Salva a la humanidad... otra vez.

Han pasado muchos años desde que Hubert Chardot se sacara de la chistera Alone In The Dark, una fantástica producción de Infogrames que fue la puntilla de un género basado en el terror y la exploración que hasta la llegada de PSX y la saga Resident Evil, nunca antes había experimentado un aluvión de títulos semejante.

Es extraño pues, que en tan solo 6 años se haya explotado de tal forma un sistema de juego que prometía meses de diversión y que siempre dejaba la puerta abierta a posibles novedades y cambios que de forma estrepitosa se fundieron en algo más de un lustro. De modo que la propia Capcom gastó toda su artillería de ideas en dos series que ya empiezan a vislumbrar el ocaso, además de haber formado una base muy sólida a mucho más títulos que han intentado sin éxito acercarse a la obra magna de Shinji Mikami.

Aunque como siempre, las mujeres han gozado en esta generación de un amplio elenco de compactos que las han afianzado en el más alto escalón de esta industria gracias, entre otras tantas, a Joanna Dark y sobretodo la mujer celuloide Lara Croft. De esta forma Kronos ha creado un híbrido con dos de las ecuaciones que más logros han surtido en estos tiempos del entretenimiento electrónico, buscando una luz que les aleje de sus malos momentos creando beat'em ups de discretísima calidad, y que no han hecho más que nublar el pasado de este pequeño grupo de programación con mucho talento.

Pues este oportunismo de la compañía estadounidense dio como fruto una de las aventuras más laureadas del catálogo de la gris de SONY, amén de una ambientación tétrica y oscura, una sensual protagonista, y un montón de armas a la disposición del jugador con tal de hacer trizas a todos los enemigos que iban surgiendo en su periplo particular.

El primero de los cambios que vamos a notar es la creación de una sórdida trama que nos sitúa en las investigaciones de científicos de los cuatro puntos cardinales en la búsqueda de la totalidad de la cadena de ADN y de un 3% todavía encriptado. Los experimentos respecto a estos cromosomas han dado resultados siempre negativos, lo que ha llevado a la sociedad intelectual denominarlos por consenso como "Retro Helix", células que según sus previsiones son reliquias de nuestro pasado. Pero tras la solución del SIDA amén de este descubrimiento, y la difusión total de él, ha hecho que equipos médicos clandestinos hayan vuelto a hacer brotar una epidemia que responde al nombre de EINDS (Environmentally Induced Nucleotides Degeneration Syndrome), y que ya a inicios del siglo XXI causó más de 700 millones muertos. Se especula que el origen del mal es consecuencia directa de la manipulación de nuestros genes, pero mientras la medicina sigue enfrascada en la recerca del foco, la plaga se está erigiendo como el comienzo del fin de la raza humana.

A esta situación límite accederán los cuatro protagonistas de la aventura, y es precisamente en este aspecto donde se filtra el carácter adulto y limitado de Fear Effect, debido, aparte de la violencia explícita y el gore, a que las dos protagonista mantienen entre sí relaciones de sodomía lésbica.

Rain Qin: La vida de la otra fémina del compacto ha convergido en los últimos años con Hana. Las dos se encontraron por primera vez en el templo de Jing Sun, donde la muchacha rubia de no más de 18 años quedó inconsciente a causa de un golpe sufrido en el santuario. A partir de aquel momento, Tsu decidió cuidar de ella hasta que recuperase el conocimiento. Pero una vez despertó de su letargo, las dos comenzaron a mantener una relación estrecha, demasiado estrecha como para separarse...

Royce Glas: Royce fue uno de los máximos capataces de un cuerpo militar de los Estados Unidos, y afín al servicio de investigación de la CIA. Es justamente por ello que el caloforniano es un experto en armas de última tecnología y en servicios de inteligencia. El memorando acumulado en todo el tiempo que estuvo a las ordenes del gobierno norteamericano le ha curtido en mil batallas, y le ha convertido en uno de los prófugos más buscados a causa del gran material de suma importancia y de alto secreto que tiene en su haber. Actualmente se gana la vida recibiendo una ostentosa cantidad de dinero por cualquier tipo de encargo, sea o no, ir en contra de la ley que tantas veces había defendido.

Jacob "Deke" Decourt: Pese a ser el más veterano del grupo, Deke es un psicópata adiposo y con un donaire que atrae irremediablemente a las mujeres en contra de su poco estilizado cuerpo. Este australiano de 32 años ha convivido desde pequeños con la oscuridad, la carretera, y los contratos que le han obligado a asesinar a sangre fría. Dada su violenta naturaleza, acepta cualquier empleo que le sirvan para realizarse consigo mismo y le hagan sentirse superior al resto de mortales. Disparar a bocajarro es una de las experiencias más reconfortantes que ha tenido...

En FF2, con tal de hacer la travesía más amena, nos vamos a encontrar con múltiples tipos de armamento: el primero de ellos está basado en los combates o pendencias cuerpo a cuerpo, y que en el juego responde el nombre de "Melee", de entre cuyas características destaca que cada personaje tiene su propia forma de atacar. Por ejemplo, Hana será la única capaz de levantar las piernas y patalear al aire, Rain hará algo similar con sus brazos con la ayuda de un cuchillo, o en su caso, Deke se cubrirá los nudillos con un trozo de metal con tal de producir más daño a sus adversarios. Por otra parte, tendremos en nuestro inventario la posibilidad de recurrir a artilugios más contundentes como es el caso de las pistolas, rifles de asalto, escopetas, "uzis", un descargador de energía llamado EMP, "rocket launchers", lanzallamas, o "sub machine guns". Ya produciendo efectos más devastadores, destacan un brazo mecánico con un tambor rotacinal de uso militar, el RL-880 que es la evolución definitiva del clásico lanzacohetes, o el Sonic-Boom, productor de una bola de alto voltaje capaz de calcinar a cualquier engendro.

Hay una diferencia muy notoria entre el juego distribuído por Proein, y el resto de "Survival Horror" como RE, Evil Twin, o Galerians: la estética. El aspecto y diseño tanto de los decorados como de los personajes está envuelto en aires "cyberpunk" que se acerca mucho más a largometrajes de ciencia-ficción como Matrix o Blade Runner, que a un mundo más orientado hacia la penumbra. Solo por ello la aventura es una excusa perfecta para introducir violencia explícita por doquier, sangre, y efectos de luz varios que inciden de forma directa sobre el cuarteto de los humanos que podremos maniobrar. En este plano se mueven algunos claroscuros que también influyen en todo momento en la situación de Jacob, Royce, Rain y Hana.

Cambiando de tercio, los responsables de los malogrados Cardinal Syn y Dark Rift, se han jactado de crear niveles mucho más vivos que el resto de compactos de terror. De modo que en algún que otro momento podremos ver elementos móviles que poco afectan a la jugabilidad, y que sin embargo, dejan un sabor agridulce a los que hayan estado esperando por salir de los rígidos Koudelka o el recurrente Resident Evil. De todas formas, los constanes cambios de localización trasladándonos a entramados de acueductos bajo la ciudad de Hong Kong, reuniones de científicos y altos cargos del estado, la tumba de Xi'an (también denominada la cocina del infierno), una isla centenaria con el legado del Pagoda chino en la superfície, el desierto de Afganistán, o un infierno de lo más particular, han conseguido inyectar a cada marco visual una calidad gráfica impresionante que rebasa el listón implantado por la primera entrega.

Las partituras que impregnan todas los cortos que engarzan la acción contienen claras reminiscéncias a los sonidos étnicos orientales mezclados con toques más actuales y electrónicos. De hecho, y especialmente en las secuencias más relevantes, el tono otorgado a la música evoca en muchos aspectos a las superproducciones cinematográficas por sus aires superbos y airados, aparte de una reproducción que no tiene nada que envidiarle a los estudios norteamericanos del séptimo arte.

En cuanto a la acción, y debido al uso obligado de melodías pausadas y tenebrosas, la media en si decae por culpa de poca variabilidad o porqué en ciertos escenarios su presencia se hace excesivamente cuestionable. Simplemente está presente en los momentos en que se la requiere y se limita a llenar algunos vacíos sonoros sin alardear en exceso de las capacidades de PS One.

El haber usado actores profesionales de doblaje ya es una garantía de calidad. Lo mejor es que una vez los diálogos empiecen a circular por los altavoces al compás de los labios de los protagonistas, quedarás absolutamente atrapado por su capacidad de convencer y por la armonía casi perfecta con que discuerren voces e imágenes.

Respecto a desarrollo del juego, destacan los pasos sobre diferentes tipos de superfícies, el cambio de FX entre cada una de las armas, e incluso algunos balbuceos que se escapan de vez en cuando en los momentos más calmados del juego. A tenor de ello, Fear Effect consigue crear una genial atmósfera tensa y parsimónica.

El estilo con que ha dotado la desarrolladora afincada en Estados Unidos al "surfeo" por los menús no deja de ser curioso. Ciertamente es una buena idea el tener siempre presente, y de forma muy sencilla, cuales son los objetos que hemos recopilado a lo largo de la aventura. Sin embargo, puede llegar a resultar algo engorroso la obligación de repatearse de arriba a abajo un índice repleto de gagdets, armas, y llaves, y lo peor de todo, es que no hay forma de ordenarlo a nuestro antojo o verlo desde un menú más bien estructurado. Por lo menos, si consigues llegarte bastante lejos, la cosa comenzará a fluír con total normalidad y recurrirás con suma destreza y de forma totalmete automatizada por tan simple interfaz.

Uno de los ámbitos más irregulares de Fear Effect 2 radica en las secciones de acción pura y dura. Precisamente, el favor que te otorga el apunte automático o la paupérrima Inteligencia Artifical de ciertos elementos, no son más que un espejismo de lo difícil y repetitivo que puede llegar a ser. El medidor del miedo, aparte de un alarde por parte de los desarrolladores, hace un efecto sobre estas escenas de controversia muy reconfortantes. Por ejemplo, cuando nuestro marcador se decolora hacia una tonalidad roja, la fuerza con que arremeteremos contra el enemigo será mucho mayor que si, por otra parte, estamos más calmados. De todas formas, el estar siempre tembloroso por lo que pueda suceder nos imposibilitará apuntar con precisión. La mejor forma de mantenernos mansos y sin perturbarnos en demasía, es resolver puzzles constantemente sin perder tiempo, o eliminar rápidamente a los enemigos que se van plantando ante nuestros progresos.

Puede que los más puristas seguidores del género se alegren al saber que gran parte de las misiones y obstáculos que nos plantean se basan estrcitamente a contestar adecuadamente unas cuantas preguntas, pisar baldosas en un orden preestablecido, o colocar llaves de un mismo color en su puerta correcta. A veces también estaremos obligados a descragar imágenes de cámaras de video siguiendo una secuencia precisa y rápida de punteos en unas cuantas teclas, usar algúnos de los items sobre diferentes tipos de entradas, mover fusibles a su lugar idóneo, y hasta es probable que derrotar a unos cuntos "Final Bosses" siguiendo unas limitadas pautas con que eliminarlo. Posiblemente esté compuesto por una variedad enorme de formas diferentes de avanzar en la aventura, y los cambios que efectua sirvan como único aliciente para engancharte a él irremediablemente... pero en realidad no tiene porque ser siempre así. El juego es muy largo, y algunas veces te da la impresión de que has hecho exactamente lo mismo pocos metros atrás, y de hecho, cualquiera que haya jugado a un compacto del estilo se dará cuenta que no aporta absolutamente nada con sabor a nuevo. Es una auténtica pena que algunos detalles como los relevos de personajes, el luchar contra monstruos transparentes, reyertas con tus "egos" endemoniados, o colarse por algúna puerta usando un alfiler, no sean suficientes como para devolvernos nuestra primera impresión de refrito.

Fear Effect 2 no tiene término medio: o lo odias o lo amas. Pero hay que situarse desde los dos puntos de vista y comenzar a enumerar cuales han sido los errores que ha cometido Eidos en esta secuela tan pomposa y que a la postre, acaba significando un "deja vú" de lo que en su tiempo nos motivó su primogénito. Es una pena que se hayan limitado a reciclar muchos de los puzzles, escenarios y esta lúgubre trama con tintes infinitamente más violentos que antaño. Pero los cambios efectuados en la superfície no han afectado para nada la raíz, y ese es precisamente el pecado más notorio con que nos hemos encontrado.

El estar jugando a "más de lo mismo" no ha terminado por colmar nuestras expectativas. De hecho, tanto Dino Crisis como Resident Evil también han sido víctimas del egoísmo de sus responsables en detrimento de la originalidad, y eso, aunque nos pese, nos obliga a ser algo más rigurosos en cuanto a la valoración final. No es que sea un mal juego, incluso ha quedado patente que si Retro Helix se hubiera vendido sin estar escoltado por tan fantástica primera entrega estaríamos hablando de una obra de arte. Lo que desemboca en que solo los más acres seguidores del "Survival Horror", o los amantes de esta miniserie de títulos podrán gozar en su máxima plenitud. Una joya en bruto a la que le pesa demasiado su glorioso pasado...