La cosa está que arde

Pocas veces hemos tenido la oportunidad en un videojuego de convertirnos en bomberos. Pero en bomberos serios, que a mi también se me ha venido a la cabeza los cataclismos que se pueden montar con un camión de bomberos en cualquier GTA. No, me refiero a ponernos en la piel de estos profesionales y pasar el rato salvando vidas y evitando catástrofes.

Fire Department nos brindó esa oportunidad y ahora los padres de la criatura vuelven a la carga con una secuela que aunque tenga distinto nombre conserva intacto el espíritu de su predecesor. Para los que no hayan jugado jamás al primero, decirles que esto no va de gestionar parques de bomberos como se ha dicho en algunos sitios. Esto trata de controlar a un grupo de bomberos y sus vehículos a modo de batalla contra un enemigo predecible pero duro de pelar como es el fuego.

No caben más presentaciones, no hay ninguna trama ni contexto intrincado, simplemente somos los capitanes de un cuartel de bomberos anónimo, en una ciudad cualquiera. A lo largo de 15 misiones visitaremos todo tipo de localizaciones en las cuales alguien ha metido la pata (con o sin intención) y ha provocado un incendio que tenemos que sofocar antes de que ocurra una catástrofe.

Gráficos y sonido

La acción se desarrolla en un entorno 3D que nos permite rotar y hacer zoom con la cámara. Se echa en falta otra opción para inclinar el ángulo de visión, supongo que debido a que se han olvidado de poner el cielo y no quedaría nada bien en una vista a ras de suelo. También es cierto que vamos a estar más preocupados de sofocar los incendios que de pararnos a ver los detalles.

Podían haber optado por dejar un apartado gráfico sin demasiadas complicaciones, pero han hecho todo lo contrario. La calidad gráfica del juego es sorprendente, no sólo en cuanto al realismo de las texturas, el diseño de mobiliario, edificios, interiores y personas, me refiero precisamente a eso que comentaba antes, a los detalles. Pasan discretamente por nuestros ojos, no les damos demasiada importancia, pero en conjunto hacen que la sensación de realismo sea extrema. Hablo de 'pequeñeces' como estanterías llenas de objetos, grafitis, papeles esparcidos por mesas, etc. Esas cosas siempre se agradecen en un juego que quiera presumir de cierto nivel gráfico.

En el lado negativo tenemos el sistema de luces, que es inexistente. Las sombras funcionan bien, hacen muy bonito, pero realmente no hay ningún juego de luces dinámicas. Quería recalcarlo porque en un juego donde las explosiones y el fuego son los protagonistas se echa mucho en falta.

El fuego en general ha quedado bastante bien, es en 2D y con una animación muy cuidada. Pero hay distintos tipos de fuego y algunos, en concreto el fuego químico y de hidrocarburos (ese que es especialmente rojizo y violento) no dan tanta sensación de realismo como el fuego 'estándar'.

En cuanto al sonido nada que objetar. Acompañando al omnipresente ruido de las radios tenemos un buen elenco de efectos sonoros tales como explosiones, sirenas, mangueras, cristales rotos y como no, el también incesante zumbido ronco del fuego consumiéndose. Quizá se le puedan poner dos 'peros': el primero por la… ¿banda sonora? En realidad no tiene, simplemente algunas melodías cortas a modo de fanfarria para indicar que has ganado, que has perdido o que se te avecinan problemas gordos. El otro 'pero' se lo podemos dar a que las voces son en inglés, aunque eso ya es ponerse un poco quisquilloso.

Jugabilidad

El control bien, pero…

Los controles son los típicos de cualquier juego ETR, seleccionamos unidades y con el botón derecho del ratón sobre un objeto interactúan con él. Nada nuevo. A veces en lugar de hacer la opción por defecto conviene hacer otra, por lo que a la derecha de la pantalla tendremos un panel donde se nos informa de las acciones que puede hacer el bombero seleccionado. También tenemos un panel para el mapa y los objetivos y otro para ver la situación de nuestros bomberos y vehículos (estado de salud, cantidad de agua que tienen…)

En el tema de los controles es donde reside uno de los principales fallos de este juego y es que en algunas situaciones se hace difícil pinchar sobre el objetivo que queremos. No es por la situación de la cámara ni nada de eso, simplemente el puntero a veces no parece reconocer al objeto cuando pasamos por encima y se ilumina cuando no está precisamente encima. Además si tienes a un bombero y a un civil muy pegados, tampoco parece reconocer al civil y tienes que apartar un poco al bombero para poder interactuar con él.

Quitando ese problema de control, todo lo demás en el apartado de la jugabilidad es muy aceptable, incluso la duración, que a pesar de ser 15 misiones cada una de ellas se puede hacer bastante larga y rejugable si queremos intentar conseguir más medallas de honor.

Y antes de cerrar el telón hay que comentar que podemos apagar incendios en compañía ya que tiene opción multijugador para 4 personas. Podemos jugar de 2 formas aunque bastante similares. Por un lado, el modo 'Compartir unidades' en el que juegas una partida de campaña normal pero los presentes pueden manejar cualquier unidad por lo que es imprescindible un poco de organización. El segundo modo es el 'Cooperativo' en el que cada jugador combate el incendio con su propio cuartel empezando desde una zona del mapa alejado de los demás.

Comparándolo con…

Es difícil compararlo con otro que no sea Fire Department en cuyo caso sale ganando desde luego esta segunda parte. Y a pesar de ser comparable con cualquier juego de estrategia en tiempo real convencional, no sería justo hacerlo ya que el título de Monte Cristo aporta muchos matices de acción que lo distancian un poco.