Una nueva forma de ver a los Gundam

Después de los horrores del último Gundam que llegó a nuestro mercado, Mobile Suit, es agradable comprobar que todavía hay lugar para títulos mucho más dignos y con mayores valores de producción en consolas de nueva generación. La legendaria saga guerra espacial japonesa acumula una densa historia de series que parece inacabable, y los videojuegos siempre han sido un elemento importante de merchandising para Bandai en Japón, por lo que siempre es mejor encontrase con ideas interesantes que no subproductos como el anterior.

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La idea en particular tampoco es que haya supuesto muchos quebraderos de cabeza a sus creadores, los responsables de la saga Dynasty Warriors, Omega Force, han demostrado el enorme éxito de una fórmula que, al igual que Gundam, no deja de producir secuelas y derivados. Combinar ambas sagas era algo llamado a generar atención entre el público japonés y es algo que se ha conseguido -lo suficiente para garantizar una secuela al menos-.

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Dos conceptos que funcionan juntos

Aunque no siempre estas ideas perfectas conducen a un producto tan impecable, en el caso de Dynasty Warrior: Gundam, el resultado es más que satisfactorio y realmente aúna buenos elementos de ambos mundos, en vez de crear una mezcla imposible. Por un lado es un Dynasty Warrior con todas las de la ley, sin alteraciones radicales en su fórmula pero con los suficientes elementos novedosos como para agradar a sus seguidores. Por otro lado, es un correcto homenaje a la saga y a sus personajes, que ofrece momentos condensados de los momentos más representativos de algunas de las series más importantes.

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El problema principal de la serie es que se ha quedado a medio camino entre lo que es un Dynasty Warrior de la generación pasada y lo que se debería esperar de la saga para una máquina de nueva generación, que es una evolución más pronunciada en sus mecánicas de juego y una estructura distinta. Ciertamente no se puede reprochar a Omega Force el haber usado una fórmula que funciona en su mercado natal para un juego de estas características, pero los tiempos han cambiado y sería deseable que se viera algún atisbo de evolución en la forma de plantear los Musou.

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Omega Force ha utilizado diferentes personajes y arcos argumentales de entre sus múltiples opciones. A partir de ahí ha creado dos modos principales: Oficial y Original. En el modo Oficial se utiliza el arco argumental de Uchuu Seiki, la línea temporal original de la saga, de la que saca modelos y personajes de Mobile Suite Gundam, Mobile Suite Zeta Gundam y Mobile Suit Gundam ZZ. En cambio, el modo Original es un Dream Match, en los que se crea una línea argumental totalmente inventada, que da cabida a todos los pilotos anteriores más otros nuevos provenientes de Mobile Fighter G Gundam o Mobile Suite Gundam Wing.

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El sistema de juego funciona por misiones, en las que cada piloto tiene su línea argumental y unas tareas propias. Para acceder a todos los pilotos y Gundams debes de ir superando todas las misiones con los distintos personajes. Primero es necesario completar las misiones en el modo oficial, cada personaje que completes ahí se sumará a la lista de personajes elegibles en el modo original, que ofrece a su vez más misiones para cada personaje.

Mientras en el modo oficial se siguen misiones asociadas a los arcos argumentales de cada personaje, el modo original presenta enormes mapas con eventos que van apareciendo progresivamente de forma única e imaginativa, enfrentando a personajes de diferentes series en combates imposibles que constituirán algunos de los puntos álgidos para los aficionados, aunque seguramente no harán nada por aquellos que no conocen nombres como los de Char o Amuro, que son inmediatamente reconodibles para cualquier aficionado de las series. De hecho éste es un problema que se está convirtiendo en habitual dentro de los juegos basados en Gundam; los desarrolladores dan por garantizado que el jugador conoce de sobra la historia de las series, por lo que todo está centrado en potenciar los momentos álgidos de las mismas. Para el aficionado es un placer, pero para quien llega sabiendo lo mínimo de la saga supone un auténtico quebradero de cabeza que no le permite conectar con los personajes.

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Sigue siendo un Dynasty Warriors

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La mecánica del juego se mantiene inalterable, poniendo al jugador y su Gundam en un enorme mapa dividido por sectores y ofreciendo objetivos simultáneos para que el jugador decida a qué atender. Es cierto que muchos de los que se aproximan a esta saga lo hacen pensando que el objetivo es ir aporreando botones hasta que los 500 enemigos sin una IA apreciable que te rodean caen. Pero en realidad los Dynasty Warriors poseen cierta profundidad táctica que se hace cada vez más patente a medida que se echan horas y horas en el juego, mejorando los personajes.

En el caso de éste Gundam, una de las prioridades es la de ayudar a tus compañeros de batalla, ya que aquí ocupan un papel muy importante en hacer que los combates contra los generales enemigos sean más asequibles, además de que hay varias misiones de escolta en la que es imprescindible que esos compañeros se mantengan con vida si se quieren cumplir los objetivos. Un buen grupo hace el juego más interesante que un simple Beat'em All, y además introduce entretenidas misiones en medio del combate en el que tienes que acudir rápido de una punta a otra para salvarles a tiempo.

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Por descontado, hay un elemento de mejora por experiencia y elementos, tanto para los propios Gundam como para los pilotos. Los robots pueden llegar al nivel 10, aumentando sus posibilidades de combate, mientras que los pilotos pueden llegar al nivel 30, obteniendo habilidades especiales en el proceso que ofrecen diferentes ventajas en el campo de batalla. El proceso de mejora ha sido un tanto suavizado con respecto a otros Dynasty Warriors, y es más fácil llevar a los 18 personajes disponibles a sus niveles máximos, aunque también se ha añadido un mayor elemento de personalización.

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Se echa en falta una mayor evolución del sistema de combate, que presenta una dinámica muy parecida a la de sus antecesores y con cambios mínimos. La gran novedad es un sistema de impulso que hace que el Gundam pueda moverse más rápido y 'bailar' alrededor de sus enemigos, agilizando un poco las luchas, pero no es suficiente como para que se presente una verdadera sensación de novedad.

Gráficos a medio camino

Técnicamente, este título muestra un motor que se queda entre generaciones. Está en alta definición, presenta un gran número de personajes en pantalla y el framerate es bastante sólido. Sin embargo, los escenarios son muy pobres, demasiado para lo que debería ser un juego en una máquina como 360 o PS3 y los modelos de los robots, aunque muy bien modelados, presentan unas texturas bastante planas. Quizás hubiera sido una buena oportunidad para probar el Cel-Shaded y darle al juego un tono más cercano a las áreas.

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Un defecto importante de Dynasty Warriors: Gundam es la cámara, ya que al haberse incorporado un sistema de impulso rápido con los propulsores, tanto el protagonista como los enemigos han adquirido una capacidad de moverse más rápido que en ninguna otra entrega, lo que hace que la cámara sea más caótica y requiera más atención por parte del jugador, que además no tiene ninguna forma de fijar el eje sobre un enemigo -algo que nunca ha ofrecido esta saga por otra parte-.

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