Tú y tu equipo tenéis una misión: exterminar a todos los zombies y mutantes que hay sueltos por la zona. Después de eso, únicamente debéis volver a recoger el cheque. El objetivo es simple y el trabajo bien remunerado, pero esos engendros no os pondrán las cosas fáciles. Es hora de acabar con ellos, es la hora de Killing Floor.
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Que los zombies nunca pasarán de moda es algo que todo el mundo sabe. Desde que el visionario realizador George A. Romero dirigiese 'La noche de los muertos vivientes' en 1968, los zombies nos han acompañado durante todos estos años. ¿Cuántas películas giran en torno a la temática zombie? Y no sólo películas, sino todo tipo de merchandising que pueda acompañar esta fiebre hacia los no-muertos, que hace todo lo posible por llegar a nuestros cerebros, corazones, o cualquier jugosa parte de nuestro cuerpo.
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Y los videojuegos no iban a ser menos. Estos lentos comedores de carne humana se han paseado por todas las generaciones de videojuegos habidas y por haber. Y no creáis que sólo de juegos de terror viven los zombies. Los hemos visto en juegos de plataformas, beat' em up, en tower defense e incluso jugando al golf. Aunque el gran éxito en el mundo videojueguil les vino con el mítico Resident Evil de Capcom, donde teníamos que defendernos de ellos en la gran mansión de Umbrella.
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Pero Killing Floor no tiene mucho que ver con los juegos anteriores. Su 'mayor rival' es la joya zombie de la corona de Valve: Left 4 Dead. Esto se debe al gran parecido, a medias, que guardan estos dos juegos y que ahora analizaremos más profundamente. Eso sí, zombies vais a tener para aburrir.
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Enemigos por todas partes Si algo no falta en este juego, eso son los enemigos. Killing Floor es un shooter en primera persona en el que deberemos masacrar a hordas y hordas de zombies y de mutantes. La cuestión más intrigante es saber por qué estamos en el ojo del huracán de esta avalancha de no muertos.
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La historia nos sitúa en Londres. La ciudad ha sido dominada por engendros mutantes, por no llamarles directamente zombies, producto de un fallido experimento de una compañía biológica. O sea, el típico argumento que ya hemos vivido en multitud de ocasiones. Estos experimentos ahora están descontrolados y nuestra misión es exterminarlos para que la ciudad vuelva a la normalidad. Nos pondremos en la piel de uno de los supervivientes de la masacre londinense, pudiendo elegir entre dos policías y cuatro soldados que han logrado soportar las distintas embestidas de los 'especímenes', tal como les llama el propio juego. La elección del personaje es importante, puesto que cada uno tiene habilidades que le diferencian del resto. Como ya hemos dicho, nuestra única misión es dejar limpios los mapas donde se encuentran los distintos zombies porque historia, lo que se dice historia, no hay más de lo leído en el párrafo anterior.
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Lo que empezó como un mod
Killing Floor empezó su camino como mod del Unreal Tournament 2004 en el 2005, para luego ser rescatado por Tripwire Interactive y lanzando a la venta vía Steam. Y por si os preguntáis si han cambiado cosas desde que Killing Floor apareció como mod, la respuesta es un rotundo sí, pero esto no quita que haya bastante similitud entre el juego y el mod del que proviene.
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Tripwire Interactive ya tenía algo de experiencia en el mundillo, ya que años atrás desarrolló el mod Red Orchestra: Combined Arms que ganó multitud de premios y permitió a la compañía desarrollar su propio juego, que en este caso sería el conocido Red Orchestra: Ostfront 41-45, juego que también recibió bastantes alabanzas, sobre todo en su modo multijugador.
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Así que gracias al éxito cosechado y a la experiencia en el mundo de los mods, Tripwire Interactive se atrevió con Killing Floor, juego que destaca en el modo multijugador como ya lo hicieran los anteriores títulos de la compañía. ¿Cumple con la fe depositada en esta compañía o, por el contrario, nos encontramos ante un sonoro fracaso? Sólo tienes que seguir leyendo para encontrar la respuesta.
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Gráficos y sonido El nivel gráfico de Killing Floor no es de última generación, pero es algo normal para un juego que ha salido de un mod de hace 4 años y que tiene un motor gráfico similar al del mod original. La verdad es que los gráficos en el entorno 3D son decentes y cumplen con su cometido. Además, al predominar la oscuridad en los escenarios, la desarrolladora puede darse el lujo de no tener el motor gráfico más moderno para así dar prioridad a la ambientación. No obstante, el juego de luces es bastante acertado y destaca en todos los reflejos y disparos que se producen por las armas de fuego.
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El modelado de personajes también es correcto aunque es mucho mejor el diseño de nuestros enemigos. En relación con sus animaciones, tenemos que darle un buen tirón de orejas a Tripwire Interactive ya éstos se mueven de forma antinatural y muchas veces podemos apreciar la transición entre animaciones de manera tosca. En los enemigos esto no ocurre de manera tan acusada. Como nota positiva, decir que Killing Floor no necesita una gran máquina para poder jugar y que aguanta perfectamente las inmensas oleadas de enemigos que se nos van apareciendo. La verdad es que aunque la tasa de framerate baje en estos encuentros, como es normal, el juego no se ralentiza y sigue fluido. Además, esto se logra gracias a que el nivel de detalle de los escenarios no es demasiado abusivo y al no existir física alguna con el mobiliario, es muy difícil que el juego no corra en máquinas más humildes.
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Respecto a las voces, el juego puede llegar a ser bastante pesado puesto que no hay demasiadas frases personalizadas para cada uno de los personajes, pero al menos cada uno tiene una forma de hablar diferente y el doblaje no es del todo malo, aunque, eso sí, está íntegramente en inglés. Los efectos de sonido cumplen de manera sobresaliente su cometido y gozaremos al escuchar un sonido bastante real proveniente de las diferentes armas que usamos, así como los distintos gritos y gruñidos de nuestros amigos los zombies o 'especímenes'.
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Jugabilidad El modo para un jugador puede servirnos como un mini-entrenamiento para hacernos un poco con el control del juego aunque creo que es mucho mejor entrar directamente al modo multijugador, la auténtica chicha del juego. Aunque los servidores no funcionaban demasiado bien al principio, poco a poco estos problemillas se van solucionando para mejorar la experiencia de juego. Los controles son personalizables aunque vienen predefinidos como la mayoría de los shooters: ratón para disparar y rotar la cámara y el teclado para movernos y realizar alguna que otra acción.
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Al no existir argumento, el juego se convierte en un mata-mata sin cesar. Pero, ¡ojo! Esto no quiere decir que el título sea peor o mejor, simplemente es lo que hay y este es el motivo por lo que el juego es pura adrenalina
al menos en sus primeros compases. Básicamente vamos a una zona con nuestro equipo y empezamos a masacrar, o a resistir como podamos, a las distintas oleadas de zombies que nos atacan. Después de acabar con todas ellas, nos toca luchar contra el jefe del nivel, que será mucho más poderoso que el resto de los zombies. Y esto se repite constantemente, por lo que después de mucho jugar, Killing Floor nos puede parecer algo repetitivo.
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Para intentar paliar esta espiral de tedio infinita nos encontramos con un elenco de seis personajes únicos, más de quince armas y multitud de tipos de zombies. Pero no sólo esto, ya que Killing Floor tiene un pequeño toque de RPG para hacer la experiencia mucho más llevadera. Al principio de cada mapa podemos elegir una habilidad para nuestro personaje, que irá subiendo a medida que la vayamos usando. Por ejemplo, podemos mejorar nuestra capacidad curativa si vamos sanando a los miembros de nuestro equipo que lo necesiten. Así podremos personalizar a nuestros distintos personajes a medida que vayamos jugando más y más.
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Conseguir las diferentes armas que hay en el juego, motosierra y lanzallamas incluido, es una tarea sencilla, ya que vamos consiguiendo dinero con cada víctima que nos cobremos. Con este dinero podemos ir a la tienda de armas que se abrirá una vez pasada una oleada de enemigos. Así que la mecánica se convierte en: matar enemigos de la oleada, ir a vender o a comprar armas a la tienda y repetir este proceso una y otra vez. Un aspecto que tampoco nos ha acabado de convencer es que únicamente dispongamos de cinco mapas con el juego original, ya que podemos limpiar estos mapas de enemigos en poco tiempo. Afortunadamente, disponemos de un editor de niveles desde el principio, por lo que la escena de Killing Floor ya ha dispuesto de varios mapas a los que podremos acceder nada más adquirir el juego gracias a la herramienta SDK.
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En conclusión No se puede decir que los chicos de Tripwire Interactive no lo estén intentando. Aunque Killing Floor tiene una competencia gigantesca con Left 4 Dead, poco a poco se están limando los fallos que tenía el juego cuando fue lanzado, y la comunidad de creadores de mapas está muy activa para conseguir que este juego merezca la pena de ser jugado.
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Puede que la experiencia resulte monótona al final, pero éste es el gran lastre de la mayoría de shooters online. Así, lo que tiene que hacer Tripwire es seguir el camino marcado por la inclusión de futuras mejoras como nuevas armas, mapas o personajes que consigan que los compradores no nos sintamos ofendidos por tener un producto inacabado.
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En definitiva, Killing Floor es un juego sumamente divertido en el que descargaremos la tensión a balazo limpio, pero al que le falta todavía bastante para acercarse a Left 4 Dead. Aunque estos dos títulos no compartan sistema de juego, las comparaciones entre ambos se hacen continuamente, por lo que esperamos que Killing Floor consiga su identidad propia, ya que el juego lo merece.
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- Adrenalina en estado puro - Inclusión de elementos de RPG - Multitud de elementos en pantalla a la vez - Gran cantidad de armas y enemigosLo malo - A la larga puede resultar aburrido - No tiene grandes gráficos - Las animaciones de los personajes son demasiado toscas