El Puño que los fans esperaban

Aunque en nuestro país El puño de la estrella del norte ha tenido un trato desigual a lo largo de los años y, en gran medida, se mantiene como una de las obras más desconocidas de su época, no se puede negar que es un clásico atemporal que, por mucho que a los detractores les pese, ha ayudado mucho a la expansión del manga en todo el mundo. De hecho, pese a que sus orígenes datan de la década de los 80, aún a día de hoy se siguen lanzando nuevas entregas (tanto en manga como en anime), con gran acogida por parte de una legión de aficionados que, pese a los años transcurridos, parece que nunca tienen bastante de las aventuras de Kenshiro.

Pero posiblemente una de las mayores sorpresas que se pudieron llevar los aficionados fue el anuncio, por parte de Koei, de un juego sobre esta aclamada franquicia. La desarrolladora, Omega Force, es bien conocida por sus diferentes entregas de la franquicia Warriors (Dynasty Warrrios, Samurai Warriors, Warriors Orochi y demás variaciones), y desde luego que se nota su labor en este El puño de la estrella del norte, que a grandes rasgos se puede definir como un título que utiliza la misma dinámica de juego de todas esas franquicias comentadas pero adaptándola a la historia y los personajes de la obra que le da nombre. Y aunque este cambio de aspecto le viene muy bien a una franquicia que necesita nuevos aires, el miedo a alejarse de los estándares asentados provoca que no se haya explotado tanto como se debería esta licencia.

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Así pues, por si el propio uso de la licencia dejaba alguna duda, el juego se enfoca exclusivamente en los aficionados de la franquicia. Aunque hay que reconocer que la profundidad de guión de El puño de la estrella del norte, sobre todo en su adaptación jugable, se resume en un principio básico: pegar, eliminar enemigos cada vez más poderosos y avanzar inexorablemente hacia el siguiente combate; es por eso mismo por lo que aún desconociendo la historia, este título puede ser perfectamente disfrutable si nos limitamos a sus principios más básicos: avanzar acabando con todo enemigo que nos salga al paso. Y es que la dinámica de beat'em up que ya conocíamos de otras entregas de la franquicia Warriors se respeta con la más absoluta fidelidad en este título.

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Para empezar, decir que tendremos diversos modos de juego. El primero de ellos y el principal es el modo Leyenda, en el que reviviremos los acontecimientos del manga que comentábamos anteriormente. En nuestra primera partida solo tendremos a nuestra disposición al protagonista, Kenshiro, pero poco a poco iremos desbloqueando otras alternativas como Rei, Mamiya, Toki o Raoh, con una dinámica similar pero con la particularidad de los ataques y formas de combatir particulares de cada uno de los personajes, además de poder disfrutar de su propio punto de vista de los acontecimientos.

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Las opciones no terminan aquí, ya que si nos quedamos con ganas de más acción tendremos un modo Desafío en el que deberemos enfrentarnos a oleadas constantes de enemigos, sin ninguna otra preocupación salvo machacar a nuestros rivales. Y por supuesto, un completo tutorial en el que se nos presentan los diferentes sistemas de control del juego (el estilo Hokuto, el Nanto y el más complicado de dominar, el Único), así como una galería en la que ver todos los extras del juego. Sin duda, se ha cuidado mucho a todos los aficionados de la franquicia y se ha intentado ofrecerles un producto que se adaptase lo mejor posible a sus intereses.

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No faltarán, como es lógico, más personajes de los que ya hemos comentado, y Jagi, Shin, Souther o Mohawk también estarán jugables, junto con la inevitable colección de secundarios que tendrán su momento de aparición en pantalla, como Yuria, Bat, Lin, Juda, Ryuga y un amplio etcétera. Ya puestos en la piel de alguno de los personajes y adentrados en el juego en sí mismo, El puño de la estrella del norte se convierte, como decíamos, en un beat'em up cargado de acción en el que deberemos recorrer los escenarios impartiendo justicia con nuestros puños y acabando con todo enemigo que pretenda detenernos.

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Así pues, cada personaje puede ser único en su sistema de control y en lo que a habilidades se refiere. Durante los primeros compases del juego los personajes estarán bastante limitados, y a medida que ganemos experiencia iremos aprendiendo nuevas técnicas de diversa índole. La base jugable se centra en dos botones de ataque, uno de salto, y luego defensa, agarre y distintos botones enfocados al despliegue de golpes especiales muy poderosos y destructivos. Por ejemplo, ante un grupo de enemigos podremos realizar un ataque cargado para abrirnos camino, agarrar a un enemigo y darle una paliza para posteriormente usarlo como arma para lanzarlo contra sus compañeros y, una vez cargada, utilizar un superataque especial final que terminará de limpiar la zona.

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Obtener más características ya dijimos que se basaba en la obtención de puntos de experiencia, los cuales se pueden conseguir no solo combatiendo, sino también cumpliendo una serie de misiones secundarias que se pondrán a nuestra disposición en cada nivel. Avanzaremos por el mapa de forma medianamente libre, y según los caminos seleccionados nos encontraremos más o menos de estas misiones, que pueden ser cosas sencillas como eliminar a los enemigos o evitar que hagan daño a pobres inocentes. No obstante, pese a la profundidad que se puede prometer desde el punto de vista del planteamiento, lo cierto es que no es más que una ilusión. Si bien la oferta puede ser suficiente para satisfacer a los aficionados del género o del manga, objetivamente se antoja repetitiva y carente de demasiada profundidad.

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Todo se limita a pegar sin más, a matar a todos los enemigos que nos asalten para pasar a la siguiente zona. Cuanto más juguemos, más iremos dominando los diferentes ataques y nos acostumbraremos a las dinámicas de los jefes finales (que en un primer momentos nos harán esforzarnos al máximo), pero con el tiempo se acabará volviendo una rutina algo mecánica y las estrategias se volverán simplistas y funcionales. La curiosidad de ir viendo nuevos ataques y especiales (estos últimos espectaculares, eso sí) va cayendo poco a poco en el ostracismo ante la repetición constante de situaciones, enemigos, escenarios y ataques. Insuficiente a todas luces para el que busque algo más, aunque pueda satisfacer a quien no quiera más que desahogarse un rato.

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Si en este caso estuviésemos hablando de puzles o zonas en las que el razonamiento empírico sea fundamental, sería un punto a favor. Pero simplemente se trata de situaciones (no muy numerosas, ya que la progresión suele ser fundamentalmente lineal) en las que el diseño y la cámara no ayudan y provocan que el usuario se pierda y se desoriente sin motivo aparente para ello. Los efectos visuales en general, salvo en los especiales que son de lo que mejor sabor de boca dejan, tampoco ofrecen un gran nivel. Especialmente los efectos de gente explotando (muy repetidos), que por mucho que intenten emular a la serie original les falta más trabajo para lograr resultar creíbles o interesantes en los tiempos que corren.

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Por lo demás, las animaciones de los personajes cumplen su papel, aún sin grandes alardes. Los distintos movimientos de ataque tienen sus puntos a favor y en contra, pero no desentonan dentro de lo que se nos intenta recrear en pantalla y, pese a la repetitividad de los mismos, no se perciben grandes problemas. En donde sí que el juego alcanza un gran nivel es en las muy bellas escenas de vídeo, que se convierten en uno de los principales atractivos del juego, sobre todo para los aficionados de la historia original. En definitiva, un apartado técnico del montón, con sus puntos positivos y negativos, que no destaca en prácticamente nada pero que, salvo algunos momentos y detalles que piden a gritos un pulido, permite adentrarse en la aventura sin excesivos problemas.

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Tampoco en el apartado sonoro nos encontramos con nada que vaya a salvar a esta producción, ya que la banda sonora, sin ser mala, tampoco ofrece nada de especial interés y todas y cada una de sus melodías caen rápidamente en el olvido. Destaca, eso sí, la buena labor de doblaje (en versión original, claro, aunque con subtítulos y con todos los textos en nuestro idioma), que dota a los personajes de credibilidad y ayuda a que el universo del juego resulte más atractivo. Todo esto acompañado de una jugabilidad muy básica, tal y como ya hemos comentado, que responde a la perfección a las indicaciones del mando de control, aunque no ofrece ningún elemento especialmente destacable y cae a un ritmo demasiado rápido en la repetición de conceptos, ideas y situaciones. Eso sí, ofrece cooperativo para dos jugadores, lo cual puede animar mucho la experiencia de juego.

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