Efímero renacer

Medio año después de que F.E.A.R. 2 nos dejase con un buen sabor de boca y, sobre todo, con un final demasiado abierto, nos llega Reborn, la primera expansión de la última obra de Monolith. Al igual que la primera parte contó con un par de paquetes adicionales (Extraction Point y Perseus Mandate), era de esperar que el subtitulado Project Origin se viese agraciado, antes o después, con material similar en algún momento. No obstante, Reborn no ha sido lo que esperábamos; tal vez el listón estaba demasiado alto con las expansiones del original, o el nuevo formato de PSN y Xbox Live impone nuevas necesidades, pero estamos ante un capítulo que no aporta demasiado y se acaba de forma bastante prematura.

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El principal problema de esta expansión es el que ya nos hemos encontrado en otros productos generales durante esta generación: su muy escasa duración. Si en la entrega anterior hablábamos de capítulos adicionales con duraciones de cinco o seis horas, Reborn nos ofrece diversión durante una hora escasa. Y eso es lo peor, porque el término es inmejorable; esta nueva misión es muy divertida, en parte gracias a que reutiliza todos los elementos de un buen juego, pero se acaba demasiado rápido y, cuando llegamos al final, da la impresión de que hemos estado sólo en un par de enfrentamientos armados. Todo se pasa en un suspiro, y nos deja con ganas de más, sobre todo por lo apurado que se antoja el interesante argumento.

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Se trata de un capítulo adicional, compuesto por cinco nuevos intervalos, en el que encarnamos a un miembro del ejército de réplicas. Nuestro nombre es Foxtrot 813, y estamos cerca del inicio del juego normal, realizando incursiones para limpiar la zona de enemigos. Sin embargo, pronto empezamos a oír voces; nos dicen que nuestros compañeros son sólo fantasmas, que acabemos con todo el mundo dado que no podemos fiarnos de nadie, y que nos dirijamos a la zona del cráter. Si bien este capítulo no tiene demasiada importancia dentro del argumento que ya vivimos, sí que sirve para ampliar la experiencia y tener una mejor comprensión de algunos elementos de la historia. Desgraciadamente, no continúa a partir del final, por lo que todas las numerosas incógnitas seguirán en el aire.

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Como ya hemos dicho, bebe todo cuanto puede del título original, por lo que nos encontramos el mismo acabado técnico, tanto a nivel visual como sonoro, así como una jugabilidad idéntica. Eso sí, se ha modificado ligeramente el interfaz, dado que somos una unidad de combate diferente y nuestro visor tiene matices diversos; en gran medida, es una forma mucho más cómoda de presentar la información crucial en pantalla, con la munición, la vida, los escudos y botiquines indicados de manera mucho más precisa y fácilmente comprensible con una simple vistazo. Al igual que el original, podremos determinar el nivel de dificultad y la jugabilidad es precisa, propiciando esa diversión que comentamos anteriormente.

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También se repiten algunos escenarios (los que no repiten son demasiado similares a otros, por lo que no supone una gran ventaja), así como todos los enemigos y las dinámicas de juego. Empezamos el capítulo pilotando un mecha, y posteriormente nos abrimos camino a pie, utilizando armas como escopetas, metralletas, rifles de asalto, granadas, o algunas más intensas como la pistola de clavos. Todo sigue igual, aunque hay que destacar que las apariciones de Alma son muy secundarias; tan sólo tiene un par de ellas y parecen estar más por cumplir el expediente que por verdadera necesidad argumental. No obstante, el conjunto es bastante satisfactorio, sólo que se antoja excesivamente escaso, con nula innovación y una duración ínfima.

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