Forge
- PlataformaPC6.5
- GéneroAcción
- DesarrolladorDark Vale Studios
- Lanzamiento04/12/2012
- TextoInglés
- VocesInglés
Forge
En un mercado cada vez más competitivo, las compañías luchan por encontrar una fórmula que les permita buscar ese hueco en el mercado donde se encuentra el equilibrio entre el juego serio y las ventas saludables. La recién creada Dark Vale Studios pretende luchar por una posición entre el mundo del PVP más competitivo al estilo arenas de World of Warcraft y la dinámica de Tema Fortress 2.
Siendo honestos, poca gente habrá oído hablar de Forge. Forge suena a modo multijugador de Halo 4, suena a Hunted: The Demon’s Forge. Pero no suena a juego de acción multijugador online en tercera persona basado en el combate PVP en arenas; no suena a título desarrollado mediante crowdfunding por Dark Vale Studios y distribuido a través de la plataforma Steam. Pero en realidad eso es lo que es. Y el hecho de que sus programadores no llegaran a obtener la cantidad solicitada para su creación, no ha impedido que desde hace unos días ya esté disponible su primera versión en la popular plataforma online y le hayamos dedicado unas cuantas horas, si bien se nota que el juego está lejos de ser el producto final que tal vez con todo el dinero en la mano hubiesen podido conseguir.
Forge nace con buenas ideas. Se trata de recuperar el espíritu de que los combates en una arena deben ganarse con la habilidad, con la pericia, antes que por el hecho de tener mejor inventario que tu oponente. Eso es algo que en la mayoría de shooters “profesionales” se da bastante por sentado, porque no hay personajes que tengan mejoras sustanciales sobre los otros, pero en los MMO esto no es tan así. Y no es así porque los MMO necesitan recompensar también a aquellos jugadores no tan habilidosos pero que invierten muchísimas horas en el juego; los desarrolladores esperan que la recompensa en forma de mejor equipo que se dé al jugador poco hábil pero con mucho tiempo compensará con el peor equipo pero mejor habilidad del que tiene menos tiempo. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando un buen jugador tiene además mucho tiempo para invertir en el juego? Un personaje casi invencible.
Por lo tanto, la proposición es simple: igualdad para todo el mundo, que la habilidad sea el factor clave. Y ciertamente se necesita, porque Forge no te pone las cosas fáciles. Empezando por la presentación, bastante austera pero funcional, que te obliga a jugar un tutorial antes de poder entrar en combate. En dicho tutorial se nos cuentan los movimientos básicos de nuestra clase, de la importancia de la verticalidad, de cómo podemos escalar paredes al estilo Prince of Persia, de cómo debemos dirigir nuestros ataques porque no basta con seleccionar un blanco y pulsar un botón como en World of Warcraft, de cómo debemos gestionar nuestro recurso principal para ejecutar habilidades y que se comparte con saltar o correr. Pero no se nos cuenta nada de cómo jugar al juego en sí mismo, de cuál es el objetivo más allá de matar a todo enemigo de color rojo que aparezca en la pantalla, si es que hay otro objetivo aparte de eso.
Y lo hay; a menudo entraremos en partidas de capturar la reliquia (que viene a ser como una bandera pero cambiando bandera por reliquia, nada más) o mantener una dominancia sobre un punto. Pero a nadie le parece importar mucho: en todas las horas de juego, todo lo que los equipos hacían era matarse los unos a los otros sin preocuparse por los objetivos siendo este redactor que suscribe el único que parecía importarle que la partida se ganaba si sumábamos más puntos que los rivales llevando reliquias de un lado para otro. Como el juego no te deja – de momento – seleccionar en qué tipo de partida uno se va a meter, es razonable que la gente solamente quiera matar y matar, más cuando esto es precisamente lo divertido en Forge.
Dark Vale Studios ha hecho un buen trabajo en ese sentido; ha creado cinco arquetipos clásicos de un MMORPG (tanque, DPS asesino, sanador, arquero y mago), bien diferenciados entre ellos y que se manejan muy bien. Dada la particularidad del movimiento y que podamos saltar a un piso superior haciendo filigranas como Jackie Chan, es un acierto que las habilidades se hayan mapeado por defecto alrededor de las teclas de dirección (E, R, G, B, V, C…) para que puedas hacer más de una cosa a la vez. El mouse izquierdo activa tu técnica principal y el botón derecho bloquea ataques que proceden de la parte frontal, a base de consumir energía en el proceso. Todo ello sucede de forma muy rápida, muy frenética y no apta para corazones débiles.
Aunque el asesino es invisible y el arquero ataca desde lejos, Forge no da lugar a situaciones estáticas. Forge necesita que estés en continuo movimiento, utilizando cuidadosamente tus habilidades y gestionando el cooldown de las más importantes si quieres sobrevivir. Es una lástima que la gente vaya tan por la suya en el juego, que se premie tan poco el juego en equipo. Siendo este título una mezcla entre las arenas de WoW y un FPS clásico, hay demasiado fan del shooter aquí. No se explica si no cómo se puede dejar SIEMPRE al sanador solo a su suerte mientras es atacado una y otra vez por varios enemigos, cuando que él pueda curar supone la diferencia entre la supervivencia o la muerte del grupo. Hay chat de voz para el equipo, en teoría, pero nadie lo usa. Ni nadie escribe tampoco, con lo que sin comunicación, sin táctica, sin equipo, este juego es menos juego.
El modo estrella del juego es tal vez el modo Arena, pensado desde el punto de vista más hardcore. Hay solamente una vida y diez minutos de juego, con lo que a priori parece el hogar perfecto para el campeo de los aficionados al sigilo y al escondite. Afortunadamente, si nadie decide empezar a atacar, aparece una torre y gana el que la conquista, propiciando que después de varios minutos de artificial cautela desemboquen en una tempestad de ataques en apenas unos breves segundos de destrucción y caos total. Muy satisfactorio, muy entretenido, pero caos al fin y al cabo. Es uno de los momentos más brillantes de Forge.
Y no es el único. La realidad es que una vez entras en la dinámica del título y especialmente en los Team Deathmatch, hay grandes dosis de satisfacción. La interfaz no ayuda a saber exactamente cuánto daño te están haciendo, pero dado que todos los personajes pueden sostener una buena cantidad de castigo uno siempre tiene la sensación de que podría haber hecho algo mejor. Tal vez si hubiera usado tal o cual habilidad, si hubiese huido trepando el muro, si hubiese buscado un personaje lejano sobre el que teletransportarme… Hay recompensas por estar un rato sin morir, pero las hay más por acabar con cuantos más enemigos mejor. Y si uno no consigue abatirlo, dejarlo lo suficientemente malherido para que un compañero acabe con él.
Morir es barato en Forge, sin embargo. Apenas esperamos unos segundos y volvemos de nuevo al combate; a medida que acumulamos muertes o realizamos las tareas que nadie parece preocuparse por hacer, reunimos experiencia para subir a nuestro personaje de nivel. Sinceramente, subir de nivel sirve para poco o nada. No obtenemos ningún beneficio extra por ser nivel 20 antes que nivel 1, si acaso la capacidad de retocar algunos puntos de nuestro personaje (subir armadura de aquí, quitándola de allí o similares) y un montón de paja extra (skins, colores, etc.) que no sirve para nada. Teóricamente, la personalización debería ir por otros caminos (por ejemplo, la especialización de las clases), pero son particularidades que a día de hoy no están activadas.
Gráficamente el juego no luce mal, aunque las capturas están tomadas al máximo de resolución que permite el juego y con todos los extras activados. El movimiento es fluido casi siempre (hay que bajarle muchos puntos la sensibilidad del mouse por defecto para hacerlo jugable) aunque en algunos puntos los personajes se atascan por culpa del motor de colisiones. Los escenarios, si bien no son demasiado numerosos, están bien diseñados para favorecer el combate en vertical y el movimiento en tres dimensiones y aunque mucho de lo que vemos en pantalla parece sacado de las mismas librerías de DirectX, lo cierto es que cumplen perfectamente su función. En general puede decirse que el aspecto técnico, sin llegar a ser puntero, cumple perfectamente con su papel. El juego está completamente en inglés sin ni siquiera subtitular al castellano, con lo que los poco amigos de la lengua de Shakespeare tendrán ahí un inconveniente extra.
Hay algunos factores que entorpecen la experiencia con Forge pero el principal es la sensación de que le producto está en fase beta, de que el desarrollo se ha hecho con prisas y que en realidad hay más todavía por ver de lo que nos están enseñando en este momento cuando ya hace un par de semanas de su lanzamiento oficial. Por ejemplo, hay muchas particularidades que están deshabilitadas: intentas entrar en un servidor europeo y no hay nadie, cargas uno americano y no te pone nada. La única opción que funciona casi siempre es la de “quick play” y aún así necesitas bastantes intentos para que no te tire del servidor. También las opciones de personalización se resetean cada dos por tres. Es la tercera que vez que nos bajan el nivel a 1 de nuevo o que incluso aparezcas sin nivel (¿nivel cero?). La propia web es un despropósito, una amalgama de cosas que eran pero ya no son y trabajo a medio hacer. Que quede claro que uno está pagando por un “work in progress”.
Correcto
No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.