Una experiencia estelar.

Far Gate es ante todo un juego de estrategia en tiempo real 3D ambientado en el espacio. Otro Starcraft, dirán algunos, otro Homeworld, dirán otros. Pues no; Far Gate es la evolución y convergencia natural de ambas tendencias en un juego fresco que nos proporciona los suficientes tópicos como para dejarnos satisfechos al tiempo que innova de una manera original y sorprendente que no dejará indiferente a nadie.

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La historia responde a la épica tradicional al uso en el género: Unos valientes colonos llegan a su destino después de largos años de viaje para establecer una colonia en un lejano sistema solar. La llegada no puede ser más desastrosa: El planeta a ocupar demuestra estar saturado de un gas tóxico para el ser humano y el viaje parece no haber sido más que una tapadera de los militares para conquistar unos agujeros de gusano presentes en el sistema. A la decepción se une otra desagradable sorpresa: Una hostil especie alienígena, adaptada a vivir en el espacio, no parece acoger con muy buenos ojos nuestra llegada. Los acontecimientos se van a precipitar entremezclando la conquista, la supervivencia de la colonia, una guerra civil en toda regla y una extraña alianza con los Nue-Guyen (la especie inicialmente hostil) que nos meterá de lleno en un conflicto en el que participa otra especie más, unas formas de vida cristalinas de extraño poder.

Desde luego, la historia es una muy buena y entretenida excusa para desenvolver una trama cuidada y absorbente, con buenos muy buenos, malos muy malos y sorpresas en el camino. El juego, fresco y brillante, dice mucho a favor de los muchachos de Super X Studios. Un motor gráfico de manufactura propia sirve de marco ideal a la acción, permitiendo poner en pantalla enormes y vistosos sistemas estelares por los que nos moveremos con completa libertad, con planetas de todo tipo, nubes de polvo y gases, cinturones de asteroides, cometas y objetos de todo tipo que unas veces serán meros escenarios y otras el lugar de confrontación, proporcionándonos interesantes posibilidades para probar nuevas tácticas y estrategias.

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El sistema de juego es familiar: Tendremos bases desde las que centralizaremos la recogida y procesado de recursos y en las que construiremos nuestras naves, que organizaremos en escuadrones para lanzarlas a la acción. El interfaz de manejo es original y muy útil, facilitando mucho el manejo del ingente número de naves que podemos llegar a tener y el sistema de cámaras responde a los propósitos de ser de manejo intuitivo, ágil y vistoso.

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El trabajo de texturas ha sido cuidado hasta extremos preciosistas y en modo de alta calidad resulta fantástico. Todo es colorista, luminoso y espectacular, aunque tal vez por ello todo tenga un aspecto más tirando a los dibujos animados que al realismo, lo que no parece accidental sino el propósito original de los diseñadores. Claro está, hay un precio en forma de una avidez de memoria a veces excesiva.

El apartado sonoro está a la altura del resto pero no resulta tan espectacular y sorprendente, aunque es definitivamente bueno, con efectos realistas y que crean un ambiente excelente. Comentario aparte para las músicas, que en algunas ocasiones no pueden ser definidas más que como extrañas, con un aire, de vez en cuando, a la música de sintetizador de finales de los 60 principios de los 70. Muy 'espaciales' en todo caso.

Las 'cinemáticas' o escenas de transición se resuelven tirando por la calle de en medio: Para los personajes, nos aparece un icono con la imagen del mismo al lado de su diálogo, mientras que para las escenas que involucran naves o elementos del espacio circundante se emplea el mismo motor gráfico, que da mucho de si.

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Es un apartado digno de consideración, la IA de Far Gate: El enemigo no lucha a lo kamikaze, sino que se reagrupa o retrocede y exhibe tácticas de grupo que nos obligarán a buscar nuevas formas de combatirlo. También, por supuesto, podremos usarlo en su contra para organizar emboscadas, usar cebos para distraerlo o llevarlo a terreno donde su comportamiento sea más un inconveniente que una ventaja. Claro que esto tampoco será fácil, pues muchas veces seremos nosotros los que acabemos siendo arrastrados a terreno desfavorable o veremos como nuestro enemigo aprovecha mejor que nosotros las características de los diferentes sistemas solares.

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Particular mención también para la física del juego, que responde a lo que uno espera de las batallas espaciales y de paso nos recuerda conceptos casi olvidados por el género pero que son la más pura realidad, como los movimientos relativos en el espacio, la inercia, la gravedad y las órbitas que provoca o, como apoteosis final, el efecto de curvatura espaciotemporal provocado por un agujero negro.

Otro punto a favor es sin duda el interfaz de juego y las cámaras, resueltas con una elegancia y una simplicidad que hacen del manejo de este juego toda una experiencia, dándonos en todo momento control total sobre la flota y los diversos escuadrones que formemos y permitiéndonos saltar con la cámara de un extremo a otro del sistema solar con toda rapidez y precisión, tanto para planos generales como para observar detalles pequeños.

Los fallos de jugabilidad son dos y ya han sido mencionados: El primero, demasiada avidez de memoria que resulta en que el disco rasque más de lo que sería debido (en ocasiones mucho más de lo razonable), con tiempos de carga de partidas grabadas salvajes. A este efecto, realicé un experimento interesante: Llené un montón de escuadrones de naves lanzamisiles y las lancé todas a la vez contra un mismo enemigo, provocando que a los centenares de naves que había ya en el escenario se uniesen otros centenares de misiles, con sus sistemas de partículas para la llama del reactor. El resultado, digno de formar parte de una prueba de resistencia para discos duros y el juego totalmente paralizado por la carga. Afortunadamente, desde Super X Studios ya me ha sido confirmado el próximo lanzamiento de un parche para lidiar con este problema y solventarlo.

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Elabora tácticas de distracción para atraer al enemigo si ves que van a atacar tus posiciones antes de tiempo; ellos tampoco pueden ver a distancia, así que atráelos lejos de tus bases para que luego pasen más tiempo buscando. En el tema tácticas, es interesante también usar combinaciones de unidades; por ejemplo: Las sondas tienen un enorme rango de sensores pero no capacidad ofensiva, mientras que los bombarderos tienen una rango de sensores pequeño pero un alcance y potencia de fuego inusitados. La combinación es evidente: Marca al enemigo con una sonda para poder verlo (pero fuera de su rango de alcance) y ataca con los bombarderos desde lejos; no sabrán qué les está golpeando.

No subestimes las unidades pequeñas; el número las hace poderosas. Un escuadrón de veinte cazas ligeros tiene una potencia de fuego combinada capaz de reducir a moléculas a naves grandes en poco tiempo. Eso sí, si te los diezman la cosa se pondrá fea.

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Las formaciones en Far Gate no son un decorado; están para usarlas. Atacar a un Kraken con veinte cazas puede parecer una buena idea hasta que éste empieza a escupir sus nubes de plasma ardiente, momento en el que perderemos a una cuarta parte o más de nuestro escuadrón en segundos. Sin embargo, si establecemos una formación muy dispersa, el ataque del Kraken, potente pero lento, dañará una de nuestras naves mientras el resto dan buena cuenta de él.

Los bombarderos son tremendamente potentes, aunque lentos. Su amplio alcance, muy superior al rango de sensores del enemigo, permite desatar auténticas tormentas de misiles sobre el objetivo y destruirlo antes incluso de que puedan hacer fuego sobre nosotros. Su uso inteligente provocará estragos en las filas contrarias.

Y para finalizar con la 'lección', aprovecha toda la potencia del excelente interfaz de juego de Far Gate. Es realmente útil y rápido y nos permite organizar nuestra flota de manera óptima y mover las cámaras por todo el sistema solar de forma rápida y eficiente. No te olvides, por supuesto, de disfrutar de las vistas.

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