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Hotline Miami

Hotline Miami

  • PlataformaOSXPS3PSVPS4PC8.7
  • GéneroAcción
  • DesarrolladorDennaton Games
  • Lanzamiento23/10/2012 (OSX, PC)26/06/2013 (PS3, PSV)20/08/2014 (PS4)

Hotline Miami

Luces de neón, sangre, violencia y droga: Miami era la ciudad del pecado en la década de los 80. La acción desenfrenada por excelencia de aquella época se plasma en Hotline Miami como pocas veces se había visto en el pasado. Un tributo a los amantes de lo retro, toda vez que una propuesta tremendamente adictiva, original y entretenida. Conexión con la muerte.

La época de los ochenta ha dejado tras de sí un gran legado en cuanto a tendencias visuales se refiere. Muchos son los géneros que han cambiado desde aquel entonces, tanto en el plano de los videojuegos como en el cine, la música o la literatura. Las tendencias se actualizan siempre en función de las necesidades de la sociedad, aunque determinadas propuestas se prestan a ser recuperadas para el regocijo de los amantes de lo retro. Hotline Miami es un vivo ejemplo de cómo los valores de otra época se puede extrapolar a la actual sin perder la perspectiva de las demandas que actualmente rigen el devenir de la industria. Con una firme apuesta por la estética retro y haciendo gala de una acuciada preocupación artística, los chicos de Devolved (hasta ahora más conocidos por las adaptaciones en HD de la franquicia Serious Sam) ofrecen una propuesta tan simple como adictiva que bebe de los clásicos sin olvidar las convenciones que mueven a los aficionados en nuestros días.

Hotline Miami es una experiencia que se sale de la norma por varios motivos, siendo el más evidente la peculiar escenografía visual que emplea, a medio camino entre el marcado entorno de la época de los 16 bits. Más allá del consagrado homenaje a los títulos de esta generación, la peculiar disposición gráfica permite realizar movimientos precisos, de tal manera que la atención del jugador se centra únicamente en la acción. Asimismo, se fomenta un acceso rápido a los momentos de acción, que representan la base de esta aventura. Sin ellos no se comprendería el gusto por una marcada ambientación ochentera repleta de guiños hacia las películas más emblemáticas de esta época, o las que mejor han sabido representar la esencia criminal de este momento. Semejante estilo viene acompañado de una extremada violencia visual que trasciende sus coloridos gráficos para trasmitirnos algo mucho más oscuro, una violencia sucia que invade nuestros sentidos al ritmo de la música hasta el momento final en el que eliminamos a nuestra última víctima, con un sobrecogedor silencio que hipnotiza nuestros sentidos y los fija en las acciones del personaje que mueve nuestros dedos.

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El dinamismo de las partidas nos lleva a conocer rápidamente a un protagonista de abstracta personalidad, cuyas acciones pasadas parecen tener consecuencias terribles en el presente. Al despertar de un largo sueño, el héroe de turno se encuentra sumido en una habitación con tres misteriosos seres que realizan una batería de preguntas sin respuesta. Quién eres, de dónde vienes o quién demonios deja los mensajes en su contestador son algunas de las pistas que se dejan entrever en una situación kafkiana. Una mera antesala para descubrir qué esconde la mecánica de juego en su interior, que atrapa rápidamente al jugador. Apenas se invierten cinco minutos en analizar las acciones básicas a las que tenemos acceso, que se centran básicamente en el teclado (WASD para movimientos) y el ratón (botón izquierdo para movimientos, botón derecho para acciones alternativas).

Tras su misteriosa ensoñación, el protagonista despierta en su casa, presentada a modo de croquis. La vista isométrica no permite hacer hincapié en detalles decorativos, en la línea de los clásicos del género, léase el caso de Alien Breed o Loaded. La atención del jugador se centra en las flechas que destacan las pocas acciones que se pueden realizar dentro de este recinto. Muy al estilo de otras propuestas también centradas en un sentido del humor ácido (siendo la primera hornada de GTA la más que se asemeja), el héroe debe acudir a un contestador automático en el que recibe una petición aleatoria que debe cumplimentar en el menor tiempo posible. Su misión –nuestra misión- suele consistir en acudir a un edificio para eliminar a todo un ejército de mercenarios que trabajan para el mejor postor.

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Es la propia mecánica la que nos empuja hasta el coche que se sitúa en la entrada de la casa y, sin necesidad de transitar por concurridas ciudades o autopistas, la mecánica nos sitúa donde se encuentra la acción. Hotline Miami sitúa el peso de la mecánica en ofrecer distintas formas de encarar las misiones, divididas por capítulos, con un total de catorce. El planteamiento nos invita a entrar en combate desarmados, analizando previamente la posición del mapeado en el que se encuentran los guardias que protegen cada escenario. Eliminar a un enemigo es una tarea que se realiza con relativa sencillez: un solo golpe es suficiente para que éste quede inconsciente en el suelo; una vez aquí, es posible rematarle con varios golpes o emplearle como escudo humano para resistir las embestidas del resto de sus compañeros. Es crucial tener una buena perspectiva del escenario para evitar repetir la misión a las primeras de cambio, un factor que se da con bastante frecuencia en las misiones de mayor exigencia.

El papel del jugador consiste en decidir de qué manera decide abordar la acción teniendo en cuenta una serie de factores que influyen en el devenir de los acontecimientos. Aunque la complejidad de los escenarios va en aumento, por lo general hemos de manejar varios aspectos cruciales: las puertas, los cristales y la repercusión de nuestros actos en función del arma con el que decidamos afrontar la partida. Abrir una puerta en el momento justo se traduce en derribar a un enemigo, quedando éste inconsciente. De esta manera se aprovecha cierto factor estratégico (relacionado con el sigilo), que nos permite eliminar a un guardia sin dar a conocer nuestra ubicación. Sin embargo, el hecho de que exista una puntuación final en cada escenario sugiere que es aconsejable terminar las misiones en el menor tiempo posible, lo que omite el factor estratégico, cediendo el protagonismo a la acción.

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Una misión, un mundo

Existe una gran variedad de armas que pueden ser empleadas en cada misión de forma aleatoria. Cada una cuenta con una serie de puntos que juegan a su favor o en su contra. La mejor opción para salir ilesos es hacer uso de una escopeta o rifle. Con ellos garantizamos una buena capacidad para atacar a distancia a costa de desvelar nuestra posición. Teniendo en cuenta que nuestro héroe muere tras recibir un solo impacto o golpe físico, y dado el nivel de exigencia de los últimos escenarios (donde es prácticamente imposible actuar instintivamente), emplear armas de fuego es una opción arriesgada. Un bate o una barra de hierro permiten eliminar enemigos sin hacer ruido aunque sea imprescindible una gran precisión y frialdad a la hora de ejecutar nuestras acciones, pero nos dejan expuestos a ataques a larga distancia. Es posible arrojar el arma para que un enemigo quede inconsciente, tomar rápidamente otra del suelo para realizar varios disparos, o simplemente llamar la atención de los guardias para eliminarlos uno a uno escondidos tras una pared.

Los enemigos no hacen acopio de una gran inteligencia, se sitúan siempre en el mismo punto de los escenarios y rara vez entienden nuestras estrategias. Sin embargo, son extremadamente efectivos a la hora de acertar en la diana. Aunque la propuesta nos invita a tomar distintas vías para terminar cada misión, el alto nivel de dificultad de algunas misiones prácticamente obliga a repetir una y otra vez el mismo escenario hasta que finalmente damos con la tecla adecuada para pasar al siguiente, y así sucesivamente. La fórmula ‘prueba-y-error’ se aplica aquí hasta la saciedad, ya que la repercusión de nuestros actos se comprueba mejor en la práctica que sobre el papel. Se pierde así parte de la sensación de adicción que nos lleva a terminar la aventura de un tirón en poco más de tres horas, siempre en función de la cantidad de veces que nos lleve finalizar una situación específica dentro de una misión.

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Acción y repercusión

Como decíamos anteriormente, cada acción tiene una repercusión en el contador global, por lo que el éxito o fracaso de una misión está íntimamente relacionado con la puntuación que hayamos obtenido. A medida que superamos capítulos se desbloquean nuevas armas que posteriormente se distribuyen por los escenarios para contar con más opciones de cara a afrontar la acción. Es menester destacar los enfrentamientos ante jefes finales, sin duda los más exigentes de todo el título, así como unos pocos puzles que de cuando en cuando hacen acto de presencia, casi de forma anecdótica. Dentro del abanico de posibilidades que ofrece la mecánica encontramos también las máscaras, con las que obtenemos una condición específica dentro de cada misión, ya sea mayor velocidad de movimientos o mayor campo de visión para echar un vistazo a la colocación de los enemigos. Las máscaras también forman parte de la ambientación global que ofrece Hotline Miami, con un asesino caracterizado como una gallina o un búho dentro de un mundo tan colorista como opresivo.

Mientras nos batimos a muerte frente a un ejército de soldados ataviados con la máscara de un animal por bandera, la música de distintos compositores se encarga de reforzar la estética ochentera. Algunas melodías recuerdan al reciente filme Drive, con un marcado gusto por el pop bañado por sintetizadores. Aunque se echa en falta más variedad, hay que aplaudir el esfuerzo que Devolved ha realizado a la hora de ambientar correctamente un título de estas características en el siempre convulso Miami de finales de los 80. Ese trabajo permite dar a la historia un toque incluso más turbador, un auténtico viaje ácido con un potente mensaje del que no daremos detalles para evitar destripes, sólo decir que es una historia inteligente con un poderoso mensaje que realmente merece la pena escuchar.

8.7

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.