Un libro impreso en oro puro

Item: El libro de la Selva
Rating: 8.2

Un niño olvidado por su família en la frondosa selva africana está a punto de vivir la aventura de su vida. ¿De verdad que tu también lo vas a dejar huérfano?

Actualizado a 8 de marzo de 2012 07:13 CET

Cuando Nathan Jones concebió la idea de crear una tierna historia en la que un niño podía convivir con las más primitivas formas de vida, nunca imaginó que sería versionada, remasterizada y hasta parodiada infinidad de veces en la gran pantalla.

Aunque el filme de animación ya tiene sus años, Ubi Soft no ha visto el momento para dar también su punto de foco, sobretodo si recordamos los excelentes resultados de Disney hara cosa de un lustro con Super Nintendo y su respectiva variante del Libro de la selva.
Como en aquella ocasión, la versión portátil tiene una clara inclinación al usuario más joven, sazonando el juego de plataformas, mucho color y algún que otro enemigo a batir.

El juego se inicia con Mowgli bajo la tutela de las criaturas de la selva, que deben enseñarle a tomar los primeros pasos y a aprender los movimientos fundamentales para sobrevivir ante los peligros del trópico. Seguramente, cuando lleves unos 10 minutos realizando pruebas sobre como coger un ítem o utilizarlo, empezarás a desesperarte por la poca acción con que se ha planteado. Pero es solo una impresión prematura, ya que una vez pasadas todas las lecciones empieza una aventura con toques de exploración y acción, que seguro agradecerás los sabios consejos del principio.

Game Boy Color está empachada de títulos en los que se limitan a ponerte en pantalla un protagonista carismático, a plantarte cuatro objetos que buscar, y te dejan libre por un escenario atractivo sin rumbo marcado. En Jungle Book puedes estar revoloteando por un escenario 15 minutos y no avistarlo todo, con lo que esa sensación de la pérdida del norte se te apoderaría de no ser porque el juego es básicamente avanzar hasta que des con tu objetivo.

Mayoritariamente, en los plataformeros de la portátil de 8 Bits, nos cansamos de recorrer de punta a punta un mismo mundo sin hacer el más mínimo esfuerzo en cuanto a destreza del jugador. Sirva de ejemplo el lastimoso sistema de el Dorado, y algunas reiteraciones en el estupendo Cuac-Attack, que aunque muy lineal, estaba aliñado con elementos que lo hacían más interesante. La aventura de Mowgli está exenta de las pesadas repeticiones, si bien es cierto que continuamente debemos sortear multitud de plataformas y enemigos, de vez en cuando se nos introduce más en la historia con fases trepidantes o hasta escenas de vídeo.
Puede que no sea la revolución de los puzzles, ni hayamos encontrado en el plataformas en las que debes romperte la cabeza para acceder mediante alguna combinación, pero la sencillez y atractivo de ciertos momentos hacen que no llegue a exasperar.

g r á f i c o s

Tan solo conectar el juego en la consola, nos invade una preciosa intro de no más de 10 segundos en la que aparece el buen de Mowgli con Baloo demostrando el potencial de la portátil en realzar los movimientos de cualquier cinema, y hasta la manera en la que intros con semblante poligonal tienen en cabida en un cartucho de ínfimas proporciones.
El nivel general sigue la misma estela que la primera impresión.

Por ejemplo, la manera en la que nuestro protagonista se desenvuelve nos recuerda a las estilizadas acciones que arraigaban en Prince of Persia o hasta Flashback, entre las que el personaje el personaje sufría un poco a la hora de introducirle detalles, pero cada uno de tus hechos se pasaba a la pantalla con una suavidad que ya quisiera para sí el mismísimo Donkey Kong.

Los escenarios son también un escaparate del minimalismo con el que han trabajado en las oficinas de Disney Interactive, sobretodo si nos fijamos en la variedad con las que cuenta, y la increíble sensación de profundidad de la que está dotada el juego.
Si hubiera que ponerle una pega, quizá echemos en falta algo más de diferenciación entre los niveles de un mismo mundo, aunque teniendo en cuenta la cantidad, ya es un esfuerzo el caracterizar todas las pantallas.

m ú s i c a

Evidentemente estaremos acompañados por temas ya famosos que han sido versionados para la ocasión directamente desde la película de Disney. Todos ellos cuentan con una tónica alegre, de la que únicamente se turbia cuando estamos a punto de enfrentárnos con algún enemigo de mucha casta, o en los momentos en la que su ritmo se enternece gracias a las escenas que entrelazan la acción. Una de las bandas sonoras que mejor acompañan de cuantas han pasado por Game Boy.

s o n i d o f x

Tiene un nivel similar al de la música. El elenco de sonidos y efectos hace que la nota final se vea incrementada, porque en cuanto a calidad se ve ensombrecida por la reproducción algo dudosa en ciertos momentos. De todas formas, hay casi todo lo que se le puede pedir: el balanceo del personaje, machacón a un rival y hasta los pasos de la pantera en su trepidante evasión. Una delicia.

j u g a b i l i d a d

Recupera el sabor auténtico de las plataformas. El cálculo preciso de la distancia entre andenes, el intentar llegar a una superficie gracias al agarre automático en el borde del mismo, o hasta el salto de liana en liana. Por contra, aquí no podrás abatir a los animales que pueblan la selva botando sobre sus espaldas, debes utilizar lo que la naturaleza pone a tu disposición, por lo que te pasarás un buen rato practicando el tiro de plátano contra todo ser viviente.

El control, como en la mayoría de estos títulos, muestra un claro empeño en no complicar al jugador con tanta posibilidad a la hora de evitar caídas indeseables. Asimismo, tan solo debes preocuparte por combinar con exactitud las funciones de salto y disparo, y de vez en cuando no despistarte y dejarte caer desde un precipicio por las prisas, cosa probable cuando te quedas colgando de una peana.

La durabilidad también ha recibido una buena dosis de razones para no desembelesarte de la diminuta pantalla durante una buena temporada. La gran cantidad de mundos y niveles que hay, te reportarán unas cuantas horas para terminarte el juego por completo. No es tan largo como Wario Land 3, ni Zelda, pero su longitud no es nada desdeñable..

c o n c l u s i ó n

De nuevo Ubi Soft consigue apartarnos de la vida mundana a la que nos someten esperpentos varios o adaptaciones de un calibre penoso. El libro de la selva, pese a no tener una dificultad demasiado elevada, se hace adaptable para todo tipo de jugadores, tanto a los inexpertos que busquen nuevos retos, como a los que anhelen plataformas y discurrimiento desenfrenado sobre pantallas muy planas en cuanto a desarrollo. Un buen intento que no hace más que confirmar a la productora francesa y a Disney, como una de las desarrolladoras fetiche para Game Boy Color.

8.2

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.