Dynasty Feud
- PlataformaPC7
- GéneroPlataformas, Acción
- DesarrolladorKaia Studios
- Lanzamiento23/05/2017
- TextoEspañol
- VocesInglés
- EditorKaia Studios
Dynasty Feud, análisis
Nos liamos a tortazos en Dynasty Feud para contaros qué tal es este juego de combates multitudinarios con sabor español.
La industria española del videojuego en consolas y ordenadores está pasando por una dulce etapa. Lanzamientos como el estupendo RiME, Cursed Castilla (Maldita Castilla EX), Way of Redemption o Rise & Shine durante este año 2017 nos está poniendo en boca de todo el planeta y no es para menos. Solo hace falta ver la calidad que atesoran para darnos cuenta de que las mentes creativas ibéricas están despertando de su letargo, ese que quedó un poco resquebrajado tras la famosa Edad de oro del software español con Dinamic, Opera o Topo y otras compañías creadoras de mundos que los más entrados en edad recordarán.
Pero no solo han salido grandes productos en este lapso de cinco meses, ¡al contrario! De un tiempo a esta parte a nuestras obras se les cuida con especial esmero, tanto por parte de sus desarrolladoras como de las compañías que las abrazan en su regazo. No hace falta recordar algunos de los éxitos de estudios como MercurySteam, Fictiorama Studios o Novarama, empresas que llevan ya unos años en este mundillo y cosechando multitud de premios con todo lo que fabrican con sus manos. Y ahora le toca el turno a Kaia Studios, una desarrolladora bilbaína formada por cinco jóvenes que se lanzaron a la aventura de la programación para dar forma a su primer retoño, Dynasty Feud.
La versión a la que hemos tenido acceso para realizar este análisis es la referente a PC, aunque se encuentra en camino una edición para PlayStation 4. No en vano, Dynasty Feud fue uno de los juegos ganadores de la pasada PlayStation Talents 2016. Se trata de un brawler multitudinario de hasta cuatro jugadores con escenarios interactivos donde repartir tollinas con una de las ocho dinastías disponibles dentro del título. ¿Suena divertido, verdad? Pues así lo es. Tan divertido como frenético al mismo tiempo.
Las dinastías de los tortazos
Tras estas líneas seguro que os ha venido a la mente uno de los juegos más emblemáticos de este género; Super Smash Bros. Más o menos es lo que nos encontraremos en Dynasty Feud pero sin el uso de objetos y con un carisma y humor únicos. El jugador debe de seleccionar a una de las ocho dinastías seleccionables para saltar a la arena de batalla e intentar sobrevivir a una feroz contienda con hasta tres jugadores más. Todo esto tanto en su modo local y a un siempre agradecido online. Cada una de ellas está ambientada en motivos tan dispares como la época western, los piratas, la casa del Rey Arturo o la era vikinga, y cada dinastía cuenta en su feudo (¿pilláis el chiste?) con un total de cinco luchadores tanto de corto como largo alcance.
Mientras que algunos de estos combatientes prefiere luchar cuerpo a cuerpo con espadas, hachas o cuchillos, hay otros que prefieren mantener distancias y asestar golpes mortales con flechas, bombas o pistolas. La diferencia radica en que los que reparten guantazos cara a cara no necesitan recargar la munición su arma o recogerla del lugar donde ha sido lanzada, algo que los que esperan en la retaguardia sí tendrán que hacer. Además de esto, cada luchador posee diferentes resistencias a los golpes, por lo que a algunos nos costará más darle muerte que a otros. Cuando esto ocurre, el siguiente miembro de la dinastía salta al escenario para seguir donde concluyó su fiel compañero, no sin antes esperar un ajustado tiempo de respawn donde mientras podemos molestar a nuestros contrincantes con empujones o distorsiones de pantalla entre otras puñeterías. La gracia de Dynasty Feud es elegir bien qué bando vamos a llevar al duelo y conocer bien a los 40 personajes seleccionables si queremos lograr la victoria.
Y decimos seleccionables porque el videojuego cuenta con un modo donde podemos crear nuestra propia dinastía con todos ellos, aunque por desgracia esta característica sólo está disponible en partidas locales, algo que no estaría de más que se incluyera en su faceta online en una próxima actualización. Eso es así, suponemos, por la terrible dificultad que sería ajustar las dotes de luchadores en el modo clasificatorio de Dynasty Feud. Ya sabéis, nadie quiere coger al patito feo y perder injustamente. La cantidad de habilidades diferentes que tienen cada uno de los combatientes de este producto español es tanta que pueden incluso desaparecer de la pantalla, teleportarse o planear por un breve periodo de tiempo. Todo esto con tan solo un botón de salto y dos para atacar. Existe un cuarto botón Super con el que lanzar una feroz acometida que suele afectar a casi toda la pantalla y que se recarga previamente mientras repartimos estopa.
En un juego de este tipo la importancia de los escenarios es tal que aquí no podía ser distinto. Y nos alegra. Dynasty Feud cuenta con una gran retahíla de parajes, todos ellos destruibles, que no solo se limitan a las típicas plataformas que se mueven o las supuestas zonas muertas donde si el jugador cae es eliminado. Aquí además de tener los ojos bien abiertos a los ataques de nuestros adversarios, debemos tener mucha cautela con según el decorado donde nos toque batallar. Fuego, piedras, lava, dragones, catapultas… ¡tiene de todo! La temática de estos está asociada a la de las dinastías del título y no están exentas de detalles graciosos como ese “Keep calm and obey” en el escenario de la fábrica o el poder ver al ejército de Camelot (suponemos que son ellos) en un primer plano como espectadores e interactuando con el combate.
Como hemos comentario un par de párrafos atrás, Dynasty Feud cuenta con modo local en un mismo ordenador de hasta cuatro amigos simultáneamente a elegir entre Lucha de Familias, Lucha por Equipos y All-Star. En el primer modo representamos a una de las dinastías, el segundo es un 2vs2 mientras que en All-Star podemos crear nuestra propia “familia” seleccionando cinco de los cuarenta luchadores disponibles. También cuenta con un modo online, el principal de este título. Aquí las opciones son más reducidas puesto que solo contamos con Partida Rápida, Partida Privada y Clasificatoria. El punto fuerte aquí es subir de nivel nuestro perfil para así acceder a las diferentes dinastías que conforman el título a la vez que nos clasificamos para estar entre los puestos más altos del ranking. Por desgracia, no existe la vertiente dos contra dos ni la posibilidad de escoger uno a uno nuestros simpáticos héroes. Por si fuera poco, tampoco existe un modo historia ni bots contra los que luchar, solo un apartado dedicado al entrenamiento donde nos esperan simples muñecos estáticos que disparan en horizontal y de forma pausada. Hubiera quedado genial un modo campaña en donde explicaran alocadamente cómo es posible que personajes tan pintorescos se confronten entre sí.
En lo técnico Dynasty Feud trabaja bajo un diseño pixel-art con unos bordes más suavizados con respecto a otros videojuegos que utilizan esta técnica. Los escenarios son ricos en detalles, las animaciones son más que correctas y la interfaz no molesta para nada aún ocupando las cuatro esquinas de la pantalla. La variedad de situaciones que ocurren en el combate no ha hecho que nuestro ordenador sufra en demasía, tan solo algún simple tirón que achacamos a la conexión cuando jugábamos con otros compañeros puesto que el apartado online no iba del todo fino. Incluso aún probándolo también en un ordenador más modesto como un Phenom II X4 y una GTX 750, el videojuego corría de manera satisfactoria. La música es otro punto a favor de Dynasty Feud. Combina tanto melodías de estilo chiptune como otras más avanzadas que se adaptan perfectamente a la acción. Echamos de menos la posibilidad de escuchar la banda sonora en un apartado de extras puesto que en multitud de ocasiones no tendremos tiempo de prestar atención a las partituras.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.