Cambio moto por todoterreno

Siguen llegando títulos de lanzamiento. Es decir, que acompañaron el desembarco de Wii en otros continentes y que se retrasaron concienzudamente para que en lugar de pegarnos el atracón navideño recibamos poco a poco lo que dio de sí esta primera hornada. Le toca el turno a Excite Truck, que pese a que Wii ya dispone de algunos títulos de conducción, es este sin duda el que puede hacer que muchos usuarios de la máquina se animen con el género de la velocidad.

Las premisas son las mismas que el resto de juegos en los que nos ponemos a mandos del Wiimote. Basta con girarlo 90º hacia la derecha, sujetarlo en horizontal entre las manos, y a correr. Como decimos, es una mecánica algo repetida en muchos títulos, pero por primera vez tenemos la sensación de que el resulta es más o menos el deseado. Y una vez más, es un juego de desarrollo interno el que tiene que hacerlo, pese a los intentos de terceras compañías por lograrlo.

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El juego comienza en el tutorial de obligado cumplimiento si queremos hacer algo decente en las primeras vueltas. Divididos en varias categorías según su complejidad, aprendemos a acelerar pulsando el 2, frenar con el 1, activar el turbo con cualquier dirección de la cruceta, conseguir saltos más largos acertando justo en el momento de activar el nitro, caer con las cuatro ruedas para ganar más velocidad durante unos segundos…

Siempre debemos superar una curva de dificultad con el Wiimote. Empieza algo acusada, buscando constantemente la inclinación neutra del mando para que consigamos ir en línea recta y no de lado a lado. Pero pronto aprendemos a esquivar árboles y dirigirnos a las rampas justo por el centro. Algunos echarán de menos -y con razón- alguna opción menos arcade en el control, que permitiera mayor precisión. Es decir, un control clásico, normal. Que dieran a elegir.

Divididos en cuatro categorías y dos dificultades -la cuarta copa sólo está disponible en modo difícil-, se nos presentan circuitos montañosos, rocosos, isleños e incluso inspirados en La Gran Muralla China -y con un poco de pericia podremos correr sobre ella-. Pese a que en varias pruebas se repita el mismo circuito, los trazados de uno a otro son radicalmente distintos, sobre todo por una de las piezas más interesantes del juego: alterar el circuito en tiempo real.

Porque esa es la 'moneda de cambio' de Excite Truck. Las estrellas. Se consiguen de mil maneras. Derrapando, haciendo saltos largos, encadenándolos, golpeando a otros vehículos, sacándolos de la carretera, activando turbos en los momentos oportuno, saltando a través de aros que encontramos suspendidos en el aire, pasando muy pegados a los árboles, ejecutando piruetas… Desde el mínimo de una estrella hasta un máximo de cinco cuando la acción se convierte en 'súper'.

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Al principio costará hacer cuarenta o cincuenta estrellas por carrera, pero casi sin darnos cuenta seremos capaz de superar las doscientas. Y esto influye exponencialmente en la diversión de las carreras. Realmente existe un umbral en el que la competición pasa por correr bien a hacer todo tipo de derrapes, saltos y golpes imposibles, encadenarlos con maestría y saber que para conseguir el mayor número de estrellas no siempre es bueno ir en primer lugar durante toda la carrera.

Como comentábamos antes, no hay velocímetro, sino una barra de turbo. Mientras lo mantengamos activado, no parará de subir, avisándonos con un claro 'warning' que el motor está muy caliente. Si nos pasamos y lo recalentamos, no podremos usarlo durante un buen tiempo -como curiosidad, sonara en el altavoz del Wiimote como si hubiésemos roto el motor-. Podemos hacer que la temperatura del coche baje más rápidamente si estamos en el aire o si pasamos el coche por el agua. Usar estos dos factores inteligentemente será fundamental en las carreras más difíciles.

Siguiendo con el aspecto gráfico, se nota que es un juego de lanzamiento, con detalles por limar. Sin embargo, el conjunto es sólido por dos razones, razones absolutamente fundamentales en estos juegos y que son los pilares de este apartado: el framerate y la sensación de velocidad. Es cierto, las texturas no son todo lo elaboradas que debieran, hay lugar para más polígonos y los coches carecen de ciertos detalles. Pero donde acierta de pleno es en la constante tasa de frames y su excelente sensación de velocidad. Frenético, intenso, fugaz. Esa es la esencia.

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Deberíamos estar hablando del típico título a lo Mario Kart DS, al que volver a jugar cada cierto tiempo para picarnos con algún amigo o desconocido y echar unos minutos divertidos. Aceptamos como buena la estrategia a seguir por la compañía de que su online sea sencillo, seguro y gratuito, pero esperemos que estas tres premisas no tengan consecuencias como esta, que buenos juegos se vean privados de esta posibilidad sin razón aparente.

Ni tan siquiera el modo multijugador a pantalla partida sacia nuestra sed de competitividad. Olvidaros de competir hasta cuatro amigos, sólo podremos correr contra otra persona. Y además, será un cara a cara, los habituales seis coches por carrera desaparecen. No hay lugar para la CPU. Y ya que toma prestado el nombre del Excitebike, ¿por qué no incluye el editor de circuitos que éste si tenía?

También parece que la realización de las piruetas en el aire ha sido un añadido de última hora. Sólo podemos hacer que el coche realice giros de 360º hacia la derecha o hacia la izquierda, siendo particularmente engorrosa su ejecución y dificultando en exceso un buen aterrizaje. Poco pulido y nada grato. Un intento fallido que para una futurible secuela deberían centrar gran atención.

Pero no nos engañemos, en un primer paso, pero aún queda lejos de lo que pueden ofrecen otras máquinas y desde hace años. Aquí sólo elegimos que se reproduzcan por orden o aleatoriamente, sin poder optar por reproducir carpetas invididuales o almacenarlas en la memoria interna. Tiempo al tiempo.

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