Excitebike

Muchos años han pasado desde que ExciteBike triunfase en la ya casi olvidada NES. La serie de viejos clásicos que Nintendo nos ofrece para GBA nos lo trae de vuelta... preparad los motores.

No es un Zelda, no es un Super Mario Bros., y tampoco se puede considerar un Donkey Kong. Su éxito no ha sido comparable a ninguno de estos títulos que os acabamos de citar, pero sin embargo, al igual que en el análisis de la semana pasada en el que os ofrecíamos una crítica de Ice Climber, Excibike fue muy importante en su momento.

Casi desde que las consolas empezaron a aparecer, los juegos de conducción, ya sean de coches o de motos, han sido siempre uno de los pilares más importantes y pedidos por los videoaficionados. Gran Turismo supuso, y aún supone el reto a superar de nuestra era. En motos hay otros tantos ejemplos, pero donde allá triunfó Excitebike no ha conseguido triunfar otro juego.

Bajo unos gráficos increíbles para su época, el primer editor de circuitos de la historia, y con un sistema igual de simples que todos los de la época, Nintendo nos ofrecía un auténtico vicio para aquellos que amasen la adrenalina de conducir en un circuito de tierra con motos de cross.

Hoy se nos ofrece la posibilidad de recuperar un clásico. Un juego que, al igual que sucede con todos los de esta serie, se puede catalogar tanto de indispensable como de innecesario.

Comenzando un género

Si de algo se puede catalogar Excibike es de juego simple. Cinco circuitos, todos con un diseño gráfico similar pero que da la talla de forma aceptable en nuestra GBA, con un sistema de control basado en apretar A o B en pos de la velocidad que queramos conseguir.

Al pulsar el botón B podremos ir más rápido a modo de turbo, pero nuestra moto se sobrecalentará hasta sufrir un leve parón, el suficiente para que se vuelva a enfriar y así poder seguir compitiendo. Aunque no sólo se trata de mantener el aparato templado, también hemos de combinar la habilidad de nuestros dedos con la cruceta.

Esto sucede puesto que podremos inclinar nuestra moto a nuestro antojo pulsando el botón izquierdo de la cruceta. De esta forma, podremos saltar más o menos dependiendo de la montaña que tengamos por delante. Al aterrizar podremos sufrir caídas que nos privaran de unos segundos muy valiosos, por lo que esta faceta es tan importante como la que os acabamos de explicar referente al calor.

¿Un editor? ¿Qué es eso?

Algo nuevo, novedoso. Algo que nunca se había visto hasta el momento. Excibike comprendió más de una disciplina nueva dentro del mundo de los videojuegos, y dio pié a una de las modas más importantes que los aficionados casi exigen; los editores de circuitos o mapas.

Muy simple, pero también divertido. Ante la escasez de circuitos se creó un modo en el que podemos crear un mapa a nuestro antojo, situando los elementos fundamentales, es decir, las montañas de tierra y demás donde nosotros queramos. De esta forma podremos correr como nosotros queramos, con una dificultad que vería según nuestro propio criterio.

El editor, a fin de cuentas, es muy simple, pero lo suficientemente completo como para que el juego nos dure más de un asalto si lo queremos terminar lo antes posible. Y esto suele pasar, porque consigue enganchar. Nos encontramos de nuevo ante el mismo dilema de siempre...

Un port exacto

Los demás apartados del juego, tanto el gráfico como el sonoro siguen intocables. Ya en su día dijo mucho ofreciendo una calidad más que notable en NES, y hoy ha llegado a GBA para seguir ofreciendo más de lo mismo. Coloristas, poco detallados, pero mejores que los que pudimos ver en otros juegos como Ice Climber. Un primer guiño a la nueva generación.

El sonoro no contiene nada especialmente destacable. El sonido de los motores con un ruido muy primitivo, y la música que podemos oír a lo largo del juego. Todo muy básico, aunque respetado de la versión original.

¿Para nostálgicos?

La situación vuelve a ser la misma: un juego divertido, con sus más y sus menos, pero que a nivel jugable y gráfico no ofrece nada a quien busque algo realmente nuevo. No podemos hacer otra cosa que recomendar el juego a nostálgicos, no se ha innovado nada en el juego, por lo que estamos ante un port exacto.

Aún así, y por tercera vez consecutiva, os recordamos que la nota se ha otorgado en pos de lo que significó en su día. El precio es algo elevado para tratarse de un sólo juego, pero también hay que reconocer que el esfuerzo se ha hecho para que todo el mundo pueda disfrutar de los juegos que tan difíciles son de conseguir originales en NES.

El resto de las críticas han de estar basadas en el juego en sí. Algo bastante complicado, teniendo en cuenta que este tiene ya más de diez años, y criticarlo no tendría sentido alguno.