Europa Universalis: Rome
- PlataformaPC8
- GéneroEstrategia
- DesarrolladorParadox Interactive
- Lanzamiento04/06/2008
- TextoEspañol
Alta estrategia romana
El juego de simulación histórica y estrategia global en tiempo real ha vuelto, en esta ocasión ambientado en los tres primeros siglos del crecimiento de Roma como nación antes de la llegada de los emperadores. Revive la dorada época de la nación romana y reconstruye la historia a tu gusto!
Cuando uno tiene en su poder la caja del juego Europa Universalis: Roma, casi se puede hacer una idea de lo que va a encontrar en su interior. El tamaño ya de por sí es superior al del clásico estuche tipo DVD simple o doble y lo mismo ocurre con su peso; además, un breve pero conciso eslogan reza en la parte superior derecha dejando entrever que no estamos ante un producto para todos los públicos: 'alta estrategia histórica'. Pero afortunadamente, detrás de toda la aparente pompa, se esconde un juego de verdad y de los buenos.
Deliberadamente hemos querido retrasar el análisis del título de Paradox Interactive para poder empaparnos en él y disfrutarlo en toda su extensión, pues no estamos delante de un producto sencillo en ninguno de los sentidos de la palabra. EU: Roma es complejo, denso, inteligente, exigente, en algunos casos menos intuitivo de lo que debiera, largo como pocos, rejugable hasta la saciedad, múltiple en cuanto a sus posibilidades y satisfactorio como pocos. Europa Universalis no deja indiferente a nadie.
Para todos aquellos que no conozcan de qué va la serie, decirles que estamos delante de un juego de estrategia política, diplomática, militar, tecnológica, religiosa y expansionista: todo en uno. Todo esto sucede en un ambiente de tiempo real, o digamos por lo menos que puede gestionarse en un proceso de tiempo real, pero también podemos - y deberemos - pausar el tiempo en cualquier punto para tomar una batería de decisiones simultáneamente que afecten a un mismo momento determinado.
Europa Universalis: Roma se basa en la tercera entrega de esta franquicia, aparecida no sin cierta polémica el año pasado y analizada por MeriStation. Paradox venía así a completar su ya extenso catálogo de simuladores situados en distintas épocas de la historia; Roma es, en esencia, un módulo diferente para los amantes del juego y el género, en esta ocasión abarcando desde el año 278 a.C. (justo antes de la Primera Guerra Púnica) extendiéndose hasta el 25 a.C. al derrumbarse la República Romana. Es posible empezar una partida en cualquier momento entre estas fechas, asumiendo el mapa las condiciones que tenía en ese preciso instante.
El contexto histórico tal vez no resulte demasiado familiar a muchos pero, esencialmente, resume y reinventa la lucha de poder entre las 5 grandes potencias de la época: Roma, Macedonia, Egipto, Cartago y el Imperio Seléucida. Al no existir un objetivo teórico para Europa Universalis, es nuestro deber asignárnoslo: tal vez un dominio militar completo, convertirse en la nación más respetada, ser un codiciado puente comercial... Ya sea emulando una de las grandes naciones o simplemente una pequeña provincia lejana, siempre hay quehaceres interesantes para cumplir.
EU: Roma es, por tanto, un título de altos vuelos que recuerda a los juegos de estrategia de tablero de antaño. Aquellos que busquen un simulador militar no lo encontrarán aquí (el juego no dispone de un simulador de batallas en tiempo real, por ejemplo); pero todos los que sepan gozar del más exhaustivo de los micromanejos, aquellos que busquen sintetizar la estrategia global con la precisión histórica o aquellos buenos fans del género en general, Paradox Interactive tiene para ellos un interesante producto. Empecemos.
Por un lado contamos con el mapa, que casi siempre conforma la pantalla principal que tenemos a la vista; los hay de distintos tipos (político, religioso, comercial, diplomático...) pero el geográfico muestra con bastante acierto la distribución de las provincias europeas con sus accidentes de orografía clásicos: montañas, ríos, bosques, desiertos... no solamente es un modo de vista estético, por así decirlo, ya que algunos de estos terrenos son causa de modificadores al combate que hay que tener en cuenta.
El mapa puede acercarse y alejarse con el teclado o el ratón, al mismo tiempo que también podemos desplazarnos por él con normalidad y sin caídas de la tasa de cuadros por segundo en ningún momento. Los iconos que forman el conjunto de la interfaz así como el despliegue de menús - algo austeros, eso sí - funcionan perfectamente, sin textos superpuestos ni nada por el estilo. Solamente se echan de menos algunos caracteres acentuados en nuestro idioma que dan lugar a algún problema de comprensión que se subsana rápidamente.
Las unidades se ven representadas por sus correspondientes modelos y es posible apreciar de una manera notable el detalle que integran; en cualquier caso y es menester decirlo, da igual si disponemos de un solo regimiento o de un batallón entero formado por varios pues su representación en el mapa siempre es la misma, una queja frecuente de los usuarios en los foros. Estas unidades tienen sus propias animaciones, algo simples y monótonas pero que añaden un poco de vida al casi siempre inerte tablero.
La música y los efectos de sonido cumplen también su cometido, aunque sin muchos alardes. Una opción habitual después de largas partidas - en la oficina - es desactivar completamente el sonido ya que no interfiere para nada en la experiencia de juego. Globalmente puede decirse que Roma, aún a pesar de no ser un referente en el aspecto técnico, por lo menos consigue no echar para atrás al usuario neófito con unos gráficos desfasados y una música cansina. Entra por los ojos con relativa facilidad y se escucha tranquilamente. Además, está completamente en castellano.
Los requisitos técnicos que exige el CD de Europa Universalis conllevan un procesador Pentium de casi 2 Ghz o similares, 512 Mb de RAM (1 GB o más recomendado) y una tarjeta de video de 128 MB compatible con los shaders 2.0 por hardware para jugar a 1024 x 768. Aunque el espacio de instalación en disco duro es escaso, apenas no llega al gigabyte, cada vez que inicia carga todos los mapas y puede tardar un par de minutos tranquilamente.
Como dijimos, Europa Universalis es un juego exigente; para empezar nos solicitará que escojamos un bando de entre las 10 culturas disponibles. Cada bando tiene o puede tener sus provincias asociadas, una ubicación única, su propio tamaño dependiendo incluso de la época en la que se empiece, sus pretensiones, sus alianzas, sus enemigos, su religión, su cultura tradicional, sus rutas comerciales, sus dirigentes, sus avances tecnológicos, sus estilos arquitectónicos, su propia reputación, su forma de ganar dinero...
Toda esta ingente cantidad de datos se maneja a través de una serie de interfaces disponibles a través de los accesos rápidos en la parte superior o clickando en una provincia que tenga dueño. De este modo podremos saber su población o su religión (importante ésta por múltiples razones), la proporción de ciudadanos - libertos - esclavos, el tipo de gobierno de esa nación (una oligarquía, una tiranía, una monarquía, etc) que tiene modificadores según el caso y muchos detalles más.
Obviamente podemos manejar conceptos económicos en los que observar una sencilla tabla de ingresos y gastos y, muy importante, las rutas comerciales entre dos provincias que proporcionarán ingresos y materiales que las nuestras no produzcan. Eso sí, solamente uno cada vez. Obviamente no podremos mantener relaciones comerciales con aquellas naciones que nos tengan animadversión, cosa que es comprobable desde la interfaz diplomática.
Estar en guerra supone algo más que simplemente mover unidades de un lado a otro del mapa, aunque lógicamente preparar un asedio, una invasión o una colonización exige preparación previa. Incluso aquí se demuestra el alto nivel de EU al reconocer los límites ocupacionales de una provincia propia o conquistada o, más aún, de la necesidad de disponer de un 'casus belli' (una causa justa para entrar en guerra) para no ver dañada nuestra reputación frente a culturas vecinas.
Dado que no tenemos control táctico sobre las batallas, 'bastará' con tener en cuenta factores como aprovisionamiento, composición de los regimientos, sus líderes, tasa de reemplazo, moral de las tropas y de la nación en general, augurios convocados, etc. Un ataque frontal puede venir precedido por un bloqueo naval, por ejemplo, y su resultado puede verse influenciado en gran medida por los líderes de nuestros ejércitos y sus niveles de afinidad o corrupción para con nuestra capital.
Es vital en Roma establecer alianzas y pactos con naciones vecinas; por un lado, si existe cierta cercanía religiosa nos será más sencillo entendernos con las tierras colindantes (de ahí que empezar con el culto griego, mayoritario en la época, sea una buena opción al principio). Pactos que, con demasiada frecuencia, deberemos romper si queremos progresar; también podemos pagar o exigir tributos para obtener tratos de favor, gestionar ofrendas, anexionar tierras en caso de vencer una refriega, etc.
El alcance de Europa Universalis es sin embargo mucho mayor que todo esto; a medida que avancen los años iremos progresando tecnológicamente de modo que nuevos avances, de todo tipo, se incorporen a nuestro arsenal: podemos desarrollar nuevas ideas de corte económico que incidirán sobre nuestra balanza interior, progresos teológicos que favorezcan la identificación del líder con los dioses, revolucionar la sociedad civil de forma que disminuya el riesgo de rebeliones o obtener mejoras en el campo bélico. Por citar algunas entre decenas que existen.
La gestión externa es tan importante como la interna, pues son frecuentes los alzamientos y rebeliones entre los integrantes de un mismo imperio; mantener un lazo estrecho sobre los líderes regionales siempre es un gran acierto, al tiempo que vigilar el desarrollo de ciertas ciudades en tanto a que no sobrevengan tan poderosas como la capital. Aún creyendo tener todo bajo control, fueron numerosas las insurrecciones que en nuestras partidas como Cartago y Egipto tuvimos que sofocar. Con mano dura, eso sí.
Los usuarios que provengan de otras versiones del juego notarán ciertos cambios y muchos de ellos para bien. Por ejemplo, la cantidad y el modo en que la información relevante nos llega a cada momento, que antes necesitaba de un fino ajuste por parte del usuario y asustaba al jugador novel ha sido ajustada convenientemente. Cada provincia puede tener su gobernador propio y hasta cinco magistrados con sus propias habilidades para gestionar los distintos aspectos necesarios, por ejemplo, así como otras funcionalidades que también serán bien recibidas.
Europa Universalis: Roma permite el juego multijugador con hasta 32 jugadores simultáneamente a través de una LAN y de alrededor de una docena si es a través de internet. El juego incluye un código de registro para la web de Paradox que nos ayuda a encontrar oponentes, aunque el servidor siempre será un usuario físico. No han existido problemas de lag de ningún tipo en las pruebas que hemos realizado a tal efecto.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.