Huntdown, análisis. Sabor a recreativa (y de las buenas)

Vuelve el cyberpunk ochentero en formato retro con Huntdown, lo nuevo de Easy Trigger Games y Coffee Stain Studios para PC, PS4, Xbox One y Nintendo Switch, todo un run and gun clásico en el más estricto sentido de la palabra que saca provecho de todo lo aprendido de los mejores títulos del género para ofrecer una experiencia arcade old school, propia de los salones de recreativos de finales de los ochenta y principios de los noventa que ningún fan de los shooters de scroll lateral debería perder de vista. Y es que este nuevo indie ofrece todo lo que se puede esperar de un videojuego que parece sacado de los circuitos de las consolas de 16 bits de la época con una puesta en escena que es un auténtico caramelo para los jugadores más veteranos. Descubramos más de todo lo que tiene por ofrecer Huntdown en nuestro análisis.

Cazarrecompensas vs criminales

Huntdown ofrece una experiencia completamente basada en los clásicos del género como puedan ser Contra, Metal Slug y similares, videojuegos de acción de scroll lateral que combinan plataformas y disparos; y en esta ocasión dicha amalgama funciona de forma magistral, combinando todos los elementos como si de un complejo mecanismo de relojería se tratara y aportando mecánicas propias que no hacen más que mejorar un concepto que ya de por sí funciona como un tiro; y nunca mejor dicho. Aunque lo primero que llama la atención de Huntdown es su sorprendente apuesta visual pixelada junto a un apartado sonoro que irremediablemente nos atrapa desde la primera partida.

Siguiendo con el estilo propio del género, su historia es sencilla y directa; aunque no necesitamos más para pasar a la acción tras unas breves indicaciones de nuestra misteriosa “superior”. Huntdown nos lleva a un futuro distópico, una fiel representación del cine de acción futurista de los ochenta con tópicos por doquier que otorgan al juego un carácter único. Las bandas criminales dominan los diferentes distritos de la metrópolis y la policía se ve incapaz de adentrarse en sus oscuras calles, donde los mafiosos campan a sus anchas. Es en este momento cuando la única solución pasa por la acción de los cazarrecompensas, individuos sin nada que perder y mucho por ganar, maestros de las más avanzadas técnicas de combate y de cualquier arma de fuego a su alcance.

Desde un principio tenemos que elegir entre uno de los tres cazarrecompensas disponibles, cada uno de ellos con su arma predefinida aunque con unas habilidades muy similares. Son John Sawyer, un implacable cyborg medio hombre, medio máquina, Anna Conda, una aguerrida excomandante de las fuerzas especiales, y Mow Man, un droide militar que no deja títere con cabeza. Mientras que sus apariencias son completamente diferentes, cada personaje equipa un arma propia especial a la que podremos recurrir cuando queramos previo cool down.

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El desarrollo de Huntdown es también muy clásico, con la acción bidimensional mediante scroll lateral a través de cuatro grandes zonas de la ciudad, cada una de ellos controlada por una facción criminal diferente, como son los Hoodlum Dolls, los Misconducts, los Heatseekers y los Nº1 Suspects, cada una de ellas con una marcada personalidad, de nuevo, todo un homenaje a la cultura pop ochentera. Además, cada distrito mafioso cuenta con hasta cinco niveles, sumando un total de 20, cada uno de ellos con su propio jefe final que, una vez derrotados, nos permitirá llegar al jefe principal de cada distrito, enfrentamientos que subirán varios enteros su dificultad y representarán todo un reto.

Todas las fases son completamente lineales, en ocasiones con varias alturas en incluso algún camino alternativo, diferentes escenarios repletos de enemigos que tendremos que ir despachando con todo lo que tengamos a nuestro alcance, principalmente diferentes armas que encontraremos a nuestro paso o que dejarán caer los enemigos. En este sentido, siempre equipamos nuestra arma principal con munición infinita, mientras que a su vez podremos ir recogiendo otras armas como rifles, subfusiles, escopetas, lanzagranadas, armas blancas y muchas más, todas ellas con munición limitada, además de armas secundarias como granadas o cócteles molotov. Según nuestras necesidades, podremos ir intercambiando el arma equipada para ahorrar munición y plantear cada situación de la mejor manera posible.

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Más allá del arsenal a nuestro alcance, el trío protagonista cuenta con una gran movilidad en líneas generales, bastante superior a lo que ofrecen otros videojuegos cortados por el mismo patrón, lo que nos da varias herramientas para superar los diferentes tiroteos. Desde un breve dash o deslizamiento por el suelo (con la posibilidad de disparar al mismo tiempo) a la opción de usar coberturas como pequeños muros (que cederán ante varios impactos de bala o explosiones) o bidones de combustible y coches (que también pueden estallar) o incluso espacios como agujeros o puertas del fondo de los escenarios, interactuando con todos ellos de una forma muy intuitiva.

Y es que la continua avalancha de enemigos será casi total, con diferentes oleadas que tratarán de parar nuestro avance, una y otra vez, sin descanso. Por suerte, contamos con varios checkpoints repartidos por cada fase, lo que nos dará la oportunidad de no bajar el ritmo al caer y seguir abriéndonos paso a balazos. Además, también podemos afrontar la aventura a través de un estupendo modo cooperativo a dos en modo local, lo que dará pie a un auténtico desenfreno de balas y explosiones con litros y litros de sangre. Sí, porque a pesar de su aspecto pixelado, Huntdown no escatima en violencia explícita, con cuerpos que se hacen pedazos, amputaciones y continuas salpicaduras rojizas.

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El ritmo es endiablado y apenas hay tiempo para darse un respiro, quizás solo tras limpiar una zona de enemigos o ante un próximo enfrentamiento contra el jefe de turno. A su vez, un aspecto muy cuidado del título es su gran variedad de enemigos, ya que más allá de los diseños propios de cada facción, ante nosotros desfilarán una gran diversidad de ellos, con habilidades y armas diferentes, ataques de corta y larga distancia, diferentes niveles de protección e incluso pilotando motos, aeronaves y más. Cada grupo de enemigos se convierte en un nuevo desafío diferente al anterior, algo realmente positivo en un título que no adolece en absoluto de reiteración de situaciones y obstáculos a superar.

Aunque uno de los aspectos más positivos y sorprendentes de Huntdown son sus muy variados y numerosos enfrentamientos con los jefes, ya sean de niveles intermedios o los finales. Tanto es así, que cada uno es completamente diferente al anterior, todos ellos con sus propias mecánicas, armas y patrones de ataque. Y no hace falta decir que a medida que avanzamos, la dificultad crece exponencialmente, planteando en su tramo final combates verdaderamente complicados. Será en esos momentos cuando tengamos que detectar los puntos débiles, memorizar los patrones de ataque y confiar en nuestra habilidad con el mando para superar todos y cada uno de los retos que propone Huntdown, que no son pocos, incluyendo varias fases (mediante diferentes mecánicas) para algunos de ellos.

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Dada su evidente personalidad arcade, se añaden diferentes retos por cada fase para animar a los jugadores más habilidosos y completistas a conseguir las mejores puntuaciones, tales como la recolección de maletines ocultos por los escenarios, acabar con todos los enemigos o morir lo menos posible. Y es que según el arma o enemigo que nos alcance, nuestra pequeña barra de salud (de apenas 5 módulos) se vaciará rápidamente; por suerte podemos recoger algunos botiquines completos y otros individuales que puedan dejar caer algunos enemigos. También será posible cambiar de personaje al ser eliminados.

A nivel técnico ofrece un acabado impecable con gráficos pixelados dibujados a mano fantásticamente animados y un amor por el detalle que llega incluso a sorprender, no solo por los elementos en primer plano, sino también por unos fondos simplemente geniales; tanto es así que seremos testigos de estampas para enmarcar. A nivel de rendimiento ofrece 60 frames por segundo, acelerando aún más, si cabe, la acción. Por otro lado, tanto la banda sonora (muy ochentera con temas electrónicos y melodías pegadizas) como los efectos de sonido y las voces en inglés están a un gran nivel.

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