Dragon's Blood

La acción transcurre en las Borderlands, un lugar sacado de las fuentes de la fantasía épica, concretamente de los Reinos Olvidados. La historia nos cuenta la leyenda del 5º hijo de un rey que será entrenado para matar a un dragón que aterroriza las Borderlands. Para tal menester debemos reunir los cinco fragmentos de un corazón de piedra con poderes mágicos que nos ayudará a derrotar al dragón.

Podemos escoger entre dos personajes bastante diferenciados. Por un lado tenemos a Cynric, un apuesto y herculíneo caballero que además de con su fuerza va equipado con una bella armadura , además de sus espadas y demás objetos cortantes. Su nivel de magia es mediocre y su velocidad no es todo lo buena que nos gustaría.

Por otro lado se encuentra Aeowyn, una hechicera que posee unas buenas dotes de magia, así como una velocidad aceptable aunque la fuerza física no acompañe su bello físico.

Da igual a cual de los dos escojamos, los dos empezarán sus aventuras con una espada y un escudo, pero a base de recoger "hadas" en su periplo, así como los objetos que vayan dejando sus rivales muertos en el campo de batalla junto a sus cuerpos mutilados, podrán ir mejorando sus características( tanto ataque, como defensa, como magia) a base de potenciarlas y cambiar sus armas por otras de más nivel.

GRÁFICOS

Las principales bazas de este juego radican en el tamaño de los personajes. Enormes monstruos que denotan un derroche de creatividad, deambulando por unos paisajes muy detallados (esta es la segunda gran baza del juego) que dan muestra de el mimo con el que los chicos de Treyarch han tratado el componente gráfico del juego.

Castillos, guaridas, montes, cementerios, pantanos, montañas , bosques, mazmorras, todo tienen cabida en las peligrosas tierras de las Borderlands, y por si fuera poco todo ello está acompañado de unos efectos de luz muy logrados y a veces sorprendentes.

Pero es aquí donde aparecen los primeros problemas y es que o las Borderlands son "el reino de la niebla" o se han pasado con este tipo de efecto, el cual nos perseguirá a lo largo de todo el juego.

MÚSICA

Temas de marcado carácter épico que intentan darle al juego el toque final a la ambientación. Empieza por dejarte un poco sorprendido, pero a medida que vamos avanzando deja de parecernos tan sorprendente y no ofrece mucho más de sí.

EFECTOS FX

Lo primero que salta a la vista (sería mejor decir al oído) es la voz de un narrador, que en un perfecto inglés nos va informando de nuestros objetivos y progresos. El idioma de Shakespeare lo inunda todo y llega hasta las secuencias de vídeo o los diálogos que mantengamos con el elfo Ausorm o el goblin Polug, los cuales nos aconsejarán en momentos determinados del juego.

Aunque, todo hay que decirlo, estas voces no suenan muy "profesionales", como ya lo han demostrado otros videojuegos de otros géneros, de otras compañías de otras consolas.

Los golpes y las cuchilladas suenan con un realismo asombroso. En algunos casos suenan tremendamente "reales".

JUGABILIDAD

Podemos atacar y defender, y esto que parece obvio merece la pena que no lo olvidemos porque la Inteligencia Artificial de nuestros enemigos va subiendo a medida que avanzamos y nos encontraremos con situaciones en las que será mejor estudiar a nuestros rivales y protegerse de sus ataques con nuestro escudo sino queremos dar nuestra aventura por finalizada. Además, serán pocos y cobardes, pero los muy canallas vienen en grupo y saben como hacerlo. Por cierto, no dudarán en atacar por la espalda, así que será mejor no dejar ningún enemigo moribundo a nuestras espaldas, ya que puede verse tentado a recuperarse de sus heridas y tratar de insertarnos su espada como si de una brocheta se tratara.

30 (treinta) tipos de enemigos diferentes con mucha Inteligencia Artificial y entre los que destacan seres ya tradicionales como los orcos y los ogros, así como seres de reciente fama como los minotauros o los hombres - lagarto, y monstruos de nuevo cuño como humanoides, basiliscos (al fin veremos un ejemplo de "ponerse como un basilisco") y arañas gigantes.

Para acabar con todos ellos disponemos además de la ayuda de 22 magias posibles, las cuales vienen diferenciadas en ataque y defensa. La potencia de estas magias aumenta a medida que avanzamos por los niveles.

Pero es quizás en el apartado de las cámaras que nos dejan ver todas estas cosas donde radica su mayor pecado. Si bien una opción de cámara fija no hubiera estado nada mal (no señor) el jugón de turno verá incrementada la dificultad del juego por una cámara que muchas veces se sitúa donde le da la gana para ofrecernos la peor opción para nuestra "salud".

Y no sólo las cámaras entorpecen el juego, sino que parece que el motor gráfico no está la altura de las exigencias del juego o que no se ha exprimido bien el potencial de la gran D de Sega, ya que acaban apareciendo todo tipo de problemas, típicos en estos juegos, como ralentizaciones, efecto clipping o el ya comentado efecto de "perpetua niebla". Quizás el tamaño de los personajes se un handicap más que un acierto y por ello en ocasiones se muevan más lentos que una procesión de caracoles.

El mapa de situación puede resultar muy beneficioso si no llegamos a orientarnos bien por alguna fase. De los 15 (quince) niveles que tendremos que visitar el primero resulta ser, aunque no lo parezca el más apropiado para llevar a cabo un buen entrenamiento en el uso de las armas y el escudo. Transcurre por las copas de los árboles, en una aldea que hay construida en ese lugar y que conecta las diferentes casas por un entramado de puentes de madera.

El juego posee un desarrollo no-lineal aunque no es para tirar cohetes. Al acabar algunos niveles se nos da la posibilidad de elegir entre dos fases la que queremos jugar a continuación, quedando la descartada para jugarla después de jugar la escogida.

Una de las buenas noticias es que puedes grabar en cualquier momento y no tienes que andar buscando por ahí puntos de grabación de partida ni esperar a acabar el nivel.

Para nosotros es una pequeña desilusión ver lo mucho que promete este juego y que por culpa de un impotente motor gráfico se vaya todo al garete. Un beat'em up con tintes de rpg en el cual la decoración de los diferentes lugares hacen que la larga te parezcan todos muy parecidos, sin traducir ni doblar al castellano, tiene contadas posibilidades de triunfar en este mercado dominado por la jugabilidad.

Aún así, el juego entretiene y si no se es muy exigente con su motor gráfico y se "gobiernan" bien esas situaciones en las que el motor muestra sus carencias, el juego puede resultar una buena opción.

Dragon's Blood es el juego de Dreamcast que tiene las armas más afiladas de este catálogo. De nosotros y de nuestros enemigos depende la sangre que deje a su paso.