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Fort Zombie

Fort Zombie

La piedad es para los débiles

Una infección asedia la población de Piety. Docenas de ciudadanos aseguran que los muertos se levantan y atacan con extrema ferocidad a los vivos. Se aconseja que aseguren de sus casas, busquen armas, comida y ayuda de sus vecinos, y prepárense para aguantar está epidemia zombi durante el mayor tiempo posible.

Entre las posibles ambientaciones postapocalípticas hay una que se lleva la palma. Si eres de la opinión de que cualquier historia gana muchos enteros cuando se insertan zombis de por medio, no puedes perderte el siguiente análisis. La nueva publicación de Paradox es el mejor entrenamiento para enfrentarte a una posible infección masiva que podría, en estos mismos instantes, estarse arrastrando lentamente hasta la puerta de tu casa.

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Puede que sea estúpido negar que pocas cosas producen tanto pavor como la posibilidad de verse acorralado por hordas de muertos vivientes, sobre todo teniendo en cuenta los efectos que hemos podido observar en distintos videojuegos, películas y libros. Extraterrestres, vampiros, licántropos, fantasmas… todos ellos dan bastante miedo, pero ninguna angustia es comparable a la de verse asediado por incesantes cadáveres andantes. Hasta hoy, la inmensa mayoría de los títulos que se ayudaban de estos seres para otorgar diversión y sangriento entusiasmo a sus partidas se limitaban a ponernos un arma en las manos y soltarnos en un escenario donde enfrentarnos cara a cara con los restos putrefactos de alguna gran ciudad.

Es increíble como otro de los aspectos más atractivos de este tipo de ambientación ha pasado casi desapercibido para los diseñadores de nuestro tiempo: la supervivencia. Y no nos referimos al criterio mediante el cual sobrevivir se basa en repartir plomo de cabeza en cabeza, si no la simple y llana necesidad de subsistir durante el tiempo necesario, ya sea esperando que la naturaleza haga su función eliminando para siempre a los no muertos o confiando en la llegada de las fuerzas del orden, dispuestas a instaurar la supremacía de los vivos en las calles de nuestra ficticia población. Se pueden contar con los dedos de una mano los títulos que han hecho hincapié en alguno de estos aspectos, y se puede decir que ninguno de ellos ha cosechado un reconocimiento excesivo.

Kerberos, la empresa responsable de Sword of the Stars, ha procurado desarrollar un juego que recoja algunos de estos hechos. Basando su diseño en algunas películas del género, como ‘El amanecer de los muertos' del maestro George Romero, lanzan al mercado un nuevo RPG de acción bajo el nombre de Fort Zombie. Las premisas son, en esencia, bastante simples: sobrevivir el máximo tiempo posible durante una epidemia zombi. Para ello tendremos que realizar muchas tareas que van algo más allá del simple enfrentamiento con los no muertos, entre las que encontramos la búsqueda de nuevos supervivientes, aprovisionamiento de víveres y alimento para todos ellos y la necesidad de encontrar suficiente armamento para hacer posible la defensa del grupo.

Para ello contaremos con una ubicación donde montar nuestro propio refugio, y será este pequeño fortín (de ahí lo de Fort Zombie) nuestra base de operaciones para el resto de los días que nos quedan por delante. Hasta aquí, nos encontramos con una idea muy original, muchas veces vista en el cine o literatura, pero demasiadas pocas veces llevada a cabo en los videojuegos. A voz de pronto, es posible que el juego flash ‘The Last Stand 2', y ‘Zomband' dentro de los ‘rogue-like', sean unos de los pocos que han tenido en cuenta todos o alguno de estos aspectos tan necesarios para crear una verdadera ficción completa.
Fort Zombie nos ofrece tres modos de dificultad distintos, cada uno representado por una posible ubicación en la que formar nuestro refugio. La más sencilla es la comisaría de la policía de Piety, la siguiente sería el instituto local y la última la prisión albergada en esta población. Este nivel de dificultad se hará notar, además de en la cantidad de zombis que encontremos al andar por las calles, en las fases de defensa del fuerte, que serán mucho más intensas. Pero para poder llegar a eso, tendremos que armarnos de valor y comenzar nuestra huida hacia el edificio que hemos escogido, lo que supondrá la primera parte del juego.

Solamente se nos permite escoger un modelo personaje, que de hecho es bastante poco carismático, hasta el punto de preguntarnos cómo es posible que este personajillo haya sobrevivido a la catástrofe y nos entren ganas de lanzarlo de lleno contra la primera horda tambaleante que tengamos a la vista. Lo que sí que podemos hacer es elegir alguna de las distintas profesiones que se supone ejercíamos antes de la epidemia: policía, doctor, soldado, estudiante, periodista, bombero, paramédico, recluso o camionero. Nuestra elección determinará cuáles son nuestras habilidades básicas, aunque podemos modificar al gusto dichas puntuaciones para nivelar un poco nuestro personaje. Esto no es demasiado recomendable, y casi es mejor empezar siendo muy bueno en algunas pocas.

El razonamiento es simple, ya que por mucho que queramos, va a resultar imposible que avancemos demasiado en cada uno de los conocimientos posibles. La recomendación es que aprovechéis para aumentar al máximo vuestras habilidades con las armas y las que tengan que ver con buscar objetos o correr sin cansarnos. De este modo, como siempre seremos los responsables de salir a la búsqueda de nuevos víveres, refugiados y armas, vamos a optimizar nuestras actuaciones fuera del refugio. Por ello tenemos que dejar que los que se vayan uniendo al grupo sean los encargados de curarnos, construir barricadas o trampas, y olvidarnos del todo de realizar dichas tareas. La cantidad de habilidades es bastante completa, y se puede decir que todas tienen una función en el juego.

Comenzaremos en medio de alguna de las calles de Piety, y nuestro primer objetivo es llegar al futuro fuerte. Portaremos algún tipo de arma de fuego de poca potencia, y no demasiadas balas, así que es imprescindible no empezar a disparar a lo loco a todo bicho (perdón, muerto) viviente. El manejo del personaje es simple, ya que las teclas WASD nos permitirán indicar la dirección del movimiento, el botón izquierdo realizar acciones de ataque, el derecho abrir puertas o registrar objetos, la barra espaciadora saltar, la tecla F servirá para empezar a buscar y la R para recargar. Por otro lado, pulsando C caminaremos en lugar de correr, y con ‘SHIFT' correremos a sprint. Por último, accederemos al inventario actual mediante I, y con TABULADOR cambiaremos de arma.

Los modelados son bastante simples, a lo que se suma la intención de dar cierto aspecto cómico al título. A pesar de la mala calidad de los modelos y texturas, Fort Zombie no rinde bien con equipos de gama baja, debido a su mala optimización. Esta es una de las contras más importantes, porque podemos llegar a perdonar que los personajes interactúen mal con el entorno o que no tengan demasiada definición, pero nunca el hecho de contar con un equipo decente y ver como el juego nos anda a tirones por culpa de no haber trabajado un poco más en el rendimiento del motor gráfico. Si bajamos la calidad, puede que muchos vean solucionados estos problemas, y puedan seguir adelante con lo que promete ser un encuentro divertido con las hordas de muertos vivientes.

En la parte inferior de la pantalla tendremos un esquema de nuestras heridas, que aparecen localizadas por cabeza, torso, brazos o piernas. También una barra que indica nuestra energía, que se gasta siempre que nos movamos, a menos que lo hagamos en el coche de San Fernando. Otro cuadro indica que arma llevamos ahora mismo, y por último encontramos una especie de brújula que nos vendrá de perlas para orientarnos en nuestra ruta hacia el fuerte o misiones. Claro que no indica para nada si los zombis andan cerca, así que no os confiéis y andad con cuidado por las calles de Piety, no sea que de tanto bajar la vista para mirar las indicaciones acabéis de bruces contra uno.
Es más que recomendable no entrar en contacto directo con los zombis. No es que sean demasiado difíciles de aniquilar, pero el ruido que hagamos simplemente servirá para atraer más cadáveres andantes, y si a eso sumamos el hecho de permanecer en el sitio mientras atacamos, todo apunta a que terminaremos devorados. Lo mejor es caminar cuando estemos lejos de ellos, apresurarnos si andan cerca y, si es necesario, correr para alejarnos si ya parece que nos quieran decir algo al oído. Esto es una simple recomendación, pero si no os parece buena también podéis lanzaros a lo loco contra un grupo de no muertos y comenzar una nueva partida, al fin y al cabo el juego es vuestro.

Todos los aspectos del juego, desde la puntería al atacar hasta el gasto de energía al correr, dependen de nuestras puntuaciones de habilidad. Cuando disparemos, si bien es muy importante colocar el puntero sobre la zona donde deseamos impactar, es mucho más importante tener soltura con el arma que usemos, o nuestros esfuerzos no valdrán de nada. Si se da el caso de que somos un poco torpes, que todo puede ser en esta vida, o de que se nos han acabado las balas de nuestro rifle favorito, lo mejor es correr. Si a este hecho se suma nuestro agotamiento, medid bien las distancias y tratad de asegurar cada disparo, porque recargar es un proceso relativamente lento. Si podéis aguantar para tratar de acertar justo en la cabeza, tened por seguro que ese no se vuelve a levantar.

Aunque veáis muchos objetos, armas o comida tirados por las calles, no podréis cogerlos. La única forma de encontrar algo es colocaros cerca de un posible contenedor y empezar a buscar, lo que tarda unos pocos segundos. Es posible registrar coches, camiones, máquinas expendedoras, baúles, estanterías, frigoríficos… pero no siempre tendremos éxito. Esto no significa que el contenedor esté vacío, ya que en ocasiones, si volvemos a registrar tendremos más suerte, pero tampoco es muy recomendable dejar pasar el tiempo delante de una caja hasta que nos proporcione algo. Si el recipiente tiene algo interesante, veremos como se marca una 'i' giratoria sobre el mismo, y podremos usar el botón derecho para abrirlo y recoger cualquier elemento de utilidad.

La primera vez que lleguemos a nuestro refugio, tendremos que limpiarlo completamente de cualquier odioso habitante que allí resida. Una vez ventilado y ya sin olor a muerto, estaremos dispuestos a comenzar nuestra nueva vida. Las labores a realizar en el refugio son: examinar el edificio y colocar barricadas y trampas, acceder al inventario y comprobar los recursos que nos quedan, asignar tareas a cada uno de los supervivientes, partir en pos de alguna misión disponible o dar por finalizado el día. Esto último nos mostrará un diario con los avances realizados, y seguidamente volveremos a empezar un nuevo amanecer en Piety. También será el momento en el que se nos informe de todas las tareas que se han realizado en el fuerte, y de cómo se han desarrollado sus habitantes.

Mantener nuestros recursos únicamente puede realizarse a través de misiones. Existen tres tipos diferenciados: provisiones, supervivientes y armamento. Se mostrarán mediante chinchetas de colores en un mapa de la ciudad, y antes de comenzar cualquiera de ellas tendremos que gastar un tiempo fijo en caminar hasta la ubicación. De nuevo, hay que medir bien estos tiempos, pues no queremos llegar de noche al punto, o incluso ser emboscados por alguna hora de zombis mientras paseamos alegremente por la ciudad de los muertos vivientes. Una vez lleguemos al lugar, todo será como la primera fase, pero en lugar de dirigirnos al fuerte lo haremos al almacén, casa, armería o donde quiera que estén las cosas interesantes en este pueblucho.

Cualquiera de los compañeros de refugio puede portar un arma, y lo mejor será que les proporcionemos una acorde a sus habilidades. Nos encontraremos con soldados, electricistas, médicos… de forma que cada uno puede desempeñar un papel importante en el desarrollo, ya sea montando barricadas o atendiendo a los heridos. También pueden acompañarnos a las misiones, aunque como su inteligencia artificial es bastante penosa, solamente nos ayudarán como mula de carga. Existen personajes especiales, con ciertas habilidades excepcionales, o incluso familias enteras que se unirán gracias a nuestras labores de rescate.
Para alimentar y atender a todos, tendremos que salir periódicamente a buscar alimento. Esto nos obligará a salir de vez en cuando a reponer armas… pero no es estrictamente necesario que continuemos buscando supervivientes por siempre jamás. Eso sí, si dejamos demasiadas misiones sin hacer, iremos perdiendo el respeto de nuestros compañeros. Cada día se borran todas las que no hemos realizado, dando paso a nuevas oportunidades, y puede que lo que aparezca no sea de nuestro agrado. Los días hasta un posible ataque a nuestro fuerte están contados, así que intentaremos armarnos lo mejor posible para cuando llegue el momento.

Afortunadamente para nosotros, la inteligencia artificial de nuestros enemigos es tan mala, o peor, que la de nuestros aliados. Es cierto que un zombi no destaca precisamente por su astucia, pero ver como se afana en chocarse contra una pared mientras tiene una puerta al lado… es bastante patético. Lo único que salva la situación son las ocasionales sorpresas que nos aguardan, como zombis deportistas que corren o cargan contra nosotros, o algunos que son capaces de recoger un brazo de un compañero para golpearnos repetidamente con el mismo. Existen otras tantas curiosidades, muchas relacionadas con el trabajo que dichas personas desempeñarían en vida, pero no desvelaremos más. De hecho, solamente son realmente peligrosos si nos sorprenden o rodean.

Porque a pesar de lo cómico que pueda resultar el juego a veces, el ambiente puede resultar tan abrumador que el hecho de ver como un par de zombis nos sorprenden por la espalda puede hacernos pegar un pequeño saltito de emoción… por decirlo así. Esto suele suceder muchas veces, ya que una de las mejores tácticas que descubriremos es la de andar hacia atrás mientras disparamos a los que se nos van acercando y claro, tanto va el cántaro a la fuente que al final... gruñido de no muerto en toda la cara. Existen dos modos adicionales para los gráficos relacionados con la dificultad para acertar en esta parte del cuerpo tan crítica para un muerto viviente: uno que incrementa hasta lo inhumano el tamaño de todas las cabezas y otro que las encoge brutalmente.

Una de las grandes ventajas de Fort Zombie es su tremenda facilidad para que lo volvamos a jugar, y es que como los entornos se generan de forma aleatoria, dos partidas nunca serán iguales. De hecho, no nos encontraremos la misma cantidad de enemigos ni en el mismo sitio, ni a los mismos supervivientes. Lamentablemente para todos nosotros, los aspectos negativos del título son todavía muchos, y esperamos con ansia los parches que vayan solucionando algunos de ellos, aunque otros tantos dependen directamente del diseño inicial del juego y es difícil que se vean corregidos. Esperemos que nuevas empresas reconozcan algunas de las nuevas características que proporciona el juego, y puedan realizar un trabajo de verdadera calidad con un concepto similar.

Porque, para concluir, Fort Zombie es un juego divertido y original en muchos aspectos, pero con gráficos que van más allá de lo simple, son incorrectos. La inteligencia artificial es realmente mala, ni siquiera digna del más podrido de los zombis, pero puede sorprendernos en contadas ocasiones. Eso sí, por un módico precio tendréis un juego con bastante vida por delante, si sois capaces de soportar lo atroz que puede resultar en ocasiones. Por último, y por lo que más queráis… ¡disparad a la cabeza!


- Tiene algunas cosas que siempre quisimos ver en un juego de zombis.
- Muy divertido y con muchas posibilidades de poder jugar varias veces.

5

Mejorable

Puede tener elementos aceptables y entretener, pero en general es una experiencia que no dejará huella. Sólo recomendable en caso de sequía de este género de juegos.