Si no te gustan las gemas, ¡rómpelas todas!

En los tiempos que corren parece que el viejo género de los puzzles ha caido en el olvido. Puede que todas las fórmulas estén ya inventadas y las compañías no quieran arriesgar, pero aquí llega un nuevo intento de innovar, aunque su diversión se queda en eso: en un intento.

No cabe ninguna duda de que todo aquel que alguna vez ha jugado a algo, conoce el Tetris. Aquella idea tan sencilla de juego se vendió como ningún otro invento gracias al binomio que suponía con Game Boy. Y eso que la idea no podía ser más simple.

Sólo había que ordenar las piezas que caían para completar líneas y que se fueran destruyendo. Si es que en el fondo las ideas más simples muchas veces son las más divertidas… claro que no siempre, como se demuestra en esta ocasión.

Gem Smashers es un título que intenta ser sencillo, tan sencillo que se puede controlar con sólo los botones de izquierda y derecha del pad de control. La base, como en el Tetris, y como en casi todos los juegos de puzzles, es destruir bloques que hay en la pantalla.

Se introducen algunos colores para dar más variedad, objetos extra para aumentar la puntuación, y algunos peligros con los que se pueda terminar la partida. Se agita bien, y se obtiene otro juego de puzzles más. Simple, pero no efectivo, al contrario que sus predecesores.

Claro que todos se preguntarán que le falta para ser un buen juego de puzzles. Esa es una pregunta que tiene su respuesta en el apartado de la jugabilidad, lo más importante en un título de puzzles. Aunque resumiendo se puede decir que el juego no divierte lo suficiente, y sobre todo, que no engancha. Pronto veremos porqué.

En un juego de puzzles, lo gráficos no importan. Tan sólo hay que recordar el todopoderoso Tetris. Pocas veces, y quizás con la excepción del Pong original, se encuentren unos gráficos más simples. Pero eso da igual si el juego es divertido.

En este caso tenemos unos gráficos más que correctos, con unas secuencias de introducción bonitas, unos fondos bonitos, unos personajes bonitos, y unas gemas bonitas. Todo muy bonito, pero…

Pero por desgracia, todo es demasiado repetitivo y carente de cualquier atisbo de originalidad. En primer lugar hay que hablar de los fondos. En todo juego de puzzles actual, los fondos dan algo de variedad, pero en este caso se repiten mucho. Pero mucho. Y no están mal, pero acaban por cansar.

Las gemas, que son todas iguales salvo por el color, tienen la clásica forma de gema que ha sido usada en cientos de miles de juegos en los que hay gemas. Los personajes son la novedad, aunque su forma de bola en la pantalla no deja una gran sensación en cuanto a su aspecto.

Lo mejor termina por ser esas imágenes que aparecen las secuencias de introducción, pero claro, en el juego eso no es algo muy necesario. En general no se le puede achacar tampoco una gran carencia gráfica, ya que lo que se dice cumplir, cumple. Si luego la jugabilidad estuviera a la altura de los grandes, creo que a nadie le importaría.

Poco hay en general en este apartado. Las melodías se reducen a unas pocas composiciones. Son agradables, suenan bien y se dejan oír sin complicaciones. Son las clásicas melodías que acompañan al jugador para evitar un vacío sonoro. A pesar de que son pocas, tampoco crean una gran sensación de repetición.

En cuanto a los efectos de sonido, hay pocos pero igualmente resultan pasables. En primer lugar destacan las voces de los bichos protagonistas. Está el 'yujuuuuu', 'yijaaaa', 'Oooouuuuu' y nada más. Suenan muy parecidos a las clásicas voces del juego Worms. El resto de los efectos se limitan a ser las roturas de las gemas, los rebotes de los bichos en las paredes y los clásicos efectos que se usan para navegar entre los menús.

Ahora llega el momento de hablar del juego en sí, porque todavía no hemos dicho como se juega. El objetivo de cada partida es eliminar las gemas que hay en la pantalla, y una vez conseguido, dirigir al personaje hacia la puerta que se abrirá.

El personaje se mueve sólo hacia arriba y hacia abajo, rebotando imparablemente en el techo y en el suelo, y nuestro único control sobre él es moverlo hacia los lados. Con A y B se le puede acelerar o frenar, pero muy poco y durante sólo un segundo.

Cada uno de los 3 personajes seleccionables  son diferentes. Mientras que uno es muy grande pero lento y fácil de manejar, el otro es pequeño pero rápido, lo que complica su control. El tercer personaje es el intermedio entre ambos.

Además de gemas hay otros elementos. En primer lugar están las calaveras, que nos harán perder una vida si chocamos con ellas. Aquí es donde entra en juego el tamaño del personaje, ya que si es grande, es más fácil chocar con alguna de las calaveras.

Otro elemento son los cambiadores de color. El bicho que llevemos sólo puede ser de un color, y sólo podrá romper las gemas del color que sea. Pero el color se puede cambiar chocando con los cambiadores. En todas las fases habrá uno por color, y habrá que irlos alternando para destruir todas las gemas.

El tercer grupo de elementos los suponen las rocas. Éstas las hay de dos tipos, destruibles e indestructibles. El primer grupo a su vez puede esconder algo debajo o no. Si esconde algo puede ser un objeto de bonus que dará más puntos, un cambiador de color o una calavera. Así que hay que ir con cuidado.

Al principio las fases sólo incluyen dos colores y un par de calaveras, por lo que la cosa es sencilla. Pero luego se va complicando a medida que aparecen más colores en pantalla, y ésta se llena de calaveras. Por si todo eso fuera poco, hay que conseguir destruir las gemas antes de que se acabe el tiempo.

En cuanto a modos de juego hay dos principales más un modo versus para aquellos que tengan el cable link. Los principales son el modo historia y el modo arcade, y son prácticamente iguales. Ambos modos responden a las mismas reglas y tan sólo cambia su presentación y la manera de escoger la fase.

Ahora bien, entrando a analizar el porqué este juego no engancha tanto como otros, es difícil encontrar una respuesta concreta, pero esa sensación de adicción que había en otros juegos como Tetris o Bust-A-Move aquí no está presente.

Quizás porque chocar con una calavera es demasiado fácil, o quizás porque el control es demasiado sencillo. Quizás porque no hay variantes, ni opciones, ni está la sensación de que el jugador tiene un control total sobre todo lo que pasa en la pantalla, ya que el bicho-bola se mueve sólo.

 c o n c l u s i ó n

No se puede decir que sea un mal juego, ni que sea aburrido ya que no lo es. Es simplemente que no engancha como hacen los grandes del género. El sistema de juego es original, eso es cierto, pero quizás no lo han enfocado de la manera más adecuada.

Todos aquellos que disfruten con los puzzles deberían al menos probarlo, ya que puede que alguien lo encuentre entretenido y decida hacerse con él. El resto de los jugones tienen mejores alternativas en GBA, incluso dentro del mundo de los puzzles.