Gaming Club
Regístrate
españaESPAÑAméxicoMÉXICOusaUSA

GT-R 400

Un deportivo económico

Kuju Entertainment, los programadores que no hace mucho nos trajesen el más que correcto ?Fire Warrior?, nos hacen llegar a precio de ganga un arcade de conducción bastante sencillo, pero tan divertido como el que más.

Kuju Entertainment, los programadores que no hace mucho nos trajesen el más que correcto 'Fire Warrior', nos hacen llegar a precio de ganga un arcade de conducción bastante sencillo, pero tan divertido como el que más.

GT-R 400 (PlayStation 2)

Parece ser que el fenómeno del software 'barato' vuelve a los comercios españoles. Y la verdad es que se echaba de menos este tipo de juegos cuyo precio de salida es accesible a todo tipo de bolsillos… de hecho, desde los lejanos tiempos en los que el concepto budget arrasaba en ventas gracias al buen hacer de compañías como Codemasters o Mastertronic, pocas veces se han visto intentos tan loables como el que a día de hoy están realizando algunas compañías.

GT-R 400 (PlayStation 2)

El caso que hoy nos ocupa es un buen ejemplo de ello. Cierto es que, si bien Midas Interactive tiene pocas armas para competir con la calidad de las novedades con las que de vez en cuando nos sorprende Ubi Soft a precio reducido, esta compañía está esforzándose en presentar un catálogo bien cargadito, con entretenimiento para todos los gustos. Bien se puede ver con el juego de carreras GT que protagoniza el presente análisis, un programa más que decente en todos los sentidos.

Acelera, que no es poco
Para que tengáis una referencia de lo que han hecho anteriormente los programadores de Kujú, artífices de este 'GT-R 400', sólo debemos retroceder unos meses para poder dirigir nuestras miras al correcto first person shooter basado en la licencia Warhammer que no hace mucho vio la luz en Playstation 2 y PC. 'Fire Warrior' era su nombre, y la verdad sea dicha, tras ese juego de acción, poco nos íbamos a imaginar que el siguiente proyecto de este pequeño equipo se tratase de un divertido juego de coches.

GT-R 400 (PlayStation 2)

El concepto que presenta 'Grand Tour Racing 400' es, en pequeñas dosis, similar al ya visto en 'Gran Turismo' o la serie 'Toca' de la antaño rey del software barato Codemasters. El único matiz diferenciador, aparte del que concierne a la envergadura tecno-lúdica de estos títulos y el que hoy nos ocupa, gira en torno a la metodología de juego.

Sí, todos ellos son racing games de altura, pero al contrario que 'GT-R 400', se tratan de juegos de conducción duros, bastante alejados del concepto puramente arcade del que hace gala el juego de Kujú. Por decirlo de alguna manera, 'GT-R 400' es el resultado de mezclar la ambientación de las carreras GT de 'Toca' y un sencillo estilo de conducción parecido al de 'Ford Racing Evolution', sólo que algo menos riguroso.

g r a f i c o s
Está claro que un juego que se vende de salida a bajo precio no va a ser lo que se dice un virtuosismo audiovisual (a no ser que hablemos del notable 'Ford Racing Evolution'). Si de algo se caracterizan los programas 'budget' es por el hecho de que basan su éxito en la jugabilidad, dejando aparte los caros apartados técnicos… Detalle que se hace más que evidente en el presente 'GT-R 400', cuyos gráficos parecen salidos más de una Nintendo 64 que de la consola en la cual se sostiene.

GT-R 400 (PlayStation 2)
GT-R 400 (PlayStation 2)

En cierto modo, la afirmación puede parecer un poco exagerada, ya que el racing-game de Kujú muestra en algunos momentos ciertos detalles técnicos de altura. Si bien el número de polígonos mostrado en circuítos y coches no apabulla en ningún momento, las texturas no están mal del todo, y el asfalto posee ese efecto de brillo que tan bien quedó en su día en títulos como 'Gran Turismo 3' o la serie 'Burnout'.

GT-R 400 (PlayStation 2)

Por otro lado, el diseño de los coches no está exento de detalles, si bien se aleja bastante de las últimas tendencias detallistas. Hay poca variedad de modelos, pero los que hay, como el Ascari KZ1 o el tronador Mosler MT900 son atractivos y se mueven con soltura. Eso sí, el realismo no será una constante en estos, empezando con las animaciones forzadas por su metodología arcade, y terminando con la cutre representación de los daños.

Al menos lo dicho, todo se mueve bien suave, sin apenas parones relevantes, y de cara a la galería, casi llega a ser bonito y atractivo. Los llamativos colores harán juego con el buen gusto de la conducción puramente arcade, cuya homogenidad queda algo opaca debido a una imperdonable y a veces evidente generación de polígonos en el horizonte.

a u d i o
El apartado sonoro es algo pobre, la verdad sea dicha. El ruído de los motores en absoluto transmite la fiereza con la que deberían rugir los octanos de estos vehículos al quemarse, confiriendo tan sólo al oído el regalo de una monónotna sucesión de zumbidos más o menos parecidos al de un coche. Aparte, las colisiones están subrayadas por unos fx a destiempo que aullan de forma muy falsa la magnitud del impacto.

GT-R 400 (PlayStation 2)

Del mismo modo, la banda sonora es todo un cúmulo de despropósitos, y no por el hecho de que su composición o calidad sonora sea baja, sino que en plena partida podemos irnos olvidando de amenizar la carrera con melodía alguna. Así es, amigos, la música nos acompañará de forma tan anodina como insoportablemente estridente en los menús de opciones, algo difícil de concebir en un juego de conducción de lo más arcade.

j u g a b i l i d a d
En la jugabilidad reside la mayor baza de 'GT-R 400'. Como antes he mencionado, su concepto puramente arcade hace de este título todo un ganador en las ya acostumbradas partidas rápidas para todos aquellos que estemos mal de tiempo. Su forma de jugar es tan clásica como idónea, con un control que responde instantáneamente al control analógico.

GT-R 400 (PlayStation 2)

Como es obvio, nuestro objetivo no es otro que el de ganar carreras, o en su defecto, quedar en la mejor posición posible. Lo cual no es demasiado difícil, debido a la parca IA de la que hacen gala los coches dirigidos por la consola. No reaccionan con demasiada lucidez y tampoco saben aprovechar los huecos como es debido, por lo que apenas supone un mínimo esfuerzo el colocarnos en los primeros puestos nada más comenzar la carrera, algo que no corresponde con el reto que nos debería dar la representación virtual de Martin Short, campeón del British 2003 GT.

GT-R 400 (PlayStation 2)

De todos modos, las partidas individuales cuentan con la garra que supone el ir avanzando a través de 16 circuítos muy diferentes unos de otros, dispuestos a través de tres continentes. Por otro lado, también contamos con la existencia de dieciseis modos de juego time trial, con bonus y secretos a desbloquear. Y por supuesto, la posibilidad de jugar con otro amigo a pantalla dividida, garantía segura para pasar un rato estupendo, a pesar de que se podía haber ajustado un poco más la jugabilidad en este multiplayer.

C o n c l u s i ó n
En resumidas cuentas, este nuevo budget de Midas es bastante atractivo. Por menos de 15 euros tenemos un buen programa de coches realizado por unos programadores acostumbrados a trabajar en juegos full-price, lo cual dice mucho de la calidad de este título. Es vistoso y muy jugable, lo cual hoy día es bastante de agradecer.

GT-R 400 (PlayStation 2)

L o   b u e n o

• Jugabilidad clara y sin fisuras.
• Su apartado técnico aprueba con soltura.
• Su adictivo y fresco estilo arcade.
• Su relación precio/calidad lo hace prácticamente imprescindible.

l o   m a l o

• Gráficos algo desfasadillos si lo comparamos con los cracks del género.
• Un reto bastante sencillo para los más expertos.
• De cara a la galería, es poco atractivo.

6.5

Correcto

No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.