Hay que agradecer a Beamdog que siga con el trabajo de actualizar los clásicos de Black Isle para un relanzamiento en nuestros días. Aunque se puede cuestionar el valor añadido frente a lo que sería comprar los originales e instalar mods -con una considerable diferencia de dinero entre ambas opciones-, no hay que olvidar que estos esfuerzos permiten disfrutar de auténticos clásicos como Baldur’s Gate en tabletas, abriendo la experiencia a una nueva generación de jugadores . Además, se agradece el tener una versión perfectamente lista para empezar a jugar, con todos los mods y mejoras imprescindibles más algunos detalles novedosos que expanden la experiencia. Antes de comenzar a detallar lo que ofrece esta versión enhanced hay que hablar de lo que es el original. Resulta curioso ver que los menos familiarizados con los juegos de rol de aquella época lo asocian con Baldur’s Gate como si fuera una especie de spin off, pero la realidad es bastante diferente. Sí, son juegos de la misma compañía, con el mismo motor y basados en AD&D , pero son subgéneros completamente diferentes y se juegan de manera muy diferente. Baldur’s Gate es un cRPG tradicional enmarcado en la tradición del rol de mesa, con una gran historia, diferentes personajes que se pueden integrar en tu grupo, sistema de moralidad y posibilidades limitadas de rolear con tu personaje. En cambio, Icewind Dale es un dungeon crawler en el más sentido estricto de la palabra, sólo que isométrico. Por tradición, la mayoría de los hijos de Dungeon Master son en primera persona, pero aquí Black Isle optó por algo diferente usando el Infinity Engine, más familiar para el usuario de entonces y para atraer al público post-Diablo.
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Por todo ello, Icewind Dale es un juego muy simple en su estructura: llegar a un nexo que se usa como base de operaciones y aprovechar la escasa historia como trasfondo para ir abriendo y descubriendo toda clase de mazmorras y lugares peligrosos con los que adentrarse con nuestro grupo. Uno de los elementos esenciales de la aventura es el grupo de seis héroes ya que una vez iniciada la campaña no podemos cambiar a sus integrantes, por lo que es importante tener un grupo equilibrado capaz de poder responder en cualquier situación (por lo menos en una primera partida, luego ya están los clásicos experimentos de a ver quien puede superar el juego con las combinaciones más surrealistas). Elegir cuidadosamente a los miembros de tu grupo y organizar sus clases, atributos y habilidades de partida es esencial y algo que los más aficionados pueden tirarse horas haciendo, pero una buena planificación es clave-. Una vez en el juego, encontramos un claro enfoque al combate cuya fortaleza está en las variadas posibilidades estratégicas que podemos desarrollar con nuestros seis integrantes de cara a superar los diversos y muy medidos encuentros que nos van saliendo al paso. Una de las claves de un juego orientado a combate es que la mezcla de los enemigos que nos encontremos sea rica y variada, que pueda plantear situaciones estratégicas interesantes que nos obliguen a hacer el mejor uso posible de nuestras propias opciones. Se usa el mismo sistema de tiempo real con parada propio de los juegos de Infinity Engine , así que a veces se vuelve bastante caótico, pero también al ser un juego orientado a eso, nos encontramos con combates y criaturas mucho más interesantes que las del Baldur’s Gate original. También hay que tener cuidado con las trampas y encontrar las formas de avanzar por los misteriosos lugares que nos encontraremos en nuestro camino.
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Para aderezarlo todo, esta versión Enhanced viene equipada con las mejoras base que se pueden esperar de esta clase de versiones mejoradas. Beamdog en esta ocasión ha optado por centrarse en lo fundamental y evitar los experimentos y las nuevas incorporaciones de calado -que también tienen menos lugar aquí al ser un juego de alcance e historia más limitada que la de Baldur’s Gate -. Así que se ha optado por pulir bugs, mejorar el trazado de rutas, incorporar las opciones de resolución a pantalla completa y zoom e integrarlo todo de una forma armónica para conseguir un juego ejecutado originalmente como una versión impecable del original y sus expansiones Heart of Winter y Trials of the Luremaster, combinadas de forma perfecta en una gran campaña de varias decenas de horas dependiendo de nuestro ritmo de juego- También se ha restaurado contenido cortado del original, haciendo algunas misiones más largas y con más contexto, lo que no es una diferencia masiva pero ayuda a extender un poco la experiencia. La mayor incorporación está en la creación de personajes, donde se han incorporado clases y kits de las versiones mejoradas de Baldur’s Gate, lo que nos permite explorar el juego y sus combates con muchas más variaciones. Contamos con clásicos como Guerrero, Ladrón o Clérigo , más otras opciones como Hechicero, Bárbaro o Monje que luego se expanden a través de los 29 kits que se han añadido. Por ejemplo, un Paladín puede ser también un Blackguard, que vendría a ser su contrapartida oscura, con habilidades antagonistas. Se han incorporado además algunos kits incorporados específicamente para Icewind Dale como los Cérigos de Tempus y Tyr, con habilidades únicas fruto de la relación con esas deidades-. Los adoradores de Tempus por ejemplo, llamados Battleguards, son auténticos guerreros conocidos por su valentía y por no dar un paso atrás, inspirando a sus compañeros hacía la victoria, con habilidades como Chaos of Battle, que añade bonificaciones aleatorias al resto del grupo en atributos de combate directo.
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La lista de novedades y mejoras va destinada a integrar todas estas nuevas posibilidades en el juego. Se han incorporado 122 conjuro s propios del gran aumento de clases y subclases, así como unos 60 objetos que vienen a respaldar también a esas novedades -en el Icewind Dale original no había cosas como katanas o equipamiento de monjes, aunque se ha procurado no añadir objetos que puedan desvirtuar el balance del juego. También hay novedades en las clases ya establecidas, como los más de 20 nuevos conjuros que pueden desplegar los clérigos, que se añaden a novedades también preparadas para magos y druidas. Otras mejoras están destinadas a mejorar el interfaz, añadiendo más visibilidad y ayudas para el jugador más novato o para imitar elementos potencialmente frustrantes del original -como ampliar la capacidad de un carcaj de 40 a 80-. Hay otra novedad que resulta un tanto extraña que es la de añadir un “modo historia ”, que consiste básicamente en un modo en el que nuestros personajes tienen todos Fuerza 25 y son invencibles, por lo que el combate se convierte en un paseo. Quizás para el jugador más casual de tablet sea una opción atractiva si sólo quiere conocer la historia y explorar los entornos del juego, pero teniendo en cuenta que la historia es bastante mínima en Icewind Dale y que la estrella absoluta es el combate, parece un poco desperdicio. A pesar de todo, no deja de ser una cosa completamente opcional.
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