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Devilish: Ball Bounder

Devilish: Ball Bounder

Un clásico a doble pantalla

Un clásico rompe ladrillos de Megadrive y Game Gear retorna ligeramente remozado a la actualidad aprovechando las dos pantallas de DS para una disposición vertical. Descubre esta nueva versión en nuestro análisis.

Devilish está basado en conocidos de todos los tiempos como Arkanoid o Breakout, juegos donde básicamente tenemos que dedicarnos a romper obstáculos con una bola, la cuál debemos hacer rebotar en una plataforma en la parte inferior de la pantalla para que no se caiga y con ello perder.

Observa Devilish: Ball Bounder en movimiento en este vídeo.

Devilish en su versión de Mega Drive

Apareció a principios de los 90 en Megadrive y Game Gear y en su momento sí supuso algo de innovación frente a otros títutlos similares como los ya comentados. La nueva versión de DS conserva esas mismas premisas a costa de perder el factor de originalidad ha desaparecido.

Devilish en su versión de Game Gear

g r á f i c o s
Basta con echar un vistazo a las imágenes que acompañan a este análisis para comprender que el aspecto gráfico de Ball Bounder es realmente pobre. Comparando con su antecesor en la consola de Sega puede incluso considerarse inferior en bastantes detalles salvo la resolución.

Esta imagen delata lo repetitiva que resulta la ambientación

El diseño de los objetos y enemigos es en exceso simple, con apenas trazos que definan sus rasgos, unidos a una incesante repetición de fondos y colores. Parece un juego pensado para un hardware inferior al que posee Nintendo DS y más parecido a los aparecidos durante la época de 8 y 16 bits. Decenas de títulos, no sólo en la nueva portátil, sino también en Game Boy Advance, demuestran que no es necesario limitar de esa manera lo que se muestra por pantalla.

Las animaciones son también extremadamente sencillas y el desarrollo de las imágenes muy lento. Claramente no han sabido adaptar este juego a los tiempos que corren.

m ú s i c a   y   s o n i d o   F X
La banda sonora es, al contrario, excepcional. Del mismo estilo gótico que ambienta el juego, son bellas melodías que al menos logran que no todo lo que percibimos por nuestros sentidos sea tan decepcionante.

Los efectos sonoros ni brillan, ni molestan, que no es poco, aunque su calidad es también bastante baja.

j u g a b i l i d a d
El concepto de Devilish es muy sencillo y seguro que resulta familiar a la mayoría de aficionados a los arcades. Controlamos una plataforma situada en la zona inferior de la pantalla en la que debemos hacer rebotar una bola para que no caiga. Además, con dicho esférico debemos romper ladrillos u otros objetos ya sea con uno o varios choques.

La novedad principal del juego original era su segunda plataforma rotable

La novedad introducida por esta saga hace ya más de una década fue el hecho de que nuestra base está dividida en dos, pudiendo controlar una de las partes no sólo en horizontal, como venía siendo habitual, sino también en vertical. Además, esta segunda plataforma elevable se podía rotar 90 º hacia ambos lados, logrando ángulos diferentes de golpeo. La versión de Nintendo DS no modifica esta mecánica y se mantiene idéntica a la original.

Por otro lado, disponemos de diversos potenciadores que nos dan poderes especiales, en unos casos permanentes y en otros temporales, que entre otras cosas permiten acelerar nuestra bola, convertirla en un misil o expandir el tamaño de la plataforma.

En la campaña vamos visitando diversas ciudades

En lugar de tratarse de una sucesión de niveles donde hay que destruir todos los ladrillos, en este juego tenemos que llegar desde un origen hasta una meta atravesando diversos peligros y caminos llenos de obstáculos, sin existir ningún objetivo adicional.

Existen diferentes lugares que vienen definidos en un mapa, divididos a su vez en varios niveles. Cuando los superamos, hemos de enfrentarnos a un enemigo final, y si lo vencemos cambiamos de localización y con ello de ambiente y dificultad.

Aunque pudiera ser de esperar, la pantalla táctil no tiene ningún tipo de uso, todo el control se realiza mediante la cruceta, los botones y los gatillos. La única característica novedosa que se aprovecha es la doble pantalla, logrando con ello un alto mayor de la imagen, y de este modo no es necesario situar la interfaz en un lado como si ocurría en el juego original. En este caso podemos elegir que aparezca en la parte superior de la pantalla de arriba, en la parte inferior de la de abajo o en ambas a la vez.

La transición de una pantalla a otra es instantánea. Es decir, al contrario que en otros juegos, no se simula la parte que debería ir en la parte de las bisagras manteniéndola oculta sino que lo desaparece en una pantalla sale automáticamente en la otra.

c o n c l u s i o n e s
Devilish: Ball Bounder sería una digna versión del original si no estuviéramos casi al inicio de 2006. Se trata de un título desfasado tecnológicamente, lento, aburrido y extremadamente sencillo. Tanto es así, que es más fácil perder una bola por estar cansado de jugar que porque algún enemigo te ponga las cosas difíciles.

Es posible interactuar con algunos elementos como este volcán

La física y las colisiones son sencillamente desastrosas, los enemigos carecen de cualquier tipo de inteligencia artificial, las animaciones son muy bruscas y el aprovechamiento de la máquina sobre la que corre, en todos los sentidos, prácticamente mínimo. Únicamente recomendable para los muy muy muy nostálgicos.

l o   m e j o r

  • La banda sonora

l o   p e o r

  • Apariencia visual paupérrima
  • Dificultad prácticamente nula
  • Un juego no adaptado a hoy en día
5

Mejorable

Puede tener elementos aceptables y entretener, pero en general es una experiencia que no dejará huella. Sólo recomendable en caso de sequía de este género de juegos.