Análisis Firewatch

El pasado martes 9 de febrero salió a la venta para PC y PlayStation 4, Firewatch, una peculiar aventura que supone el debut del estudio Campo Santo y que ha sido publicada por Panic. Nos encontramos con un juego peculiar, único a su manera en el que encarnaremos el papel de un hombre llamado Henry que, tras sufrir una mala racha en su vida personal, decide desconectar de sus problemas aceptando un trabajo como guardabosques durante un verano a finales de los años 80.

Desde el primer momento, con una introducción en la que predomina el texto y algunas elecciones en las conversaciones, el título de Campo Santo ya nos deja ver lo que es, una aventura, casi una película interactiva (similar a títulos como Beyond, Journey o Dear Esther), en la que las conversaciones y la trama primarán sobre el resto de mecánicas jugables que serán, por otro lado, bastante sencillas y asequibles para cualquier tipo de jugador. También, desde sus primeros minutos, nos encontraremos con la propuesta a nivel narrativo, que nos relatará las desgracias de Henry y que justificará, de manera bastante convincente, por qué este buen hombre necesitaba aceptar, sea como fuere, este trabajo para tomarse unos meses de desconexión, con la sola compañía de la naturaleza y de una voz al otro lado de una radio: Delilah.

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Desde que nuestra compañera en otra de las torres de vigilancia nos diga las primeras palabras sabremos que se tratará de un personaje importante que irá adquiriendo protagonismo a lo largo de la aventura, estrechando su relación con Henry y protagonizando una particular historia que a buen seguro no dejará indiferente a nadie. Una historia de la que, por supuesto, no os queremos desvelar ni el más mínimo detalle, pero que diremos que, al igual que sucede con la introducción, es una narración madura, que nos enganchará y que nos atrapará, sobre todo en los minutos finales del juego, y que hará que queramos explorar más y más ese misterioso bosque donde las cosas no son siempre lo que parecen.

Sin embargo, a esta gran narrativa tenemos que ponerle dos factores en contra. El primero, se encuentra en inglés, por lo que el público que no domine la lengua sajona no disfrutará, en absoluto, de un juego que carga casi toda su mecánica en la narrativa. Las partes positivas son que el lenguaje utilizado no es demasiado complicado, siendo accesible para casi cualquier persona con algo de conocimiento en la lengua de Shakespeare (aunque podrían perderse algunos matices importantes), y que Campo Santo ya ha anunciado que la traducción al castellano está en camino por lo que, más pronto que tarde, este pequeño problema para el público hispano parlante estará solucionado.

El segundo es un final un tanto abrupto que nos deja un poco descolocados como jugadores, como con ganas de más y con la sensación de que quizás Campo Santo hubiera querido prolongar un poco más su historia pero que, por factores que se escapan a nuestro conocimiento, finalmente han tenido que dejarnos con las algo más de 4 horas que dura la aventura, dependiendo, en buena parte, de lo que nos paremos a explorar los bosques o de si nos quedamos atascados en algún punto de la partida, algo que no es fácil, por otro lado.

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En cuanto al resto de mecánicas jugables, digamos que, fuera de la trama y de las conversaciones, Delilah nos guiará y dará instrucciones a la hora de ejercer nuestro trabajo, mandándonos a explorar el bosque en busca de personas que están realizando diferentes altercados o para comprobar los humos y los posibles actos de vandalismo de los jóvenes que vienen a acampar y a habitar sus tierras durante el verano. Para no perdernos, además de unos senderos bastante bien marcados, contaremos con la gran ayuda de un mapa (que podremos ir actualizando a medida que avanza la partida) y de la siempre útil brújula amén de otros objetos que nos servirán para abrirnos paso ante las dificultades del bosque y que deberemos ir encontrando a medida que avanzamos en nuestro camino.

Otra de las cosas que tenemos que destacar de Firewatch es su genial modo foto. Gracias a una cámara de fotos que nos encontraremos durante la primera hora de la partida, podremos retratar cualquier cosa que veamos interesante en ese majestuoso bosque, pudiendo contemplar las fotos a posteriori. Pero esta cámara pasaría completamente inadvertida si el acabado artístico de la obra de Campo Santo no fuera tan bueno, dejándonos embobados en ocasiones gracias a su ambientación, a las bellezas de algunas de las zonas que componen ese frondoso bosque que recorreremos andando una y otra vez, cada vez fijándonos en algún detalle, en algo nuevo. Todo esto a pesar de no tener unos gráficos de aúpa. De hecho, quitando la gran cantidad de elementos que se muestran en pantalla, el trabajo a nivel de texturas no es nada del otro mundo, pero, en su conjunto, gracias a, como decimos, el acabado artístico del juego, no nos importará en absoluto. En cuanto al rendimiento, en la versión de PC, que es la que hemos usado para realizar el análisis, no hemos encontrado pega alguna, aunque parece que los usuarios de PS4, según han reportado en sus primeras horas de juego, están experimentando varios problemas con la tasa de FPS, algo en lo que Campo Santo está trabajando.

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El último apartado a destacar de Firewatch es el sonido, desde el doblaje hasta la música, pasando por todos los ruidos peculiares del bosque, solo podemos felicitar a Campo Santo por atrapar tan bien la atmósfera en cada momento, utilizando la pieza necesaria, el sonido del animal o de ese arbusto que se mueve y que parece desconcertarnos y por unos actores de doblaje excelentes para Henry y Delilah, permitiendo captar de forma bastante convincente los sentimientos y sensaciones de cada uno cuando estos dos personajes hablan por la radio.