Un nuevo renacer

Final Fantasy no hace honor a su nombre, ya que nunca estamos ante la última fantasía. Ni siquiera cada una de sus entregas es la definitiva, y aparte de los nuevos capítulos que siguen viendo la luz (los últimos, FFXII en PS2 y FF Crystal Chronicles en GC) aparecen spin-offs (como Dirge of Cerberus o FF Tactics) y películas (FFVII Advent Children), sin olvidar los inevitables remakes y ports de los clásicos.

De este modo, tras FF I&II Dawn of Souls, que ya vio la luz hace tiempo en GameBoy Advance, llegarán ahora los capítulos IV, V y VI a la misma plataforma. La tercera entrega se reserva para un importante remake mejorado y revisado en Nintendo DS, mientras que en estos tres capítulos para la veterana portátil nos encontramos con ports retocados. Pero no por ello de inferior calidad, sino que estamos ante uno de los mejores títulos de la consola, por el que no ha pasado el tiempo.

El primero que ve la luz, como cabría esperar, es la cuarta, la primera de Super Nintendo en su versión original, aunque pronto llegará el turno de las dos entregas que también salieron en la consola de 16 bits, presentadas en el pasado E3. Final Fantasy IV llega ofreciendo todo el maravilloso trabajo y la esencia del clásico, con algunos extras que le convierten directamente en un imprescindible.

El personaje principal es Cecil, un caballero oscuro capitán del escuadrón 'Alas Rojas' del reino de Baron. Su rey le ha encomendado la labor de encontrar y reunir todos los cristales del mundo, sin darle explicaciones sobre el motivo, pero dándole permiso de recurrir a los métodos que sean necesarios. Las muertes injustas hacen mella en su conciencia, por lo que acaba cuestionando a su señor.

El máximo mandatario de Baron verá en esta acción una grave insurrección y degradará a Cecil a una misión de bajo rango a Mist, con la que nuestro héroe irá descubriendo la verdad y comenzará la verdadera aventura. Como en todo Final Fantasy, nos encontramos con numerosos giros argumentales, profundidad en el desarrollo de personajes y horas y horas de diversión con una atractiva historia que permanecerá en el corazón del jugador durante años.

Kain era un gran amigo de Cecil, comandante de la unidad de dragones del reino de Baron. Sin embargo, tras el cambio del héroe, se enfrentará a él en diversas ocasiones, cumpliendo con su deber, que es más importante que la amistad. Posee una gran fuerza y es admirado y respetado por toda la región. Kain también evolucionará a lo largo de la aventura.

Rosa es una maga blanca, conocida en todo Baron por su gran belleza. Siente algo por Cecil, y este cuidará mucho de ella, aunque la meta en la vida de la chica será la de salvar al héroe. La otra fémina del juego será Rydia, una joven chica de Mist capaz de invocar criaturas, con poderes que beben tanto de la magia blanca como de la magia negra, y que cambiará entre niña y adulta.

También harán su aparición otros poderosos magos como Palom y Porom, hermanos gemelos. Edward, príncipe de Damcyan, un bardo. Tellah, un sabio famoso entre los magos que peca de no aceptar sus propias limitaciones por la edad. Edge, un ninja príncipe del reino de Eblan. Sin olvidarnos del siempre presente Cid, un monje karateka de nombre Yankg. Fusoya o Golbez.

¿Qué decir de este grupo de personajes? Puede que no hayan trascendido en la historia como Cloud, Aerith, Squall o Tidus, pero eso se debe más que nada a las diferentes condiciones en las que se desarrollaron sus historias, tanto técnica como socialmente. No por ello están carentes de interés, de gran profundidad de personajes y de conseguir hacerse con un hueco en el corazón de los aficionados, ya que la variedad de estilos y personalidades harán que nos sintamos ante un plantel muy completo.

Poco que decir al respecto de los combates, ya que el sistema poco evolucionó a lo largo de la historia de la saga, y por todos son conocidos los combates por turnos que son su seña de identidad. No obstante, se permite a los jugadores la posibilidad de elegir entre este sistema clásico y uno llamado Active Time Battle, con el cual los combates son más rápidos y dinámicos.

A pesar de la sencillez, no podemos negar la gran capacidad de diversión que ofrece el juego en estos momentos de acabar con nuestros rivales. Una amplia gama de opciones, escasas a priori, pero que van aumentando con el transcurso de la historia. Magia, ataques directos, invocaciones, ataques combinados, usar objetos, defenderse... cuando llegue el momento de cada personaje, tendremos una variedad a elegir, siendo esencial el tener una buena táctica pensada para cada tipo de enemigo.

Y es que a aquellos que estén poco acostumbrados a este tipo de juegos, se encontrarán con una cierta dificultad a la hora de afrontar Final Fantasy IV, ya que para cada tipo de rival tendremos que descubrir sus puntos débiles y utilizar ese tipo de ataque directamente. Es decir, un zombie puede ser muy débil contra el fuego, y casi ni inmutarse ante cualquier otro tipo de ataque mágico o físico, por lo que intentar acabar con él de otra forma resulta inútil.

También se han retocado las imágenes de los personajes, y con respecto a la versión americana del juego en Super Nintendo hay bastantes cambios, como que no está simplificado el juego o las formaciones delanteras y traseras de los personajes en los combates. De este modo, esta nueva entrega es más fiel al original japonés de Super Famicom.

Otras novedades mayores respecto a la versión que tantos años tiene ya sobre sus espaldas incluyen nuevos enemigos finales y dos nuevas mazmorras. También, hacia el final del juego, podremos reclutar nuevos personajes para nuestro equipo o disfrutar de varios minijuegos bastante entretenidos. Como alicientes extras, tendremos un completo bestiario de las criaturas del juego, así como la posibilidad de escuchar la banda sonora.

Ligeramente mejorado con respecto a la entrega de Super Nintendo en el terreno visual, Final Fantasy IV se mantiene de forma solvente, con un acabo llamativo, lejos de grandes juegos de la portátil, pero un notable representante de las capacidades de la portátil. Animaciones trabajadas, buenos diseños de personajes con un toque antiguo, y algunos efectos de luz cumplidores.

En el apartado sonoro, podremos disfrutar otra vez de la obra de Nobuo Uematsu, al alto nivel que le caracteriza. Desgraciadamente, algunas melodías han sido víctimas de un remix que las ha destrozado levemente. Efectos sonoros a un buen nivel, pero que suenan por momentos un poco retro, con el peso de los años encima. En líneas generales, la ambientación de FFIV Advance está bastante lograda, manteniendo la esencia del clásico con algunas mejoras.

Sencillo y directo, FF IV es casi perfecto en el apartado jugable. Es fácil hacerse con los controles, y las nuevas inclusiones en el juego le hacen ganar en interés. Por si fuera poco, la historia es digna de seguir hasta el final, y el carisma de los personajes les hace muy llamativos. Pena que no sea el RPG más largo, con una duración que puede situarse sobre las 20 horas.

Esto dependerá, principalmente, de si se ha disfrutado del juego o no con anterioridad, y si se sabe qué hacer en cada momento o se debe indagar en nuestra primera incursión en el título. A pesar de todo, el juego se vuelve atractivo para todos, incluso para los que ya lo conocen, gracias a las novedades que ofrece. Además, el título de Super Nintendo no llegó a atravesar nuestras fronteras, lo cual hace que este juego gane en interés.