Donkey Kong Country Returns 3D
- Plataforma3DS9
- GéneroPlataformas
- DesarrolladorRetro Studios
- Lanzamiento24/05/2013
- TextoEspañol
Donkey Kong Country Returns 3D
Después de convertirse en uno de los grandes títulos del catálogo de Wii, Donkey vuelve en formato estereoscópico para alzarse como un plataformas imprescindible en Nintendo 3DS.
Nota: Para conocer más en profundidad las bondades de Donkey Kong Country Returns es recomendable leer el análisis original de la versión para Wii
Donkey Kong Country Returns fue uno de los resultados del E3 de 2010, en el que Nintendo preparó una batería de títulos espectaculares para Wii. Era una de las grandes sorpresas, ya que volvía el mono más famoso de la compañía japonesa y lo hacía en formato plataformas bidimensional. El mismo esquema mediante el cual Rare lo hizo grande a mediados de los noventa, pero con Retro Studios en el desarrollo. Los creadores de la serie Metroid Prime se atrevían con un género totalmente distinto. Y volvieron a acertar de lleno creando uno de los mejores plataformas de la generación y de los últimos tiempos. Nintendo ha decidido traspasar esa experiencia a Nintendo 3DS con algunas novedades interesantes.
Ya en su momento sorprendió la fidelidad que el proyecto de Retro Studios estaba tomando respecto a la trilogía original vista en Super Nintendo. En el cerebro de la bestia la saga Donkey Kong destacó por ofrecer una gran variedad de desafíos y niveles que superar, un apartado audiovisual majestuoso y un desafío importante en el que no solo debíamos acabar los niveles, sino también recolectar todo tipo de objetos. Estos elementos están de vuelta en Returns, una coletilla que le viene como anillo al dedo a este plataformas protagonizado por Donkey y Diddy. En su momento valoramos como un resultado excelente y plenamente satisfactorio el trabajo realizado por Retro, algo que se mantiene plenamente vigente en esta versión para Nintendo 3DS que nos ocupa y de la que se ha encargado Monster Games.
El juego en cuestión es básicamente el mismo que apareció en Wii, aunque hay ciertas novedades que iremos desgranando. En todo caso, lo mejor es pasarse por el análisis original del título.El argumento del título pasa por un problema en la isla de Donkey Kong, que ha sido asaltada por una tribu de personajes con poderes hipnóticos que dominan a los animales que conviven con Donkey y Diddy. Para intentar acabar con estos extraños enemigos, emprenderemos una aventura que nos va a hacer recorrer toda la isla, que cuenta con ocho mundos iniciales (más uno extra de esta versión 3DS bastante desafiante y que se desbloquea al final del título) en los que encontraremos entre siete u ocho fases a las que se añaden un par o tres de secretas. En total nos vamos a más de ochenta fases, casi nada, que cuentan también con zonas secretas o de bonus.
Nuestro principal objetivo en el juego es superar las fases que nos vamos encontrando. La presentación del mundo es muy parecida a la que podemos ver en New Super Mario Bros, con más de un camino disponible y alternativas a realizar. Podemos terminar un mundo habiendo jugado cinco o seis fases y dejándonos la mitad por el camino, para que nos entendamos. La gran virtud del título radica en la rejugabilidad que ofrece cada una de las fases, además de su elevada dificultad en muchas de ellas. En el primer caso, tendremos una gran cantidad de elementos por recoger y descubrir, que van desde las letras KONG a piezas de puzle, pasando por monedas doradas y, cómo no puede ser de otra manera, las bananas. Cada elemento sirve para una cosa distinta. Las bananas nos dan vidas cada 100, las monedas podemos usarlas para comprar objetos en la tienda, y los coleccionables nos permiten abrir nuevos niveles en cada mundo. El 100% del juego es realmente complicado y desafiante.
Porque vaya por delante que Donkey Kong Country Returns 3D era un juego difícil en Wii y lo sigue siendo en Nintendo 3DS. Nos encontramos ante un videojuego que pretende ser un plataformas 2D (2’5 para ser más exactos) de corte clásico pero actualizado a los días que corren. Eso quiere decir que además del compendio de enemigos que se nos van apareciendo y que tienen sus propios patrones (algunos se pueden eliminar y otros no) tenemos muchos más desafíos en forma de obstáculos y de un diseño de niveles simplemente brillante. Plataformas normales, saltos que tenemos que hacer con precisión, plataformas móviles, lianas a las que cogerse, estructuras que se rompen a nuestro paso… la dificultad radica en la combinación de todos estos elementos. Saltar de un sitio a otro que es provisional, calcular el patrón del enemigo para rebotar en él y llegar a un coleccionable, frenar en el aire para no pasarnos de plataforma. Y así, a toda velocidad. Dinámico, variado. No hay dos mundos iguales, y cada uno ofrece sus propias características.
El título además cuenta con muchos elementos “marca de la casa” que sirven para diversificar la experiencia. Uno de ellos son los clásicos barriles, que nos permiten movernos por el escenario. Saber dispararlos en la dirección correcta es solo el primer paso, también estará calcular el movimiento de dos barriles para acertar con el disparo, calcular como disparan los barriles automáticos para no chocarnos con un obstáculo, desviarnos de la línea recta marcada para recoger objetos. Y todo con ritmo, ya que seguramente algún que otro peligro nos acecha mientras pensamos todo esto (como columnas que nos caen encima, por ejemplo). Una de las bondades de los barriles es su capacidad para mandarnos a otros planos, al fondo del escenario. Así podemos seguir avanzando (siempre en scroll lateral) con la acción en diversos planos más cerca o más alejados del principal.
Los niveles pueden cambiar totalmente con el uso de ciertos vehículos o animales. Rambi está de vuelta, y eso significa que podremos disfrutar de su presencia –no demasiada, matizamos- rompiendo bloques y embistiendo enemigos a toda velocidad. Además, contamos con las clásicas fases en vagoneta dentro de las minas, con saltos y obstáculos que exigen una precisión y unos reflejos dignos de mención. Solo para superar el nivel en cuestión, si encima queremos hacerlo al 100% mejor ni lo contamos . Otro vehículo interesante es el barril cohete, mediante el cual intentamos escapar normalmente de algún ataque mayor y nos convierte el juego en una fase de shoot’em up casi. Son niveles de habilidad y reflejos que aportan un frenetismo mayor a las plataformas clásicas.
Destacar que al final de cada mundo tendremos batallas contra jefes finales. Se trata de unos combates que no están al nivel de lo visto en las otras fases, y acostumbran a ser bastante aburridos y poco inspirados. Los enemigos tienen unos patrones muy básicos, y acabar con ellos es más pesado que difícil. Es seguramente el único “pero” achacable a la mecánica de juego, y precisamente es curioso que Donkey Kong Country de Super Nintendo también tenía en los jefes finales sus fases más flojas de todas. Aunque es cierto que la puesta en escena y las melodías suplen la simpleza de estas fases con jefes.
El control es precisamente uno de los elementos que mejoran la experiencia en Nintendo 3DS. Donkey y Diddy pueden saltar con un botón, agarrarse a elementos con el superior (o lanzar barriles y bombas) , golpear el suelo para descubrir secretos o romper algunos elementos del escenario, soplar para apagar el fuego de un enemigo o para hacer levantar una pequeña flor que tenía escondida una banana, una moneda o incluso una pieza de puzle. La mejora viene con el movimiento de rueda que hacemos con un solo botón. Esto nos permite movernos a gran velocidad por el escenario y hacer metros en pocos instantes. El hecho de que estuviera asignado al movimiento de wiimote en Wii y que aquí sea un botón da más precisión al jugador para hacerlo correctamente, algo que es imprescindible si queremos realizar el modo contrarreloj de cada nivel a toda velocidad.
Junto a todos estos botones se añade la presencia de Diddy Kong, que nos sirve como apoyo en vidas (nos da dos corazones más de saque, teniendo cuatro en total) y que montado a nuestra espalda nos permite planear y hacer saltos mucho más seguros, algo que en según qué momentos se agradece. Si jugamos en cooperativo en modo local es necesario destacar que la cooperación es algo más limitada que en New Super Mario Bros, en el sentido que si un personaje se pierde en el escenario a los pocos segundos vuelve al centro de la pantalla de manera automática, además que la interacción entre ambos personajes no es total. No se molestan entre ellos, no pueden saltarse los unos a los otros, es como si jugaran en planos sin “fuego amigo”. Eso sí, el cooperativo también puede servir para que uno de los dos se sacrifique para llegar a sitios que parecen imposibles.
Hay estructuras que caen, grandes monstruos como murciélagos enormes o pulpos que nos atacan, pero todo el apartado visual se mantiene funcionando de manera sólida sin tirones ni bajones. Es cierto que en algún momento –un par de niveles de vagones- la sensación es que la tasa de framerate no va tan fina como en el original, pero ni afecta a la jugabilidad ni es un detalle frecuente que deba ser tomado en cuenta. Lo que sí que tiene una presencia algo mayor son algunos jaggies que están de más en esta versión en según qué acabados. Pero en general, la conversión es buena (ayuda y mucho el diseño artístico).Además, al ser un juego que fusiona lo que es visual con lo jugable –interacciones constantes, elementos scriptados que nos obligan a reaccionar- tiene resultado es convincente.
La banda sonora es otro de los elementos destacados del título, sobre todo a melodías que nos traen de vuelta tiempos pasados como el inicio de juego con esos bombos sonando y esa melodía Donkey Kong tan reconocible por todos. A medida que vamos avanzando desbloqueamos extras, entre los que están las melodías del juego. Algunas de ellas son realmente brillantes, sobre todo las que usan instrumentos de viento y ofrecen un toque elegante a nuestro avance. Es verdad que hay algunas canciones que no están al nivel de las clásicas ni de algunas de las nuevas, y pasan sin pena ni gloria mientras avanzamos. El juego llega traducido al castellano en lo que textos se refiere. Para acabar, destacar que la versión digital de Donkey Kong Country Returns 3D pide una tarjeta SD de gran capacidad por sus más de 17.500 bloques, por lo que la tarjeta que viene de serie con la consola normal no vale.
Excelente
Un título referente en su género, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutarás de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en clásico con el paso de los años. Cómpralo sin pestañear.