El más veloz de los héroes

Con su inefable verborrea como segunda arma, Flash, el héroe más rápido de DC Comics apuesta por el beat'em-up más clásico a la hora de subirse al carro de las portátiles. Mediante una agradecida entrega para Gameboy Advance, el velocista se presenta con un juego de lo más aceptable, que sin recurrir a términos de originalidad peregrinos, se ciñe repleto de acción a los conceptos más clásicos del mundo arcade.

La metodología de juego es bien sencilla: avanzar y limpiar la pantalla de enemigos a base de golpes, al más puro estilo Final Fight. Y si bien las diferencias con el clásico de Capcom son más que palpables a nivel gráfico (el tamaño de Flash y demás personajes es de lo más minúsculo), el sistema es básicamente el mismo. Tan sencillo como encarar y repartir puñetazos que irán formando automáticamente combos.

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Y es que, el género del beat'em-up, puede o bien conllevar que un juego sea soberanamente repetitivo y aburrido, o divertir de forma malsana tal y como hicieron en su día algunos mitos de la talla de Final Fight o Double Dragon, ambos por cierto disponibles en Gameboy Advance con sendas versiones a todas luces sobresalientes. Por suerte, y a pesar de que es más fácil sacar un beat'em-up malo que uno bueno, The Flash está lo suficientemente bien realizado como para no tener que sobornar al jugador con chanzas visuales, transmitiendo muy buenas sensaciones de cara a la jugabilidad.

Si bien, en general, nuestro amigo Flash no tiene a su favor todas las condiciones para vérselas con los clásicos incunables del género, sí puede servir como punto de referencia a la hora de adquirir un título entretenido para la pequeña de Nintendo, máxime cuando gracias a la genial DS, Gameboy Advance se encuentra con un catálogo actual algo en horas bajas. Justice League Heroes: The Flash ayuda un poco a paliar dicha languidez, con un producto que, sin ir para clásico, transmitirá sano entretenimiento a propios y extraños.

Las animaciones, sin ser un portento en lo que a frames se refiere, han sido conectadas de forma lo suficientemente fluidas como para otorgar a Flash un estupendo aspecto de dibujo animado. Ya de por sí su pequeño sprite no está nada mal diseñado, pero ver a ese pequeño muñeco repartiendo todo tipo de golpes a velocidades de auténtica brutalidad resulta cien por cien gratificante.

Lo mismo se puede decir para los enemigos, también perfectamente animados. Extra para los de final de fase, dotados para la ocasión de más frames que dotan al minimalista conjunto visual de una espectacularidad de lo más aparente. El resto de héroes de la Liga de la Justicia también harán acto de aparición bajo el mismo manto de buen gusto, aprobando con nota.

Los escenarios, mostrados a través de la clásica perspectiva pseudo-tridimensional que adorna a la gran mayoría de los beat'em-up, tienen como mayor virtud el ingente colorido, aunque en determinadas zonas la atención por del detalle se dejará notar. Hay que decir también que existen no pocos elementos destructibles, tales como cajas o farolas.

No existen situaciones novedosas o lo suficientemente llamativas como para alterar la clásica metodología lúdica de The Flash. Es un arcade de lucha callejera puro y duro, en el que nuestro héroe se enfrentará a decenas y decenas de enemigos por fase a través de un escenario que otorga un mínimo de libertad a la hora de movernos, pero que en verdad es imposible perderse en él. Como no, los power-ups y los enemigos de fin de fase no faltarán a la cita.

De estos últimos hay que destacar la tremebunda realización. Animaciones más que solventes y unos patrones de ataque de auténtica vieja escuela son los baluartes de los mejores combates del cartucho. El tempo global de juego es notable, dando mucho gustazo el mero hecho de aporrear a los enemigos y, por ello, huyendo de la monotonía en la que suele caer fácilmente este género.

Poderes varios que se manifiestan en forma de nuestros compañeros de la Liga (Superman, Wonder Woman, el Detective Marciano...) limpiarán de vez en cuando la pantalla, mientras que Flash puede hacer gala de su velocidad, aquí manifiesta en un slow-motion al más puro estilo del 'bullet time'. Divertido y espectacular.

En definitiva, JLH: The Flash es todo un arquetipo del clásico género beat'em-up. No asombra por sus apartado audiovisuales, pero planta ante el jugador un producto bien acabado y con grandes posibilidades jugables. Y es que, por rápido, por contundente y por molón, The Flash es un cartucho muy entretenido.