Furia en la carretera

Full Auto llegó a Xbox 360 hace más de un año, en febrero de 2006, acompañando a la consola en sus primeros compases de vida. Llega ahora su segunda entrega, como compañera de baile de PlayStation 3. Sega ha aprovechado el año de diferencia para pulir muchos de los aspectos que se criticaron en la primera entrega y ofrecer un producto de más calidad general.

La base es la misma: al volante de vehículos 'preparados', el objetivo es, más que ser el primero en llegar a la meta, destruir todo cuanto se cruce en nuestro camino. No hay argumento, ni vínculo de unión entre misiones; todo consiste en superar misiones que se nos van encomendando, con importantes dosis de acción adicional del hecho de que los vehículos tengan armas incorporadas.

El más destacable es la inclusión de un modo arena, que permite enfrentamientos, hasta cierto punto caóticos aderezados con los siempre útiles objetos para potenciar el vehículo, que recuerdan hasta cierto punto al clásico Twisted Metal. Estos combates, aparte de aparecer como un modo independiente, también se incluyen en el modo Carrera.

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A la lista de vehículos del original se les añade ahora nuevos métodos de destrucción, como pueden ser potentes camiones o vehículos policiales. Para aderezarlos a nuestro gusto, se han incluido asimismo una amplia gama de armas, algunas de corte tan futurista como pueden ser los lásers, y otras más clásicas como granadas.

Podremos adecuar el vehículos al gusto, pero una vez más, para ir desbloqueando nuevas pistas, vehículos y armas, habrá que avanzar en el juego, estando bastante limitados de inicio. El sistema de juego, por tanto, no varía prácticamente nada, y nos encontramos con un producto que, a todas luces, usa la base del original y la mejoras ofreciendo nuevos extras y elementos que, en algunos casos, ya debería tener el original.

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Aparte del offline, se ofrecen modos exclusivamente en red, que resultan muy atractivos y alargan la vida de Full Auto 2 considerablemente. Sin embargo, se le pueden achacar algunos fallos como la ausencia de comunicación entre los usuarios en medio de las partidas, o alguna ralentización puntual.

Pero salvo esas ocasiones, el juego se mueve con bastante soltura, y soporta en condiciones hasta las explosiones más potentes, lo cual supone un importante avance. Los escenarios son bastante sólidos, aunque la física de los coches deja algo que desear al dar un aspecto de ser demasiado ligeros y, por tanto, irreales. Las explosiones son bastante llamativas, no obstante.

En cuanto a la inteligencia artificial, cabe destacar el regular acabado que tiene, con unos vehículos que se mueven de forma muy mecánica y que tienen a realizar siempre las mismas tácticas y acciones. El apartado sonoro es cumplidor, y aunque las melodías caen rápidamente en el olvido por su no demasiada calidad, los efectos sonoros son bastante llamativos.

La jugabilidad está bastante bien equilibrada, y el juego responde a las indicaciones del mando sin problemas. Es un título bastante largo, con variedad de modos de juego, que se mejorado con las nuevas inclusiones como el apetecible modo arena. Por si fuera poco, el modo online es una interesante opción para disfrutar de los divertidos modos de juego exclusivos.

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