Hombre de Acero

La historia de Superman en los videojuegos no ha sido precisamente placentera; así pudimos comprobarlo recientemente en nuestro Regreso al Pasado de los videojuegos protagonizados por el Hombre de Acero, títulos que han tratado de aprovechar una licencia tan popular como la del superhéroe de DC Comics para ofrecer, en la mayoría de los casos, un producto final lejos de los mínimos de calidad que se esperan de una aventura protagonizada por Superman. En pleno 2013 y coincidiendo con el estreno mundial en cines de la última película de Superman, El Hombre de Acero, llega la única adaptación oficial de tan esperado largometraje a nuestros dispositivos iOS y Android, una aventura de acción inspirada en el argumento de dicho reboot cinematográfico con una jugabilidad al más puro estilo Infinity Blade; veamos en nuestro análisis si su fórmula de juego logra equipararse a la genial franquicia de ChAIR Entertainment y Epic Games.

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La aventura da comienzo con una serie de ilustraciones bastante cuidadas a modo de cómic donde se nos introduce de nuevo en la historia y los orígenes que todos conocemos del Hombre de Acero; el planeta Krypton está a punto de estallar y para tratar de preservar el legado del planeta y de su especie, el científico Jor-El envía a la Tierra a su hijo acabado de nacer. Sin duda, un punto a su favor que encantará a los fans de los cómics. Para los que no conozcan el concepto de juego de Infinity Blade, se trata de aventuras donde debemos luchar contra diferentes enemigos haciendo uso de movimientos rápidos y precisos sobre la pantalla, deslizando el dedo de izquierda a derecha o tocando ciertos iconos contextuales para algunas acciones puntuales; Hombre de Acero adopta al milímetro dicho interfaz, resultando poco original y realizado con menos acierto comparado con la saga de ChAIR Entertainment.

Eso sí, su propuesta de juego resulta ideal para combates uno contra uno, una fórmula ya vista en otros títulos similares; el problema de Hombre de Acero es que, en su conjunto, resulta demasiado repetitivo y poco profundo. Así, iremos superando escenarios a medida que vayamos eliminando soldados de Zod, a base de puñetazos, combos ‒tanto terrestres como aéreos‒, y frenéticas escenas en el que debemos arrastrar a nuestro adversario mientras tratamos de golpearlo ‒dirigiendo a los personajes con nuestro dedo‒ contra todo tipo de objetos de los escenarios. Algunos de los elementos son destruibles, lo que añade algo de realismo a tan cinematográficas escenas de acción; eso sí, a pesar de todo el daño que podamos causar, el premio en puntos XP es generalmente el mismo.

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El interfaz se completa con dos iconos situados a ambos extremos inferiores de la pantalla para esquivar golpes y girar alrededor de nuestro enemigo o para bloquear, aunque siempre recibiremos algo de daño a pesar de parar los golpes. En la parte superior se sitúan las dos barras de vida típicas de los juegos de lucha con dos iconos contextuales justo debajo para recurrir a los supercombos unas vez desbloqueados gracias a nuestros golpes. Una configuración en un principio correcta pero que se vuelve algo incómoda y tediosa a medida que avanzamos en los continuos combates, puesto que no termina de acatar como debería todas nuestras órdenes táctiles. Y poco más podemos añadir a la jugabilidad de esta última adaptación de Superman; una y otra vez deberemos superar combates prácticamente calcados entre sí en diferentes escenarios como Smalville, Metropolis o la nave de Zod.

Por suerte incorpora un sistema de progreso a través del cual podremos mejorar a nuestro protagonista en diferentes apartados. En habilidades podremos subir el nivel de varios superpoderes como la frecuencia, la duración o el daño de la supervisión, así como la supervelocidad; en estadísticas podremos aumentar la potencia, la velocidad de ataque, la resistencia, la vida o la fortaleza de Superman; y como extra interesante para los fanáticos del Hombre de Acero, podremos desbloquear varios trajes y armaduras de la película. Para los que no quieran repetir una y otra vez los mismos combates para ganar puntos XP, existe la posibilidad de recurrir a los micro-pagos para adquirir un buen puñado de dichos puntos de experiencia o llaves que nos permitan desbloquear ciertos elementos de manera inmediata, una opción sólo recomendable para los más impacientes, puesto que en ningún momento es obligatoria.

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Y es que el juego llega a un precio algo elevado de 2,69 euros en su versión para iPhone e iPod touch y de 4,49 euros en su versión HD para iPad; en Android se queda en un punto intermedio, con un precio de 3,74 euros. Más allá del modo historia, podemos participar en combates aleatorios en el desafiante modo supervivencia, en el que podremos adquirir potenciadores ‒como vidas extra, más vitalidad o bloqueos perfectos, entre otros‒ gracias a las llaves que obtengamos, ya sea gracias a nuestros esfuerzos o vía micro-pagos. Si cumplimos con ciertas misiones ganaremos un número no muy elevado de llaves, con lo que seguramente terminemos por pasar por caja para adquirir ciertas ventajas, eso sí si desequilibrada propuesta de juego nos convence.

En este sentido, la falta de variedad ‒tanto de enemigos como de jugabilidad‒ pasa factura a los pocos minutos de juego; los enemigos son bastante repetitivos, con apenas cuatro variaciones y ataques bastante similares. Incluso los jefes finales resultan ser variaciones de los modelos básicos; por otro lado, su presentación es también algo irregular, con modelados, texturas y animaciones bastante competentes pero que en conjunto no ofrece el suficiente empaque como para llamar la atención en exceso. En este sentido, Phosphor Games ha completado un trabajo algo irregular y que no está al nivel de sus anteriores obras. La banda sonora no pasa de correcta, con melodías de corte épico pero algo repetitivas. Llega con las voces en inglés y los textos traducidos a nuestro idioma.

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