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Tras la llegada del genial Dragon Quest VIII: Journey of the Cursed King de PlayStation 2, se unían a una serie de ports que pretende llevar a iOS y Android tan mítica saga J-RPG la cuarta y primera entrega, es decir, Dragon Quest IV: Chapters of the Chosen y Dragon Quest I . Con una política de lanzamientos algo confusa, parece que ahora se toma un orden correcto con la llegada de Dragon Quest II , la secuela del primer gran exponente de un género que gana adeptos año tras año fuera de tierras niponas. Y es que tras el remake de Game Boy, no disfrutábamos de una versión occidental de tan recordado título. Así, Dragon Quest II aparecía en 1987 para las NES y MSX japonesas como la esperada secuela de un videojuego que causó furor un año antes, para pasar posteriormente por los circuitos de Super Nintendo y Game Boy. No fue hasta 2005 cuando los smartphones japoneses recibían un port basado en los remakes de Nintendo y ahora, nueve años después, llega al fin a la AppStore y Google Play con toda la magia del original y a un precio más que interesante; todos los detalles en nuestro análisis .
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El primer Dragon Quest revolucionó el rol, siendo el primer título del género en llegar al gran público con gran éxito; y es que sentó las bases de lo que posteriormente se conocería como J-RPG, un estilo que seguiría intacto durante buena parte de las dos siguientes décadas. Características como un vasto mundo por explorar, diálogos con todo tipo de personajes, protagonistas con posibilidades de mejora y progreso y unos combates por turnos que ganarían en profundidad y complejidad durante los siguientes años. Y en este sentido, Dragon Quest II expandía la primera entrega en todos y cada uno de estos aspectos, ofreciendo una experiencia más cercana a los títulos venideros y mejorando la idea inicial, un paso intermedio entre la novedad y la confirmación de un estilo propio . Tal y como sucedía con el port del primer título para smartphones y tablets , se trata de una adaptación táctil del original de NES y MSX, que posteriormente llegaría a Super Nintendo y Game Boy en forma de remake y en un pack conjunto; así, llegaba al mercado norteamericano bajo el nombre de Dragon Warrior, además de incorporar alguna que otra mejora gráfica y un nuevo sistema de guardado mucho más amable que el engorroso sistema mediante contraseñas original. De igual forma ‒y como sucediera con posteriores entregas de la saga‒ contaría con la dirección de Yuji Horii , una brillante banda sonora a cargo de Koichi Sugiyama y la inestimable colaboración a nivel artístico de Akira Toriyama , creador de mangas mundialmente famosos como Dr. Slump o Dragon Ball, aportando su frescura y calidad en los diseños de personajes.
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Con la segunda entrega seguimos con la trilogía de Erdrick aunque si no jugamos la primera parte podemos seguir el argumento sin problema, esta vez, más sólido y profundo. Así, ya ha transcurrido un siglo desde los acontecimientos de Dragon Quest I, tiempo en el que los descendientes del héroe legendario han formado tres nuevas naciones, aunque la paz lograda con tanto esfuerzo se desvanece por la llegada de innumerables monstruos a las órdenes del oscuro sacerdote Hargon. Es hora de que el joven príncipe de Midenhall tome cartas en el asunto y que junto a los descendientes de Erdrick pongan fin a tan perversa amenaza. A partir de aquí seguiremos un desarrollo que daba sus primeros pasos en la anterior entrega y que termina por consolidarse en Dragon Quest II, es decir, exploración, diálogos con NPC's y combates por turnos, esta vez, más complejos . Ahora la aventura se prolonga mucho más, con lo que obtendremos decenas y decenas de horas de juego por delante; eso sí, en esta secuela aún quedaban aspectos por pulir, con lo que la primera parte de la aventura se hará algo tediosa hasta que no empecemos a encontrar aliados que sumar a unos combates por turnos con más enemigos que derrotar en grupo. Y es que durante las primeras horas de juego parecerá que estemos jugando a la primera entrega; no será hasta pasada la segunda mitad de su desarrollo cuando empecemos a disfrutar de las novedades a nivel de personajes y enfrentamientos. Así, las posibilidades en los combates se reducirán a sencillas órdenes y ataques cuerpo a cuerpo, dejando todas las opciones de magia y hechizos para más adelante. Lo bueno es que a partir de cierto punto se nos da la libertad para movernos libremente por un mapa algo pequeño comparado con entregas posteriores pero decididamente más rico que el de la primera parte. En este sentido, Dragon Quest II se desmarca como un paso intermedio entre la primera y tercera entrega, aunque los fans de la saga encontrarán muchos atractivos que marcarían para siempre el género. Y como es norma en la saga, tanto las excelentes melodías de Koichi Sugiyama como los míticos diseños de Akira Toriyama siguen intactos; y como pequeña consideración ‒aunque no menos importante‒ la banda sonora que nos ocupa es, para muchos, la mejor de la serie . Eso sí, para las nueva generaciones puede resultar algo extraño el resultado de unir un marcado estilo 8 y 16 bits y las pantallas HD de los actuales dispositivos táctiles; en este sentido, no se ha actualizado nada en lo gráfico, con lo que veremos enormes píxeles en todo momento. A nivel de jugabilidad se mantiene el esquema visto en las demás adaptaciones táctiles de Dragon Quest, algo que no es del agrado de todos. Así, tendremos que jugar en posición vertical , aunque tanto el joystick virtual como los iconos contextuales son totalmente configurables, dando opción al jugador de jugar con una o dos manos. Además, en las secciones de exploración el resultado es algo irregular, puesto que adolece de cierta imprecisión a la hora de dirigir a nuestro protagonista; no ocurre lo mismo en los combates, donde el interfaz táctil responde a las mil maravillas. Y para favorecer el juego portátil, podremos guardar en cualquier momento , adaptándose a los nuevos tiempo y dejando atrás el vetusto sistema de guardado mediante contraseñas. Por desgracia, los textos siguen llegando sin traducir , con lo que si no tenemos un buen nivel de inglés, nos perderemos una buena cantidad de detalles del argumento, ya que los diálogos son bastante numerosos.