Nota: La versión analizada es la de PlayStation 4 Cuando mentalmente nos ponemos a hacer una lista de los grandes juegos que están por venir, rápidamente pensamos en ciertos nombres, especialmente si además nos centramos en un género tan específico como el JRPG o juego de rol japonés. A la cabeza vienen, directamente, Final Fantasy XV, Persona 5, el nuevo Star Ocean, la ración anual de Tales of, Dragon Quest XI y claro, Dark Souls III, aunque vaya en otra dirección. Tendemos a olvidar así juegos que están tan masificados y crean su propio camino que ni siquiera entendemos como JRPG al uso, como la magnífica franquicia Pokémon. Y omitimos, para qué negarlo, aquellos productos que vienen bajo el paraguas de una marca comercial con un target específico, porque no nos dan demasiada seguridad. Afortunadamente, en este sector -como en el cine, véase Mad Max: Furia en la carretera el año pasado- hay sorpresas y Digimon Story: Cyber Sleuth es una de ellas. No es a Digimon lo que fue Batman Arkham a la licencia de DC, pero se queda cerca a la hora de recoger un nombre algo apagado desde hacía años y devolverlo a primera plana de forma completamente merecida. Por poner un poco de contexto, Digimon es una franquicia creada en 1997 como respuesta al éxito masivo que tuvieron en todo el mundo los tamagotchi, si bien se fue ramificando en distintas formas llegando a tener películas, series anime (la primera, Adventure, se estrenó en 1999 y compitió directamente con Pokémon en las parillas televisivas de nuestro país), mangas y claro está, videojuegos. En 1999 recibimos en PlayStation una pequeña joya escondida llamada Digimon World, que se despegaba de los clones de la franquicia de Nintendo ofreciendo una versión enriquecida de los digivice originales y la transportaba al universo 3D. Aquel fue sólo uno de muchos que le seguirían: Digimon World 2 -inédito en España-, Digimon World 2003, que era mucho más cercano al JRPG convencional, con sprites 2D en mapas y modelos 3D en combates, también títulos de lucha con el ADN de Smash Bros, alguno de cartas, o la subsaga Story, jamás editada en Europa hasta ahora. Jugando a Digimon Story: Cyber Sleuth queda bien claro que su desarrolladora, Media.Vision (creadores de Wild Arms, nada menos) han sabido cómo volver a hacer relevante la marca, facturando un JRPG dinámico, bien diseñado y no necesariamente 'sólo para fans'.Eden Cyber Sleuth arranca en una sala de chat, en la que varios avatares reciben la visita de un usuario que asegura que si no se conectan el día siguiente a cierta hora, sus cuentas se verán comprometidas. Tres de los allí presentes hacen caso de la advertencia y se conectan a Eden, el mundo digital, recibiendo una actualización en su código que les convierte en hackers de forma irremediable. En este inicio del juego, descubrimos a los Digimon, también a unas criaturas denominadas Eaters y tras un encontronazo con estas últimas, aparecemos en el corazón de Shinjuku. Nuestro personaje (podemos definir su sexo y nombre) es rescatado in extremis por una joven que asegura ser detective y nos ofrece ser su ayudante gracias a nuestras habilidades únicas. El inicio de la aventura es sencillo pero eficaz, aunque eso sí, puede llevar a engaño: si bien la primera mitad del juego transcurre sin mayor problema entre los conceptos anteriormente citados -hackers, digimon, eaters, etc- luego cambia el rumbo para ser más complejo y rico en matices. Algunos medios se aventuran a citar Evangelion; en nuestro caso, no iremos tan lejos. Se acerca más a .Hack y, especialmente, a la franquicia Shin Megami Tensei de Atlus (a la que pertenecen entre otras la saga Persona) Esta última es una absoluta referencia en el género en los últimos años, y Media.Vision ha tenido a bien fijarse en ella para concebir el universo de Cyber Sleuth, que transcurre entre una Tokio con localizaciones reales y el mundo digital, Eden. En las primeras, visitaremos lugares como Nakano Broadway, eje de todo el juego al ser aquí donde se sitúa la agencia de detectives, entre muchas otras cosas, también Shinjuku, Shibuya -no falta el famoso cruce multitudinario- además de, claro está, Akihabara. Que podamos recorrer estos entornos en un juego de rol de esta franquicia lo enriquece, pues se establece una conexión directa con el mundo real y esto beneficia al enfoque que se le da a la trama. Hay fantasía -o ciencia-ficción- pero está anclada a un mundo que conocemos y no a la enésima creación abstracta con sus reglas, continentes, ciudades, etc, que solemos ver en la mayoría de juegos del género. Persona hace lo mismo (y mejor, es innegable) y ese es uno de sus grandes refuerzos. En Cyber Sleuth, también funciona así, más teniendo en cuenta que lo correspondiente a Eden es algo menos imaginativo: apenas encontramos varios escenarios pequeños, y muchas dungeons bastante repetitivas, que conforman una de las partes menos inspiradas del juego. Más allá de las localizaciones, toca entrar en detalle en lo que respecta a cómo se juega a Digimon Story: Cyber Sleuth. Explicado rápidamente, es un juego de rol con encuentros aleatorios y combates por turnos, en el cual podemos controlar a tres digimon -y tener a otros ocho en la reserva, pudiendo intercambiarlos en cualquier momento- mientras nos enfrentamos a los rivales. No hay nada original en términos absolutos: una ruleta con las opciones básicas, que incluyen atacar de forma directa, usar una habilidad que gasta puntos de magia, utilizar objetos para curarnos, etcétera. En este aspecto, es un JRPG clásico, pero funciona especialmente bien al ser muy dinámico y ágil, y al ofrecer además una barra de turnos que nos indica cuándo nos va a tocar actuar para de esta forma poder plantear estrategias, un poco al estilo Final Fantasy X. La disposición de todo en pantalla es clara y perfectamente entendible, y contamos con la opción de automatizar los combates confiando en que la IA del juego sepa qué hacer y cómo, al igual que ocurre en buena parte de los juegos de la citada franquicia Shin Megami Tensei (o Megaten, para acortar). Otro detalle importante: desde las opciones podemos cambiar la dificultad de los combates, por lo que si se nos hace demasiado fácil , podemos ponerlo en difícil para que sea más desafiante. Por supuesto, también existe un sistema de debilidades y resistencias que a modo de piedra-papel-tijera nos hará saber qué tipo de digimon podemos utilizar dependiendo de cada enemigo, y sumado a esto, además de este adn de género las criaturas tienen un tipo elemental. Esto enriquece las situaciones, pues por ejemplo un digimon de tipo vacuna tiene prioridad sobre uno virus; y sin embargo, si este último puede también sobreponerse a su mayor amenaza con una habilidad con el elemento adecuado. Existen cuatro variaciones: vacuna, virus, datos y neutro. Todos los digimon pueden subir de nivel, evolucionar y desevolucionar, de forma que además podemos ir consiguiendo criaturas cada vez más poderosas, pues sus atributos aumentan en base a esto y adquieren habilidades de la misma manera. Digimon Story: Cyber Sleuth, en este aspecto, puede recordar más a un juego de pokémon que al RPG al uso, pero tiene una personalidad propia que hace que no necesite ser comparado con nada para destacar por sí mismo. El sistema de criaturas está muy bien perfilado, haciendo que además pueda ser suficientemente llamativo se sea fan -o no- de la licencia. Con más doscientas criaturas disponibles, para acceder a todo este sistema de evoluciones tendemos que acceder al llamado DigiLab, un laboratorio digital en el cual encontramos múltiples opciones, incluyendo la ya citada, librar encuentros online con nuestros digimon -eso sí, si cumplimos ciertos prerequisitos de nivel mínimo, y siempre forma aleatoria, no podemos competir con amigos-, revisitar mazmorras ya superadas o meter a los monstruos en una granja para así desarrollar ítems o subir su nivel (sí, seguro que pensáis en la guardería pokémon). Por supuesto, para desbloquearlos a todos tendremos que visitar cada recodo de los mapeados para obtener información sobre ellos y usar el sistema de evoluciones al 100%, pero es parte de la gracia del juego, pues para superar algunos retos específicos tendremos que ir con un equipo muy bien entrenado. Por ejemplo, hay Copas a las que accedemos desde Nakano Broadway, en las que nos enfrentamos de forma consecutiva a varios enemigos, también algunas misiones en la parte final del juego donde los desafíos son bastante avanzados, y para ampliar la rejugabilidad encontramos la recolección de medallas -500 en total- y claro está, todos los trofeos que se ha diseñado para la ocasión. Completar el juego, en nuestro caso -con todas las misiones secundarias hechas y buena parte de los digimon reclutados- ha supuesto unas 60 horas de juego, así que como veis, da para bastante tiempo. Por lo demás, Digimon Story: Cyber Sleuth alterna las misiones principales con otras optativas, pero su trama principal se desarrolla de forma continuada entre unas y otras, casi siempre entre cuadros de diálogo que involucran a los personajes principales y rara vez con alguna pequeña secuencia anime de grandísima calidad. Por su estructura bien podría ser un anime con estructura de casos (si visteis en su momento el de Devil May Cry, es muy similar en planteamiento), aunque es cierto que el uso del recurso del texto demuestra que el origen del juego es en verdad una PlayStation Vita y no una PlayStation 4. No obstante, no es un factor determinante a la hora de juzgar su calidad, es más, viendo el alcance del título y su fantástico aspecto visual (no rompedor, pero sí realmente competente) cuesta creer que esta versión para la consola de sobremesa de Sony sea un port y no a la inversa. Los digimon lucen fantásticos, los modelos de personajes son buenos y las recreaciones de lugares reales tienen encanto, todo bañado con un motor tirando más hacia el cel shading que el realismo (lógicamente). En los sonoro, cuenta con un doblaje al japonés y una banda sonora que en ciertos momentos alcanza niveles bastante notables, con ciertos temas magníficos.