Kinect Sports Rivals
Kinect Sports Rivals
En la isla del deporte más animada y competitiva, Rare tiene de nuevo la responsabilidad de enseñar de verdad todo lo que es capaz de interpretar Kinect en cuestión de movimientos físicos. Bolos, carreras de motos acuáticas, escalada, tenis, tiro al blanco y fútbol. Xbox One se abre a los jugadores menos habituales con un título más complejo y completo de lo que parece que también sabe llamar la atención de los hardcore. Pero una producción que quizá ha querido ir demasiado lejos en controles sin mando.
Iba a ser de lanzamiento pero se pospuso para mejorarlo y ampliarlo hasta tal punto que no se quedara en un juego de corte solo casual tipo Kinect Sports, Disneyland Adventures o Kinect Adventures de la pasada Xbox 360. Kinect Sports Rivals, la reinterpretación de la serie en esta nueva generación, coquetea con fórmulas avanzadas de los videojuegos que habitualmente relacionamos más con experiencias hardcore. Varios y completos modos online, un montón de material por desbloquear, estilo arcade pero con bastantes decisiones ingame que crean una sensación más divertida y realista, potenciadores, niveles de dificultad exigentes, etc. La madre de la marca, Rare, a pesar de su nueva configuración con Microsoft alejada de los tiempos dorados de Donkey Kong Country, Banjo Kazooie o Perfect Dark, ha querido portarse con KS Rivals en la línea de lo que hizo con Viva Piñata, configurando un producto que parece dirigido a públicos inexpertos pero que finamente es redondo en posibilidades.
Un juego que además llega con la obligación de demostrar que todo el cacareo del nuevo Kinect de Xbox One no es solo una sacada de pecho en presentaciones y conferencias de hardware, sino que el nuevo dispositivo es de verdad capaz de interpretar cualquier mínimo gesto que hagamos, reconocer nuestro rostro, adaptar nuestras palabras a comandos en el juego, medir tridimensionalemente nuestra posición en la sala... y demás sonadas promesas del obligatorio y polémico periférico. Kinect Sports Rivals es un videojuego creado y pensado desde cero para amortizar las particularidades del joven aparato. Y entre esas particularidades también hay otras que pasan más desapercibidas y están silenciadas en los comunicados oficiales y las descripciones de producto, cuestiones serias que parecen ya del todo inevitables.
La no traslación 1:1 de los movimientos reales del jugador a la pantalla en absoluta concordancia y sin retardo, o la necesidad de un espacio de juego bastante amplio y que nos separa mucho del televisor son problemas que el nuevo Kinect repite. Problemas que obviamente marcan la experiencia con Rivals. Eso sí, aquí están en una muy menor medida y mucho más leves que los que caracterizaron a la anterior cámara de Xbox 360. Se nota el salto y la mejora de la tecnología en el nuevo sensor con infarrojos de One. No hay comparación, pero tampoco erradicación total y deseable de estos ya conocidos handicaps. El nuevo Kinect es muy superior, pero no perfecto. O al menos Rivals todavía no consigue exprimirlo como querríamos.
Se suma a esto que Rare, en su vertiente más ambiciosa, quizá ha querido ir con este Kinect Sports demasiado lejos. Estamos ante un juego profundo, más complejo que los anteriores, que presenta un planteamiento de interacción y mecánicas de gameplay bastante sofisticados, muchas posibilidades con tan solo un giro de muñeca determinado para un tiro de bolos o la posición exacta del tobillo para chutar de una manera u otra en fútbol. Y que Kinect lea siempre bien este tipo de minucias no es tarea fácil, por muy avanzada que sea su tecnología de captación, que lo es.
No hablamos con ello de una experiencia de juego desastrosa o que no logre cierta sensación de trasladarnos dentro de la pantalla, ni mucho menos. Pero sí podemos dictaminar un gameplay que no es del todo preciso. Funcionando de forma más que aceptable y con un notable esfuerzo de sus creadores por lograr una nueva era en control por movimientos, para los que esperaran una revolución plena se queda en un nuevo sueño no alcanzado de lograr esa emoción de realidad virtual. Las capacidades técnicas del dispositivo y Xbox One son aquí amortizadas, pero no es del todo coherente que un juego pensado para cautivar también a jugadores poco habituales siga fallando si nos movemos demasiado rápido, en poco espacio o no le damos sus tiempos y perdonamos las incorrecciones de interpretación. Es decir, Rivals es divertido y eficaz pero no es del todo intuitivo y natural. Un niño pequeño -PEGI +12- o una madre que jamás ha tocado una consola -para los que parece que también va dirigido- pueden no tener paciencia con sus exquisitos requerimientos.
A cambio, un jugador familiarizado con sensores de movimiento, con títulos de simulación deportiva o con cómo hace sus lecturas Kinect sí sabrá adaptarse a las exigencias que impone el dispositivo para disfrutar plenamente de la experiencia de Rivals. Digamos que si se perdonan o ya se conocen bien las incorrecciones que aparecen a menudo con manejos que no usan mandos ni botones, este Kinect Sports está magníficamente diseñado y planteado. Deja en pañales a los experimentos de Xbox 360 lanzándonos de lleno en seis nuevas disciplinas a cada cual más trabajada en posibilidades y divertida de practicar. La rivalidad se sostiene desde sus generosos modos en línea que incitan a superar las marcas de conocidos y liderar los rankings de nuestra zona, a la opción de jugar en un mismo televisor con otro amigo, tres más en el caso de los bolos al funcionar por turnos.
Rare sabía que este primer exclusivo para el Kinect de One no podía quedarse en una demo técnica que empaquetar a 60 euros. Ha cargado Rivals de contenidos que lo harán duradero, lo ha planteado de manera que invite al jugador a no parar de mejorar en cada partida y ha cogido grandes ideas de otras marcas competitivas en busca del desafío constante en conexión con otros. Este Kinect Sports da tanta importancia al online como al juego local cuando tengamos invitados en casa, de hecho casi lo prioriza. Y no duda en utilizar con entereza herramientas exclusivas de la consola de Microsoft como la Nube para alojar resultados de Inteligencia Artificail, los servidores dedicados para incentivar un matchmaking más ágil o la Alta Definición a 1080p de resolución -tan conflictiva en lo que va de nextgen- sobre coloristas y vistosos gráficos con fluidez de 30 frames por segundo.
La Isla de los Campeones
En Kinect Sports Rivals el centro del juego son los Campeones, avatares caricaturescos de los jugadores reales creados con un completo editor que empieza por un escaneo facial y corporal impresionante. En apenas tres minutos y diez pasos sencillos, la cámara nos invita a movernos, acercar la cara, gesticular, etc. para crear nuestro personaje del juego, no siempre con resultados calcados a nuestro físico pero sí bastante atino en cuestión de formas y facciones. Es necesario para que este escaneo sea fructífero un nivel de iluminación de la estancia considerable e ir despacio por los pasos, dejando que el dispositivo nos observe bien, haga sus más de 80 capturas faciales, comprobaciones tridimensionales, detección de puntos clave, etc. A veces falla en el color de ojos o pelo, pero en general da muy buenos resultados y gracias a los botones de edición total posteriores podremos conseguir Campeones muy, muy parecidos a nosotros. Una versión virtual al más puro estilo Pixar y la estética de Los Increíbles.
Y los Campeones se moverán en La Isla, una paradisíaca y luminosa localización que celebra un festival deportivo donde tres grandes equipos, Legión Águila, Plan Lobo y Red Víbora, se enfrentan en las seis disciplinas que presenta el juego, sin demasiado que ver entre sí pero que a medida que se emplea tiempo en ellas se va comprobando por qué han sido las escogidas. Carreras de motos acuáticas (estelas), escalada extrema, tiro al blanco con pistola, tenis, fútbol y bolos. Un rudo entrenador nos dará la bienvenida a La Isla y las primeras lecciones de cada deporte, tutoriales, aunque pronto -en el modo singleplayer- los tres equipos empezarán a interesarse por nuestra figura. El ambiente de rivalidad, mejora, entrenamientos y festividad es constante, en un entorno colorido y lleno de vida que cuenta con muchos desafíos, pistas, partes del día enfatizando la iluminación dinámica, etc.
El ambiente festivo, algo cañero e indiscutiblemente alegre se nota ya en la selección de temas de licencia para la Banda Sonora. Mucha electrónica, R&B y rock alternativo dan a la fiesta un clima sonoro único y desenfrenado. Calvin Harris con Feel So Close y Let's Go, Franz Ferdinand con la reciente Right Action, Duft Punk con uno de los mejores remixes del inagotable Technologic, Nero y Me and You, The Unknown con la potente Are You Ready For Me, Avicii, Netsky, Lemaitre, Madeon, DJ Fresh con Ms Dynamite, Deap Vally... y así hasta 21 temas más las composiciones específicas del compositor de Rare y gandor de un BAFTA Robin Beanland. No son demasiadas canciones y pronto se quedan cortas y repiten en exceso, pero funcionan muy bien junto con todo el cuidado apartado de audio, con brillante doblaje al castellano para todos los personajes y un cierto tono canalla y gamberro idóneo. Éste está solo lastrado y chirría un poco por la amabilidad e inocencia que desprenden en determinadas ocasiones, algo habitual en las líneas de diálogo no del todo atrevidas para este tipo de arcades.
Cada zona de La Isla está dedicada a uno de los seis deportes, y el mimo en detalles, colorido y courses de cada sección está por encima de lo que cabría esperar. Rare vuelve a dejar su sello de identidad en este reboot de la franquicia. Muchísimos elementos de los entornos son interactivos, todo está lleno de vegetación, cascadas y preciosas vistas que dan al título una estética idílica, virgen y limpia. Se añaden las gradas, focos, escenarios, tiendas... A primera vista puede parecer infantil pero una vez que se empieza a recorrer a fondo se descubre que no, desde los diálogos con algo de acidez y humor chulesco dada la rivalidad entre bandos hasta el punto agresivo de algunos deportes como la escalada donde podremos tirar a otros al vacío o las carreras acuáticas donde arrollar a rivales con un potenciador.
Rivals mezcla de forma suave la progresión individual con las opciones multijugador. Su menú principal es claro, sencillo e intuitivo, con un inteligente e idóneo sistema de pop-ups superiores para los eventos y desafíos que puedan interesarnos. Además los menús se pueden controlar con mando, algo que agradecer. Es rápido meter a un segundo jugador en local si alguien se apunta de repente a probarlo a nuestro lado o nos quiere retar, y es muy eficaz el sistema de búsqueda online de otros jugadores de nuestro nivel o amigos que estén desde sus casas. Nuestro Campeón totalmente personal e intransferible va mejorando con cada carrera, partido o sesión de disparo que practiquemos. Un sistema de puntos de experiencia, seguidores y dinero del juego nos deja ir accediendo a más y más nuevos materiales de las tiendas, también potenciadores o equipo especial. Bolas de bolos que explotan para anotar más puntos o motos de agua con mejor capacidad de aceleración son algunos ejemplos.
Los primeros pasos en solitario nos llevarán por las sies lecciones básicas del instructor, pero poco a poco, a media que definamos nuestro estilo de juego, podremos empezar a decantarnos por un equipo u otro de los tres en La Isla. Esta cuestión, además, es leída por el juego y reinterpretada en el online, con opciones para dejar compitiendo a nuestro Campeón de forma automática en las consolas de otros amigos jugadores ya que Rivals adapta nuestro estilo de juego a este "fantasma" contra el que podrán competir otros cuando no estemos conectados simultáneamente. Es muy sencillo el sistema de fantasmas y se introduce a gente que no conozca cómo funcionan de forma totalmnete didáctica y natural. La labor de IA es más que notable, también al buscar oponentes que jueguen de forma desafiante para nuestro estilo de juego, que puede ser más pausado pero certero, inquieto y ágil, muy agresivo contra rivales, etc.
En materia gráfica Rivals es un digno estreno de los juegos para Kinect en Xbox One. A todas las virtudes visuales de La Isla que ya hemos comentado, la Alta Resolución 1080p, o la atmósfera festiva, se unen una iluminación impresionante y un conjunto de animaciones enormes para los personajes, el público, etc. Hay una gesticulación y expresividad facial caricaturesca envidiable y Rare ha dotado de miles de movimientos a los Campeones para que en pantalla expresen justo lo que nosotros fuera de ella, ya sea con un determinado tiro a puerta de fútbol donde balanceamos un poco los brazos e inclinamos la pierna de apoyo, o con golpe de raqueta de tenis que nos ha obligado a girar un poco la muñeca para propulsar un tiro en globo. El agua, el fuego o los destellos también reflejan un alto nivel, lo mismo que las distancias de dibujado. No estamos ante un listón de vanguardia técnica que haga explotar a la nextgen, ni mucho menos, pero este Kinect Sports gráficamente se comporta mejor que bien.
Seis deportes y un objetivo
En su obsesión por el multijugador en línea, Rare ha incluido en Kinect Sports Rivals el llamado HUB, un complemento descargable que añade al juego una aplicación a parte para toda la gama de eventos, actualizaciones, noticias, vídeos de repeticiones y mejores momentos, y torneos oficiales que pretenden mantenerlo vivo durante muchos meses. La idea es que cada mes se ofrezcan nuevas campañas con una temática y objetivos particulares, además de objetos exclusivos o herramientas para compartir en redes sociales y mediante códigos QR a nuestro Campeón. También están aquí las Ligas Rivals, donde iremos asumiendo nuevos retos que nos lleven a categorías profesionales y clasificatorios. Toda la vertiente social, no escasa, de este Kinect Sports quedará alojada en este KS HUB. Por último, está el Kinect Sports Rivals World Championship, un torneo con acceso desde el juego con un premio final de 10.000 dólares cuya celebración está prevista en la Comic-Con de San Diego.
Escalada, motos de agua, tenis, fútbol, bolos y tiro. Seis deportes y cada uno con sus propias reglas, físicas, sistema de control, ventajas a obtener, zona de La Isla donde se desarrolla... Algunos repiten de los anteriores Kinect Sports, como los Bolos o el Fútbol. La Carrera de Estelas es quizá el más representativo y reconfortante de los seis deportes. Se nota que ha sido la carta de presentación del juego y quizá la disciplina que mejor se adapta al más impreciso que con mando manejo con Kinect. Abrir o cerrar la mano derecha nos hace acelerar y simular que giramos un manillar poder tomar las curvas. Además, podremos hacer acrobacias en los saltos inclinándonos hacia atrás o adelante y así recargar el potenciador que tengamos asignados, como un impulso de velocidad o una embestida a una moto rival. Para lanzar estos potenciadores tendremos que dar un pisotón en el suelo -si estamos a menos de tres metros del televisor Kinect no nos detecta los pies- o gritar el nombre del comando, como "¡Impulso de Velocidad!". Dar órdenes por voz es menos fiable que dispararlas con movimiento y requiere vocalizar y gritar.
Las carreras y otros deportes tienen una buena cantidad de circuitos y pistas, con niveles de dificultad ascendentes que nos llevarán hasta el desafío rojo de cada categoría. No ocurre esto en Bolos, el único deporte que pueden jugar hasta cuatro jugadores debido a su esquema por turnos. La posición de la muñeca, cómo nos coloquemos, la fuerza con que balanceemos el brazo, la colocación de las piernas, etc. marcan la trayectoria de la esfera y la posibilidad de hacer pleno. Hay tiros con efecto, bolas especiales, trucos para que bote la pelota, etc. Lo cierto es que tanto en este deporte como en los demás nos hubiera gustado encontrar un número de jugadores posibles mayor, o algún modo Fiesta o algo así donde puedan participar ocho o hasta dieciséis, montar torneos en casa, hacer grupos, etc. No hay nada de esto en Rivals y en configuraciones para partidas locales se queda un poco por detrás de lo que cabe pedirle.
En Tiro al Blanco la respuesta es también bastante precisa siempre que no nos acerquemos a menos de tres metros a la pantalla ni movamos la mano demasiado rápido haciendo a Kinect no poder seguirnos al colocar la retícula de disparo en pantalla. Se enfatiza en esta modalidad la competitividad con dianas compartidas, posibilidad de poner trampas al contrario que dispara al otro lado del campo, robarle puntos, etc. No es tan profundo como otras disciplinas, pero dará que hablar en el online. Escalada nos hace jugar con los brazos, la apertura y cierre de manos y los saltos para coger impulso, siempre controlando la barra de stamina. Sorprende al principio la respuesta de nuestro Campeón en pantalla agarrando justo la piedra o pieza que hemos indicado con nuestro movimiento, pero en cuanto se coge velocidad vemos como el personaje virtual no va a nuestro mismo acelerado ritmo y se pierde instantáneamente la sensación de que haga exactamente lo que hacemos. De hecho, si se corre mucho, llega a ir al revés; alternando sus brazos a ritmo contrario al nuestro. Hay que saber encontrarle el ritmo y tener paciencia para que no se produzcan imprecisiones y malinterpretaciones.
Tenis es quizá el deporte menos profundo de todos los incluidos en Rivals. Desde una perspectiva de detrás del Campeón tendremos que sacar y golpear la pelota con un montón de golpes distintos según cómo inclinemos el brazo, giremos la muñeca, hagamos la trayectoria de marcada, etc. Tiene potenciadores de fuerza, aguante del Campeón en cansancio o tiro disruptor. Es un buen deporte para enseñar el título porque funciona tan bien como la Carrera de Estelas, pero tras todas las iteraciones de Wii, PS Move y el primer Kinect en este terreno de los sets y las raquetas, ya no sorprende tanto. Y sobre sorpresas, dependiendo del éxito Rare y Microsoft no han descartado incluir nuevos deportes en Rivals mediante DLC, una vía que deja a la vista las intenciones ambiciosas de la desarrolladora con el producto.
Fútbol, en cambio, supone un juego más complejo y repleto de posibilidades, también potenciadores como todos. Por turnos contra un adversario, el objetivo cuando nos toque es ir llevando el balón por los jugadores de nuestro equipo hasta el delantero final, colocado frente a la portería rival y quien más opciones de chute tiene para sorprender al portero, controlado por el otro jugador. Sea gol o no, tras este primer ataque ahora nos toca la defensa, estando preparados para el chute final de su delantero y teniendo que emular la parada del balón con nuestro cuerpo, impidiéndole llegar a la red. La posición del tobillo, giro de la pierna, balanceo, fuerza, etc. dictan qué pases y que tiro a puerta hacemos, también con opción de cabezazo. Es muy interesante y cargado de tácticas posibles.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.