si estamos con alguien es más divertida de ver que de jugar, por el hecho de que quien juega tiene que estar mirando el pad, y quien no puede disfrutar en pantalla grande del espectáculo. Gráficamente de lo mejor que Wii U tiene en 2D, quien sea fan sonreirá ante enemigos clásicos como el árbol Whispy Woods rediseñado en plastilina, o la clásica coreografías de fin de nivel de la bolita, que esta vez tiene pareja de baile. Pero a diferencia de Epic Yarn, este mundo de plastilina no tiene tanto peso en la parte jugable como si lo tenía aquel con sus mecánicas.

Y si a nivel visual el juego tiene su punto de león, a nivel sonoro no se le queda corto, ya que estamos ante una de las mejores BSOs que le hemos escuchado a la serie. Básicamente es una mezcla de temas clásicos modificados con tempo/instrumentación distinta y otros nuevos, pero que resulta tan fresca como a la vez familiar, y acertada en todo momento, adecuándose al tono de cada nivel y de diversión, pero tomándose lo suficientemente en serio como para permitirse instantes más chill out o ensoñadores.

7.6

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.